jueves, 28 de junio de 2007

Iron Man el camino a la Civil War.

Bueno habiendo publicado ya Panini los 12 primeros números del volumen IV USA de Iron Man, la verdad es que por fin uno de los personajes más interesantes de la Casa de la Ideas empieza a gozar de la importancia, la calidad y el protagonismo de quien debiera ser un pilar central del Universo Marvel.

La importancia de Iron Man como personaje central del Universo Marvel actual se antoja como incuestionable, su papel en la Civil War como líder indiscutible de uno de los bandos en contienda ha venido a reforzar en sobre manera la figura de uno de los personajes más clásicos de Marvel, personaje que sin embargo llevaba mucho tiempo sin ser el foco de atención o sin pasar por una etapa reseñable.

Tal es así que prácticamente desde el fin de la época de Busiek-Stern con Sean Chean a los lápices (en los comienzos de Heroes Reborn), el personaje venía languideciendo entre insulsas historias de relevancia harto discutible, la propia editorial consciente de tal situación, decidió antes de que la Civil War fuera siquiera un mero esbozo en la mente de Quesada y compañía relanzar al personaje por todo lo alto contando para ello con dos firmas del prestigio del Warren Ellis (Planetary) y del espectacular y fotorealista Adi Granov, a guiones y lápices respectivamente, aprovechando tal circunstancia la colección fue de nuevo renumerada y anunciada por todo lo alto, sin embargo la lentitud de ambos autores (en especial del dibujante), hizo que la historia en seis números (iniciada en Enero de 2005 y finalizada en Mayo de 2006) no causara tanto impacto como de otra forma debiera haber hecho, aun así la saga titulada Extremis, supuso un autentico cambio en el status quo del personaje, el cual gracias a la intervención del virus que da nombre a la historia acaba convertido en uno con su armadura, y es que por primera vez en mucho tiempo el mejorado sería el hombre no la armadura.

La historia que supone una revisión de los orígenes e incluso motivaciones del personaje, además de plantear importantes debates morales (la necesidad de fabricar y vender armas como medio necesario para conseguir el dinero suficiente como para financiar proyectos que realmente ayuden a la humanidad, es decir ¿el fin justifica los medios?) supone la presentación de importantes personajes del pasado del personaje (jugando con la tan traída y llevada retrocontinuidad que en este caso si es bien empleada) como serán rival y amiga de Tony, Maya Hansen la única que en la Universidad se le podía equiparar en ingenio y que tendrá mucho que ver con todo lo que Exremis supone, volviendo a plantear Ellis si el fin justifica los medios a través de la actuación de este personaje con un punto de vista bastante distinto al de Tony el profesor y mentor de ambos en la universidad Sal, una especie de ácrata convencido del potencial de los dos para cambiar el mundo.

Tras Exremis, le llega el turno a Ejecutar Programa, segundo arco argumental de la nuevo volumen de la serie, que aunque conserva a Granov como (excelente) portadista, supone una renovación total en el equipo creativo, con los desconocidos Daniel y Charles Knauf (más conocidos por su trabajo en la serie de la HBO Carnivále) a los guiones y con el no mucho más conocido Patrick Zircher (Cable&Masacre) al lápiz, todo un riesgo por parte de Marvel, ya que supone poner al frente la colección de la futura figura central de todo su universo en manos de autores prácticamente desconocidos, sin embargo leída la historia solo cabe decir que se trata de un riego calculado, y es que si bien Ejecutar Programa no es original y peca de (algo muy habitual hoy en día) estar excesivamente alargada, lo cierto es que se trata de una historia entretenida que contiene casi todos los ingredientes mínimos que se le han de pedir a todo buen comic de superhéroes: buenos personajes, bien caracterizados a través de buenos diálogos, acción y espectáculo, una historia que contar y un gran respeto y conocimiento de lo narrado anteriormente, ingredientes que no deberían hacer destacar la historia, pero que lamentablemente en el noventero panorama actual lo hace.

El comic plantea una historia mil veces contada, la posibilidad de que Tony Stark pierda el control de su tecnología y esta acabe cayendo o bien en malas manos o bien se vuelva en su contra (visto por ejemplo en las distintas Stark Wars o en las Armor Wars, se ve que el chico es guerrero) aun así lo hace desde un punto de vista interesante ahondando en su pasado y no aclarando hasta el final si realmente Tony se ha vuelto loco (aunque sabemos que no es así) o si alguien le esta manipulando, la trama gira entorno a la muerte de varias personas en todo el mundo relacionadas directa o indirectamente con la génesis del hombre de hierro conduciendo todas las pistas a este como responsable de las mismas la resolución del misterio algo tramposa al no contar el lector con herramientas suficientes para resolverlo por si mismo no impide que el comic sea disfrutable con momentos muy interesantes como el combate con el Vigía o la recuperación de los personajes presentados en Extremis, es especialmente interesante el momento en el que Iron Man agarra por el cuello al Capi en arrebato de furia, todo un anticipo de lo que vendrá, el comic finaliza con una frase final totalmente forzada que enlaza con la postura del héroe en la futura Civil War.

Estamos por tanto en definitiva antes dos buenas historias, cada una en su estilo que dejan a Iron Man en una posición muy sólida y adecuada para lo que esta por venir con la guerra de marras, en cuanto las ediciones de estos comics en España, Panini ha optado por publicar ambas en sendos tomos de formato 100% Marvel, formato supuestamente de semilujo y que además de demostrar que no siempre los tomos son más baratos que sus equivalentes en grapa (12 euros por 6 números es más de lo que hubiera supuesto su publicación en grapa simple), me sirve para reflexionar sobre el por que de la necesidad de este formato tan caro y que no aporto (para mi al menos) nada a los tomos tipo Hulka mucho más baratos y con materiales de idénticas características, es decir una serie regular dentro del Universo Marvel central, realmente entiendo Marvel Zombis o 1602 en este formato, ¿pero series regulares del Universo Marvel 616?, no se, no termino de ver el motivo, pero bueno es lo que toca.

miércoles, 27 de junio de 2007

Daredevil: Historia de un hombre sin miedo. Parte XL: Daredevil Ninja.

El primer acercamiento de Brian Michael Bendis al personaje no se produjo en la serie regular del mismo, si no es esta intrascendente y entretenida miniserie hoy casi olvidada, pero que por ser precisamente el primer trabajo publicado de Bendis con DD tiene un cierto valor histórico.

La miniserie englobada una vez más en el sello Marvel Knights (increíble pero cierto un personaje con más de 40 años de historia apenas había protagonizado miniseries antes de la llegada del mencionado sello), fue publicado entre el 2000 y el 2001 y como era habitual en esa época dentro de muchos productos del sello, sufrió un importante retraso ya que el número 1 tiene fecha de portada de diciembre del 2000 y si bien el 2 la tiene de enero de 2001, el número 3 data de mayo de ese mismo año, en España la miniserie no llego hasta principios de 2003 recopilada en su globalidad en una única grapa de la mano de la extinta Forum.

