jueves, 5 de septiembre de 2019

Historia de un hombre sin miedo Especial: Daredevil ¡El hombre sin miedo!

Miniserie de cinco episodios a modo de epilogo de la decepcionante etapa de Charles Soule al frente del personaje. Semanal en origen cuenta con la participación de hasta cuatro dibujantes siempre bajo guiones del casi desconocido Jed MacKay. En España, Panini ha tenido a bien recopilarla en un tomo de la ya casi extinta línea 100% Marvel con solapas, a imagen y semejanza del los demás tomos de la colección del personaje, a la que se da cierre en este formato antes de volver a la grapa casi una década después.

El cierre de la etapa Soule ya dejaba bien claro que ese, La Muerte de Daredevil, a la que se hacía referencia en la saga final, era algo cuando menos matizable. Sin embargo antes del relanzamiemto de la colección a cargo de Chip Zdarsky y Marco Checchetto aún había hueco para contar una historia que ahondaba en esa saga final del personaje. Así a lo largo de Marzo del presente año vio la luz una miniserie semanal que contó con los guiones de Jed MacKay, un por entonces desconocido guionista que ahora aparece como estrella emergente tras el éxito de la miniserie de la Gata Negra.

A los lápices tendríamos hasta a cuatro dibujantes distintos repitiendo sólo Danilo S.Beyruth que haría los números uno y cinco de la miniserie. En el resto tendríamos al también casi desconocido Paolo Villanellli y a los más conocidos Iban Coello (Venom) y Stafano Landini (Punisher, Daredevil), aunque muy diferentes entre si, el tono de la historia y el color común a todos de Andrea Mossa permitía cierta sensación de unidad gráfica. Con todo y desde un punto de vista artístico, sin duda lo más llamativo son los sangrientas y espectaculares portadas de Kyle Hotz y Dan Brown.

A nivel conceptual, la miniserie resulta bastante interesante, tirando del tópico de que cuando se esta a punto de morir toda tu vida pasa antes tus ojos, MacKay construye un relato sobre la dura rehabilitación de Matt en el que se van repasando alguno de los principales momentos y claves de su existencia. Sus novias, sus aliados o sus enemigos pasan ante sus ojos para tornarse bien en apoyos, bien en obstáculos a superar de cara a conseguir recuperarse. A lo largo de toda la historia esta presente la idea de que Matt ya ha hecho suficiente y de que a Daredevil se le ha pasado el momento, algo que Foggy apoya fervientemente pero que sus amigos en la comunidad superhéroica no terminan de creer.

Aunque podría resultar confuso y hasta cierto punto ofensivo que la miniserie tenga el mismo titulo que la mítica colaboración entre Frank Miller y John Romita Jr. en los 90, cuando ambos genios recrearon el origen del personaje, los cierto es que ese ¡El hombre sin miedo! del título tiene sentido dentro de los parámetros de lo que se quiere contar el cómic. Aquí, lo del hombre sin miedo lejos de ser algo metafórico se torna en algo real antes las dudas y si, los miedos de Matt tras lo acaecido en La Muerte de Daredevil, todos estos serán los elementos en torno a los que pivotara el cómic y la idea central girará así en torno a si Matt será capaz de superar/abrazar esos miedos y hacerse más fuerte o si será derrotado por ellos haciendo que esa “muerte” sea más literal de lo que pudiera pensarse.

Lo obvio de la respuesta no quita merito a un cómic que sabe indagar en la psique del personaje, explorando sus puntos débiles y fuertes, a la vez que muestra una vez más como él mismo es, no pocas veces, su propio peor enemigo. Además Mackay tiene el acierto de recuperar a Kirsten McDuffie a quien Soule se saco de encima de manera un tanto precipitada, ahondando de paso en la importancia capital que Foggy tiene para Matt como amigo, confidente y principal apoyo. En fin una miniserie mejor de lo esperable que desde luego no esta a la altura de su homónima pero que se ha ganado el derecho a llevar ese titulo por méritos propios.

sábado, 27 de julio de 2019

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil Anuales volumen V.

Decidida a recuperar su tradición con respecto a los números anuales, Marvel ha dotado en este nueva temporada a Daredevil de dos, de diferente calado e interés, y que en España Panini ha tenido a bien (con bastante acierto) incluir en los tomos de la serie regular del personaje.

Haciendo un somero repaso por la historia de los anuales de las colecciones del Universo Marvel, aunque más o menos relevantes siempre han tenido cierto peso al menos entre sus personajes más importantes. Su evolución han pasado por diferentes fases desde su concepción. Y es que en un principio nacieron como números especiales del doble de páginas y más precio donde, en una suerte de número 13 de la colección acogía un hecho relevante para la strip, con la idea de dar algo grande a los lectores por su sobre esfuerzo económico, así en los primeros anuales asistimos a la boda de Reed y Sue en los 4F o al nacimiento de Los 6 Sinienstros en Spiderman.

Pronto sin embargo empiezan a perder su esencia y se convierten en contenedores para la reedición de números clásicos, llegando a ser casi sustituidos durante los 70 por los Giant Size cómics trimestrales de concepción y espíritu parecido al de los primeros anuales. No duraron sin embargo mucho y en los 80 los anuales volvieron a adquirir cierto peso, aunque pronto más como contenedores de multisagas del estilo de Atlantis Ataca o La Guerra de la Evolución, que no como puntos claves en la trayectoria de sus protagonistas, siempre claro con excepciones como la de la boda de Peter y Mar Jane.

Ya en los 90 llego una variante temática sobre esto con agrupaciones por sagas “familiares” (La Vendetta Vibranium de las series de Spiderman o El Factor Terminus de Los Vengadores) o bien más de carácter conceptual (contar las historias desde el punto de vista de un villano o crear un personaje nuevo), hasta que ya bajo la égida de Quesada los anuales empezaron a perder peso y casi desaparecer en los albores del siglo XXI. Hace ya sin embargo más de una década que Marvel ha vuelto a recuperar esta tradición si bien muy lejos del resplandor de antaño y sirviendo más como campo de pruebas para nuevos talentos. Cabe preguntarse, que sentido real tienen hoy en día estos números especiales cuando las colecciones cuentan en su mayoría con entre 18 y 24 entregas al año, limitando su carácter supuestamente especial al número de páginas ya que su relevancia e impacto para el personaje/s suele ser mínima.

