domingo, 31 de enero de 2016

Historia de un hombre sin miedo especial: El Daredevil de Mark Waid I. Presentación.

Ahora que ya acabado la larga etapa de Mark Waid al frente de los guiones del hombre sin miedo llega la ahora de hacer un balance global de su trabajo empezando con una introducción a lo que ha supuesto su trabajo en la serie.

Empezando por los números puros y duros, Mark Waid es con 56 números de la colección regular (36 del volumen III más el 10.1 y 18 del volumen IV más el 15.1) el guionista que más números de la colección de Daredevil ha escrito jamas, superando a Bendis que hizo 55 (aunque si contamos las minisereis escritas por este, Ninja y El fin de los días Bendis seguiria siendo el escriba con más números en su haber del personaje). A esto habría que añadir el especial del 50 aniversario del personaje y el 0.1, cómic primero publicado en digital que marco la transición entre el volumen III y el IV. Estando como están ambos, completamente integrados en el discurrir de la etapa se podría elevar la cifra a 58. Durante estos números Waid contó con la colaboración de varios dibujantes, el más prolífico de los cuales fue Chris Samnee que con 36 cómics en su haber se sitúa entre los dibujantes que más cómics ha dibujado del personaje (solo superado por Gene Colan y Alex Maleev), destacar también que fue el guionista de una de las historias cortas incluidas en el 15.1 del volumen IV. Después vendrían, ya muy lejos Paolo Rivera con 6 números, Javier Rodríguez con 5 (clave en la etapa en su faceta de colorista de gran parte de la misma) Marcos Martín con 3 y Khoi Pan con 2. Por su parte Kano, Marco Checchetto (que dibujo los tres números del crossover entre las colecciones de Daredevil, Punhiser y Avenging Spider-man, realizado en colaboración con Greg Rucka a los guiones), Mike Allred y Jason Copland dibujarían uno cada uno. Además tendríamos la presencia de Peter Krause, Karl Kesel (que también guionizo la historia corta que dibujo) y Alex Maleev (en una historia corta del especial del 50 aniversario guionizada por Bendis) en los especiales e historias secundarias del 15.1 (una de las cuales fue guionizada por Marc Guggenhein) y la presencia de Emma Ríos (que contribuye a “españolizar” aún más la etapa) con los lápices del Amazing Spider-man 677 crossover con la colección.

A lo hora de abordar la etapa de Waid al frente de Daredevil conviene contextualizar el momento de la llegada del guionista. Desde que Miller marcara a fuego al personaje durante su primera etapa en el mismo, DD se había tornado en un héroe oscuro y atormentado con especial querencia por lo noir y los ambientes más callejeros y “realistas”. Sin duda era algo que le sentaba a al perfección al personaje tanto por entorno como poderes o diseño. Esta tendencia, con notables pero puntuales excepciones, había llegado hasta el siglo XXI en el que el personaje había entrado con fuerza a través del sello Marvel Knights. Sería en este sello donde DD había vivido la gran etapa que marcó al personaje hasta la llegada de Waid, la celebrada colaboración entre Brian Michael Bendis y Alex Maleev. Durante estos más de 50 números el personaje no solo vio acentuado su tono noir si no que se dio un vuelco total a su estatus quo con el cuestionamiento mismo de su identidad secreta, que fue hecha publica, aunque el personaje, a pura fuerza de voluntad se negaba a reconocer que era DD.

La etapa Bendis/Maleev se cerro en falso con el personaje en prisión y fueron sus sucesores el dúo Ed Brubaker/Michael Lark quienes hubieron que lidiar con una situación casi irresoluble. Durante estos números la serie se oscureció a un más y la moralidad del personaje se vio cada vez más comprometida al punto de comportarse en ocasiones como un villano. De nuevo la etapa se cerro en falso y en una suerte de “reto Daredevil” por el cual cada equipo creativo dejaba una situación compleja al siguiente, Daredevil acabo la etapa Brubaker/Lark al frente de La Mano. La malévola organización de asesinos ninja que DD pretendía usar como fuerza del bien.

