Siguiendo con el análisis de la historia de Daredevil le toca el turno ahora a la etapa que marcó un antes y un después en la historia del personaje, una etapa en la que el Daredevil que saldrá de la misma poco tendrá que ver con el que entro. La etapa de Frank Miller al frente de los guiones y los dibujos de la serie (sin olvidar la inmensa labor de Klaus Janson a las tintas al principio e incluso acabando los bocetos de Miller al final). Normalmente, siempre he analizado los distintos números que componen la etapa en cuestión, reflexionado sobre la misma a la vez, pero en este caso primero voy a realizar un análisis global de la etapa y luego en un próximo post (o puede que en dos) ya la analizare por números.
Si hasta ahora se había señalado que uno de los principales problemas de Daredevil había sido su falta de definición propia, su carencia de una identidad clara, la llegada de Miller pondrá fin a este grave problema. Daredevil ya no será nunca más un Spiderman venido a menos, Daredevil será el héroe oscuro de Marvel por excelencia, el más urbano y tal vez el más realista.
La llegada de Miller a la serie supone un cambio paulatino pero total en el personaje, poco a poco número a número y en una evolución que sorprende por su coherencia y exactitud, Daredevil va cambiando a medida que su mundo se va desmoronando, y es que si Daredevil era un héroe alegre y despreocupado que como un Spiderman cualquiera se dedicaba a hacer bromas sobre sus rivales mientras les derrotaba, con Miller las cosas serán muy distintas, no habrá maniqueísmos, y el gris será el color que marque la vida del héroe, un héroe que se vera obligado a pactar con el diablo usando sus mismas armas, un héroe que se cuestionara su papel como vigilante y la violencia de sus acciones, un héroe que sucumbirá a la venganza y sobre todo un héroe que se verá obligado a cuestionarse si todo aquello en lo que siempre a creído y por lo que a luchado, no es sino una mera ilusión.
Para conseguir todo esto Miller contará con casi plena libertad creativa, y es que siendo como era por entonces Daredevil una cabecera moribunda, Marvel opto por otorgar al genio de Maryland, plenos poderes para hacer y deshacer y Miller no dudo en usarlos, convirtiendo Daredevil en un elemento independiente dentro del Universo Marvel (no participando en las Secret Wars,por ejemplo) pero plenamente coherente con el mismo, Miller usaría muy pocos personajes secundarios, Foggy, Urich, Heather, Stick y hacia el final la Viuda Negra como aliados, y Kinping y Bullseye como enemigos quedando Elektra en un camino intermedio.
Precisamente sería Elektra un personaje llamado a acaparar gran parte del protagonismo de la etapa, creada a imagen y semejanza de la Sand Saref spirtiana del maestro Eisner (de hecho su primera aparición será un homenaje-copia de la primera aparición de Sand Saref en Spirit) fue concebida en un principio como contrapunto del héroe, prototipo de mujer fuerte tan característica en futuras obras de Miller, Elektra proveniente del pasado universitario de Matt, hará dudar a este de si mismo de su misión y de sus objetivos, y su futura muerte, marcara hondamente al personaje llevándole al borde de la locura y la desesperación. Elektra fue el primer amor autentico de Matt, relación que sin embargo acabo en tragedia cuando el padre de ella (al que como simboliza su nombre, adora) es asesinado ante sus ojos, sin que ni ella ni Matt puedan impedirlo, esto alejara a Elektar de Matt y le llevará a una vida de oscuridad y venganza que terminara por convertirla en una despiadada asesina a sueldo, y precisamente de esta forma es como se reencontrara con Matt, un Matt en el que el recuerdo de un amor perdido pero nunca olvidado se reavivara con fuerza, un Matt que tratara de cambiar a Elektra sin conseguirlo, terminando al bode de la locura tras su muerte a manos de su mayor enemigo: Bullseye.