En lo que respecta a los autores, poco se puede decir ya que no se haya dicho de Bendis y de su labor en DD, más allá de que el trabajo realizado en esta mini para nada anticipa los derroteros que más tarde iba a tomar su larga etapa al frente del personaje, en cuanto al dibujo y las tintas el autor será Rob Haynes el cual ya conocía al cuernecitos al haber realizado el MK: Daredevil 12 USA un fill-in en plena saga Mack-Quesada, su estilo descuidado, muy centrado en los primeros planos y con fondos muy pobres no resulta a priori atractivo, pero lo cierto es que leída la historia, resulta muy adecuado para lo que quería contra Bendis, estando las peleas (principal ingrediente de la historia) muy bien coreografiadas, el color sería realizado por David Self habitual colorista de Haynes que realiza un más que correcto trabajo.

Entrando ya en la historia en si, lo cierto es que como se señala más arriba porco de lo que en ella se narra hace adivinar nada de lo que luego supondría el trabajo de Bendis con el personaje, la historia como su nombre bien indica se centra en la vertiente más oriental del personaje, una vertiente que solo Miller (padre de la misma) y en mucha menor medida Chichester habían tratado con profundidad, la mini bebe de la etapa Miller de principio a fin ya que supone la recuperación de la Casta, la Mano, Piedra así como un fantasmal Stick y en ella se encuentran todos los ingrediente típicos y tópicos de este tipo de historias: peleas, acción, un objeto mágico, la búsqueda de un elegido por parte de dos bandos que quieren controlarlos, reencarnación etc.

El guión de Bendis (que carece de casi todos los elementos que le caracterizan) se muestra algo timorato en muchos elementos como si no terminara de dominar el género sobre el que escribe, ni el personaje al que luego sabría manejar tan bien cayendo reiteradamente en al descripción de los poderes de Matt (algo bastante común, por otra parte en los guionistas del personaje) en lugar de cómo haría más tarde dejar que el dibujo sea quien transmita la “sensación” de esos poderes al lector.

En cuanto al argumento en si, Bendis aprovecha para profundizar un poco más en los orígenes de la Casta (samuráis) y de la Mano (ninjas) a través de mitos y leyendas japonesas en torno a la figura de un héroe mítico que se reencarna cada cierto tiempo y cuyo control por parte de la Mano hay que evitar a toda costa, en todo ello juega un papel muy importante el bastón que Stick dejo a Matt ya que el senseí como anterior encarnación del héroe usaba el mismo como simbólica espada mítica asociada siempre al héroe, la Casta tras poner a prueba a Matt y demostrar este que esta de sobra preparado para ayudarles se enfrenta a la Mano para hacerse con el control del bastón y descubrir la identidad del futuro héroe identidad que permite enlazar con la saga “Diablo Guardián” de Kevin Smith, en un guiño muy bien ejecutado por Bendis.

La historia en si sin ser gran cosa resulta entretenida, bien contada pese a sus defectos y hasta graciosa por momentos (el permanente “odio el rollo ninja” de Matt), una comic en el que los combates y la acción están por encima de la historia en si pero que pese a ello permite pasar un buen rato, un trabajo interesante en definitiva aunque lejos de la trascendencia y calidad de la posterior etapa del guionista con el personaje, lo cual no tiene en si nada de malo, ya que Ninja lo único que pretende es entretener, y eso lo consigue de sobra.

martes, 26 de junio de 2007

JLA/JLE: Una forma distinta de hacer buenos comics de superhéroes.

Con el número 16 de Clásicos DC: JLA/JLE finaliza la mítica etapa de Giffen/DeMatties al frente de la Liga de la Justicia, aunque quedan todavía dos números con sagas realizadas muchos años después, tal vez sea el momento de hacer balance.

Uno que más allá de Batman y la JLA de Morrison es casi un recién llegado al Universo DC, siempre había odio hablar de etapas míticas de este universo, que si el Flash de Waid, que si el Superman de Byrne, que si la Wonder Woman de George Perez, que si la JLA de Giffen/DeMatties…, ¿un momento la JLA de Giffen/DeMatties?, ¿cómo puede ser buena una JLA en la que no estén ni Superman, ni Wonder Woman ni na de na?, la que “mola” es la JLA de Morrison lo demás son tonterías, pensaba yo, “que no, que no, que es muy graciosa” leía, ¿graciosa?, los superhéroes no son cosa de broma, son comics muy serios de gente con los calzoncillos por fuera, decía, y en estas pasa el tiempo y Pda decide recuperar tan mítica etapa, y claro la compro, y la leo, y la disfruto como hacía tiempo que no disfrutaba un comic de superhéroes.

CDC: JLA/JLE, se ha convertido en mi lectura más ansiada del mes, la que con más ganas espero y con más ansia devoro, y ahora que esta a punto de acabar ya empiezo a echar de menos la sensación de sorprenderme cada mes, de leer historias inteligentes, personajes bien caracterizados, situaciones cómicas que no se ríen de los personajes ni del género, si no que más bien se ríen con ellos y con nosotros.

JLA/JLE esta situada en plenos años 80, tal vez la mejor década en la historia del género, son los años de Watchmen, de DK, de Batman Año Uno, de Born Again, de Miracleman, los años de Moore y Miller en definitiva, son años en los que el género ha dado un paso adelante que parecía definitivo (que luego no fue tal) dejando definitivamente atrás su vertiente más infantil, el comic de superhéroes aparece como un género que ha alcanzado la madurez (o al menos entonces debió parecerlo) a través de ser llevado al limite, son los años donde la figura y función del héroe es cuestionada, es casi la época del reinado del superhombre en contraposición al superhéroe, los comics de superhéroes son mejores que nunca, pero por otro lado se encuentran en un callejón de difícil salida de cara a un futuro, en estas llegaron Giffen/DeMatties (y una pléyade de artistas entre los que destacaran sobre todo Kevin Maguire, Adam Huges y Bart Sears), y demostraron que se podía revolucionar el género si cuestionarlo, que el callejón tenía una salida más allá de la ultra violencia extrema (que desgraciadamente sería el camino elegido en los 90, con héroes con dientes apretados y armas hasta en las orejas, pero me desvió) que solo hacía falta amor por el, respeto, buenos personajes y cosas que contar.

JLA/JLE se convierte de esta forma en un ejemplo a seguir, su grandeza y su fuerza no se basa en cuestionar al héroe, ni siquiera en reírse de el (al final la colección no era tan graciosa), se basa casi en lo contrario, se basa en asumir y explotar al máximo la bases del género sin necesidad de llevarlo a un callejón sin salida, demostrando que se puede contar historias épicas, sacrificios heroicos y a la vez desarrollar y hacer evolucionar a los personajes sin caer en permanentes clichés.

Ahora que en DC andan cargándose (si no se han cargado ya) el legado de lo que esta liga supuso (lo que han hecho con Ted Kord o Maxwell Lord no tiene nombre, vale este siempre ha sido un poco manipulador, pero manipulador en plan “míralo que jodio” no en plan “soy un gran hijo de puta y os voy a reventar a todos”), tal vez y ante el cada vez más evidente fracaso creativo que ha supuesto OYL (de momento solo Green Arroz merece la pena), deberían recordar como Giffen/DeMatties supieron hacer una autentica maravilla de trabajo, con personajes secundarios por los que nadie daba un duro, y sobre todo deberían saber la herramientas que usaron para ello, ya que el miedo al cambio es un mal consejero.