En lo que a Daredevil respecta, aunque lleva en el candelero más de 50 años de manera más o menos ininterrumpida, nunca ha sido un personaje especialmente superventas salvo momentos puntuales, por lo que frente a los más de 20 anuales de Spideman o los 4F, Daredevil contó durante su primer volumen con apenas 11 anuales de los cuales 2 contenían reediciones. En las sucesivas remuneraciones que ha conocido la editorial a lo largo de ese siglo XXI, el personaje ha contado (antes del volumen actual) con dos anuales más uno en la época de Brubaker que tuvo una continuación en un One-Shot ,que si no de manera oficial, si de forma oficiosa puede ser considerado otro anual y otro que guionizado y dibujado por Alan Davis formo parte del retorno del artista británico a ClanDestine.

En el volumen iniciado por Charles Soule y Ron Garney en 2015 tenemos dos anuales de los cuales Soule sólo guionizaría el primero, siendo el segundo una historia ambientada en el pasado de Daredevil y realizado por autores relativamente desconocidos tanto en guión como en dibujo, redundado en la idea de usar este tipo de especiales como campo de pruebas. Los anuales han sido incluidos por Panini en la colección regular en tomo del personaje, el primero el tomo 10, segundo de la etapa Soule (El bluff del hombre ciego), el segundo en el tomo 15 penúltimo de la etapa del guionista al frente del Hombre sin miedo (Alcalde Murdock). Lo curioso es que ambos aparecen reseñados como Daredevil Annual vol. 5 USA 1, error por cierto ya cometido con el personaje en los años 80 cuando se número el annual 5 como si fuera el 4, de hay que a veces aparezca reseñado como anual 4b.

Entrando en los cómics en si el primer anual, con fecha de portada de Octubre del 2016, cuenta con dos historias, una principal a cargo de Charles Soule a los guiones y Vanessa R. del Rey al dibujo y una de complemento con Roger McKenzie al guión y Ben Torres al dibujo, una estructura clásica de este tipo de especiales que en sus tiempos solían contar con esas historias de complemento.

La historia central supone la recuperación del personaje de Eco creado en los primeros tiempos del sello Marvel Knights por David Mack y Joe Quesada. El cómic, que no tendrá en si repercusión alguna para lo que Soule venía contando en la colección regular, juega con la figura de Klaw como villano y como las diferentes discapacidades de Daredevil y Eco (uno ciego, la otra sorda) se compensan ante el ataque del villano. Lo más destacado es sin duda el peculiar dibujo de Vanessa R. del Rey, con un estilo con ciertos toques del undergound y muy expresivo.

En cuanto a la historia de complemento tenemos a un Ben Torres con clara influencia corbeniana que dibuja un recuperado guión de Roger McKenzie. Difícil de situar en continuidad con un Gladiador salido de madre y más dispuesto que nunca acabar con Daredevil. Que McKenzie vuelva a guionizar algo de Daredevil siempre es bien ya que antes de la llegada de Miller y durante los primeros números de este al dibujo hizo un gran trabajo con el personaje, aunque su visión de un Gladiador totalmente desquiciado no termina de convencer,

El segundo, con fecha de portada de Octubre de 2018, tiene una única historia a cargo de Erica Schultz al guión y Marcio Takara al dibujo. Se trata de un cómic ambientada en el pasado cuando Misty Knight todavía era policía y no había recibido su brazo biónico y Daredevil daba sus primeros pasos como héroe. El encuentro entre ambos provocara que salten chispas ante el recelo que Mistyy muestra por los héroes enmascarados, como siempre pasa en este tipo de historias, ambos se verán obligadas a colaborar y Misty se dará cuenta de que quizá Daredevil no sea tan malo. Un cómic realmente entretenido con un dibujo muy dinámico y que aunque intrascendente se lee con una sonrisa en la boca.

jueves, 4 de julio de 2019

Daredevil: La Muerte de Daredevil.

Ultimo tomo de la etapa Soule a falta del epilogo en forma de miniserie en la que él ya no participa. El tomo recopila los Daredevil #606 a #612 USA y como viene siendo habitual en los últimos arcos cuenta con un sólo dibujante en este caso el pictórico Phil Noto.

Tal vez imbuido por el espíritu (la poca vergüenza diría yo) del llamado reto Daredevil, que inaugurado por Bendis hace más ya más de una década consiste en dejar al personaje en una situación complicada para ver como el siguiente guionista se las apaña...vamos lo que viene siendo no saber cerrar una etapa, Soule no cierra una sola de las tramas abiertas hasta entonces y lo que se adivinaba como una etapa rio en la que el guionista tenía muy claro a donde ir, se torna en una tomadura de pelo al lector, que más que jugar con sus expectativas se ríe directamente en su cara. Todo para dejar en agua de borrajas las legitimas esperanzas de cara al final de una historia que la innegable mejoría de los últimos cómics hacían concebir, firmando así Soule una etapa que en conjunto ha de ser por fuerza calificada como mínimo de irregular.

Juega el escriba con un cierre que podía haber sido muy digno, para luego en giro copernicano cascarse un Los Serrano de manual y dejando pendiente tanto la alcaldía de Fisk,como el papel del Hombre Purpura y su destino, a lo que suma además la presencia de un recreado Mike Murdock cuyo “nacimiento” más que cogido con pinzas es directamente ridículo. Así las cosas de los siete números que componen el arco, sólo los tres primeros suponen un verdadero avance para la trama, mientras que el resto, buscan ahondar en las raíces del personaje, prácticamente recreado su origen, para mostrar su incapacidad para rendirse como elemento definidor, además de señalarle como su propio pero enemigo.

En lo que respecta al explicito y llamativo titulo del tomo aunque no se puede decir que sea falso sin más, ya que requiere muchos matices, si puede ser calificado, sin embargo, de engañoso. Y es que lo peor de todo es que cuando parecía muy claro lo que quería contar el guionista de los Inhumanos, esto termina por no serlo en absoluto quedando su etapa en una serie de cosas que pasan sin más, sin una idea clara detrás, contrastando de esta forma con prácticamente todas las etapas anteriores (salvo quizá la de Diggle muy mediatizada por la propia editorial) desde el ya lejano inicio del sello Marvel Knights.