Andy Diggle y Roberto de la Torre tomaron el relevo y con injerencia editoriales de por medio se orquesto el evento Shadowland (el primero generado entorno al personaje en toda su historia) en el cual Daredevil era corrompido totalmente por La Mano y se enfrentaba a sus camaradas de la comunidad hérocia. Diggle si cerro en este caso sus tramas y dejo el camino relativamente libre a su sucesor en la miniserie Renacimiento, sin embargo aun quedaban muchas cosas en el aire sobre todo lo relacionado con el tema de la identidad.

En estas circunstancias fue en las que Mark Waid llego a la colección, con el personaje muy tocado y con la sensación de que se había ido demasiado lejos en el “oscurecimiento” del mismo. Así las cosas Waid tuvo muy claro desde el principio su enfoque. Daredevil debía volver a ser un superhéroe, integrarse más en el Universo Marvel y alejarse de tanto mal rollo. La idea era retornar a las esencias al Daredevil preMiller, lo cual no significaba enfrentarle al Matador o crear terceras identidades absurdas, no. La idea era hacer de Daredevil una lectura más ligera, un buen cómic de superhéroes con sus dosis de acción, romance y caracterización de personajes. Esto que en otra época hubiera sido visto si no como una herejía (al fin y al cabo mal llevado podía dañar la identidad propia del personaje, llevándolo a los problemas que tenia antes de la llegada de Miller) si como una etapa menor y pasajera, se antojaba ahora como absolutamente necesario para reconstruir un personaje demasiado dañado por el lastre que cargaba.

Esta suerte de redefinición tuvo un claro componente visual, con la llegada de dibujantes como Rivera o Martín, muy distintos del realismo oscuro y noir de Lark o Maleev y con una paleta de colores mucho más luminosa que trasmitía esa nueva sensación de optimismo y energía que Waid quería para la serie. Esta redifinción visual se llevo también a las portadas que en tono y composición eran muy distintas a las de la anterior etapa y que desde un punto de vista de diseño y concepción atraían sin duda la vista hacia la colección. El éxito de este nuevo enfoque y el estilo de la colección marco tendencia dentro de Marvel y junto Ojo de Halcón se convirtió en el emblema de una forma diferente de hacer las cosas dentro de la editorial con claras repercusiones a día de hoy. En cualquier caso de los resultados finales de las ideas e intenciones de Waid hablaremos otro día.

miércoles, 6 de enero de 2016

2015 un año de cine. Top cinco de mis mejores películas del año.

Al final este año entre unas cosas y otras han caído treinta películas de estreno (treinta y uno si contamos el reestreno en cine de Blade Runner). Ha habido un poco que todo pero en general creo que ha sido un buen año cinematográficamente hablando.

Como siempre los estrenos de “prestigio” con aspiraciones a premios se agolpan entre finales de un años y principios del siguiente. A principios del 2015 se pudieron ver varias pelis interesantes como The Imitation Game, un producto concebido a mayor gloria de Benedict Cumberbatch que tiene más hechuras de telefilme que no de gran estreno. También de esta época es la multipremiada Birdman, todo un espectáculo visual y sensorial a cargo de Alejandro González Iñarritu con un reparto de lujo donde brilla con luz propia Michael Keaton, una peli magnifica aunque tal vez demasiado pagado de si misma y con un discurso un tanto elitista. Otra gran película cuyo discurso me horroriza es Whiplash, un brutal choque de voluntades entre un (enorme) J.K Simmons y un no menos interesante Miles Teller que dirigido con fuerza y energía te deja agotado tras su visionado a la par que genera potentes debates sobre la educación, la complacencia y la “cultura del esfuerzo” y sus limites. Otra película dura, pero tremendamente fiel a los tiempos que vivimos es la sobresaliente Nightcrawler, una especia de Taxi Driver del siglo XXI donde el sociopata alcanza todos sus objetivos mostrando una deshumanización total. Su final políticamente incorrecto y lo perturbador de sus discurso le alejaron de los grandes premios que merecía, en especial el trabajo de su protagonista Jake Gyllenhaal.

