El reto de suceder a Ed Brubaker y Michael Lark era difícil, no tanto por la calidad de la etapa, por desgracia bastante escasa, si no por como había acabado la misma, con un estatus totalmente desconocido para el hombre sin miedo.
A lo largo de su historia Daredevil ha tenido etapas muy marcadas en las que los que llegaban después de ellas tenían muy difícil continuar narrando la vida del personaje, le sucedió a Denny O'Neil tras el fin de la primera etapa Miller donde tras la brillante Ruleta apenas si había nada más que decir sobre el hombre sin miedo, O´Neil profesional donde los haya salió como pudo del paso, ignorando en gran medida lo que de fin tenia la etapa de Miller y tirando para adelante con aventuras más o menos intrascendentes, si su etapa es recordada por algo es por la llegada a los lápices de David Mazzuchelli, llamado a dibujar la mejor historia del personaje bajo guiones otra vez de Miller.
De nuevo el sucesor de Miller lo tenía muy difícil para seguir adelante, si en Ruleta había dejado acabado al personaje, en Born Again lo completo, Matt Murdock ya no necesitaba a Daredevil podría seguir adelante sin él, pero claro el espectáculo debía continuar....por suerte en este caso, Ann Nocenti uniría pronto sus fuerzas a John Romita Jr. para firmar una de las más brillantes etapas del personaje, teniendo eso si que ignorara las consecuencias “espirituales” por así decirlo de Born Again.
No sería hasta la marcha de Bendis y Maleev cuando la colección volvió a quedar en un punto que hacía muy difícil la labor de sus sucesores, la diferencia aquí es que no se llego a este punto por que se cerraran de manera más o menos evidente las aventuras del personaje, más bien al contrario, la etapa acabo con Matt Murdock en la cárcel, su identidad secreta en peligro y su vida destrozada.
Brubaker y Lark firmaron lo mejor de su, a la postre decepcionante etapa, en la salida del nudo gordiano planteado por Bendis y decidieron dejar a sus sucesores (en lo que Brubaker califico del “reto de Daredevil”) una situación igual de compleja a la que ellos se encontraron al llegar: Daredevil había perdido a todos sus aliados y se encontraba al frente de la organización que hasta hace no tanto era uno de sus principales enemigos: La Mano.
Los encargados de afrontar este reto fueron el británico Andy Diggle a los guiones y el español Roberto De La Torre a los lápices, el primero se había hecho con un bien merecido prestigio por su labor en series Vertigo como la trepidante Los Perdedores o su sólida etapa en la mítica Hellblazer, pasando pronto al más lucrativo negocio de los superhéroes donde además de trabajar en Batman ha realizado múltiples proyectos en Marvel, como una decepcionante serie limitada de Bullseye o un buen trabajo en los Thunderbolts, el segundo cuenta ya con una respetable carrera en el mercado americano, con trabajos en series como Thunderbolts, Iron Man o Ms Mavel, su estilo de marcado carácter realista, pero de clara capacidad narrativa, parece adaptarse como un guante a Daredevil.
Esta etapa, que se presumía larga e interesante ha quedado sin embargo marcada a fuego por la imposición editorial, de transformar las ideas de Diggle sobre Daredevil en La Mano en un megacrossover que reúna la plana mayor de los héroes “urbanos” de la casa, así la colaboración entre ambos autores apenas si llega a los Daredevil USA 501-512, lo que teniendo en cuenta que los números 505-512 (enmarcados en su mayoría ya directamente en el evento) cuentan con la colaboración en los guiones de Antony Johnston reducen en mucho la entidad de la etapa, esto tiene otros matices, negativos en el caso de De la Torre que no será el autor de los números 505-508, 510 y 512 USA siendo realizados por el mucho menos interesante Marco Checchetto el cual colabora además ya en el 503 reduciendo la labor del español a apenas siete números; positiva en el caso del guionista, que además de los 12 números de la serie regular escribe el especial que marca el nacimiento de la etapa, los cinco números que dura Tierra de Sombras y los cuatro de la serie limitada Daredevil: Reborn, que todo hace indicar que acaba con este estúpido “reto Daredevil” dejando vía libre al relanzamiento de la colección en lo que será su tercer volumen en los USA de manos de Mark Waid, Marcos Martín y Paolo Rivera.