Sea como sea lo que es innegable es que estas historias y esta etapa están ahí para el recuerdo, un recuerdo grato e imborrable que demuestra por que se debe mantener la fe en este género tan particular y proclive a producir más morralla (aunque solo sea por la inmensa cantidad de comics que se publican al mes) que calidad, un genero sin embargo que cuando suelta una obra maestra la suelta a lo grande y la JLA/JLE (JLI) es uno de los mejores ejemplos de todo esto.

jueves, 21 de junio de 2007

¿Quién es Superman?

Planteaba ayer Ricky en los comentarios de la reseña de Superman: Un año después, el debate en torno a si Superman es quien se disfraza de Clark Kent o si Clark Kent es en realidad quien se disfraza de Superman, debate sin duda muy interesante y que ayuda a mostar la complejidad de un personaje aparentemente tan simple.

Tradicionalmente siempre se ha dicho que los personajes de DC son más icónicos mientras que en los de Marvel son mucho más humanos, que mientras que los grandes personajes de DC son símbolos de conceptos o ideas y que por ello la capa siempre va delante de la persona, los de Marvel son en realidad personas más o menos normales atrapadas en circunstancias excepcionales, si esto pudo ser verdad en algún momento (lo cual es harto discutible) esta claro que hoy ya no es así, ambas editoriales se copian e influyen mutuamente, los equipos creativos que hoy están en Marvel mañana pueden estar en DC y las diferencias se difuminan a velocidad de vértigo, aun así, no es menos cierto que en algunos de los principales iconos de DC la capa si esta por encima de la persona, así esta bastante claro que Batman es ante todo Batman y que Bruce Wayne es solo una mascara conveniente en su guerra contra el crimen (aunque esto también parece querer ponerse en cuestión, lo cual sería un error mayúsculo, al menos bajo mi punto de vista), otro ejemplo bastante claro es Wonder Woman, la cual es ante todo y por encima de todo Wonder Woman, no hay demasiado que discutir al respecto.

Con Superman sin embargo esto no esta tan claro, si bien es cierto que se puede ver como un extraterrestre con los poderes de un Dios que se disfraza entre “nosotros” como un torpe periodista, no lo es menos que por educación y entorno Superman es un humano, criado y educado como tal y si aceptamos que el entorno esta por encima de los genes, habremos también de aceptar que Clark Kent es quien se disfraza de Superman y no a la inversa, lo que por otro ladoes precisamente el discurso que plantea Superman: Un año después, Clark es lo importante y Superman es su disfraz…, lo cual pese a todo lo expuesto no deja de ser discutible, por mucho que se haya criado en la Tierra y que haya sido educado como un humano lo cierto es que no lo es, sus poderes además le sitúan claramente por encima de la humanidad y tal y como se decía en Kill Bill lo cierto es que cuando es Clark Kent, actúa de forma torpe y estrafalaria, es decir se comporta como no es realmente para ocultarse, luego en realidad podemos asumir que Kent es el disfraz y solo cuando es Superman se comporta como realmente es sin esconderse, es más el propio personaje ha dicho en muchas ocasiones que sin la intimidad y el refugio que le supone Clark no podría seguir salvando continuamente al mundo, no aguantaría la continua presión, luego siguiendo esa línea de razonamiento Kent se convierte en un mero refugio para Superman, una especie de ampliación de su Fortaleza de la Soledad.

Sea como sea, lo cierto es que el debate es bastante interesante y que ambos puntos de vista tienen elementos a tener en cuenta, yo por mi parte veo al personaje de forma muy parecida aunque opuesta a Batman (parecida bajo el prisma de su vertiente icónica, de representación de un absoluto), y es esa dicotomía lo que me interesa, Superman es ante todo el símbolo de la luz, de la esperanza, de la inspiración, frente a la oscuridad y el castigo que representa bajo mi punto de vista Batman, por ello creo que tal vez sea más interesante que Clark sea el que se disfrace de Superman y no la inversa, aunque lejos de esta dicotomía y pensando en el personaje como tal veo a Superman como Superman y no como Clark Kent.

miércoles, 20 de junio de 2007

Superman Un año después.

Tras la reseña de Batman: Un años después, le toca ahora al tomo que recopila la saga de Superman, saga con muchos puntos en común con la de Batman y que muestra a las claras lo que DC pretende con OYL, una vuelta a las raices más básicas de sus personajes.

Superman Un año engloba cuatro números de las dos series principales que han quedado del Hombre de Acero; Superman 650-653 y Actión Comics 837-840, (con fecha de portada americana de Mayo- Agosto de 2006), los ocho números han sido publicados en España a la altura de Mayo de 2007 en un bonito y bastante económico (12,95 euros por 8 números no esta nada mal) tomo por parte de Pda, recopilando (al igual que con Batman) toda la saga de OYL en espera del relanzamiento de la serie mensual en grapa, con autores de la talla de Adam Kubert, Richard Donner o Carlos Pacheco.

Al contrario de lo que sucede en la saga de OYL del Hombre Murciélago donde James Robinson es el guionista de toda la historia, en Superman tendremos dos escribas como son Kurt Busiek (Thunderbolts, Vengadores…) y el omnipresente Geoff Johns (Crisis Infinitas, Jóvenes Titanes, JSA…), autores sin embargo de temática y estilos muy similares que se complementaran a la perfección en este trabajo no notándose en ningún momento la existencia de dos “voces” distintas, algo parecido sucederá en el dibujo donde Pete Woods y Renato Guedes además de realizar un excelente trabajo (tanto desde el punto de vista narrativo, como por la espectacularidad de algunas de sus páginas) se complementaran muy bien aportando una unidad gráfica a la historia que sin duda se agradece.

Entrando ya en lo que es la historia en si, lo cierto es que Superman Un año después hay que enfocarlo desde el punto de vista de la vuelta a las raíces que ha supuesto el fin de Crisis Infinitas, si existe algún axioma casi inviolable en los comics de superhéroes (en especial en sus grandes iconos), es que antes o después siempre terminan volviendo a las raíces a la esencia, así OYL en general supone ante todo un “back to basics” en toda regla, que en el caso de Superman consiste en mostrarnos ante todo y por encima de todo que Superman es mucho más “man” que “super”, que Clark Kent, no es una mascara o un disfraz, sino que Superman es ante todo Clark Kent (marcando así una nueva distancia en esta dicotomía tan fascinante que se produce entre los dos grandes iconos de la editorial, entre Batman y Superman); para dejar claro tal situación al principio del comic nos encontramos con un Kent que tras los sucesos de Crisis Infinitas ha perdido sus poderes y ha vivido su vida como un “simple” reportero, junto a su esposa Lois y sin todo el peso del mundo bajo sus espaladas consigue ser completamente feliz, sin embargo la ausencia de sus poderes no ha impedido un comportamiento heroico por su parte (el héroe esta en el hombre no en la capa) y durante todo ese año se ha dedicado a fustigar a un Luthor que enfrentado a múltiples procesos judiciales por su actuación cuando era presidente de los EEUU, saldrá finalmente indemne gracias a triquiñuelas legales, pero que (entre otras cosa gracias a la labor de Kent) ha perdido el apoyo y el respeto de Metropolis, Luthor lleno de ira y rencor por ello decide vengarse de una ciudad por la que se siente traicionado pese a (según él) habérselo dado todo, se siente rechazado y herido y toda la ciudad debe pagarlo, solo Kent podrá impedirlo, ¿pero será capaz de hacerlo ahora que no tiene poderes?.