Muy distintas a estas películas son ´71 un angustioso thriller callejero ambientado en los años más duros del IRA y que narra la lucha por sobrevivir de un soldado británico aislado en terreno enemigo y usado en mezquinos juegos pollitos por uno y otro bando. La peli rodada con nervio y cargada de tensión, transmite el sentimiento de aislación y desconcierto de su protagonista. Por su parte en Corazones de Acero, David Ayer construye una película bélica dura y sin concreciones que trasmite toda la claustrofobia y el horror la guerra vista desde el asfixiante interior de un tanque. También en un entorno bélico se mueve El Francotirador del maestro Eastwood, que dejando a parte su valoración ideológica, esta rodada con una energía que contradice la edad de su realizador y que cuando menos invita a debates sobre la sociedad estadounidense, lo que ellos ven como héroes y el difícil regreso a casa de los mismos. También de un director prestigioso David Cronenberg, que ahora que ha dejado atrás la nueva carne parece ser reconocido de manera unánime con tal, nos llego la interesante y perturbadora Map to the Stars una descarnada sátira del Hollywood actual que tiene ciertos puntos de conexión (aunque son pelis muy distintas) con Viaje a Sils Maria de Oliver Assayas, película que destaca tanto por el magnifico duelo interpretativo entre sus tres actrices principales (destacando especialmente Kristen Stewart) como por su mirada a las mascaras que todos usamos incluso para engañarnos a nosotros mismos.

Este año también ha estrenado Paul Thomas Anderson uno de los directores actuales más importantes del cien actual con la alucinada y alucinante Puro Vicio, película compleja, difícil de seguir pero todo un goce para los sentidos con un enorme Joaquin Phoenix para mi el mejor actor del momento. También de este 2015 fue el regreso de M. Night Shyamalan a lo que el público espera de él con la inquietante La Visita, una película con un mal rollo muy conseguido y con el giro final marca de la casa (¿run for cover?) con el que el director del Sexto Sentido parece haber recuperado, al menos en parte el apoyo perdido de público y critica, aunque no de manera unánime. Una película mucho más modesta de lo que venia haciendo Shyamalan que funciona en aquello que quiere trasmitir pese a momentos que bordea (sin llegar a ello) el ridículo. También hemos asistido al regreso de Alejandro Amenabar que tras el varapalo sufrido por la, por otro lado buena película, Ágora ha esperado casi seis años para volver a rodar un largometraje y lo ha hecho regresando al thriller con al decepcionante Regresión de la que lo mejor que se puede decir es que consigue buenos momentos de tensión pero muy puntuales para un director que hasta ahora nos tenia muy bien acostumbrados.

Otra ligera decepción supuso La Cumbre Escarlata un poderoso y bello cuento de fantasmas decimonónico donde Gullermo del Toro demuestra su enorme virtuosismo formal pero sin apenas nada detrás que lo sostenga. No fue una decepción sin embargo la muy interesante Blackhat uno de los grandes fiascos del año desde el punto de vista económico y con una recepción critica muy fría pero que muestra una vez más Michael Mann como maestro del espacio en el plano y con unos temas y obsesiones muy marcados. Gran película que mereció mejor suerte. Suerte que tampoco acompaño a la muy estimable Lost River debut de Ryan Gosling tras la cámaras al que se le notan a la claras y para bien sus influencias, trazando un relato de poderosa e inquietante factura visual. La suerte sin embargo si acompaño a The Martian de Ridley Scott que estrenado en el momento justo ha sido todo un éxito de taquilla y en general ha gustado bastante. Personalmente la encuentro una película bien hecha y con muchos puntos a su favor, con un mensaje vitalista y positivo, que estimo muy importante en estos tiempos peor que no termina de decirme nada.

Antes de entrar en las adaptaciones del cómic y los blockbuster propiamente dicho me quedaría por hablar de dos de la mejores pelis del año, Sicario del siempre interesante Denis Villeneuve y El Puente de los Espías de Steven Spielverg. La primera es un tenso thriller sobre la “guerra contra las drogas” y la delgada línea que separa lo moral de lo inmoral cuando se combate con gente sin escrúpulos. Rodada con ritmo y cargada de tensión en Sicario no hay sitio para ingenuidades ni buenas intenciones, cuando la podredumbre moral lo corroe todo cualquier cosa parece válida para ganar una guerra que en verdad es inabarcable e interminable. La segunda es para mi la película del año, conjugando tensión con un humanismo que ya no parece tener sitio en el cine, Spielberg traza un relato sobre héroes cotidianos que se niegan aceptar el mundo tal y como es y hacen su mejor esfuerzo por, al menos intentar, cambiarlo. Intensa y emocionante la película muestra como en el cine de hoy sigue teniendo cabida el relato y los personajes.