Lo más curioso de todo, es que dejando de lado lo que tiene de estafa la concepción misma de la saga, el cómic en si, no esta nada mal, a lo que contribuye mucho un Phil Noto que con su dibujo y sobre todo con su color, permite una clara diferenciación visual entre las dos partes en las que se estructura claramente el tomo. La primera, de tres partes, con un tono más “de comic” una composición y color relativamente clásicos, la segunda, con un color decididamente pictórico y una composición más dinámica y arriesgada. Soule en ambas partes vuelve a demostrar lo bien que tiene pillado el punto al personaje, con una gran caracterización del mismo, manejando muchas de sus mejores facetas, desde el punto de vista del liderazgo o la estrategia además de dejar claro como ha logrado controlar y modular sus supersentidos para poder enfrentarse a enemigos como Klaw.

Así en el tomo tenemos lo mejor que el de Milwaukee ha dado al personaje, en cuanto a dominio y comprensión del mismo en todas su facetas pero también lo peor, con historias bienintencionadas pero que no terminan de llevar a ningún lado. Un resumen en fin de una etapa que empezó fatal, fue mejorando ostensiblemente a medida que avanzaba y que cierra de manera harto insatisfactoria pero bastante mejor de lo que sus inicios apuntaban. En cualquier caso lo que es innegable es que sus sucesores, Chip Zdarsky y Marco Checchetto, se encontraran con un panorama complejo al que enfrentarse, pero no hay que negar que también lleno de posibilidades. Yo la verdad, estoy con muchas ganas de leerlo y más con el ya anunciado retorno a las grapas (formato que nunca debió dejar) del personaje.

miércoles, 10 de abril de 2019

Daredevil: Alcalde Murdock.

Penúltimo tomo de la etapa de Charles Soule dirigiendo los destinos del hombre sin miedo, en este caso con la recopilación de los números 601 a 605 además del segundo anual del volumen V del personaje que sería el 15 a nivel global si las cuentas no me fallan.

A estas alturas si algo esta quedando claro en la etapa de Charles Soule en Daredevil es que en su conjunto ha sido concebida como una historia rio global en el que todas las piezas van encajando paulatinamente para llegar a este punto que deberá conducir a la definitiva resolución de la trama. Con un inicio realmente flojo y lastrado por un baile de dibujantes desconocido en la colección desde finales del primer volumen, Soule ha sabido construir una etapa coherente en su conjunto y detrás de la cual se atisba un plan que va un paso más allá en el enfrentamiento entre Matt Murdock y Wilson Fisk.

Contando con Mike Herdenson como dibujante de toda la saga, este “Alcalde Murdock” tiene al menos una estabilidad artística de la que ha carecido toda la etapa, y si bien Hernderson no es Ron Ganey, al menos cumple y es capaz de dibujas cinco números seguidos. La historia, consecuencia directa de lo narrado en el anterior tomo se inicia con Matt Murdock como alcalde en pleno asalto de La Mano con La Bestia a la cabeza, a la ciudad de Nueva York. Soule consigue que confluyan dos tramas que parecían contrapuestas: por un lado el secuestro de Matt por La Mano y por otro la llegada de Fisk a la alcaldía de Nueva York, aprovechándose entre otras cosas de la ausencia de Matt/Daredevil.

Si el anterior tomo narraba una guerra fría entre Murdock y Fisk,una especias de partida de ajedrez con el alma de la ciudad en juego, en el que el héroe sin miedo estaba siendo superado, aquí nos encontramos ante un cómic de acción desenfrenada en el que Daredevil ha de liderar un grupo de héroes para liberar una ciudad aislada y asediada en la que Matt habrá de ejercer de líder en sus dos facetas: tanto como superhéroe como también en su recién estrenada y accidental alcaldía. En este segundo aspecto Foggy jugara un papel fundamental, no sólo como consejero de absoluta confianza para Matt, si no también y por momentos ejerciendo de alcalde de facto cuando la faceta de Daredevil se imponga por pura necesidad a la de alcalde.

Que Soule comprende al personaje, lo que le hace funcionar y su modo de ver el mundo es algo que ha ido quedando muy claro cuanto más avanzaba su ya larga (y un tanto irregular) etapa, y este tomo, con la actitud de Matt/Daredevil es un claro ejemplo de ello con una resolución que muestra a la claras que Daredevil no es sólo ese personaje de oscuridad y tinieblas que muchos creen ver en él. Además de cimentar aún más la posición del personaje dentro de la comunidad de héroes urbanos de Nueva York, retoma el cabo suelto que había con Elektra y con el mata dos pájaros de un tiro enlazándolo con el gran villano en la sombra de toda la etapa.

Queda para el final, tras el paréntesis que ha supuesto en ataque de La Mano, la resolución definitiva del enfrentamiento entre Murdock y Fisk, una resolución de la que, porque no decirlo dependerá en gran medida el balance global que se haga de una etapa que empezó muy mal pero que desde hace unos números no ha hecho más que mejorar. Lo mejor del caso es que tanto la posición en la que se encuentra Kingpin, como la que ahora ostenta Murdock, si suponen toda una novedad y marca una clara distancia con respecto a otros enfrentamientos, lo que permite que Soule se haya ganado un margen de confianza suficiente como para pensar que todo esto puede acabar satisfactoriamente.

Destacar por último la presencia en el tomo del segundo anual de esta temporada, sin Charles Soule en el mismo ya que cuenta con guiones de Erica Schultz y dibujos de Marcio Takara (ambos desconocidos para quien estro escribe). El cómic narra el primer encuentro entre una Misty Knight todavía policía y sin brazo biónico y Daredevil, un encuentro marcado por la desconfianza de Misty para con los superhéroes pero que termina concluyendo que quizá Daredevil no sea tan malo después de todo.

lunes, 4 de febrero de 2019

Historia de un hombre sin miedo especial: La búsqueda de Lobezno. Arma Perdida.

Miniserie de cuatro números en origen publicado en España por Panin en dos números dobles y que tiene como principal interés para el hombre sin miedo el que el guionista del cómic sea el mismo que el de su serie regular: Charles Soule.

Hace algo más de cuatro años, Charles Soule y Steve McNiven desarrollaron la miniserie de cuatro números Death of Wolverine que supuso la muerte del Logan del Universo Marvel tradicional, desde entonces y pese a eventuales sustitutos (Old Man Logan, Laura Kinney...) el regreso del Lobezno original era cuestión de tiempo. Así a finales del año pasado se empezaron a sentar las bases para ese retorno primero con apariciones de Logan en múltiples colecciones y lugares aprovechando que de alguna forma tenía la Gema del Tiempo y después con un mini evento, La Búsqueda de Lobezno que estaría encabezado por el hombre que lo mato, Charles Soule.