Con esta interesante premisa se inicia Superman Un año después, que supone ante todo un desfile por la esencia del héroe y un retorno a mucha de las situaciones precrisis (precrisis en Tierras Infinitas se entiende), con un Luthor de nuevo científico loco y con planes descabellados (plan que se presenta como un claro homenaje a la película Superman Returns) , con un desfile de casi continuo de héroes y villanos y con un Superman alcanzando de nuevo cotas muy elevadas de poder, una historia en definitiva que bucea en el alma del personaje y que busca llegar al corazón del lector, pero que desgraciadamente se queda a medias ante la falta de fuerza de sus autores, y es que si bien Busiek y Johns, son dos grandes guionistas de género que conocen a la perfección la continuidad de los personajes y universos en los que escriben, conociendo y manejando como pocos las convenciones del género, su falta de fuerza, de alma por llamarlo de alguna manera hace que la inmensa mayoría de sus historias se queden en algo frío e impersonal, bien escrito, bien narrado, pero carente de emoción, por eso y aunque Superman Un año después es un buen comic de superhéroes que capta a la perfección la imagen que se desea transmitir del héroe más grande todos, su falta de garra hace que falle al menos parcialmente en el que parecía su gran objetivo, llegar al corazón del lector, quedándose tan solo en una historia que entretiene tanto durante su lectura como se olvida fácilmente tras ella.

martes, 19 de junio de 2007

Daredevil: Historia de un hombre sin miedo. Parte XXXIX: En el nombre del padre.

Siguiendo con la retrocontinuidad, si en DD Yellow o en DD The Man Without Fear mostraban distintas versiones del origen del personaje, Daredevil: Father, juega con la figura de una pieza clave en la esencia de Daredevil, su padre Jack “Batallador” Murdock.

Daredevil: Father concebida inicialmente como una miniserie de cinco números, que sin embargo al final tuvo seis, se trata de un proyecto de compleja publicación tanto en los USA como en España, enmarcada en el sello Marvel Knights, la miniserie supuso el regreso al tablero de dibujo del editor in chieff de la casa, Joe Quesada, el cual (portadas aparte) llevaba alejado de los lápices desde su estancia en la serie regular del cuernecitos, las ocupaciones propias de su cargo, y una clara falta de planificación hicieron que la miniserie que empezó a publicarse en Octubre de 2004 no finalizara hasta finales de 2006, un retraso que también afecto a su publicación en España, y es que la miniserie incluida como complemento en la serie regular del personaje tras su renumeración, se publico entre los números 1 y 5 de MK: Daredevil volumen II y no se pudiera concluir hasta el número 13 de la misma que incluiría el sexto número, los retrasos de esta índole que de por si son graves, lo son más en este caso y es que, ¿cómo va a exigir Quesada a nadie que entregue a tiempo si el mismo es incapaz de hacerlo?, en fin….

En cuanto a los créditos la obra cuenta con los guiones y dibujos del propio Quesada mientras que las tintas y el color corren a cargo de Danny Miki (Xtreme-X-Men) y Richard Isanove (Lobezno: Origen), es decir de lo mejorcito de la casa.

La historia que Quesada plantea parte de una idea interesante en la que la figura del padre juega un papel central en la vida de los cuatro personajes que sustentaran la historia, una historia en la que actos heroicos del pasado volverán no como tales si no más bien como pesadillas, una historia sobre las consecuencias de las acciones que se realizan aun con lo más loables fines, y en la que el destino de los cuatro personajes estará entrelazado de una u otra forma por la figura de sus padres.

Estos personajes serán, el propio Matt Murdock cuyo padre trato de inculcarle que estudiara y fuera alguien en la vida, pero cuyos actos le enseñaron todo lo contrario, ya que Matt no ha podido olvidar como Jack fue un en tiempos un mero matón del mafioso local, Nestor Rodríguez “Nero”, poderoso empresario y luchador en tiempos por los derechos de los hispanos en Norteamérica, vio a su padre morir entre sus brazos sin que Daredevil llegara a tiempo de evitarlo, Maggie Farell cliente del despacho de Matt a quien acude en busca de ayuda por haber contraído un cáncer por los productos químicos de una empresa y la identidad de cuyo padre será una de las sorpresas más impactantes de la historia, y Sean Farell marido de Maggie, un antiguo vecino de la Cocina del Infierno que conseguiría salir del barrio y cuyo padre también tendrá un importante relación con Matt, o más bien con su padre.

La historia se enmarca en una ola de calor terrorífica que asola un New York, que se encuentra inmerso en plena ola de crímenes de un asesino en serie conocido como Johny “Cuencas”, por su costumbre de arrancar los ojos a sus victimas mientras aun están vivas, Murdock más preocupado por completar la erradicación del crimen en la Cocina del Infierno (la historia esta ambientada en plena época Bendis, cuando Matt se había proclamado “rey” del barrio) que en otra cosa, no se interesa en lo más mínimo por este asunto, hasta que descubre por la malas que todos los asesinados son o han sido clientes de su bufete, las pistas parecen conducir a Sean, pero las apariencias siempre engañan y la resolución de la trama (de largo lo mejor de la serie, por no decir lo único bueno) dejara a Matt impactado, y agradeciendo a su padre, que pese a haber cometido errores, supo rectificar a tiempo, y finalmente dar esperaza a Matt.

Antes de llegar a todo esto, han pasado 6 largos (no por lo mucho que hay que leer, si no más bien por lo aburrido de lo que se cuenta) números en los que Quesada, dispuesto a marcar diferencias con su anterior etapa dibuja a un Daredevil masivo (nunca mejor dicho, a veces parece más Hulk de rojo más que DD), abusa de las pantallas de televisión como hilo conductor de la historia e inventa a un patético grupo de superhéroes nuevo Los Santeros, dirigidos por Nero y cuyas apariciones más allá de lo ridículo de vestimentas o actitudes solo sirven para ver a DD vestido de samurai y cargando contra ellos sobre una moto con una lanza cual caballero medieval (sic), la historia en si parte de una buena idea y el final es impactante, pero su desarrollo lento y anodino, su dibujo totalmente erróneo para lo que se supone que es DD, y su casi total falta de planificación que hace que muchas veces parezca que las cosa pasan por que si, hacen de Father poco más que un experimento visual de manos de un Quesada desbocado que en abusa de splash pages y de recurso estilísticos que solo complican la lectura, en definitiva DD: Father se trata de una obra mediocre que no solo podía haber sido contada en lo cinco números inicialmente previstos si no que incluso así sobrarían números…cinco por lo menos.

jueves, 14 de junio de 2007

La era del Spoiler.

