Siempre ha comprado más cómics de Marvel que de DC, sobre todo porqué a los kioscos de mi pueblo, aún en el esplendor de la época de Zinco, el material DCita que llegaba era muy, muy escaso (casi solo retapados y algún especial), así las cosas mi conocimiento y lecturas de esta editorial es, en comparación con Marvel al menos, escaso, sobre todo del material pre-Crisis, pese a todo hay algunos personajes y grupos de los que si he leído lo bastante como para intentar hacer una lista de mis etapas favoritas, hoy empezamos con los dos principales iconos de la casa.
Batman: Personaje absolutamente fascinante, capaz de resistir mil y un interpretaciones distintas sin que eso le cause el más mínimo daño, Batman es con diferencia el personaje de DC del que más cómic he leído. Con Batman hay que tener en cuenta que muchos de sus grandes cómics (DK, DK2, Arkham Asylum...) no pertenecen a alguna de sus múltiples series regulares o incluso no están en continuidad, a esto se añade que otras grandes sagas (Año Uno, la mítica colaboración entre Englehart y Rogers) son tan cortas que no constituyen una etapa en si misma. Teniendo todo esto en cuenta hay varias etapas dentro de las series regulares que merecen la pena señalar.
Aquí empezaría por el Batman de Neal Adams, una autentica revolución gráfica en su momento que permitió al personaje alejarse del camp influido por la exitosa serie de TV de los 60 y que mostró el potencial del mismo como Señor de la Noche, algo atisbado ya en sus orígenes. Adams, uno de los dibujantes más influyentes de la historia del género, redefinió la imagen del personaje a múltiples niveles y su labor encontró más fuerza cuando fue acompañado por Denny O'Neil a los guiones, una breve pero intensa colaboración que además de traer consigo la creación de un personaje tan importante y carismático como Ra´s al Ghul (y su hermosa hija Talia), permitió que cada vez fuera más difícil imaginar al personaje con un enfoque que no fuera este.
Pasaría muchos años hasta la siguiente gran etapa del personaje (dejando a parte las ya mencionadas Año Uno y el trabajo de Englehart y Rogers), ya que para mi esta no llegaría hasta finales de los 90, con los guiones de Greg Rucka, Devin Grayson y Ed Brubaker al frente del hombre murciélago. La etapa que se iniciaría con Tierra de Nadie, y que parecía que sería una más de la “era de los croossovers” (multiplicados desde la exitosa, pero a mi parecer deleznable, Caída del Murciélago), empezó a crecer a partir de una adecuada caracterización de personajes, con especial hincapié en la relación en la relación entre Gordon y Batman y entre este y Wayne. Lo mejor que se puede decir de este ciclo (Tierra de Nadie-Agente Herido-Asesino-Fugitivo), es que el Batman, el Bruce Wayne que entró en el, es muy distinto del que salió, muy distinto y mejor, mucho más seguro de si mismo, de su doble identidad y de su misión, gran parte de los logros de esta etapa fueron después ignorados, tras el relanzamiento que supuso Crisis Infinitas y su consecuente One Year Later, pero ello no quita el que estemos ante una etapa magnifica que además generaría una de las colecciones más interesantes de DC en los últimos años: Gotham Central, escrita a medias por Greg Rucka y Ed Brubaker y dibujada por Michael Lark y Stefano Gaudinao, se centraba en la policía de Gotham, policía marcada por la corrupción, la presencia del murciélago y sus dementes enemigos.
Esta podría ser sin duda mi etapa preferida de Batman a nivel de las series regulares y lo sería...si no fuera por Grant Morrison, empezó suave, despacio, parecía querer revindicar alguno del los elementos más festivos del personaje, todo para poco ir construyendo un puzzle gigante que no solo busca integrar los 70 años de continuidad del personaje, si no que busca tornar a este en una fuerza mítica, una especie de representación del espíritu de la humanidad. La etapa esta todavía inconclusa, pero lo que ya se ha hecho hasta ahora me parece tan atrevido, tan bien planteado, que creo que sin duda esta será una de las etapas más recordadas de la historia del personaje, de momento es sin duda alguna mi preferida de todas cuentas he podido leer.
Superman: Bastantes menos cómics he leído del otro gran icono de la editorial, pero si suficientes para hacerme una idea de la trayectoria del mismo después de las Crisis en las Tierras Infinitas. Al igual que Batman, Superman también ha tenido diversas interpretaciones a lo largo de su historia, pero han estado más centradas en sus orígenes y entornos que no en la esencia misma del personaje, que ha permanecido desde hace mucho años bastante clara, con Superman como referencia clave del concepto de SUPERHÉROE, así en mayúsculas.