Esta búsqueda que en un principio estaba destinada a ser comandada por Bendis antes de su marcha a DC, se organizo con una estructura similar (aunque en pequeñito, claro) a la de La Era de Apocalipsis noventera, un especial de apertura, uno de cierre y cuatro miniseries de por medio que relataría diferentes ángulos de esa búsqueda. En lo que aquí nos ocupa, Daredevil participaría en el especial de inicio y de cierre así como en la miniserie Arma Perdida todo ello escrito por Charles Soule.

En el especial de apertura que contaría con dos historias, la primera con dibujo de David Marquez, la segunda donde sale DD con los lápices de Paolo Siqueira. La presencia de Daredevil se limita a aceptar el encargo de Kitty Pride de buscar a Lobezno. La excusa argumental aquí es algo pobre ya que se basa en que sin Madrox la faceta más detectivesca de los mutantes está algo floja y ahí sería donde entra el cuernecitos, además de aportar una supuestamente necesaria perspectiva "externa", en realidad una mera excusa para meter al personaje en medido del meollo al ser Soule el guionista de su serie regular.

Entramos así ya en la miniserie propiamente dicha que contaría para la ocasión con los lápices del italiano Matteo Bufagni cuyo gran dominio del claroscuro y momentos que recuerdan a Michael Lark le sientan muy bien al personaje. Aquí Daredevil reúne su propio equipo de investigación compuesto por Misty Knight, con una antigua relación con Matt y cuya presencia en su faceta de investigadora privada es totalmente coherente. Como también lo es la de Frank McGee, personaje co-creado por el propio Soule en su etapa en Inhmanos y que ya había colaborado con DD en el arco argumental Arte Oscuro (con guiones del propio Soule) y cuya faceta de antiguo policía puede aportar mucho a la investigación. Por último y tal vez el miembro más extraño del grupo tenemos a Cifra, la “cuota” mutante del equipo al que sin embargo Soule sabe sacar provecho y termina siendo fundamental en la investigación.

La historia como es lógico al formar parte de un macroevento no podía tener final feliz en el sentido de encontrar a Logan pero si sirve a Soule para bucear en el pasado de Lobezno y rescatar a dos personajes del pasado del mismo, en concreto de la muy interesante etapa de Larry Hama y Marc Silvestri al frente de la misma. Con todo la miniserie peca de una intrascendencia casi absoluta, apenas relevante para los personajes (lo único quizá será ver si ese conato de relación en McGee y Misty va a algún lado, que no tiene pinta) y desde luego totalmente irrelevante para Daredevil y su devenir en su serie regular por mucho que el guionista sea el mismo. En lo que a la búsqueda en si de Lobezno respecta, la aportación de la miniserie es apena una pequeña pieza de un puzzle que ni siquiera se resuelve en este evento.

Llegamos así al especial de cierre con dibujos del español Ramón Rosanas donde la presencia de Daredevil apenas si pasa de anecdótica y donde se viene a descubrir que en realidad todo este tinglado no ha servido para gran cosa más allá de colocar las piezas para el regreso de Lobezno propiamente dicho que se producirá en su propia miniserie. En definitiva, y en lo que a Daredevil respecta (y la verdad en lo que a Lobezno también) un evento totalmente irrelevante que si por algo destaca es por el buen hacer de un Baffagni que le tiene bastante bien pillado el punto al personaje.

sábado, 19 de enero de 2019

2018: Un año de cine.

Al contrario de los sucedido otros años (el anterior sin ir más lejos), no ha habido en el pasado 2018 ninguna película, en los 37 estrenos que he llegado a ver, que me haya entusiasmado de verdad. Si hay películas interesantes, por supuesto, pero ninguna que me haya llegado de verdad. Con lo que este año me ha resultado más difícil elaborar un top...porque no encontraba películas suficientes para ello. En fin como viene siendo habitual el top final esta representado por los carteles que adornan el post, en orden descendente de la quinta a la primera.

Empezamos el año con un estreno del 2017, The disaster artist una película que parecía destinada a arrasar en los premios pero que al final se desinflo por los escándalos que acompañaron a su director, protagonista y alma mater: James Franco. Con todo la película, con ecos del Ed Wood de Burton, además de tremendamente divertida fue un muestra de amor al proceso de creación, al cine y la excentricidad y la diferencia. Entrando ya en películas de 2018 Tres anuncios a la afueras supuso un arranque realmente potente, interesante y poliédrica como todas las películas de su magnifico director, Martin McDonagh, Tres anuncios...además de estar dirigida con ritmo y elegancia, esta plagada de un negrisimo sentido del humor y de una indignación propia de quien combate una injusticia...mientras se siente en parte responsable de ella.


No menos atractiva como propuesta resulto Los archivos del Pentágono, primera de las dos películas estrenadas por Steven Spielberg este año. Escrita y rodada en muy poco tiempo, como respuesta y reivindicación frente a los oscuros tiempos que se vive (no sólo) en los USA con la administración Trump, Los Archivos...son una reivindicación del papel del periodismo (el de verdad no el panfleto del “más periodismo” de algún tele presentador español mientras llena su programa de mentirosos profesionales) frente al poder y de la necesidad de contar la verdad caiga quien caiga. Mucho mas espectacular, al menos a nivel formal, y dotada también de un interesante subtexto fue la segunda película del año de Spielberg, Ready Player One adaptación que en gran medida es un homenaje al universo más netamente ochentero del propio director que al encargase el mismo de su adaptación realiza una especie de acto onanismo cinefilo del que con todo termina saliendo una película muy estimable, que al igual que Los Archivos...plantea un visión no muy favorecedora de nuestros tiempos.