Se quejaba no hace mucho el director de Iron Man sobre lo difícil que resultaba trabajar en una producción de esas características sin que se filtrara información, señalando que el ansia por saber todo antes de que pase de algunos fans, estaba acabando con la magia de ira al cine.


Interesante reflexión la de Jon Favreau en la que no le falta razón, y es que una de las desventajas más evidente de esta “era de la información” es la perdida total de la magia del no saber que pasara, de sorprenderse, de impactarse, hoy antes de que se estrene una película ya se sabe todo sobre ella (el guión de X-Men III circulo por la red mucho antes de que esta se estrenase), antes de que se emita el final de una serie ya circulan por la red multitud de spoilers sobre como acaba(ahí esta el reciente ejemplo de Lost), antes de que un comic salga a la venta ya se anuncia que tal personaje muere o que tal otro revela su identidad, ya sea por la voracidad de unos fans nunca satisfechos con la información de la que disponen, ya sea por la filtración interesada de productoras/editoriales, llegar “virgen” a un comic/película a poco que te muevas por Internet se esta convirtiendo en una tarea propia de titanes.

La situación es todavía peor para el seguidor del comic USA en España, y es que entre los spoiler que proporcionan las propias editoriales a través del Previews (cuyo sistema será una herramienta de compra maravillosa, pero es una de las causas fundamentales del problema), la estructuración en arcos arguméntales casi completamente cerrados y la distancia de 10-12 meses con respecto a la edición original hacen que la sensación mágica del continuara haya pasado a mejor vida y que uno tenga que andar con pies de plomo a la hora de entra en blogs y foros, (lugares donde en muchas ocasiones se produce el fenómeno contrario, alguien comenta un comic publicado hace unas semanas es España, y se le acusa de soltar spoilers…ni tanto, ni tan calvo).

Como decía más arriba gran parte de la culpa de esto la tienen los propios implicados en el asunto, las propias productoras/editoriales, se dedican a soltar avances y más avances, sin preocuparse siquiera de hasta que punto están haciendo daño a su propio producto; la necesidad de llamar la atención de ponerse por encima de las editoriales/producciones rivales, lleva a que muchas veces el daño sea muyo mayor que la propia expectación creada, sin embargo no siempre es así y no son pocas la veces en las que los propios fans gracias a distintas argucias consiguen spoilers que no dudan en colgar enseguida en la red para desgracia de quien quiere enterarse de las cosas viéndolas/leyéndolas, y es que si uno se plantea ¿que hubiera pasado si antes siquiera de estrenarse El Retorno del Jedi ya se hubiera sabido que Darth Vader era el padre de Luke?, ¿o si antes de que acabara Watchmen ya se supiera quien estaba detrás de todo?, evidentemente tanto El Retorno del Jedi como Watchmen segarían siendo clásicos insustituibles en sus respectivos ámbitos, pero parte de su magia se hubiera perdido,

No es una situación que tenga fácil solución (salvo quizás dejar de navegar por la red), y más en el tema de los fans, pero creo que las editoriales/productoras (que es definitiva de quien depende esto ya que si consiguen evitar filtraciones también acabaran con la información descontrolada) deberían tener mucho más cuidado con la información que sueltan y con como la sueltan, por que una cosa es crear expectativas de cara a vender un producto y otra cosa es cargarse toda la emoción que pueda suponer la visualización de la peli/serie o la lectura del tebeo en cuestión.

miércoles, 13 de junio de 2007

Todd McFarlane, genio y figura.

Terminaba hace poco la lectura del monográfico que Dolmen ha dedicado a la figura de esta singular autor y son varias las ideas y recuerdos que me han venido a la cabeza, recuerdos de juventud, cuando McFarlane era lo más de lo más y parecía que se iba a comer el mundo.

Eran los comienzos de esos años tan “malditos” como definitorios que fueron los 90, era la época de los dibujantes hot (por contraposición hoy estamos en la era de los guionista hot), autores que repartían la pana y a los que se les concedía casi cualquier capricho, era la época de Todd McFarlane y de Jim Lee mis amigos y yo flipábamos en colores con el trabajo de estos dos autores (Rob Liefeld nunca nos gusto), y las discusiones sobre cual de los dos era mejor y cual vendía más ocupaban tardes de juegos y recreos de colegio (a mi siempre me tiro más Lee, y es que los mutis siempre me han gustado más que el arácnido). Eran discusiones que no conducían a ninguna parte, pero que traen gratos recuerdos incluso hoy en día donde yo soy el único que sigue comprando comics.

El paso del tiempo sin embargo rara vez es aliado de modas pasajeras y fanfarrias varias, y hoy en día mientras que parece que Jim Lee sigue gustando y siendo un dibujante más o menos reconocido, McFarlane es ninguneado y reducido al chiste, decir que te gusta el trabajo de Todd (aunque sin llegar a los niveles de Liefeld) es casi “comiquerilmente” incorrecto, mucho ha tenido que ver en esto su actitud prepotente en el tema de los derechos de Miracleman (donde el mismo ha traicionado las intenciones y deseos con los que dijo fundar Image), el recelo y casi odio a la generación Image, (a la que se considera en gran parte responsable de lo sucedido en los 90, sin tener en cuenta que no fueron ellos quienes obligaron a sacar millones de portadas distintas o crossovers todos los años) o alguna que otra declaración altisonante.

Sea como sea, lo cierto es que no se puede ni se debe negar la influencia de Todd en el comic americano, influencia que todavía se palpa hoy en día, consiguió aportar una nueva imagen a todo un icono mundialmente reconocido como es Spiderman, imagen seguida e imitada durante años y años, un Spiderman con ojos enormes, posturas imposibles y telarañas enrevesadas (la famosa telaraña espagueti), una imagen que tal vez no sea al 100% suya, pero que sin embargo fue él, el que la consolido, popularizo y estandarizo. Su papel fundamental en la creación de Image (con todo lo de negativo que esto puede tener) supuso un vital impulso en la defensa de los derechos de los autores sobre los personajes y contribuyo a que otros grandes artistas se atrevieran a realizar movimientos similares (y pienso en el sello Legends de Dark Horse de donde salieron el Sin City de Miller o el Hellboy de Mignola). Además su estilo de dibujo tan particular, tan dado a la caricatura, a la exageración que combina lo grotesco con lo espectacular, su capacidad para romper la página, para jugar con ella y transformarla a su antojo, hacen que sea un estilo tan personal como difícil de imitar, hecho que sin dudad a contribuido a que McFarlane sea casi único en sus especie, impidiendo el surgimiento de una legión de clones y “calcadores” que tanto daño han hecho a Jim Lee.

