jueves, 25 de octubre de 2012

New 52: Balance parcial.

Con el fin de la primera saga de la Liga de la Justicia de Johns y Lee (emblema de New 52) creo que ya ha pasado el suficiente tiempo desde su llegada a España como para hacer un breve balance de lo que este reboot ha supuesto en el Universo DC (UDC a partir de ahora). 

New 52 como concepto: Más allá de otras consideraciones entorno a la calidad de la series, las ventas o el amago de retorno a lo peor de los 90, una de las claves de New 52 ha sido el supuesto reinicio total de la continuidad del UDC. Bajo este prisma el relanzamiento en un fracaso absoluto. Sin paliativos. Mientras unos personajes como Batman o Green Lantern (ya muy exitosos antes del reboot) han visto continuar sus aventuras sin apenas retoques, otros como Superman o Wonder Woman se han reiniciado por completo. Un día se dice que Batman ha tenido cinco Robin en cinco años para al siguiente decir que no, que Tim Drake fue Red Robin directamente. Hay series que parecen contradecirse y nunca terminan de dejar claro que se esta contando desde el principio y que cinco años después del reboot. Un caos brutal que deja a las claras que detrás de New 52 no hay un concepto global de universo compartido, que las cosas se han hecho deprisa y corriendo sin un plan establecido y que por desgracia todo suena, bajo este punto de vista al menos, a chapuza total.

New 52 ¿éxito comercial: A la hora de hablar de este punto hay que analizar dos elementos bien diferenciados. Por un lado solo el más ciego (o el más troll) puede negar que DC ha mejorado y mucho sus números. De estar a un abismo porcentual de Marvel ha pasado a un empate técnico e incluso a veces a superarla. Algo que, por los motivos que fuera antes de New 52 parecía una quimera. Desde este punto vista el reboot ha sido un éxito. Pero claro como decía hay que tener en cuenta otro elemento. 52 son muchas series, demasiadas. Superman, Batman, La Liga de las Justicia o Wonder Woman (series muchas de ellas que ya vendían bien antes de relanzamiento) han mejorado, en algunos casos de forma espectacular sus números. Series como Frankestein, Blue Bettle o Capitan Atom apenas sin han vendido, algunas ya han sido canceladas y otras se encuentra al borde. Prácticamente la mitad de las New 52 tiene unas ventas ridículas. ¿Eso puede calificarse de éxito? Difícilmente, y más cuando persiste la sensación de que DC lejos de atraer nuevo público lo que ha hecho es atraer a ya convencidos que o habían abandonado el UDC o los comics en general y han vuelto aprovechando la coyuntura.

New 52, retorno a los 90: Bob Harras, Jim Lee, Rob Liefeld, números 0, cómics que a veces parecen realizados por el primero que pasaba por ahí, control editorial brutal con continuos cambios de planes...¿Supone New 52 un retorno a lo peor de los 90? Si y no. Si porque evidentemente parte de los autores implicados son figuras claves de aquellas época y muchas de las estrategias comerciales recuerdan a esos años. No porque hay suficiente sangre nueva, autores con ideas interesantes implicados como para que la idea global sea que todo es un desastre. Algo, que hay que decir tampoco fueron los 90 (hay series muy buenas, incluso en las fases más duras de la década), pero que a nivel de imagen es lo que ha quedado. Por eso sorprende tanto que DC que se supone quiere parecer fresca, distinta, nueva en definitiva, recurra a este tipo de autores.