Llegando ya al tema de la adaptaciones comiqueras este ha sido un año de contrastes por un lado hemos tenido la esperadísima secuela de Los Vengadores con Vengadores: La era de Ultron donde un Whedon más preocupado por el desarrollo de los personajes y su interactuación ha facturado una excelente película con un clímax final excesivamente formulaico, por otro han estado Los 4 Fantásticos de Josh Trank una peli machacada desde el primer momento, casi antes de que se supiera nada de ella y que ha sido uno de los fracasos del año. Sin embargo en su primera mitad se estaba mostrando como una magnifica adaptación de al versión Ultimate del grupo que se toma su tiempo en construir al historia de nuevo centrada en los personajes para enloquecer en su segunda mitad y perder todo sentido e identidad. Una lastima, había mimbres de una película muy interesante, que en todo caso no es tan mala como se ha querido vender. A medio camino se sitúa la muy divertida Ant-Man, donde Marvel Studios, que parece tocado por una varita mágica factura otro éxito contra pronostico en un flim muy deudor del primer Iron Man. Cerraremos este apartado hablando de Kingsman desenfadada y frenética adaptación del cómic de Mark Millar y Dave Gibbons donde Matthew Vaughn ofrece su tradicional buen hacer y Anacleto, Agente Secreto divertida película española sobre las aventuras del personaje creado por Vázquez que se ve con una sonrisa casi permanente en la cara.

Más allá de los cómics en el terreno blockbuster hemos tenido también un año potente y variado, desde fracasos, alguno merecida como la confusa (aunque a mi me entretuvo) y en general fallida Terminator Genisys o la excelente pero tal vez fuera de su tiempo por su encanto algo naif y su oda al optimismo existencial Tomorrowland que recuerda a la mejores producciones de Robert Zemeckis. Por contra también ha habido éxitos atronadores, los dos más grandes muy parecidos entre si y es que tanto Jurassic World como Star Wars: El despertar del fuerza aparecen como puros fan service que dan a la gente lo que espera sin arriesgar lo más minino y ofreciendo sendos y muy descarados remakes de las películas que iniciaron las franquicias. Lo que les falta en originalidad y valentía lo compensan en parte con un sólido y eficaz entretenimiento. Ambos son flims bien hechos, con recursos bien aprovechados que no va a hacer sentir a nadie que ha tirado el dinero de su entrada, sin embargo de franquicias tan mitificadas tal vez cabria esperar algo más.

En un termino medio, es decir éxitos de taquilla pero no auténticos fenómenos encontramos por una lado la muy estimable Misión Imposible V: Nación Secreta que recupera el pulso de una saga que tal vez había perdido algo de fuerza en las dos últimas entregas y por otro a dos de las películas del año, al menos para que el que esto suscribe. La fantástica Del Revés donde Pixar sigue demostrando que tiene ese toque especial que nadie más tiene y que le permite factura películas que más allá del su excelente animación consigue llegar al corazón del espectador y la mágica Mad Max: Fury Road, todo un milagro cinematográfico que va a la esencia misma del cine: ritmo y montaje contando una historia casi solo con imágenes. Frenética y adrenalitica la película es un non-stop de principio a fin. Ruido y furia con sentido, con razón de ser. Simplemente asombrosa.

Como viene siendo habitual el top cinco de mis películas favoritas son las imágenes que ilustran este post en orden descendente, de la quinta a la primera.

lunes, 4 de enero de 2016

Mis series de 2015.

Año potente e interesante en el mundo de las series televisivas que siguen viviendo un buen momento pese a todo. La selección ha sido difícil de realizar y eso que no he visto alguna de los estrenos más potentes del año tales como Narcos o Mr. Robot. En fin sin más preámbulos hay va mi selección.

5.- True Detective temporada 2: Machacada sin piedad y considerada de manera casi unánime como uno de los grandes bluffs del año, lo cierto es que yo la disfrute horrores gustándome incluso más que la primera temporada (Alexandra Daddario aparte claro). Su noir directo, duro y sin concesiones, sus magníficos personajes casi todos condenados desde el principio sin posibilidad de escapar a su oscuro destino, las poderosas interpretaciones de sus actores principales, la crudeza de lo narrado, la podredumbre moral que lo impregna todo...En fin una serie magnifica que siempre me dejaba con ganas de devorar el siguiente episodio.

