Bueno, como hoy no tenía muchas ganas de escribir he decido rescatar la reseña que hice en su día para ELHDLT en la sección llamada El tebeo favorito de..., así que nada ahí dejo mis reflexiones sobre 300 el comic.
Frank Miller ha sido desde siempre uno de mis autores predilectos, su etapa en Daredevil, su visión de Batman o sus primeros Sin City, me parecen comics excepcionales, dignos de estar en cualquier comicoteca que se precie, por eso cuando en su momento se anuncio el proyecto de 300, las expectativas por mi parte eran muy elevadas, y es que la historia parecía ajustarse como anillo al dedo a Miller, ya que si algo ha caracterizado la obra del autor norteamericano, han sido una serie de obsesiones que ha ido plasmando a lo largo de casi todos sus comics, una de la más importantes es sin duda, la idea de un hombre contra el sistema, un hombre que lucha con todo en contra, frente a una fuerza a priori inabarcable, así hay tenemos a Daredevil contra Kingpin, a Batman contra un mundo (una ciudad) corrupta hasta la medula, o a Hartigan contra un poder político y económico inabarcable, esta lucha no siempre tiene que acabar victoriosa y en ella se entremezclan conceptos claves para entender la obra de Miller, justicia, venganza, honor etc, por ello un comic ambientado en un escenario tan épico como una batalla de 300 soldados contra un ejercito que se presuponía de un millón, tiene todos los ingrediente para que en manos de Miller se convirtiera en una autentica obra maestra.
El problema de tener unas expectativas tan altas es que por regla general el producto final defrauda ya que rara vez puede satisfacer todo lo que se esperaba de el, no ocurre así en 300, Miller opta por eliminar o ignorar algunos acontecimientos históricos, para centrarse en la leyenda, en la épica de una historia que la pide a gritos.
Encabezados por el rey Leonidas (que como buen protagonista milleriano se convierte más en una fuerza de la naturaleza que en un ser humano), Miller relata como un pequeño ejercito de 300 espartanos consigue retener y causar importantísimos daños al todopoderoso ejercito persa dando así a Grecia (a través de Atenas fundamentalmente) la oportunidad de vencer, y para ello el autor recurre a un formato y una forma de narrar nunca usada por el anteriormente y que convierten a 300 en (por encima de todo) un intenso espectáculo visual. En la obra juega un papel clave el color Lynn Varley, cuyo trabajo unido a la ya habitual capacidad narrativa de Miller, hacen de 300 una autentica lección, sobre como explotar al máximo los recursos narrativos de un formato, encontramos en 300 espectaculares dobles páginas donde Miller únicamente dibuja a los soldados y bajo el texto de “Marchamos”, “por el honor”, “por la gloria”, consigue poner la carne de gallina.
Cuenta 300 (de nuevo como toda buena obra de Miller) con un marcado cariz político, la desconfianza hacía el poder y la defensa del un individualismo casi extremo se muestra en la obra a través de la exaltación de una sociedad tan cerrada y dura como la espartana, y sobre todo en detalles como el soborno por parte de los Persas al poder político-religioso de la ciudad, poder que Miller (y como viene siendo habitual en sus obras) tacha de corrupto, por el contrario y frente a esto Miller exalta el valor y la fuerza de unos hombre que con todo en contra no dudan en defender aquello en lo que creen, actuando por lo que consideran un bien mayor que puede identificarse con el patriotismo, son todo valores e ideas con las que no estoy de acuerdo (o al menos son elemento que requieren matices) pero que tal y como son contados por Miller ganan una fuerza y una grandeza que no pueden si no más que conmover, y es que Miller al igual que hiciera en Dark Knight apela al corazón, a las vísceras, a ese sentimiento tal vez irracional, pero ineludible que todos hemos tenido alguna vez, diferenciándose así de otros grandes autores que como Moore o Morrison apelan a la inteligencia y a una reflexión tal vez más sosegada, siendo Miller mucho más directo que los dos anteriores lo que queda claramente reflejado en esta obra.
Dos de los elemento que plantea al comic, y que por otra parte le han acarreado más criticas son la defensa implícita que en el se hace de la necesidad de la guerra en según que circunstancias, y la exaltación del ejercito (institución jerarquizada y como tal en si misma no democrática) como elemento clave para defender la democracia (en este caso la de Atenas) algo que siempre ha interesado mucho a Miller, son temas peliagudos que invitan aun interesante debate y reflexión que no todos los autores, ni por ello todos los comics consiguen y que hacen que, para mi al menos, el valor de 300 se multiplique, y es que ahora cuando se cumplen 10 años de la edición del comic y cuando se ha estrenado una taquillera película, las reflexiones a las que invita la obra así como su temática continúan plenamente de actualidad, en un comic al que el paso del tiempo no ha hecho más que favorecer, sobre todo teniendo en cuenta los trabajos posteriores del autor.
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