Entrando en la etapa en si (publicada en España en los tomos 100% Marvel Reinado Oscuro: La Lista, que recopila todos los especiales de ese enfoque incluido el de Daredevil, y el 100% Marvel Daredevil 1), decíamos antes que esta se habría con en especial, en concreto con el one shot Daredevil: The List, donde Diggle une sus fuerzas con el futuro dibujante de Tierra de Sombras, Billy Tan. La historia enmarcada en pleno Reinado Oscuro de Norman Osborn se centra en el ataque de este contra un Daredevil al que ve como un peligroso enemigo debido a su nueva base de poder obtenida por su alianza con La Mano, el ataque tiene su figura central en Bullseye, miembro de sus particulares Vengadores (bajo la identidad de Ojo de Halcón), que provoca tal masacre en las calles de la Cocina del Infierno (volando un edificio con 107 personas dentro) que radicaliza la postura de Daredevil tornándose en juez y jurado al detener y encerrar en su propia prisión a los miembros de H.A.M.M.E.R, cuerpo militar de elite de Osborn.
Tras este especial, Diggle retoma el camino marcado por Brubaker, y con un muy acertado De La Torre (la racha gráfica del personaje es impresionante, tanto Maleev, como Lark, como De La Torre son excelentes dibujantes) y menos acertado Checchetto, va poco a poco asentado la figura de Daredevil como líder de la secta japonesa, usa para ello la plana mayor de los secundarios explotados en la anterior etapa, así tenemos a la nueva Tigre Blanco y Tarántula Negra como lugartenientes, al Maestro Izo como titiritero desde fuera de los planes de Murdock, a Dakota y a Foggy como amigos desesperados por encontrarle y a Fisk y Lady Bullseye como enemigos en las sombra esperando su oportunidad.
Diggle no es original, ni si quiera lo intenta, si como decíamos su trabajo parte (no podía ser de otra manera) de lo que le deja Brubaker en ningún momento intenta llevarlo a su terreno, con Daredevil al frente de La Mano, ¿cuál es el camino más lógico y coherente?, justamente el que toma Diggle: Daredevil intenta transformar a la secta en una fuerza del bien, desoyendo los consejos de Izo sobre destruirla desde dentro (algo que no olvidemos en su momento ya intento sin mucho éxito Elektra), el como va a acabar esto se intuye desde lejos y más teniendo en cuenta como Diggle nos muestra explícitamente, como los principales miembros del consejo interior de la secta conspiran para usar a Matt para sus propios fines.
Así de nuevo tenemos a Matt atrapado entre fuerzas que no controla incapaz de hacer nada al respecto, destrozado (de nuevo) psicológicamente y alejado del personaje fuerte y seguro de si mismo que teníamos no ya tras el fin de Born Again si no en la mucho más cercana etapa de Bendis y Maleev, Daredevil lejos de ser el protagonista de su propia serie se antoja más en espectador patidifuso de unos acontecimientos que le desbordan.
No es que Diggle haga un mal trabajo, es que simplemente hace lo que se espera, ni más ni menos, no estamos ante comics con personalidad propia, con un estilo marcado si no que estamos ante el inicio de un elaborado plan editorial para relanzar por enésima vez el personaje, un plan ejecutado con profesionalidad pero sin personalidad por su escriba, un Andy Diggle que ha demostrado varias veces que sabe hacerlo mucho mejor de lo que aquí le dejan, aunque tal vez la clave sea esa, Diggle no va más allá porque no puede, simplemente no se lo permiten.
4 comentarios:
Es muy mala señal que me importe tan poco (por no decir nada) el crossover de Tierra de Sombras y que esté mucho más expectante con lo que vaya a hacer Waid con esos pedazo de dibujantes que le han asignado. Bueno, más que mala señal... es un asunto de lógica, me atrevería a decir. :p
Estoy taaan harto del DD deprimido...
Es que ya se están pasando, DD es un personaje oscuro y tal, pero esto es demasiado, además ni siquiera saben llevarlo bien el DD de Bendis estaba acosado por todos los frentes, pero no se rendía, seguía luchando, era una roca, este DD de Diggle y de Bru es poco más que un pelele.
No podrías haberlo descrito mejor: espectador de su propio drama. Eso es lo que es Matt Murdock desde que acabó la primera saga de Brubaker.
Estoy bastante esperanzado con Waid y más con los dibujantes que le han puesto, a ver como sale, auqnue parq que llega a España todavía falta mucho.
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