4.- Better Call Saul: Spin-off de la genial Braking Bad, la serie narra como uno de los secundarios más interesantes de aquella, el abogado Saul Goodman llego a convertirse en ese ser sin escrupulos ni moralidad que asesorara a Walter White en sus desmanes. Conocer las motivaciones reales del personaje, saber como llego a ser lo que fue y ver como intento hacer las cosas bien aun con demasiados factores en contra, da otra dimensión a Saul y le torna en un personaje mucho más atractivo e interesante de lo que ya lo era en Breaking Bad. Sin duda estamos ante un digo derivado de aquella, lo cual hablando de la serie que hablamos ya es una clara muestra de su inmensa calidad.

3.- Daredevil: Un drama callejero, a ras de suelo que explota una lucha épica de voluntades entre Matt Murdock y Richard Fisk. Inspirada en la estética y ambientación del El hombre sin miedo, la obra maestra de Frank Miller y John Romita Jr la serie de Daredevil que abría fuego a los productos Marvel adaptados en Netflix se gano a pulso la renovación para una segunda temporada donde la aparición de Punisher y Elektra y la adopción definitiva de un “traje de batalla” superheroico por parte del personaje pondrán a prueba el realismo y quien sabe si la sordidez vistas en esta primera temporada, de la que ya hable largo y tendido por aquí en su momento.

2.- Fargo temporada 2: Inspirada en cuanto a estética, concepto y ambientación en la magnifica película de los hermanos Coen, tanto la primera como la segunda temporada han sabido obtener su propia personalidad siendo productos claramente reconocibles y de una calidad envidiable. Esta segunda temporada va incluso más lejos que la primera y nos narra una cruenta guera de bandas en clave de genero negro y con momentos realmente alucinados que descolocan tanto a los personajes como al espectador. Su arco dramático es un continuo in crescendo que te mantiene pegado a la pantalla de principio a fin. Grandes personajes, magníficos actores, magnética ambientación y poderosa historia para una serie que por momentos roza al perfección.

1.- Show me a hero: El esperadisimo regreso de David Simon a la televisión se produjo con esta miniserie de 6 episodios para la HBO donde rodeado de magníficos actores (encabezados por el genial Oscar Isaac) narro la historia de la ciudad de Yonkers cuando en los años 90 se vio obligada a construir viviendas sociales por orden judicial pese a la oposición frontal de los vecinos. Simon con la ayuda de Paul Haggins (director de Crash y guionista de Million Dollars Baby) utiliza las circunstancias, propicias para sus discurso, para hablar una vez de los temas que más le han interesado siempre: el racismo latente en los EEUU, la corrupción y el oportunismo político, las desigualdades sociales....y lo hace con su habitual mirada critica en la que aquí, al contrario que otras veces y pese a su desolador final, hay sitio para la esperanza .

sábado, 2 de enero de 2016

“Mis Comis” de 2015.

Tanta reedición de clásicos (o tebeos viejunos, depende con quien hables) ha hecho que este año 2015 me haya acercado a relativamente pocas novedades y así haya corrido menos “riesgos”. No hay dinero para todo. En cualquier caso y como siempre pasa ha habido una amplia gama de novedades interesantes en este 2015 recién finalizado lo que me ha obligado a hilar muy fino a la hora de elaborar este ya tradicional top cinco.

5.- Jupiter´s Legacy de Mark Millar y Frank Quitely.: (Panini/Millarworld) Aunque el estilo de Millar me ha terminado cansando y hace ya tiempo que sus cómics han dejado de ser compra obligada para mi, lo cierto es que no podía dejar de escapar un cómic dibujado por Quitely que como mínimo sabía que iba a ser entretenido (raro es el tebeo en el que Millar no da eso). Por suerte más allá del, una vez más, majestuoso trabajo del dibujante escoces, Millar ha conseguido trazar una historia potente, que sin ser original, sabe jugar con la idea de legado, la dicótoma entre superhéroe clásico-supérheroe posmoderno y la eterna cuestión de que pasaría si los superhéroes hicieran frente a los problemas reales de la sociedad (un tema al que el guionista ya se había aproximado otras veces con distintas respuestas). La historia bien escrita, con buenos diálogos y plagada de grandes ideas deja con ganas de más y esperando la ya anunciada continuación.