Ya, pero ¿y las series que?: Realmente este el tema fundamental y el que como aficionado más me interesa, ¿Hay buenas series en New 52 o es todo un desastre absoluto? Por supuesto hay buenas series. O al menos las hay entre aquellas que yo he elegido seguir. Empezando por Batman, a parte de que Morrison siga rondando por ahí, el Batman de Snyder y Capullo es bueno, muy bueno. De lo mejorcito en grapa que se puede leer a día de hoy. El Superman de Morrison y Morales es entretenido y dinámico, una lectura que merece la pena. En Wonder Woman, Azzarello y Chiang están haciendo un gran trabajo, lento pero seguro que se disfruta y se lee con ganas. Animal Man y Sawmp Thing, series hermanadas conceptualmente y muy cercanas a la forma Vertigo de hacer cómics, resultan también interesantes y disfrutables, aunque quizá demasiado lentas. Aquaman de Johns y Reis, no serie ni la mitad de interesante con otro dibujante pero al menos es un buen cómic de superhéoes sin pretensiones y ameno. Green Lantern por su parte sigue más o menos igual que antes del relanzamiento: bien pero sin alardes y todo empieza a sonar ya ha repetido. Con todo tal vez la peor serie de las que sigo es la Liga de la Justicia de Johns y Lee. La serie padece todos los males de los cómics de superhéroes actuales: extrema lentitud, abuso de splah page, historia pensada para el tomo...Pero por contra ninguna de sus virtudes: buena caracterización de personajes, diálogos, situaciones imposibles...El emblema de este New 52 esta lejos de ser el más interesante de sus cómics.

¿Era todo esto necesario?: Y aquí viene la clave de todo. Visto lo visto ¿era necesario reiniciar el UDC?, ¿era necesario reiniciarlo además así?, ¿no podía Johns y Lee o Snyder y Capullo hacer La Liga de la Justicia o Batman en el anterior UDC? La respuesta es que no, esto no era necesario. Ni era necesario un rebooteo de continuidad, ni si este se hace, era necesario hacerlo a medias, ni las principales estrellas del proyecto estaban impedidos para trabajar en el antiguo UDC. Con New 52 queda sobre todo la sensación de que estamos ante una mera maniobra comercial sin un plan claro, que no le ha ido mal a DC pero que parece tener fecha de caducidad y no muy lejana además. Veremos.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Entrevista en Radio León Cadena Ser.

Dejo por aquí el audio de la entrevista que me hicieron hoy en Radio León en el programa Hoy por Hoy y un enlace al blog de Ricardo Chao que fue quien contacto conmigo para la entrevista. La verdad es que me sentí muy cómodo y aunque estaba algo nervioso al principio creo que al final quedo bien. Desde aquí dar las gracias a Ricardo y a Chechu el conductor del programa.

domingo, 14 de octubre de 2012

Holy Terror. Frank Miller fuera de su tiempo.

Holy Terror era un cómic que ya nacía torcido. Machacado por la critica y despreciado por el público (que sin embargo no dudo en comprarlo), parecía que no había nada salvable en el último trabajo de Miller. Ahora, “gracias” a Norma Editorial (en uno de los precios más desorbitados que recuerdo en este tipo de productos) el lector español puede por si mismo comprobar la veracidad de todas estas afirmaciones. Por desgracia, no hay nada peor que una obra confirme todos los prejuicios que sobre ella se pudieran tener. 

Tras la entrada de EEUU en la II Guerra Mundial la importancia de los cómics como vehículo propagandístico fue fundamental. Cómics en la que deshumanización del enemigo y la exaltación de los valores patrióticos estaban por encima de cualquier cosa, incluso muchas veces de la calidad del producto. Cuando Frank Miller tras los brutales atentados del 11-S decidió recuperar ese espíritu en un explicito Batman vs Al-Qaeda uno no sabía muy bien como tomarse aquello.

Sin duda ya no estábamos en los años 40, lo que no quita para que en gran medida el cómic-book americano siga teniendo mucho de vehículo propagandístico, aunque de forma mucho más sutil. Y es que, al menos en teoría, la sociedad actual mucho más cínica y tecnificada no aceptaría con la misma facilidad un discurso tan obvio y carente de matices. Pese a esto cabría preguntarse que habría sido de ese hipotético Batman vs Al-Qaeda de haber salido en 2002, con los atentados tan recientes, un ejercicio de rabia pura sin condicionantes, podría haber tenido cierto interés como reflejo del sentir de parte del pueblo americano ante una barbarie sin justificación, pero eso queda para la especulación. Batman vs al-Qaeda no llego a existir más que como mero proyecto de partida y lo que surgió de todo aquello, Holy Terror ha llegado a nuestra manos en 2012. Lo que tal vez sea lo peor del cómic.