Y será precisamente Bullseye otro de los personajes clave del drama que paulatinamente ira tejiendo Miller , y es que si en anteriores etapas ya habíamos visto a Bullseye obsesionado con Daredevil, por sus continuas derrotas, este obsesión tornara, en locura al inicio de la etapa Miller, locura que le llevara a ver a Daredevil en todas partes, y que provocara la muerte de decenas de inocentes, locura que no se vera, si no ampliada por deberle la vida a DD, y es que este salva la vida del villano para entregárselo a la justicia, algo que Bullseye nunca le perdonara (puesto que se sentirá doblemente humillado, no solo DD le derrota siempre, si no que ahora le debe su propia existencia), y decisión que DD deberá arrastrar a lo largo de toda la etapa. Con Bullseye detenido se le diagnostica un tumor cerebral operable, que justificaría su locura, haciéndole jurídicamente irresponsable de sus actos hasta ese momento y quedando en libertad tras la operación, esto (aquí Miller muestra un gran respeto y amor por el personaje, ya que aunque el como autor no cree en el sistema judicial al que cree corrupto y politizado es consciente de que DD si, y como tal este respeta la decisión judicial pese a saberla errónea), hará que a partir de ese momento DD se considere responsable personal de todas las muertes que lleven la firma del asesino de puntería perfecta (como le recuerda el detective Manolis a DD, ya que no entiende como pudo dejar vivir a Bullseye), y esas muertes llegaran pronto, con Kinping de nuevo en circulación, Bullseye se postula pronto como su nuevo asesino, sin embargo es detenido de nuevo por DD que lo lleva a la cárcel, cárcel que no retendrá a un Bullseye cuando descubra que Kinping tiene una nueva asesina, Elektra, de esta forma Bullseye escapara y asesinara a Elektra en un combate épico y excepcionalmente coreografiado por un Miller en estado de gracia, en un número que ya ha pasado a la historia, y en una muerte con claras connotaciones sexsuales, Bullseye contempla como los últimos estertores de vida Elektra son empleados en buscar a Matt, un Matt al que nunca ha dejado de amar, un Matt por el que al final ha cambiado (perdonándole la vida a Foggy, cuto asesinato había ordenado Kinping, en represalia contra DD), pero demasiado tarde ya. La negación primero, el odio y la venganza después, llevaran a Daredevil (en una batalla que se antoja como definitoria de la etapa en si), a arrojar a Bullseye, desde una considerable altura, a una muerte casi segura.
Este es tal vez el punto culmínate de esta primera etapa de Miller al frente de DD y es que si empezábamos leyendo las andanzas de un héroe optimista y con unos ideales claros y cristalinos, casi a prueba de balas, acabamos la etapa con un héroe oscuro, cegado por la pena y el odio y al borde de las más absoluta de las locuras, aun queda un ultimo enfrenamiento con Bullseye en la excepcional Ruleta, número de despedida de esta etapa y probablemente el mejor de la misma, Miller deja al personaje literalmente, acabado, en una reflexión en voz alta sobre la violencia, sobre si esta se puede combatir con más violencia, y sobre el papel de los “héroes” enmascarados, y sobre lo que realmente están enseñando a la sociedad, Matt concluye que el y Bullseye no son sino dos caras de la misma moneda, y que a la hora de la verdad “mi pistola no tiene balas”.
En esta paulatina descomposición del personaje juega un papel clave, la figura de Wilson Fisk el Kinping, personaje originalmente aparecido en las paginas de Amazing Spiderman, poco tendrán que ver sus orígenes, sin embargo, con la figura que nos presenta Miller. Retirado de sus negocios turbios por el amor a su esposa Vanessa, será precisamente la falta de este amor el que le haga volver a recuperar su trono, y es que en una trampa preparada por sus antiguos sicarios, orquestada para lograr su vuelta, Vanessa, parece morir, así Kinping, regresa con fuerza y poco a poco va recuperando su perdido trono. Fisk se convierte para DD, en una figura intocable, es el mal lo sabe, pero no puede demostrarlo, al contrario que antes, Fisk no se moja las manos, no hace nada directamente, es un poder en la sombra, que lo controla todo, lo mueve todo, pero legalmente esta limpio y Matt siendo como es solo puede derrotarle si consigue demostrar su maldad, algo que no podrá hacer, lo que contribuye a su desquiciamiento, Matt cree el sistema legal, pero este es inútil contra el mal mismo, entonces, el sistema, la justicia por la que ha luchado toda su vida, simplemente ¿no existe?, Matt se niega a creerlo, pero esta negando la realidad, y con ello contribuyendo a aislarse de la misma, además se verá obligado a pactar con el demonio (pidiendo su ayuda contra los ninjas de La Mano), y a usar sus propios métodos para combatirle (consigue destronar al alcalde corrupto de Fisk solo gracias a que encuentra a su esposa, perdida y loca y amenaza con no entregársela si no retira a su alcalde, será en represalia a esto por lo que Kinping ordena la muerte de Foggy, al que sabe colaborador de DD en varias ocasiones, con las concecuencias que ya vimos), lo que demuestra su incapacidad para derrotarle.