Además de Spielberg este año también estreno película el gran Paul Thomas Anderson con la inquietante El hilo invisible, una obra sobre relaciones de control y poder en un mundo de exquista sensibilidad donde el horror se oculta en el mismo alma del ser humano. Por su parte Clint Eastwood siguió con su exploración del héroe americano con la polémica 15:17 Tren a París que siendo juntos esta lejos del panfleto patriótico y derechista del que se le acuso ser para tornarse más en una reflexión sobre los mecanismos del heroísmo y su funcionamiento en el siglo XXI. El que sus actores principales fueran los protagonistas reales de lo acontecimientos que narra la película no hace si no que reforzar el conjunto con un interesantes juego de espejos entre realidad y ficción. Todd Haynes por su parte en Wonderstruck. El museo de las maravillas y de manera totalmente diferente también planeta un curioso juego de espejos entre realidad y ficción, pasado y presente con una potencia formal realmente envidiable pero muy lastrada por una morosidad narrativa que resta un poco de fuerza a un conjunto que no consigue llegar a ese sentido infantil de la maravilla al que apela.


Dentro del panorama del mal llamado cine independiente USA tenemos la pésima y ultraconservadora Lady Bird debut en solitario de una Greta Gerwig, una película que además de contar con un personaje central totalmente odioso termina con un mensaje ultrareligioso que da un poco de cosa. Mucho más llamativa resulta la magnifica es The Florida Projet, una visión de la miseria y la podredumbre moral en los margenes del capitalismo desaforado, representado aquí por los famosos parques de atracciones del soleado estado americano. Sean Baker construye su película a través de la mirada infantil de unos niños capaces pese a todo de ser felices en un entorno desestructurado y sin horizontes, pero en el que ante todos son verdaderamente libres, o al menos lo serán hasta que la maldad y la irresponsabilidad del mundo adulto los devore. Yo, Tonya de Craig Gillespie y con Margot Robbie como centro vital del proyecto también resulta todo un acierto y una ácida mirada a ese otro lado del sueño americano que no se quiere mostrar, ese en el que el talento y el trabajo no es suficiente, en el que de donde se viene, como se viste y como se habla puede condicionar el éxito o el fracaso, para una trama final, que con tintes coenianos que es ante todo la historia de un sueño frustrado. Por contra Under The Silver Lake del aclamado director de It Follows David Robert Mitchell, no ha terminado de convencerme. Y es que aunque su discurso contra la nostalgia y la mitomanía es inteligente y esta escrito con acierto e interés su forma de plasmarlo en la pantalla no termina de funcionar para una película que carece del ritmo adecuado y dura demasiado.

Peor aun me ha resultado, Call me by your name del italiano Luca Guadagnino, una película “bonita” y contemplativa que se hace realmente pesada por momentos. Del mismo director y ya a finales de año llego Suspiria, remake de la mítica película de Dario Argento, pero muy lejos de aquella en términos formales y de objetivo. Hay en Guadagnino una mayor apuesta por el discurso político que por el terror (muy presente con todo en la cinta), lo que no le impide crear una atmósfera inquietante que sin embargo no termina de provocar el impacto y las sensaciones que un titulo así debería provocar, además de carecer de toda la belleza y el esteticismo de la propuesta original, muy superior en todo para una película que además de no resistir la comparación, apenas se sostiene por si misma. Tampoco muy afortunada ha resultado la nueva película de Ridley Scott, Todo el dinero del mundo que aunque consiguió superar con acierto el marrón de contar con Kevin Spacey como protagonista, no consigue ir más allá de la literalidad de lo que narra, de manera un tanto anodina además.


Mucho más potente resulta la nueva propuesta de mi admirado Drew Goddard, Malos tiempos en El Royale, la película del año para quien esto escribe y que sin embargo tan lejos de los focos y del éxito en taquilla ha estado. La película, una suerte de gran guiñol, a veces película de atracos, a veces de sectas siempre con un marcado tono paranoico y con alguna de las muertes más impactantes del año cinematográfico, siempre consigue sorprenderte con un giro inesperado que otorga otra dimensión a lo visto hasta el momento. Una maravilla que enlaza en cierta medida con La Cabaña en el Bosque en términos de autoconciencia y estudio/destrucción de arquetipos. Siguiendo con películas de mi particular top 5 le toca el turno a Gorrión Rojo una inconfesa precuela de la Viuda Negra, donde Francis Lawrence (director de la muy injustamente tratada Constatine) consigue una película de espionaje compleja y sensual donde una magnifica Jeniffer Lawrence tiene al espectador comiendo de su mano casi desde la primera escena. También a principios de año se estreno la oscarizada La forma del agua, una de las mejores películas de este gran director que es Guillermo del Toro. Con elementos propios de una monster movie y con ese gusto por lo bizarro tan caro al director mexicano construye una película sobre una preciosa e inolvidable historia de amor.

Con Un lugar tranquilo, su director y co-protagonista John Krasinski construye una película casi muda, en la que la tensión esta flor de piel desde el minuto uno, y en la que, en discurso ten querido al cine americano, la familia se convierte en el refugio frente a la oscuridad que anida ahí fuera. También la familia tendrá un papel central en la nueva película de Damien Chazelle (La,la, Land, La ciudad de las estrellas), First Man (El primer hombre), polémico film acusado tanto de patriotera como de todo lo contrario y donde Chazelle se aleje por primera vez del mundo de la música que tantos éxitos le había reportado. Aún así en Fist Man, película que narra el arduo trabajo que supuso poner al hombre en la Luna, el director de Whiplash sigue insistiendo en lo que ha sido el núcleo central de la su por ahora corta filmografía, el precio de un sueño, lo que se ha de pagar y a lo que se ha de renunciar para conseguir llegar a aquello que realmente se desea. Con Infiltrados en el KK Clan, Spike Lee construye un poderoso alegato que con tintes de comedia pone en solfa el racismo de la administración Trump a la vez que lo denuncia su fuerza a nivel casi estructural en su país, lo hace de forma demasiado subrayada tal vez (esa reiteración en el America First) pero consigue una película inteligente, muy bien escrita, dirigida y fantásticamente interpretada.


Más allá de las salas de cine, en la comodidad del hogar, varias han sido las películas que Netflix ha estrenado este año y más allá de absurdas polémicas sobre quienes parecen preferir seguir viviendo en la cueva en lugar de afrontar el futuro tal y como es y crecer con el, lo cierto es que la plataforma de streaming por excelencia ha sido la casa de varios éxitos. Empezamos con la multipremiada Roma de Alfonso Cuarón, una película preciosa a nivel de puesta en escena, profundidad de campo y narrativa que sin embargo en términos de historia resulta cuando menos discutible en interés y fluidez. En ese aspecto La balada de Buster Scruggs de los hermanos Joel y Ethan Coen resulta mucho más llamativa. Proyecto de miniserie reconvertida en episódica película que, pese a la cierta irregularidad entre los 6 capítulos que la componen, supone una buena muestra del talento de los hermanos como cuentacuentos y constructores de personajes memorables para una película en la que la muerte juega un papel fundamental, casi de hilo conductor entre los diferentes relatos.

