Enmarcado en la nueva Marvel Knights (miniseries o proyectos especiales de momentos claves de los personajes más icónicos de la casa que pueden entrar o no en continuidad) nos llega de la mano de Greg Pak (Hulk) y Carmine Di Giandomenico (Battlin`Jack Murdock) el relato de los años que marcaron para siempre la vida de uno de los personajes más carismáticos de Marvel: Magneto.
Que Magneto es uno de los mejores personajes que tiene Marvel no cabe duda, que solo Chris Claremont y en menor medida Alan Davis han sabido tratarlo con justicia se antoja también como indiscutible, concebido inicialmente como villano principal de los X-Men por Stan Lee y Jack Kirby, por mucho que hoy se hable del conflicto ideológico ya presente en esos comics, lo cierto es que hasta la llegada de Claremont, Magneto sería poco más que villano de opereta con un diseño magnifico.
Sin embargo cuando el patriarca mutante puso sus manos en el que había sido enemigo principal de los X-Men todo cambio, Magneto adquirió una fuerza y una profundidad raras veces vista, y su conflicto con Xavier adquirió verdaderos matices, mostrando por que Magneto podía ser seguido como un autentico Mesías mutante.
Superviviente del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Magneto, había visto lo bajo que podía ver caer la humanidad, había visto el intento sistemático de eliminación de razas enteras, lo había sentido en sus carnes, no era algo que podía pasar, era algo que ya había pasado, y no estaba dispuesto a permitir que volviera a pasar, su carácter se había forjado en una de las mayores tragedias de la historia de la humanidad, una tragedia que la pasividad primero y el miedo después habían impedido combatir, Magneto no sería pasivo, Magneto no tendría miedo, los mutantes no iban a ser exterminados y si para ello habría de arrasar a la humanidad entera, lo haría muy a su pesar.
Enfocado desde este punto de vista, el eterno conflicto entre Magneto y Xavier adquiría nuevas dimensiones, Magneto quería creer en la convivencia pacifica, quería creer en Xavier, pero no podía, el pasado condicionaba su visón del presente y sus ideas para el futuro y los hechos, con una creciente paranoia antimutante no hacía más que confirmar sus perores sensaciones, por su parte Xavier sabía que Magnus era especial, sabía que era un líder nato, alguien que podría ser clave tanto para lograr su sueño como para hundirlo, con estos elementos en juego, su inicial amistad no podía durar, sus métodos, sus historias, sus pasados eran demasiado distintos, Magnus veía en Xavier otro Chamberlain cuya estrategia contemporizadora solo hacía que dar alas a sus enemigos, por su parte Xavier culpaba a Magneto de incrementar el odio, la histeria antimutante con sus acciones; el conflicto era pues, inevitable.
Hete que aquí que con semejante potencial detrás, y ante el éxito de la franquicia cinematográfica de los X-Men, uno de los rumores que en su momento sonó con más fuerza fue el de la posibilidad de que Magneto protagonizase una película donde entre otras cosas se narraría su estancia en Auschwitz y como consiguió sobrevivir, esto nunca se había contado directamente en el comic, y al igual que sucedió en su momento con Lobezno: Origin, Marvel decidió anticiparse y no dejar que fuera el cine quien primero contase la historia, y así nació la miniserie de cinco números, Magneto: Testamento.
Guionizada por Greg Pak un guionista más que competente que en su trabajo para la Casa de las Ideas apenas si ha metido la pata en X-Men: La Canción final de Fénix y su secuela, siendo su labor en Hulk o en Hércules trabajos ampliamente reconocidos dentro del género, y dibujado por Carmine Di Giandomenico artista detrás del argumento y los lápices de la excelente Battlin`Jack Murdock; Magneto: Testamento es probablemente el proyecto más cuidado y de mayor calidad que de Marvel hemos podido ver este año.
El comic, totalmente atípico dentro de lo que uno espera en la continuidad oficial de la casa, narra como un joven Max Eisenhardt (verdadero nombre de Magneto) consigue sobrevivir al horror nazi y salvar la vida de Magda, futura esposa y madre de sus hijos, relación cuyo trágico destino (descrito por Claremont y Bolton en uno de los mejores complementos de Classic X-Men), terminaría de configurar el carácter del personaje.
La historia, en la que los poderes de Magneto apenas si asoman levemente en una única pero impactante viñeta, es ante todo una historia de supervivencia (“tienes que sobrevivir, eso es lo único que importa”, le dice Max a Magda más de una vez) una historia de la imposibilidad de afrontar el más absoluto de los horrores y de cómo el hombre es capaz de hacer algo así a sus semejantes, además el comic permite comprender aún mejor la configuración del carácter de Magneto, su papel como sonderkommando (que es lo que realmente le permite sobrevivir tanto tiempo) en el campo del horror por excelencia del nazismo, la rabia, incontenible de no poder hacer nada que pueda marcar realmente una diferencia (“he visto al menos un cuarto de millón de seres humanos muertos con mis propios ojos. . . y no he podido salvar a ni uno solo”), le llevarán a ser tan proactivo cuando tenga el poder suficiente para ser el mismo esa diferencia.
El comic tiene además el valor de la intensa investigación histórica llevada a cabo por sus autores, muy preocupados por ser lo más fieles posibles en su relato a aquello que sucedió durante la época más oscura de la historia reciente de la humanidad. En definitiva pues, estamos ante una historia demoledora, triste, impactante, que consigue conmover e indignar, aunque bien es cierto que en su afán historicista, le falta en ocasiones algo de pasión para llegar realmente a tocar el alma del lector, algo que esta cerca de conseguir en varias ocasiones pero que nunca llega hacerlo, pese a todo un comic brillante, de entre lo mejor que se ha publicado en la antigua Casa de la Ideas no solo este año, si no casi en toda la década; un comic que merecía ser escrito, un comic que merece ser leído.
5 comentarios:
Pienso que puede ser francamente interesante ya que cuando vi x-Men la película, una de las cosas que más me gustó fue el espectacular inicio, con la escena del joven Magneto.
No podemos estar más de acuerdo.
Ahora a ver si se animan con una secuela, que pienso que ya que se ha contado con todo detalle el paso de Magneto por los campos de concentración, ahora falta su transformación en Erik, su relación con Xavier y, finalmente, su transformación en Magneto, con su reclutamiento de la Hermandad.
Anda que no molaría.
J.A. Rubio, si a mi también me encanto esa escena, la verdad es que ahí habia una gran historia.
Ovidio, no se, esas historias cuando no contadas ya, si han sido más menos insinuadas, pero bueno si se cuentan con la calidad que esta no me importaría.
Toda una sorpresa de tebeo, lo agarré y no paré hasta devorarlo. Un gustazo.
Si, grande, grande.
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