Un par de años antes que The Wire, David Simon y Edward Burns crearon la miniseire de 6 episodios The Corner para la HBO donde cuentan la caída en desgracia de una familia de clase media en Baltimore Oeste.
The Wire es una serie diferente, su crudeza, su realismo hace que pueda ser algo difícil de ver, ya que al principio parece que estamos ante un documental y no ante una serie de televisión, sin embargo si consigues engancharte la serie te atrapa, su realismo desgarrador, sus personajes brillantemente construidos, su retrato sin medias tintas de uno de los más graves problemas de nuestra época, hacen que las cinco temporadas de la serie se te terminen quedando escasas, por eso es agradable encontrar The Corner, una miniserie producto de las mentes creativas detrás de The Wire y que sin duda ya solo por eso merece la pena verla.
La ambientación, el enfoque, la narrativa de The Corner, recuerdan mucho a The Wire, no podía ser de otra manera, a estas semejanzas se añade la aparición de varios actores de esta interpretando otros papeles, destacando especialmente Clarke Peters, el gran Lester Freemon en The Wire y que aquí borda su papel de adicto de vuelta de todo y gran corazón, así en cierta medida estamos ante lo que bien podría ser una especie de “prologo”, una suerte de temporada 0 que muestra todo lo que en The Wire no se pudo mostrar por falta de “espacio”.
Real como la vida misma, The Corner resulta tan triste como esperanzadora, aquí no hay casos que resolver, no hay grandes traficantes y expertos policías, no, solo hay gente que trata de sobrevivir en un entorno hostil en el que obtener ayuda se antoja como algo casi imposible, y del que sin embargo hay salida, aunque no es desde luego una salida fácil.
La miniserie ahonda y profundiza, en el lado humano del trafico de drogas a través de una historial real que durante un año sigue la vida de una familia destrozada por estas, los tres primeros episodios de la miniserie se centra cada uno en los principales miembros de la familia, el padre, el hijo mayor y la madre, para luego mostrarnos su lucha por salir del infierno, con un contraste muy claro entre los tres protagonistas y sus destinos.
A través de esta familia, la serie lo que realmente nos cuenta es la destrucción de todo un barrio (en el fondo de toda una ciudad) por la drogas, y no tanto por las drogas en si, si no por todo lo que lleva implícito su tráfico, la violencia, la autodestrucción, la inseguridad... The Corner es así también un escalofriante relato de una sociedad que mira para otro lado mientras un cáncer crece en su interior, que no facilita la lucha contra la enfermedad, si no que simplemente trata de ignorar su existencia como si tal cosa fuera posible, todo mientras las personas en medio de todo esto luchan día a día por conseguir su dosis o por salir de ese mundo.
Una historia triste, por momentos demoledora que sin embargo muestra un camino hacía la esperanza, en definitiva, un retrato realista y falto de prejuicios de los “Corner Boys”, sus raíces, sus entornos y sus destinos.
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