Si uno observa la trayectoria artística de Frank Miller con un poco de perspectiva es innegable que nos encontramos ante un autor polémico, con un discurso político muy marcado, pero lo suficiente ambiguo como para que en el quepan muchas interpretaciones. Un discurso, duro y sin concesiones en el que los golpes caen tanto para un lado como para otro con una sutilidad e ironía de la que Holy Terror carece por completo. También encontramos en la obra de Frank Miller a un autor comprometido su tiempo, consciente de la realidad en la que vive y critico con ella. Tampoco encontramos nada en Holy Terror de todo ello.

Y es que como decíamos más arriba, si Holy Terror pudo ser relevante en algún momento ese momento pasó hace diez años. Ahora, con tiburones financieros que arrasan economías enteras, con gente perdiendo sus casas a cientos, con una situación de desesperación asfixiante en la que la salida no se atisba por ningún lado, venir a contar una historia propagandística para exaltar los valores patrióticos de una América que según Miller debería centrarse solamente en la guerra contra el terrorismo islámico, resulta desfasado, antiguo y carente de sentido.

Lo peor de Holy Terror no es la deshumanización del enemigo, lo simple de sus discurso, el que sus personajes sean Batman, Catwoman o Gordon ligeramente camuflados, al fin y al cabo así es como nació el proyecto: una suerte de cómic propagandístico de los años 40 con Batman enfrentándose a Al-Qaeda. No, lo peor de Holy Terror es que es un cómic totalmente fuera de su época, un cómic que refleja un mundo que no es el nuestro, que habla de una amenaza, que si bien puede ser real, palidece ante las dosis de brutalidad que el capitalismo más salvaje nos proporciona día a día. El mundo actual, que se parece mucho al que Miller anticipara en Robocop o en los dos primeros números de DK2 se encuentra en una disyuntiva mucho más compleja que la de enfrentarse a hostias con unos fanáticos radicales empeñados en volver al mundo a la Edad Media.

Lo curioso de todo esto no es que en gran medida parte de lo que se ve en Holy Terror ya se empieza a atisbar en el tercer número de DK2. La obra que hasta entonces había transcurrido como una lucha de Batman contra un mundo dominado por tiranos que tiene a los políticos como meros títeres para controlar a un pueblo al que desprecian, pasa a transformarse, todavía ligeramente, cuando tras el 11-S (acontecimiento que parece haber transformado a Miller por completo) el guionista de Born Again se da cuenta de que no quiere mostrar a Batman como un terrorista que recurre a la violencia para transformar el mundo.

A partir de ahí el viaje ideológico de Miller, que le lleva a concebir algo como Holy Terror puede resultar más entendible pero vuelve a marcar una clara diferencia: mientras DK2 (cuyos 2 primeros números son excepcionales) es una obra anticipada a su tiempo que cada vez es más revindicada. Holy Terror, concebido como instrumento de apoyo a una supuesta guerra mucho más compleja de lo que Miller plasmaes una obra que nace ya caduca.

Con todo encontramos en Holy Terror algún elementos estimables. Desde un punto de vista gráfico, cuenta con soluciones narrativamente inteligentes y en ella se observa un Miller que ha depurado hasta casi la abstracción el estilo derivado de Sin City ahondando en la faceta caricaturesca que tanta polémica causo en DK2 y que cada queda más claro es el siguiente paso en la evolución artística de un creador que siempre ha buscado, desde un punto de vista visual, reinventarse a si mismo. El resultado global del la labor gráfica del autor de 300 es Holy Terror, es, pese a sus innegables aciertos, irregular, ya que al igual que encontramos esas soluciones narrativamente interesantes a las que aludíamos antes, también es cierto que abundan las páginas profundamente descuidadas y demasiado sucias que llegan a entorpecer la lectura. En todo caso es innegable que es una lastima que un autor de tanta solvencia, que gráficamente sigue arriesgando y queriendo evolucionar, lo haga aquí al servicio de una obra tan reaccionaria y casi carente de todo contacto con la realidad.

sábado, 6 de octubre de 2012

Temporada de series.