Estos, mencionados hasta ahora son los personajes clave sobre los que giraran estos números, sin embargo habrá también otros personajes destacados, proveniente del casi inexplorado pasado de Matt, llegara Stick, sensei del héroe poco después de su ceguera viene a cubrir alguna de las incongruencias de los orígenes del héroe, y es que parecía harto dudoso que Matt por si mismo y por muchos sentidos aumentados que tuviera llegara a convertirse en un atleta de clase mundial. Stick ciego también y dotado con poderes parecidos a los de Matt, le enseñara a valerse por si mismo y a pelear, a lo largo de la etapa iremos descubriendo más cosas del personaje. Líder de la misteriosa organización conocida como la Casta, que tiene como objetivo luchar contra otra organización en este caso criminal, conocida como La Mano, que adoran a un demonio conocido simplemente como La Bestia, a la que intentan traer a la Tierra. Tanto en la Mano como en la Casta, apreciamos la admiración, el respeto y el conocimiento que a la cultura japonesa profesa Miller (no olvidemos que es uno de los pioneros en usar recursos del manga en el comic comercial de los USA), ambos son ninjas que llevan a cabo una guerra milenaria, en la que la Casta siempre se encuentra en desventaja, ya que solo recluta para su causa a aquellos nacidos con unos dotes excepcionales, y en este generación solo han nacido dos, Elektra y Matt, la primera corrompida por el odio y el dolor es rechazada por la Casta y acaba en poder de la Mano, de la que consigue huir, pero ya corrupta, y el segundo (aquí de nuevo Miller cuestiona el origen del héroe, sus habilidades no son fruto de un accidente, si no que estaba destinado a ello) aunque puede resultar valioso es demasiado idealista y se deja arrastrar por sus pasiones, por lo que también es rechazado por la Casta, sin embargo y en una de las pocas concesiones a la esperanza de toda la etapa Miller, (concesión a medias ya que Stick encuentra la muerte en el proceso, nada se consigue a cambio de nada) finalmente DD ayuda a la Casta a detener a la Mano e impedir que mediante un ritual místico estos resuciten a Elektra desprovista de toda humanidad, y es que el amor de Matt finalmente consigue purificar el alma de Elektra, la cual plenamente libre consigue redimirse, en una escena que puede ser considerada tanto simbólica como real (quedando abierto a la interpretación, lo que en futuro traerá cola y de lo que hablare en el próximo post en más profundidad), Elektra “resucita” (como mínimo espiritualmente) purificada y salvada por el amor de Matt.
El papel del resto de los personajes que Miller usa en su complejo tapiz, es más de acompañamiento, critica o apoyo al héroe, sin embargo si merece una mención destacada, Heather, novia de Matt al inicio de la etapa, la llegada de Elektra complicara la relación, Matt incluso la usara abiertamente para desahogar sus frustraciones, llegando a alienarla, por las continuas criticas, antes su incapacidad para dirigir la empresa de su padre, al final, solo la intervención de Foggy y de la Viuda Negra (ataviado con un nuevo traje gris diseñado por Miller) rompe una relación que se encaminaba a la autodestrucción.
Conviene también reseñar el que Miller convierte a New Yok en un personaje más, su recreación de la ciudad y en especial la Cocina del Infierno (barrio del que DD se convierte en protector en este etapa), dotan al escenario en el que se mueve el héroe, de un realismo y de una fuerza pareja a las que Eisner realizó es su mítico Spirit, un Spirit que influye y mucho en toda la etapa, y cuya fuerza se puede observar en una ciudad que en los lápices de Miller parece cobrar vida propia.
Cabria señalar antes de finalizar que no todo en el Daredevil de Miller es dolor y oscuridad, también el humor tiene cabida, desde la figura de Turk eterno soplón y sparring de DD, pasando por episodios míticos, como aquel en el que Foggy se ha de pasar por un cruento asesino o el de la localización de un desaparecido Stick, o cuando Luke Cage y Puño de Hierro ejerce de guarda espaldas de Matt, lo cierto es que estos episodios y este humor contribuyen a relajar una lectura que puede llegar a ser muy intensa, y completan un etapa que puede calificarse sin rubor de obra maestra, sin embargo presenta es su finalización un grave problema, Miller había dejado al personaje totalmente acabado, muerto metafóricamente, ¿cómo iba a poder Marvel seguir contando historias sobre el?, lo veremos en próximos post.
3 comentarios:
Hola.
Macho, me has dejado con la miel en los labios. Llevo tiempo queriendo leer esa etapa, seguramente me esperaré a leerla en Best Of Marvel Essential, que dicen que esta entre las candidatas a ser publicada.
Por cierto, muy buen trabajo el tuyo en estos post.
Un saludo de tu colega La Bestia.
Muy buen articulo, estoy totalmente de acuerdo en la mayoría de cosas que comentas. Esta etapa, junto con la actual de Bendis y Maleev es la mejor época del superhéroe y no ha perdido ningún valor con el tiempo, al igual que la mayoria de creaciones de Miller de la época (ver Dark Night returns por ejemplo)
Muchas gracias a los dos, esta claro que Miller definió y cambió a DD para siempre, y es que el personaje que leemos hoy en día poco tiene que ver con el que crearon Stan Lee y Bill Everet allá por 1964.
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