El resto de películas de la plataforma no están al nivel de estas dos, ni siquiera la muy bien valorada Aniquilacion de Alex Garland que de nuevo acude a la ciencia ficción en una película mucho menos rica y reflexiva que la excelente Ex-Machina. A ciegas con Susanne Bier al frente tiene por su lado ecos claros de Un lugar tranquilo y personalmente me funciona muy bien como odisea supervivencialista que también tiene momentos de Delivarance con ese entorno salvaje y hostil y esa suerte de redneck que persigue a los protagonistas por el bosque. Además Sandra Bullock esta fantástica. No funciona tan bien ni de lejos The Cloverfiled Paradox del para mi totalmente desconocido Julius Onah, película rescatada por Netflix del olvido a manos de la Paramount...y que tal hubiera estado mejor allí. Para cerrar las películas de Netflix quedaría mencionar Mute de Duncan Jones un película tan potente en lo visual como inocua en su desarrollo donde un buen Alexander Skarsgård consigue sacar petroleo de un rol que debería haber dado mucho más de si.

Entrando ya en el terreno de los blockbuster tal vez el ejemplo más potente más allá de los superhéroes de lo que se puede hacer con este tipo de películas lo tenemos en Mission Impossible: Fallout donde repite Christopher McQuarrie consiguiendo una película tan trepidante y adrenalitica como Nación Secreta pero llegando incluso más lejos en términos de escala e imposibilidad de la misión. La saga ha cambiado mucho en concepto y desarrollo desde el inicial trabajo de De Palma pero sigue siendo excelente. Menos éxito tato critico como de publico tuvo la, tal excesivamente blandita, Han Solo: Una historia de Star Wars donde ni siquiera la presencia de un director tan experimentado como Ron Howard consigue levantar un proyecto que ya nació con muy mal pie tras el despido de sus directores originales pero que es innegable que realiza un producto digno y con muy buenos momentos que no hay que negar son puro Star Wars cuando funcionan.


Dejamos para el final a los auténticos reyes del cine más netamente comercial a este y al otro lado del atlántico durante más de una década: el de superhéroes. Diez películas sobre estos seres disfrazados se han estrenado este año si no me fallan las cuentas de las cuales un servidor ha visto nueve (no puede con Teen Titans Go, realmente me repelen). Empezamos por Black Panther de Ryan Coogler que, favorecida por el clima político, se ha convertido en la película del año en los USA y una de las únicas tres películas de la historia en superar los 700 millones de dolares en la taquilla americana. Sin ser una película despreciable, ni mucho menos, parece evidente que sus logros artísticos están muy lejos de sus prestaciones económicas. Una nueva película formulaica de Marvel que funciona como un tiro en términos de acción y entretenimiento pero que carece de alma. Por suerte no ocurre lo mismo con Vengadores: Infinity War donde los hermanos Anthony y Joe Russo y sus guionistas tiene la suficiente inteligencia como para centrar el arco dramático de la película en un Thanos que tiene un desarrollo fabuloso a lo largo de la misma. Esto unido a la sensación de culminación de un sueño que los fans han visto crecer lo largo de una década, otorgan a este película un halo especial. Algo de lo que sin duda carece Ant-Man y la Avispa donde Payton Reed repite formula con una película que recuerda demasiado a la primera sin llegar por ello a tener la frescura que podía tener aquella con su épica a pequeña escala. Una película a la que en definitiva le pasa más o menos lo mismo que Guardianes 2, si, es entretenida y te lo pasas bien viéndola, pero tienes una molesta sensación de deja vu en todo momento.

Siguiendo con Marvel pero fuera ya de Marvel Studios ese año también ha sido el de Deadpool 2, una película también muy deudora de la primera, pese al cambio de director (aquí David Leitch) y que resulta tan hilarante y fresca como la primera pero realizada con muchos más medios. Sin embargo la que, al menos para el que esto escribe, ha sido la película Marvel del año es Spider-Man: Un nuevo universo con el trió compuesto por los debutantes Bob Persichetti, Rodney Rothman y Peter Ramsey (El origen de los Guardianes) al frente de la dirección.. La película, todo un ejemplo a los jerifaltes de Marvel Studios sobre quien es Spiderman y que le hace funcionar, es una maravilla tanto en términos de narrativa (con un sobresaliente uso de recursos del cómic), como de asunción de legado (maravilloso ese homenaje al Spiderman de Rami) y que además consiguió que un cine repleto de niños estuvieran callados casi desde el minuto uno hasta el final, no es poco merito. Y de lo mejor pasamos a lo peor, y es que es difícil imaginar como la Venom de Ruben Fleischer podría haber sido peor...y sin embargo su aire de serie B, su total ausencia de miedo al ridículo (que no pocas veces, más que rozar, se sumerge en el) hacen que de alguna forma la película termine funcionado, lo que no deja de ser curioso.

De DC/Warner este año sólo ha caído una película, pero que película, ni más menos que el Aquaman de Jamens Wan, con diferencia la mejor película de superhéroes del año y es que al calado épico de un Thor Raganrok o Infinity War, añade el desprejuicio de un Deadpool y la falta de miedo al ridículo de Venom para construir una película de superhéroes como debería ser todas las películas de superhéroes: valientes, más grandes que la vida y con una personalidad arrolladora. No tiene tanta fuerza por desgracia Los Increíbles 2. Brad Bird retoma casi tres lustros después su gran éxito, y lo hace con un film muy lejos de lo revolucionaria que fue en su momento una primera película mucho más original, que no una secuela realizada sin alma que parece hecha casi por obligación y con el piloto automático puesto, y que es lo peor que puede ser una secuela de una gran película: convencional, muy convencional. Cerramos el post con una breve referencia a Superlópez de un Javier Ruiz Caldera que prefiere optar por un tono casi de comedia romántica y humor muy blandito dejando atrás toda la critica social tan querida al mítico personaje de Jan. Una suerte de oportunidad perdida que sin embargo, vistos los resultados de la taquilla, tal vez vuelva a tener.

sábado, 12 de enero de 2019

Mis series de 2018.

