jueves, 31 de diciembre de 2015

De planes editoriales: Un mucho de Panini y un poco de ECC.


Antes solía escribir bastante a menudo por aquí sobre el mundillo editorial, hace tiempo que no lo hago (bueno hace tiempo que casi no escribo por aquí pero ese es otro tema). Los recientes planes editoriales de Panini y ECC y algunas cosas que he leído en el foro del Universo Marvel me han animado a escribir unas improvisadas líneas al respecto.

Si alguien ha seguido este blog de manera habitual sabrá que siempre he sido muy crítico con Panini. Varios son los temas que se han tocado por aquí al respecto: no se puede olvidar el desierto casi absoluto que a nivel de clásico siguió al fin de las Bibliotecas Marvel ni esa aberración posterioremente saldada que fueron los lamentables Best Of Marvel, tampoco la tomadura de pelo del preciosgate o la actitud mostrada con determinados formatos para luego adoptar las misma soluciones. Sin embargo desde hace ya un tiempo las cosas han cambiado mucho, muchísimo en realidad.

Digámoslo claro: a estas alturas Panini es sin duda la mejor editorial que ha publicado Marvel en España. Sin más, le ha costado mucho, pero al final ha conseguido superar y con claridad el recuerdo de al mítica Forum. A nivel de actualidad ya lo había hecho hace años donde salvo cosas totalmente extemporáneas y casi inexplicables (pienso en el formato Ultimate) Panini se había convertido en una editorial perfecta en lo que a este ámbito se refiere. Sabias que lo que salía en USA casi seguro que iba a salir aquí de un modo u otro (en comparación con Forum ha dejado muy poco material inédito) y además había reducido la distancia con los USA a 3-4 meses. Su previsibilidad es aquí una cualidad eminentemente positiva que da confianza en la editorial y lo que va a hacer en el futuro. Una previsibilidad eso sí, que como digo, la agrupación de las distintas series Ultimate en solo tomo casi rompe.

Sin embargo ha sido en su política de clásicos donde ha dado un salto cualitativo espectacular y lo ha hecho curiosamente “copiando” formatos e ideas a la demonizada Pda durante el tiempo que tuvo los derechos de DC, y es que siendo claros también, los tochales descomunales los inicio Pda con La Muerte de Superman y el formato CES es un calco al formato Universo DC, solo que en Pânini han sido muchos más inteligentes a la hora de manejar esos formatos (que además ha mejorado en términos de calidad enormemente) eligiendo muy bien los personajes y sabiendo alternarlos para conseguir no saturar el mercado. La actual política de clásicos de Panini es casi revolucionaria, hace no tantos años durante lo que podíamos llamar la era de las Biblioteca Marvel era casi impensable sacar a color y en su tamaño correspondiente todos esos cómics, se podían sacar sagas puntuales, momentos cumbre, pero sacar (por ejemplo) todos los 4F de Lee/Kirby era impensable. Hoy en día casi esta conseguido, además de los 300 primeros números de Los Vengadores o del Capitán América que se completaran este año. Negar que el que todo este material este editado a color y a tamaño original es un hito es estar ciego o ser un necio. Claro que evidentemente todo esto ha tenido un precio y ese precio ha sido el formato popular.

Analizando el plan editorial de clásicos de Panini uno aprecia por un lado un continuismo que se agradece, por otro lado un salto hacia delante claro con multiplicación de tomos y del tamaño de los mismo (¿todo el primer DD de Miller en solo tomo?, buff), ninguno de estos tomos se puede calificar de “barato” o si lo preferimos de “popular”. Las BM y los coleccionables de quiosco permitían por un precio realmente bajo hacerte con una enorme cantidad de material, permitían que nuevos lectores, jóvenes y con menor poder adquisitivo se acercasen y disfrutasen de estos cómics. A entre 20 y 40 € el tomo es difícil pensar en ese perfil de publico entrando en Marvel, está claro que el enfoque de este material ha cambiado de target y que el mercado y el público mismo ha cambiado mucho y Panini parece haberse adaptado muy bien.

En todo caso no sería justo decir que Panini ha descuidado por completo su vertiente popular, hay tenemos el primigenio (y por desgracia olvidado) coleccionable Marvel Heroes o el Coleccionable Ultimate (que me parece otro autentico hito de la historia editorial de Marvel en España) para demostrarlo. El enfoque es muy distinto al de los coleccionables originales, pero la idea de difusión masiva y precios relativamente populares siguen ahí. La única duda es lo que llegara en el futuro (si es que llega algo) tras el fin del Coleccionable Ultimate para que este no quede como canto del cisne de la editorial al respecto de su búsqueda de un público más allá de la librerías especializadas (refugio del formato más popular de todos: la grapa) con precios populares.