De las distintas etapas de Superman, uno puede ver, que pese a maniobras netamente comerciales (La Muerte de Superman y todo lo que rodeo) o enfoques erróneos (el Superman “eléctrico”), en el Superman de los 90 hay etapas interesantes, sobre todo en sus últimos años y principios del siglo actual, destacando autores como Joe Kelly, acompañado muchas veces del magnifico Pascual Ferry, Joe Casey, o Jeph Loeb, que con un gran Ed Mcguinness consigue hacer una etapa muy entretenida y relevante en la historia del personaje, y eso que fue Loeb el principal estandarte del regreso a elementos pre-Crisis (Kripto, Supergirl), algo que no termina de convencerme ya que no es el enfoque que más me gusta del personaje.
En época más recientes cabría destacar la labor de Geoff Johns, acompañado por dibujantes de la talla de Gary Frank o Adam Kubert que ha conseguido contar historias relevantes con el personaje, ha influido en su status quo, y ha conseguido demostrar que se pueden seguir contando buenas historias, dentro de la continuidad con el personaje, aunque con algo de arrogancia desde el punto de vista de que solo su Brainiac es el autentico Brainiac, o solo su Legión es la autentica Legión, también me parece muy interesante la visión que Brian Azzarello, acompañado de Jim Lee, diera del personaje hace unos años.
Sin embargo todas estas etapas (me dejo otras como la labor de Roger Stern en los 80), palidecen frente a la que para mi es la mejor etapa del personaje, la de John Byrne en solitario, situada inmediatamente después de las Crisis, Byrne tenía muy claro lo que hacer con el personaje y fue a saco, dando la que bajo mi punto de vista es la versión definitiva de Superman. Para empezar, Superman es realmente el último hijo de Kripton, no hay más supervivientes, ni primas, ni perros, ni ciudades embotelladas, Superman sabe que perdió su mundo, sabe que pese a que ha sido educado como humano, pese a que tiene una familia humana, en cierto sentido esta solo en el Universo, en segundo lugar Superman no fue tal hasta la edad adulta, nunca fue Superboy, ni tuvo aventuras juveniles por Smalville, esto crearía infinitos problemas de continuidad, pero redunda en beneficio de la individualidad e importancia del personaje, en tercer lugar Superman sería poderosos, si, muy poderoso, pero no un Dios intocable que camina sobre la Tierra y frente al que nada, ni nadie pueden suponer una amenaza real. A todo esto hay que unir claro un Byrne en estado de gracia, tanto argumental como artísticamente que sin embargo terminaría dejando el proyecto ante el temor que se desato en DC por lo revolucionario de sus planeamientos.
El enfoque de Byrne tuvo muchos enemigos desde el principio, muchos le acusaban de “marvelizar” al personaje al hacerlo más vulnerable y de debilitarlo al quitarle gran parte de su folklore, (Supergirl, Kripto, Superboy, La Legión de Superhéroes), personalmente y aunque esto pueda ser cierto, yo, lejos de verlo como un defecto lo veo como una virtud que hace al personaje más interesante en su soledad y más complejo en su funcionamiento. Con todo a día de hoy, y sobre todo desde el ya mentado trabajo de Jeph Loeb de las ideas planteadas por Byrne apenas si queda nada, sin embargo eso no quita que esta etapa marcara a fuego al personaje, y muchos, entre los que me incluyo, la vean (veamos) como la etapa definitiva de Superman.
3 comentarios:
Mira que solemos coincidir... pero para mí, la etapa de Brian Azzarello y Jim Lee es lamentable. El primero demuestra que los superhéroes no son su género y, bueno, Lee es Lee. Me pareció tan aburrida y mala que hasta la del infame Austen que se publicaba al mismo tiempo, me pareció mejor :P
No comento mucho, pero te leo. Sigue así.
¡Un saludo!
Coincidimos en lo increíble que es lo que está haciendo Morrison con Batman. Yo tampoco lo tenía claro al principio, pero a la luz de Batman y Robin, El regreso de Bruce Wayne y Los archivos negros la serie por un lado está subiendo como la espuma y se están revalorizando aquellos aparentemente dubitativos primeros números.
Lo que también es cierto es que Morrison narrativamente y conceptualmente no está haciendo ni una concesión al lector lo que hace que a veces a la gente esta etapa le resulte un poco espesa, pero leída del tirón gana muchísimo.
A mi el Superman de Azzarello me gusto por su atrevimiento, no te esperaras una historia de Superman como esta y menos dibujada por Lee, y por los temas que tocaba: la relación de Superman con la humanidad, su propio sentimiento de culpa, su soledad etc, no creo que sea el tono correcto para una serie de Superman, pero para una saga más o menos larga (12 números aqui), creo que esta bastante bien, por otro lado a mi Lee me gusta, sus carencias narrativas son evidentes, pero es tan espectacular, sus dibujos tienen tanta garra, que realmente creo que consigue ocultar sus defectos.
Mariano, el Batman de Morrison gana mucho con la relecturas y lo que fue un comienzo un tanto "extraño" coge pleno significado visto el conjunto, es cierto que el guionista no se lo pone fácil al lector, en parte, creo por pose, por marca de fábrica por así decirlo, pero también porque confía en su lector y en su capacidad, lo cual es de agradecer.
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