Año muy interesante este seiefilo, donde además de las novedades he conseguido ver por fin auténticos totems televisivos como The Shield o Deadwood. De entre las novedades, elaborar el top ha sido bastante complicado, pero al final y tras mucho cribar esto ha sido lo que ha quedado.

5.- The Americans: Muchas veces ocurre que series que parte de un concepto tan poderoso como esta The Americans acaban cayendo en la mediocridad al no ser capaz de ir más allá del mismo. No ha pasado tal cosa en The Americans con un final que además ha estado a la altura del conjunto. Y es que la idea de contar la vida de una típica familia americana de los 80 con casa unifamiliar, coche y dos hijos que en realidad es una pareja de espías de la URSS, una suerte de infiltrados con décadas de vida en los USA, es sin duda muy potente y más si nos situamos en los estertores de La Guerra Fría con Reagan y Gorbachov de por medio. El éxito de la serie radica sin embargo más que la temática de espías, tremendamente interesante, en el espectacular desarrollo dramático de sus personajes y en el increíble trabajo de sus actores, en especial de una brillante Keri Russell. Por otro lado, la conversación final entre Philip y Stan es sin lugar a dudas uno de los momentos televisivos más potentes del año, al igual que el viaje en tren y su resolución.

4.- A Very English Scandal: Miniserie de tres episodios que narra la caída en desgracia del político liberal Jeremy Thorpe (portentoso Hugh Grant) tras verse envuelto en una relación homosexual con Norman Scott (no menos magnifico Ben Whishaw) con intento de asesinato de por medio. La serie como muestra de toda época, de la estupidez humana (hay momentos que parecen sacados de una película de los Coen) y de la hipocresía de la sociedad (en este caso británica) no tiene precio. Una serie con un tono marcadamente british que dirigida en su totalidad por Stepehn Frears (Alta fidelidad) es un catalogo en si mismo del funcionamiento de un sistema político/judicial/mediático en el que demasiadas cosas andan mal. Y es que el juicio del tercer episodio y en concreto la actuación del juez en el mismo, es una aberrante muestra de un clasismo al que acontecimientos recientes muestra que no somos ajenos en España.

3.-Heridas Abiertas: De nuevo un único director, en este caso Jean Marc Vallée (Dallas Buyers Club) partiendo aquí de un libro de Gillian Flynn (Perdida) es el encargado de marcar el tono de una serie creada por Marti Noxon (Buffy Cazavampiros) en la que su reparto femenino, encabezado por Amy Adams realiza un trabajo apabullante. La serie narra el regreso Camille Preaker (Adams) a su ciudad natal, para como periodista investigar unos macabros asesinatos de dos chicas adolescentes. Regresar a su pueblo le supondrá a Camille reencontrarse con su dominante madre (magnifica Patricia Clarkson) y su hermana pequeña (todo un descubrimiento Eliza Scanlen) y sobre todo reabrir un pasado que intenta dejar atrás sin conseguirlo y que la han llevado al borde del alcoholismo, sondeando la barrera de la autodestrucción. Una serie con un ambiente malsano, que describe una sociedad toxica y con un personaje central demasiado dañado como para poder soportarlo. Una de las series más impactantes y por momentos terroríficas del año.

2.- Waco: Miniserie de ses episodios que narra uno de los mayores crímenes cometidos por fuerzas federales de los USA en su historia reciente y que parte de dos libros que narran los hechos el de Gary Noesner interpretado por le gran Michael Shannon y que fue el negociador del FBI que trato de prevenir la tragedia y el de David Thibodeau interpretado en la serie por Rory Culkin y que fue de los pocos supervivientes de la secta al brutal asalto del FBI. La serie es muy dura con la actuación de las fuerzas federales sin por ello ser condescendiente con David Koresh (gran Taylor Koresh) y su actitud. Ver la serie supone en no pocos momentos tener que contener la indignación ante la actuación plagada de errores, prepotencia y falta de empatía La serie cuenta además con uno de los momentos televisivos del año, con una suerte de concierto de rock en medio de la desesperanza el sitio y la impotencia.

1.- Daredevil: Poco puedo decir ya que no dijese en su momento de la tercera y por desgracia ultima temporada de una serie que con su misma existencia ha dado carta de naturaleza y justificado todo el acuerdo entre Marvel y Netflix. En el enfrentamiento definitivo entre Matt Murdock y Wilson Fisk, narrado en forma más que combate físico como combate moral donde en juego más estaba ni más menos que el alma, no ya de Nueva York, si no de un sistema que se desmorona por piezas y que sólo aquellos que siguen creyendo en él pueden finalmente sostener. Una serie que partiendo de historia tan dispares como Diablo Guardian o Born Again permite mostrar a las claras la distancia entre la venganza y la justicia, en definitiva lo que a la hora de la verdad separa al Punisher de Daredevil. Una autentica gozada.

Más allá de estas cinco hay otras series que podían haber entrado perfectamente en el top, es el caso de La Maldición de Hill House que se quedo fuera por un final excesivamente sentimental que quita no poca de la carga terrorífica que había tenido la serie. Counterpart también ha sido otro candidato importante, pero para juego de espías con ecos de La Guerra Fría (y aquí de Fringe) me quedo con The Americans. Más cerca de entrar se quedaron La Maravillosa Señora Meisel, y The Good Place dos magnificas comedias, muy distintas en si tanto en formato como en desarrollo que en un top ten hubieran entrado de cabeza pero que no me hicieron disfrutar tanto como las cinco elegidas. En el mismo terreno se ha movido Glow, que pese a ser de nuevo magnifica no me ha llegado tanto como la primera temporada, algo que también le ha pasado a El Cuento de la Criada, una distopia durísima que ha tenido momentos de brillantez increíbles pero que en conjunto la he visto ligeramente inferior a la primera temporada. No ha pasado eso,sin embargo, con Westworld cuya segunda temporada me ha parecido incluso mejor que la primera y es que si entras en su juego de misterios y secretos, más allá de las trampas que pueda haber es enormemente disfrutable. Al igual que Maisel y The Good Place si no ha entrado es porque al final decidí incluir sólo cinco series.

miércoles, 2 de enero de 2019

“Mis Comis” de 2018.

Bueno recién acabado el 2018 vamos a empezar con los típicos tops que seleccionan lo mejor del año, al menos para quien esto escribe claro, y empezamos por los cómics. Al igual que el año pasado este 2018 lo he centrado más en mi vena arqueológico-completista y las novedades han sido menos que otros años, lo que no ha impedido que la criba para llegar a este top cinco sea importante.