El paso del tiempo ha hecho que sus comics en The Amazing Spiderman, queden lejos de ser las obras maestras que de niños pensábamos que eran, pero se muestran entretenidos, espectaculares y no desentonan en absoluto hoy en día, su labor en la serie Spider-man, supone ante todo (y como el mismo reconoce) la subyugación definitiva del guion ante el dibujo y como tal no son precisamente buenos comics…pero visualmente son impactantes y atractivos, llaman la atención, hacen que te fijes en ellos quieras o no, y es que esa es precisamente la gran virtud de Todd. Un comic de McFarlane, aunque la historia sea mala, te llama te atrae, y es que aunque su dibujo no resista un análisis frio y exhaustivo, aunque su conocimientos de anatomía sean mínimos, aunque dibuje dos pies izquierdos y dos manos derechas, los dibujos de McFarlane tienen magia, una magia que te hace aguantar durante algún tiempo casi cualquier historia (yo aguante Spawn hasta el número 7 y eso que era mala con avaricia), es casi una cuestión de carisma, y es que aunque ahora mismo se pueden nombrar a bote pronto diez dibujantes mejores que McFarlane en casi todos los aspectos (narratividad, anatomía etc), no creo que sea tan fácil conseguir el mismo número si de lo que se trata es de espectacularidad, de riesgo en la composición, de magia y de capacidad de atracción, es que Todd pese al paso del tiempo, pese a sus comportamiento y actitud, pese a todo, sigue siendo incluso hoy en día mucho McFarlane.

martes, 12 de junio de 2007

Daredevil: Historia de un hombre sin miedo. Parte XXXVIII: Daredevil Yellow, y el diablo vistió de amarillo.

El origen de los grandes héroes del comic es revisitado una y otra ves, cada cierto tiempo surgen proyectos que desde el cambio o desde la nostalgia regresan a esos primeros años del héroe, si el otro día veíamos el origen del hombre sin miedo desde el primer enfoque hoy de la mano de Jeph Loeb y Tim Sale, lo veremos desde el segundo.


Daredevil Yellow fue una miniserie de seis números publicada bajo el sello Marvel Knights entre Agosto de 2001 y Enero de 2002, en España se publico en un bonito tomo en tapa dura en el año 2002 por parte de la extinta Forum, una edición muy buena, con todas las (excepcionales) portadas, un prologo de Stan Lee y unos cuantos bocetos como extras todo por tan “solo” 15 euros, un precio más que asumible teniendo en cuenta el tipo de edición y sobre todo lo que depararía el futuro en lo que a ediciones de tapa dura por parte de Panini se refiere.

El proyecto cabe enmarcarse dentro de las colaboraciones entre Loeb y Sale, colaboraciones de las que han salido comics tan interesantes como Batman: El Largo Hallowen, su secuela Dark Victory, Superman Las Cuatro Estaciones, o “los trabajo de colores” para Marvel como Spiderman Blue, o Hulk Gray, son por regla general proyectos ambientados en los primeros años del héroe en cuestión, donde Loeb gran fan de la época más clásica de los héroes (algo que ha demostrado con creces en su etapa en Superman) realiza guiones que desde la nostalgia y el respeto tratan o bien de evocar o bien de imitar el tomo y estilo de esos tiempos primigenios, el gran atractivo de estas colaboraciones reside sin embargo en Tim Sale, excepcional dibujante lleno de garra y fuerza, cuya sola presencia justifica de por si la compra de un comic, artista capaz de combinar espectacularidad con narratividad, Sale demuestra un manejo de la composición de página y de los personajes que en ella se mueven que para si quisieran muchos de los artistas más hot del momento.

Entrando en lo que a Daredevil Yellow se refiere, el proyecto surge por las ganas que Sale tenía de dibujar al personaje y Loeb lo enfoca de manera casi idéntica que el resto de proyectos con el dibujante para la Casa de las Ideas en la época, así si la historia empieza con Matt recordando su pasado a través de una carta que escribe a Karen Paige el amor de su vida recientemente asesinada a manos de Bullseye, Matt rememora sus orígenes y como conoció a Karen y recuerda de paso sus primeras historias aquellas escritas por Stan Lee y dibujadas por autores como Bill Everett o Wally Word, historias donde Daredevil se enfrenta vestido de amarillo (de ahí el titulo)a villanos tales como Electro, el Buho, o el Matador, a la vez que vive un extraño triangulo amoroso o es contratado por los 4F como abogado, Loeb cuyo trabajo en algunas ocasiones más que homenaje parece copia del de Lee, rememora de esta forma la inocencia inicial de un héroe muy lejano de la oscuridad que la llegada de Miller traería, un héroe simpático que disfruta con lo que hace y cuyo traje amarillo por su propia luminosidad contrasta con el posterior traje rojo o con la oscuridad de las escenas ambientadas en el presente (en este aspecto juega también un gran papel el colorista Matt Hollngsworth).

El problema del comic es que las historias que rememora Loeb, más allá de la nostalgia, no eran buenas historias ya en su día, como ya se ha dicho por aquí Daredevil al principio era un personaje muy mal concebido, cuyo único elemento de diferenciación era su discapacidad que casi lo definía siendo por lo demás un Spiderman madurito de segunda, y es que el trabajo de Lee con el personaje no puede situarse ni mucho menos entre los mejores del guionista ya que Daredevil en toda esta época se movería entre historias absurdas con triples personalidades, triángulos amorosos estupidos y una galería de villanos entre triste y lamentable, por ello y pese a sus esfuerzos la historia se convierte en un homenaje nostálgico a una época que tal vez no merezca tal cosa, otro tema sin embargo es el dibujo donde Sale autentico alma mater del proyecto demuestra sus ganas y buen hacer y hacen que por si mismo merezca la pena el comic.

No quisiera acabar este análisis sin tocar aunque sea de pasada el tema de la continuidad, por que si a nivel “canónico” el origen oficial del personaje es Daredevil: El Hombre Sin Miedo de Miller y Romita Jr., ¿donde queda Daredevil: Yellow?, bueno la cuestión es peliaguda ya que lo aquí descrito entra en clara confrontación con el trabajo de Miller, trabajo por otra parte también difícil de encajar con la narrado en su día por Stan Lee que es en lo que se basa Loeb a la hora de escribir esta obra, tal vez ante estas contradicciones (y viendo la calidad de una y otra obra) lo mejor sea considerar a Daredevil: Yellow un mero ejercicio nostálgico carente de todo interés más allá de su espectacular dibujo.

jueves, 7 de junio de 2007

¿Plan editorial?, ¿y eso que es lo que es?...

Repasaba yo feliz y dicharachero mi simpar colección de la Patrulla X, cuando de repente y (además de ver cosa tan extrañas, como artículos, correos y líneas directas, que cosas más raras hacían antes ¡mira que buscar varias vías de comunicación con los lectores!, vaya ocurrencias) en medio del comic me encontré con algo que se llamaba Plan Editorial Marvel 1995, ¿y eso que es lo que es?, pensé ligeramente inquieto.