4.- Velvet de Ed Brubaker y Steve Epting: (Panini/Image) Aunque por regla general me gusta más el genero negro que el espionaje y este año ha terminado la magnifica Fatale del dúo Brubaker/Philips, cómic que podría estar aquí perfectamente, la historia de Velvet una exespeia caída en desgracia que se obligada por las circunstancias a volver al tablero de juego, me ha fascinado. El ultrarealista pero narrativamente potente dibujo de Epting acompaña a un Brubaker en estado de gracia que partiendo de todos los tópicos clásicos del espionaje (como en Criminal partía de todos los tópicos clásicos del noir) construye un relato tenso donde nada es lo que parece y donde todo el mundo tiene mucho que ocultar, creando de paso un personaje magnifico, la propia Velvet que da titulo a la obra.

3.- García 1 de Santiago García y Luis Bustos: (Astiberri) Lo que Santiago García y Luis Bustos hacen en García me recuerda poderosamente a lo que (salvando las distancias) Alan Moore y un pléyade de dibujantes hicieron con Miracleman, esto es situar un personaje “inocente”, casi puro en su contexto de aventuras “blancas” (como es el caso aquí de un sosias de Roberto Alcazar) en un contexto actual que no termina de entender y donde parece que en un principio esta de más. Partiendo de una base tan potente el cómic ofrece una lectura ágil y amena con claras influencias/homenajes del cómic de superhéroes y que al igual que en el trabajo de Millar/Quitely deja con ganas de una ya anunciada segunda y definitiva parte.

2.- Lazarus de Greg Rucka y Michael Lark: (Norma/Image) Ambientado en un mundo futurista y distópico donde el darwinismo social ha triunfado en toda su extensión y una serie de familias controlan todos los medios de producción y ejercen el monopolio de la violencia, la obra se centra en una Lazarus, titulo que hace referencia a una suerte de general que lidera los ejércitos de las familias tanto de cara a guerrear con otras familias como de cara a controlar a la población. Siendo este el punto de partida la historia se centra más en las disputas familiares en pos del control del poder y en la búsqueda de Forever Carlyle (la Lazarus en cuestión) de su verdadera identidad así como de la aceptación por parte de una “familia” que la teme más que quererla y que la ha creado más que criado. Forever se presenta como un personaje típico de Rucka, una mujer fuerte, empoderada, en apariencia muy segura de si misma pero en el fondo consciente de que solo está donde está por su habilidades y dudando en todo momento tanto de su propia identidad como de su sitio en la familia. Magníficos personajes, un entorno atractivo, un dibujo potente y afilados diálogos son las armas claves de un cómic que me ha enganchado desde el principio.

1.- Multiverso de Grant Morrison y varios: (ECC/DC) Con Multiverso, Morrison sigue profundizando en ideas tratadas en 7 Soldados de la Victoria, 52, su larga etapa en Batman o (sobre todo) Crisis Final. En comparación con esta sin embargo el genio escoces consigue crear una obra redonda sin apenas fisuras, completamente coherente y mucho más “fácil” de seguir (tal vez por eso mismo menos estimulante). Un cómic en cualquier caso que da mil patadas a casi cualquier otro tebeo de superhéroes de las majors en 2015 y que demuestra que lejos de ser un problema, el concepto de multiverso es algo genial con lo que jugar si se deja en las manos adecuadas. El proyecto compuesto por dos especiales de apertura y cierre (ambos dibujados por Ivan Reis) y siete one-shots dibujados por un autentico quien es quien de los mejores lápices con los que cuenta DC tiene en su haber cómics de muy distinto tono y enfoque, todos con un tema común que al final termina encontrando su resolución y entre los que destacan con fuerza Pax Americana con el gran (una vez más) Frank Quitely, una suerte de parodia/homenaje a Watchmen y Ultra Comics con Doug Mahnke donde Morrison demuestra que sigue siendo un maestro en la ruptura de la cuarta pared y que por muchas veces que repita el mismo truco, en sus manos va a seguir funcionado.