Aprovechando el que hace poco que se ha iniciado el grueso de la temporada de serie en los USA hago por aquí un repaso a las que tengo intención de seguir. Tanto las que se han estrenado recientemente, como las que lo van a hacer en nada y yendo incluso a 2013 para dar un vistazo global a todas las series que estoy siguiendo a día de hoy. A estas habría que añadir la recientemente finalizada Damages que ha concluido en una quinta y magnifica temporada o Alias que también estoy viendo en estos momentos. 

Grimm: Aunque excesivamente formulaica, centrada en el monstruo de la semana, la serie tiene un cierto aire a Buffy (a lo que sin duda contribuye la figura de David Greenwalt) que la hace bastante interesante. Con todo un legado detrás aún por explorar, Grimm resulta más atractiva por lo que promete y por la historia de fondo que apenas si apunta que por los episodios en si que pueden resultar algo repetitivos. Lo que no es óbice para señalar la presencia de unos personajes carismáticos, que enganchan y que contribuyen a que la serie se siga con gusto aunque sin alardes.

Once upon a time: Otro de los grandes estrenos de la pasada temporada. Empezó floja, muy floja. Parecía una versión light sin alma y aburrida del Fabulas. Sin embargo poco a poco la historia fue creciendo, los personajes se fueron asentando y aunque sin perder nunca esa cierta sensación de noñeria lo cierto es que tuvo un sprint final espectacular que deja enormes ganas de ver la segunda temporada.

Boardwalk Empire: Tres temporadas ya al pie del cañón para una serie que tal vez sea junto a Juego de Tronos el emblema actual de HBO. El paso de las temporadas no han disminuido un ápice la impresión inicial de estar ante una serie de cuida ambientación, magnificas interpretaciones, interesante tema pero que en conjunto produce una cierta sensación de frialdad, no llegando no ya empatizar, si no siquiera a interesarte de verdad por el destino de unos personajes que se antojan demasiado lejanos.

Treme: Y si en Boadwalk Empire se puede hablar de ausencia de alma todo lo contrario se puede decir de esta otra gran serie de la HBO que acaba de estrenar su tercera temporada. Personajes llenos de fuerza arrolladora que se niegan a dejar que su ciudad caiga en el olvido. Una ciudad que parece viva, que crece a través de la música encontrando su misma esencia en el Jazz que ilumina un escenario depauperado olvidado por lo políticos y en manos de especuladores. Una autentica joyita de un David Simon que se muestra una vez más como una de los grandes creadores audiovisuales del siglo XXI.

Dexter: Difícil, por no decir imposible el reto de estar no ya a la altura de las dos primeras temporadas (sobre todo de la primera), si no siquiera el rozaras,. En la cuarta estuvo a punto de conseguirlo, pero la quinta volvió a demostrar que si bien el proceso de humanización de Dexter era inevitable si se quería continuar con la serie, restaba a su vez gran parte del atractivo a un personaje que ya empieza a caer en al repetición. Y es que si bien el brutal continuara de la quinta temporada, seguido con un interesante primer episodio de la sexta promete emociones fuertes, el tema no deja de ser el ya tratado en la segunda temporada pero elevado a la enésima potencia. Eso si la serie se sigue viendo con ganas, y es que al contrario de por ejemplo House, el que Dexter solo tenga 12 episodios por temporada y el que evite en la formula hacen que esa sensación de repetición quede un poco más disimulada.