Pues si niños y niñas, en una galaxia muy, muy lejana, en una Tierra paralela (que no para lelos) llamada Tierra Forum, se publicaban ni más ni menos que planes editoriales en lo que se señalaba que se tenían pensado publicar a lo largo del año, podía haber cambios y siempre se guardaban alguna sorpresita, pero a grandes rasgos eso era lo que te ibas a encontrar en los quioscos (si aunque hoy en día parezca casi ciencia-ficción, entonces la mayoría de los comics Marvel se podían comprar en los quioscos) a lo largo del año, y oye quieras que no daba una sensación de confianza y serenidad que se agradecía, y es que las editoriales sabían que, como y cuando iban a publicar y se lo decían sin rubor a sus esperanzados clientes, seguro que muchos pensáis ¿un año entero?, tu estas tolao, pues los había, los había y tengo pruebas. (ver imagen adjunta).

Viene todo esto a colación por que estamos a las fechas que estamos y todo parecido a un plan editorial por parte de Panini para 2007 es pura coincidencia (a no se que se entienda como tal el batiburrillo ese del checklist de la Civil War, donde sin temor alguno se meten comics que no tienen nada que ver con la saga en cuestión), y mientras que Pda que si bien ha sacado un plan en lugar de abarcar todo el año solo abarca unos mesecillos, no sea que haya que cambiar todo sobre la marcha y queden como el culo (no sería la primera vez, todavía recuerdo las famosas hojas, no se si blancas o amarillas anunciando la JLA 1 en grapa para hace no se cuando), no sabiendo ni siquiera todavía las novedades de Julio (cosa que parece que nuestros amigos italianos si conocen, hay que joderse), y es que no se que pasa en los últimos años pero pareciera que hay una especie de miedo irracional a decir que se tiene pensado hacer a grandes rasgos en el año, no se parece como si fuera un secreto de Estado o algo así, no pero aun, parece como si fuera más secreto que las cifras de venta (tan secretas que nos tenemos que creer que el BoME del Motorista Fantasma ha sido un megaéxito, solo por que lo diga Viturtia, y eso que nadie parece haberlo comprado, y muchos libreros dicen haberlos devuelto cual yogur caducado y con moho).

Puede que no tenga mucha importancia y que yo sea muy picajoso (que también) pero la verdad es que como decía más arriba, eso de sacar un plan editorial que abarca un año entero (aunque sea un avance), pues quieras que no da confianza al cliente, que de otra manera puede pensar que se edita en plan salto de mata, una especie de aquí te pillo aquí te mato, y que los editores editan un poco a la aventura a ver que pasa, y como prefiero pensar que no es así (pese a las pruebas que parecen indicar lo contrario), creo que eso de sacar planes editoriales y tal puede se positivo, no se, en fin a lo mejor me equivoco, pero yo creo que eso de informar a tus clientes siempre ha sido una buena estrategia para tenerlos contentos. (pese a las pruebas que demuestran lo contrario).

miércoles, 6 de junio de 2007

X-Men El Fin: Recordando tiempos mejores.

Bueno pues se acabo lo que se daba, con varios meses de retraso un cambio en el precio y en el tipo de papel, Panini por fin ha terminado la publicación de la “trilogía de trilogías”(al menos en España) que ha supuesto X-Men: El Fin, y creo que se puede decir que la espera a merecido la pena

X-Men: El Fin, se enmarca dentro de la tendencia que en los últimos años puede apreciarse en Marvel, de contar el hipotético final de algunos de sus principales iconos, se tratan de o bien números únicos o bien de series limitadas, en los que equipos creativos de prestigio narran lo que bajo su punto de vista la que sería la última aventura de esos personajes, los resultados de estos comics son bastante dispares pasando de lo excelente del Hulk: El Fin (de Peter David y Dale Keown), lo interesante de Punisher: El Fin (de Garth Ennis y Richard Corben) o lo absolutamente mediocre de Lobezno: El Fin (de Paul Jenkins y Claudio Castellini).

Entrando ya en lo que a los X-Men compete, lo cierto es que resulta innegable, casi por una cuestión de reconocimiento, que el guionista de su presunta última historia no podía ser otro que Chris Claremont, autentico alma mater de la criatura tal y como hoy la conocemos, y es que aunque si bien es cierto que sus últimos trabajos se encontraban, por lo general, a años luz de su época dorada en la franquicia mutante si alguien debía contar esta hipotética ultima historia de los X-Men ese era Claremont.

Partiendo de esta base y puesto el proyecto en marcha desde un primer momento quedo claro que X-Men: El Fin no iba a ser un proyecto normal, y es que al contrario que los anteriores especiales, esta historia se iba a narrar a lo largo de 18 densos e intensos números, estructurados en “tres libros” de seis números cada uno, proyecto que Quesada (con su habitual tendencia hacía la exageración y el autobombo) no dudo en calificar como “El Señor de los Anillos de Chris Claremont” , lo que deja a las claras las expectativas y la ambición del proyecto, proyecto que contaría con los lápices de Sean Chen conocido sobre todo por su labor en el Iron Man de Busiek/Stern, en plena etapa Heroes Reborn, Chen caracterizado tanto por su solidez y buena narratividad, como por su escasa capacidad para el espectáculo, y su dificultad para diferenciar las caras más allá del peinado, realizara en X-Men: El Fin, un solidó aunque un tanto impersonal trabajo, siempre a la sombra del autentico protagonista del proyecto que no es otro que su guionista Chris Claremont, el cual con libertad plena y sabiendo adonde quiere llegar demuestra que todavía tiene mucho que contar y esta lejos de estar “acabado” (termino que se usa con demasiado facilidad cuando un guionista que lo ha sido todo encadena un par de obras mediocres).

Analizando ya lo que es la historia en si, X-Men: El Fin, se sustenta sobre todo en dos pilares básicos, la primera etapa del propio Claremont (en especial con Byrne) en la serie, y la etapa de Grant Morrison en la misma, son estas dos grandes etapas en torno a las que pivotara la historia, aunque no serán ni mucho menos las únicas ya que todos los personajes que de una forma u otra han tenido relevancia en la franquicia mutante tendrán su papel en X-Men: El Fin.

La historia se sitúa varios años en el futuro, la Patrulla X sigue existiendo como refugio y escuela para mutantes, Cíclope continua como sempiterno líder del grupo y este ha adquirido una dimensión y una fuerza rara vez vistas, y aunque muchas cosas siguen igual otras tantas han cambiado, así podemos asistir al destino de personajes como Hank McCoy casado con Cecilia Reyes. Tormenta desgastada por sus poderes y que solo puede mantenerse en pie gracias a una armadura etc, todo esto resulta interesante bajo el prisma de conocer el destino que Claremont guarda para los principales personajes, pero los temas centrales de la saga son fundamentalmente dos, por un lado la candidatura de Kitty Pride a la alcaldía de Chicago frente a una racista antimutante, candidatura cuyo éxito se antoja clave para la definitiva normalización de las relaciones entre humanos y mutantes, y por otro lado el ataque brutal y salvaje que fuerzas desconocidas dirigen al mismo corazón de los X-Men causando desde el principio muchos muertos y una sensación de caos difícil de controlar, caos que en muchas ocasiones el propio Claremont transmite y es que esta trama se vuelve por momentos muy densa y en ocasiones difícil de seguir ya que en ella se imbrican los principales enemigos de la cosmogonía mutante, el Nido, Mr Siniestro, los Shi´ar etc, una pleyade enorme de personajes al servicio de una trama centrada en la búsqueda de quien esta detrás de tales ataques y que finalmente se resuelve de forma brillante en un épica conclusión que recuerda (aunque de lejos) a lo narrado en la resolución de la saga de “Fénix Oscura”, con un final totalmente coherente con los que son los X-Men en mundo donde finalmente y tras tantos años de lucha, los X-Men por fin no son necesarios.