5.- Xerxes de Frank Miller.- (Dark Horse/Norma Editorial): Partiendo del mito, que no de la historia, Miller narra una especia de secuela/precuela de 300 y lo hace apoyado en una narración plagada de fuerza y dinamismo, para un cómic con un estilo cada más estilizado y radical que se ve muy bien potenciado por un Alex Sincalir que sabe adaptar su trabajo al color al desafió visual que le propone Miller. Una obra que recuoper al mejor Miller que no tiene miedo en mostrar su estilo tal y como es hoy en día y que sigue dando muestras de su genialidad.



4.- Mr. Milagro de Tom King y Mitch Gerads.- (DC/ECC Cómics): A falta de su esperada conclusión, estamos sin duda ante el cómics de superhéroes del año, el cual a pesar de su exacerbada morosidad narrativa, tan propia de estos tiempos, se disfruta enormemente mes a mes. King y Gerards proponen al lector un juego de divergencias y semejanzas entre texto y dibujo que busca forzar al máximo los mecanismos narrativos propios del medio y que es capaz de en mitad de un brutal combate entre dioses, plantear cuestiones tan mundanas como la necesidad de comprar pañales al niño, sin que, no sólo ya chirrié,si no que por el contrario fluya con una naturalidad asombrosa. El número de páginas con momentos de brillantez que esta colección ofrece por número es impresionante.



3.- Los Malditos de Jason Aaron y R.M. Guera (Image/Planeta Cómic): Difícil tenían Aaron y Guera el reto de afrontar su siguiente colaboración tras la magnifica Scalped, pero con esta Los Malditos no sólo lo consiguen, si no que ya casi desde la primera página te olvidas de todo y te sumerges directamente en un cómic tan brutal y nihilista que es difícil de creer que no haya creado más polémica. Una visión de la historia de la Biblia casi desde un punto de vista pagano, con un Dios brutal y vengativo, un Noé monstruoso y un Caín al que la poca humanidad que le queda se ve aplastada por la fuerza de los hechos en un mundo que no merece ser salvado. Una cómic desgarrador en el que Guera no da concesiones al lector a nivel visual.



2.- The Fade Out de Ed Brubaker y Sean Philips (Image/Panini Cómics): A estas alturas es innegable que Bubaker y Philips se han convertido en la pareja creativa más solida y potente del mundo del cómic comercial del siglo XXI y este The Fade Out es una clara muestra de ello. Dejando de lado los escarceos sobrenaturales de Fatale, la pareja detrás de Sleeper regresa al genero negro más puro ensayado en la no menos interesante Criminal para una historia ambientada en el mundo del cine durante la brutal caza de brujas a finales de los 40 principios de los 50 en Hollywood. Un crimen, varios sospechosos, intrigas y personajes brutalmente humanos al servicio de una ficción que tiene sin embargo un marchamo (muy oscuro) de realidad.



1.- Lo que más me gusta son los monstruos de Emil Ferris (Fantagraphics Books/Reservoir Books): Más allá de la enfermedad de la autora y su tremendo mérito al conseguir hacer una obra así, la verdadera relevancia de este cómic esta en lo realmente potente que es de por si, sin conocer en absoluto el trasfondo que la rodea. Y es que en Lo que más me gusta son los monstruos, Ferris realiza un despliegue visual y narrativo de primer orden donde el arte se usa como elemento conductor de una niña de desbordante imaginación que se ve atrapada en una situación por momentos extrema. Una construcción maravillosa de personajes y una visión del mundo infantil cargado de matices y carente de toda condescendencia redondean una obra que más que leer se devora.

Muchos son los cómics que se han quedado fuera de una lista en la que sin duda son todos los que están pero no están todos los que son, es inevitable en cualquier caso cuando se elabora una lista así dejar fuera cómics que por una razón o otra podían haber entrado perfectamente. Es el caso de Moonshine la nueva colaboración de otra pareja creativa excepcional como es la formada por Brian Azzarelo y Eduardo Risso y publicada aquí por Planeta (Image en EEUU). Se ha quedado fuera tal vez, porque de momento promete más de lo que da y al igual que paso con 100 Balas apunta a que crecerá en futuros arcos.

De la mano de Astiberri nos ha llegado este año el segundo tomo de Black Hammer, publicado en EEUU por Dark Horse, tanto ese segundo tomo como su spin-off Sherlock Frankestein (dibujado por el siempre excelente David Rubín) podían haber entrado perfectamente en el top y es que el universo creado por Jeff Lemire y Deam Ormston ha alcanzado cotas de calidad enormes tras un primer tomo en 2017 que apuntaba ya muy buenas maneras, Los he dejado fuera simplemente porque las cinco que he elegido al final me parecen indiscutibles, pero son los cómics que más cerca han quedado de entrar..

De ECC han llegado también otras tres obras de DC/Vertigo que baraje para el top, dos por su enorme empaque visual, el Batman de Enrico Marini, una autentica gozada para los sentidos y el Batman Caballero Blanco de Sean Murphy que con un estilo completamente diferente es también una maravilla para la vista. El que las historias no me hayan llenado del todo ha sido el motivo por el que han terminado quedando fuera. Justo el caso contrario de Astro City de Kurt Busiek que con la última entrega de su serie regular, Y al final..., ha conseguido emocionarme hasta el punto de soltar alguna lagrimita, sin embargo el dibujo de Brent Anderson nunca ha terminado de convencerme.

En cuanto a Marvel...(Panini en España) la verdad es que aunque el grueso de mi comicoteca es de la antigua casa de las ideas, de la Marvel actual cada vez compro menos. Paso de comprar tomos (salvo Daredevil y cosas muy puntuales) y de las grapas no hay ninguna que haya barajado para estar aquí, si acaso mencionar El Castigador: El Pelotón de Garth Ennis y Goran Parlov una suerte de precuela espiritual del Max: Punisher, que sin estar a la altura de aquel esta francamente bien, eso si como cómic puramente bélico. También de Panini baraje Kill or be Killed, la última colaboración de Ed Brubaker/Sean Phillips publicada en España y que en EEUU ha salido de nuevo baja el paraguas de Image, pero aunque este primer tomo esta francamente bien, The Fade Out como obra completa me ha convencido más.