Fringe: Surgida del deseo de J.J Abrams de tener su propio “Expediente X” es curioso lo de esta serie. Empezó demasiado formulaica, apuntando tramas secundarias nunca desarrolladas posteriormente. Cuando la cancelación sobrevoló por su cabeza se marco una tercera temporada espectacular que podía haber cerrado la serie en lo más alto y sin embargo tuvo una cuarta temporada tan sosa como innecesaria. De ella apenas si son salvables un par de episodios...que son precisamente la base de una quinta temporada que apunta muy buena maneras. Primero por el tema en un futuro distópico que en gran medida recuerda a lo que podría haber sido una temporada de Expediente X con Mulder y Scully tras un hipotética invasión aliénigena y segundo por su duración. Serán 12-13 episodios que obligaran a ir más al grano. Habrá que ver, pero de momento el primer episodio apunta maneras.

Walking Dead: No se muy bien que esperar de esta serie. La primera temporada tuvo un piloto prodigioso para luego diluirse cual azucarillo. La segunda era exasperantemente lenta y aburrida pero sus 2-3 episodios finales fueron muy buenos. Es verdad que un total de 3-4 episodios decentes sobre 20 no es buena señal, pero la serie tiene un potencial tan grande que realmente merece la pena seguirla. Al menos una temporada más. Veremos.

How i met your mother: Ya van ocho temporadas y en fin el tema de la madre empieza a resultar aburrido. Esta temporada parece que apunta maneras, pero son tantas ya las veces que los guionistas han hecho trampas con el tema que uno no sabe muy bien que esperar. Sea como sea, la serie continua siendo agradable de ver, pero incluso el gran Barney empieza a ser ya demasiado predecible y los intentos porque siente la cabeza recuerdan cada vez más a las cansinas relaciones de Ted: no parecen ir a ningún lado. Estaría bien que se resolviera el tema de la madre de una vez y comprobar si después de eso la serie conseguía seguir hacia delante.

The Big bang Theory: El no tener un tema central entorno al que configurarse hace que la serie se haga más amena que la anterior. Aunque es cierto que ha perdido la frescura de sus primeras temporadas, algo inevitable en cualquier caso, su intrascendencia y facilidad de visión hacen de ella una serie plenamente disfrutable en aquellos tiempos muertos en los que uno no tiene nada mejor que hacer.

Californication: La primera temporada fue magnifica, luego poco a poco fue decayendo hasta esta última ha estado bastante bien. Continua siendo irreverente, entretenida, soez por momentos pero en todo caso muy simpática. A Duchovny se le nota muy cómodo en el papel de un Hank Moody personaje que aún estando en las antípodas del genial Fox Mulder resulta cuando menos tan carismático como este.

Spartacus: No deja de sorprenderme esta serie. Lo mal que empezó y lo grande que ha terminado siendo. Esta que viene se anuncia como la última temporada en lo que parece será un final glorioso de una serie que, usando el sexo y la violencia explicita como reclamo ha construido un poderoso relato sobre la ambición, la libertad, la venganza y el amor.

Game of Thrones: Sin duda la serie estrella de la HBO y una de las series más interesantes que en todos los aspecto pueden verse hoy en día. Tiene el reto en la tercera temporada de adaptar el que es por ahora el mejor libro de toda la saga Tormenta de Espadas. Reto difícil pero del que vistos los antecedentes, no cabe duda que la cadena saldrá airosa. En todo caso lo mejor de la serie hasta ahora es que, aún siendo extremadamente fiel al trabajo de Martin ha conseguido pese a todo dar su propia visión sobre la saga y asentarse como un producto con personalidad propia. Sin duda una de las series más esperadas cada año.

Breaking Bad: Pese la jugarreta de esta temporada que se suponía iba a ser última de la serie, para luego pasar a dividirse en dos partes una en verano otra en marzo, para finalmente acabar teniendo una sexta temporada de facto en verano de 2013. Breaking Bad se ha convertido por méritos propios en una de las series más prestigiosas de la actualidad. Con unos guiones brillantes y unas actuaciones a la altura, la serie promete un final que será recordado y que tiene pinta de ser negro, negrisimo.