En contraste a todo esto el plan semestral de ECC….a ver hay cosas muy potentes ahí, pero ECC está claro que no tiene la más mínima intención de arriesgar y a nivel de DC está claro que no va salir de Batman-Superman-JLA-Moore-Miller y todo claro, salvo cosas muy puntuales, poscrisis no vaya a ser que saquen algo que no hayan sacado ya Zinco o Pda y se monte un lío. En fin entiendo que ECC es una editorial pequeña y que DC no tiene la implantación en España que tiene Marvel pero un poco más de riesgo y de aprovechar sinergias (¿no sería buena idea sacar a color y a tamaño USA cosas de Kirby en plan Cuarto Mundo o Kamandi aprovechando la paulatina recuperación que de cómics del rey está haciendo Panini?) estaría bien. Un ejemplo seria ampliar lo que han hecho con Hellblazer a otro material. Ahí hay un plan ambicioso (que personalmente no me gusta, han dejado tirados a la gente que como yo compro Hellblazer en PDA) pero limitado al emblema de Vertigo, sello en que si veo más riesgo e iniciativa que con DC donde el conservadurismo lo invade todo

Es todo un contraste ver la envergadura y ambición del plan de Panini y compararlo con el modesto avance de ECC, tal vez esa sea la diferencia real entre ambas editoriales pero DC es una licencia grande e importante y se merece algo más de fuerza…y de paso que no mezclen colecciones, claro (¿Ciborg, en serio?).

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Daredevil: La autobiografía de Matt Murdock.

Tras más de 50 números al frente del hombre sin miedo, en la que es ya sin duda una de las etapas más longevas de su historia, Mark Waid pone punto final a su estancia en Daredevil acompañado por el habitual Chris Samnee. Este tomo de Panini recopila los Daredevil Volumen 4 USA 11-18 más el especial 15.1.

Si de algo se podía acusar la primera fase de la larga etapa de Mark Waid era de falta de trascendencia, si eran cómics bien escritos, mejor dibujados y llenos de aventuras realmente entretenidas...pero apenas dejaban poso en el personaje más allá de un buen trabajo de caracterización. Tras la llegada de Samnee a los lápices la cosa cambio rápidamente: la enfermedad de Foggy, el “regreso” de Bullseye, la consolidación de la relación con Kirsten McDuffie o sobre todo la plena asunción del fin de su identidad secreta y su consiguiente marcha a San Francisco son hitos que quedaran para siempre en la historia del personaje y que en algunos casos han dado un vuelvo casi definitivo a su status quo más clásico.

Este último tomo no hace más que profundizar en esa idea de trascendencia, primero revelando el gran villano detrás de todo lo que ha pasado desde que el personaje llegase a San Francisco, villano al que Waid transmite una dimensión trágica que lo hace más relevante. Por otro lado mostrando el papel del Búho en todo esto, personaje que también llevaba revoloteando desde el principio de este cuarto volumen. Por ultimo y más importante, dando una (enésima) vuelta de tuerca a la relación entre Murdock y Kingpin, algo que sin duda traerá consecuencias y demostrando lo que DD esta dispuesto a hacer para proteger a su gente. Waid deja claro aquí que ha sabido meterse completamente en la cabeza del personaje, algo que por ejemplo Brubaker nunca consiguió.

Con estos ingredientes y acompañado por un Samnee en estado de gracia (con un cambio temporal de traje del personaje, en uno de los diseños más arriesgados e interesantes vistos en años), Waid construye una despedida por todo lo alto en el que pone totalmente contra las cuerdas al personaje a la vez que muestra los tremendos recursos de este para salir de situaciones en apariencia irresolubles. Consigue además un final relativamente cerrado que deja las cosas fáciles a sus sucesores, dejando atrás el llamado “reto Daredevil cuando Bendis o Brubaker dejaron sus etapas sin cerrar como “regalo” (¿envenenado?) al equipo creativo posterior. Como siempre desde que Waid es el guionista de la colección, esta tiene un marcado tono superheroico que lo aleja del tono noir más tradicional en el cómic desde la etapa Miller. Este tono superheroico le sienta genial el trabajo de Samnee que se luce una vez más con el manejo de los supersentidos del personaje, en especial el sentido del radar y que coreografía un potentísimo combate con Ikari (como me gusta el diseño de este personaje).

Resulta curioso constatar como, a pesar de los aires renovadores, Waid al final ha recurrido a los principales villanos cumbre que Miller potencio en la colección: Bullseye y Kingpin, apenas si le ha quedado por profundizar en La Mano, cuya presencia tal vez estaba demasiado “quemada” tras los acontecimientos de Shadowland. Bien es cierto que el guionista de Kingdom Come ha sabido llevar ambos personajes a su terreno, y en el caso de Bullseye hacer algo completamente diferente a lo que normalmente se espera de este personaje. Todo lo cual, viene a ser una muestra de lo que ha sido esta etapa: llevar al personaje por terrenos conocidos, pero aportando un enfoque, una visión que durante muchos años estuvo casi vedada en las historias del hombre sin miedo (desde Miller apenas si podemos contar la etapa Kesel-Kelly y la pequeña historia escrita por Bob Gale ya bajo el sello de Marvel Knights). En fin, un final más que digno para una etapa que ha quedado grabada con letras de oro en la historial del personaje y que deja un reto muy complicado, pero a la vez muy bonito, a sus sucesores: el prometedor equipo formado por Charles Soule y Ron Garney.