Son muchos los personajes que destacan y brillan con luz propia en la saga, empezando por Kitty (pilar básico de la historia) y culminando con un glorioso y heroico Magneto, personaje que pierde casi toda su grandeza cuando no lo escribe Claremont (tal vez solo Alan Davis haya sabido tratarlo de forma correcta), pero y desde un punto de vista más personal, es el tratamiento que Claremont da a Cíclope el que más interesante me resulta, primer y ultimo hombre X, Scott Summers cobra un protagonismo fundamental en la saga, lo cierto es que Scott siempre ha sido un personaje por el que Claremont ha profesado cariño y respeto, y es innegable que fueron los designios editoriales en su momento los que le arrebataron el control del personaje y le obligaron a acabar con su relación con Madelyne Prior (personaje también fundamental en la saga) todo para que Scott estuviera “disponible” tanto para el grupo Factor X como para el regreso de Jean Grey, Claremont aprovecha la libertad que le promociona X-Men: El Fin para recuperar al personaje, reconducir su relación con Madeyne-Jean-Fenix (donde Scott, con sencillez y claridad reconoce sus errores), y mostrar por que es realmente el autentico líder de la Patrulla X, una caracterización excelente que es uno de los muchos aciertos de X-Men: El Fin, historia que pese a sus defectos (demasiada complejidad en algunas tramas con elementos que se mezclan y se entremezclan y ocasiones son difíciles de seguir) demuestra que quien tuvo, retuvo, y que Chris Claremont y todavía tiene mucho que contar.

martes, 5 de junio de 2007

Batman un año después, vuelta a empezar.

Aun no han acabado las Crisis Infinitas y ya estamos con el famoso One Year Later, en este caso con el de Batman, fascinante personaje que salvo contadas excepciones no ha sido todo lo bien tratado que debiera desde la relativamente lejana época de Brubaker- Rucka.

Publicada por Pda en un bonito y no demasiado caro (13 euros por 8 números esta bastante bien) tomo, Batman: Un año después, supone un nuevo trabajo para el Universo DC del más que interesante James Robinson, autor que debido a sus ocupaciones en otros medios no se prodiga tanto como nos gustaría en un género donde a lo largo de los años ha ido dejando perlas innegables, como JSA: Edad de Oro, los primeros números del volumen de la JSA actual (la que esa a punto de acabar con Pda) y sobre todo con su multipremiada Starman, en lo lápices contara con la labor combinada de Don Kramer y Leonard Kirk conocidos sobre todo por su funcional (aunque algo soso) trabajo en la JSA, el tomo recopila los ochos números (cuatro de Batman y cuatro de Detective Comics) que a lo largo de 4 meses supusieron en los USA la saga One Year Later, donde se narraba el regreso a Gotham del Caballero Oscuro y Robin tras un año de ausencia, causado por los acontecimientos narrados en Crisis Infinitas.

Varios puntos son destacables en este tomo y por desgracia la mayoría negativos, el regreso de Batman a SU ciudad trae consigo un relativo cambio de actitud de un Batman, que en los momentos previos a las Crisis Infinitas se encontraba al borde del desquiciamiento por los sucesos narrados en Crisis de Identidad, Proyecto Omac, Juegos y Crímenes de Guerra y la saga de Capucha Roja, todos estas sagas habían dejado a Batman sin aliados, enfrentado a la policía de Gotham, y desconfiando de los que había llegado a considerar sus amigos, y es que el paranoico supremo había descubierto que realmente le estaban persiguiendo, esta amargura y soledad, da paso en Batman: Un año después, a un Batman mucho más amable (relativamente, no en vano estamos hablando de Batman) consciente de sus errores, y dispuesto a dar segundas oportunidades, un Batman de nuevo junto a un Robín que le ilumina apaciguando su oscuridad, y por tanto un Batman más icónico (bajo el prisma de que se recuperan algunos elementos fundamentales de su leyenda) y más cercano en cuanto a tono (desgraciadamente muy lejos en cuanto a calidad) del Batman que podemos ver en Las aventuras de Batman.

Robinson plantea una aventura de corte detectivesco a la vez que pasa revista a algunos de los más destacados villanos de la galería del murciélago, todo encaminado a restaurar el status quo de uno de los más grandes villanos de esa galería Harvey Dent, Dos Caras, y es aquí donde precisamente y a mi juicio falla la historia y es que si bien esta es entretenida (aunque de Robinson siempre cabe esperar algo más) y esta bien dibujada (aunque de una forma sosa y de nuevo algo decepcionante), el problema de Batman: Un año después, estriba ante todo en que supone una profunda regresión en lo que ha sido la evolución del personaje y su entorno en los últimos años, una vuelta al status quo no ya previo a Crisis de Identidad, si no previo a la etapa Rucka-Brubaker en la colección, etapa cuyos últimos vestigios Batman: Un año después se encarga de hacer desparecer, en un movimiento parecido a lo que Dinastía de M supuso para la franquicia mutante, Batman da un paso atrás y todo vuelve a estar donde se supone debería estar, pareciera que los últimos años no hubiesen pasado y de nuevo tenemos a Gordon, a la Bat-señal, a Bullock o a Dos Caras como si tal cosa, una autentica lastima por que realmente parecía que en Batman (al contrario que en otros iconos del genero) las cosas que pasaban si tenían su peso y significado, que realmente había cambio y no solo sensación de cambio pero Batman: Un año después demuestra a las claras que las cosas no son así y que las aguas terminan volviendo a su cauce, evidentemente nada de esto es culpa de James Robinson (mero guionista puente hasta la llegada de Dini y Morrison), si no que la responsabilidad es totalmente editorial, pero no deja de ser una lastima que un personaje al que en los últimos años le habían pasado cosas importantes (narradas con mayor o menor calidad, pero importantes), vea como todo eso se deshace simplemente por designios de unas editoriales con demasiado miedo a hacer cosas y cambios permanentes en sus iconos.

Con todo esto ¿merece la pena Batman: Un año después?, depende como se mire, Robinson aunque no esta a la altura de otros trabajos, realiza un guión entretenido de fácil y amena lectura, con un Batman bien caracterizado y unos personajes secundarios bien llevados, es además acompañado por dibujantes cumplidores sin más, que narran bien y acompañan la labor del guionista, así que como historia en si Batman: Un año después sin ser gran cosa puede merecer la pena, el problema estriba en si gusta o no la regresión que el comic supone para el personaje, y eso ya es cosa de cada uno, a mi personalmente no me gusta nada, aunque a estas altura uno ya esta acostumbrado a estas cosas.