Tercera parte de cuatro de la serie de post dedicados al Daredevil de Brubaker y Lark, de nuevo cargado de spoilers y centrado en este caso en las sagas más polémicas de esta etapa con Mr. Miedo como eje.
Los números objeto de este post son los Daredevil volumen II USA números 95-106 (con fechas de portada de Mayo de 2007 a Mayo de 2008) y que se corresponden con los 23 al 31 y 33 españoles (el 32 incluyo el Anual 1 del volumen II americano); estructurados de nuevo en dos sagas, “Al diablo lo que es del diablo”, (95-99, 23 al 25 español) y “Sin Miedo” (100-105, 26 al 31 español), todos ellos dibujados por Michael Lark, quien contaría con la colaboración de Paul Azaceta en los números 104-105, precisamente sería Azaceta el encargado de dibujar el 106 (33 en España) bajo el titulo de “Simpatía por el diablo” su estilo mucho menos fluido y realista que el de Lark es el que más contrasta en una serie en la que los demás dibujantes sustitutos (David Aja y Lee Wecks) trabajaron con un estilo similar al del dibujante regular, mencionar de nuevo que en el 100 serían varios los dibujantes que participarían en el comic, que se encargaron de dibujar las alucinaciones de Matt bajo los efectos del gas de Mr. Miedo mientras que Lark dibujo la historia central, los dibujantes fueron: Marko Djurdjevic (habitual portadista de la colección y autor de 5 planchas), John Romita Sr. (leyenda de la editorial, siempre ha declarado que DD es su personaje preferido, en este número haría dos planchas), Gene Colan (el dibujante que más páginas ha dibujado en la historia de la colección, leyenda viva del comic al igual que Romita y autor aquí de tres planchas), Bill Sienkiewicz (cuya principal aportación al mundo de Daredevil viene de sus excepcionales colaboraciones con Miller en la miniserie de Epic, Elektra Asesina y la novela gráfica Daredevil: Love and War, y que aquí haría dos planchas), Alex Maleev (dibujante de la anterior etapa con Bendis y autor aquí de tres planchas) y Lee Bermejo (también portadista, y también autor de tres planchas).
Superado ya el legado de la etapa Bendis/Maleev, Brubaker ya plenamente libre para desarrollar sus propios argumentos, inicia en esta fase de la su estancia en la colección la revisitación e intento de actualización de algunos de los principales enemigos del hombre sin miedo más allá de los sobreexplotados Bullseye o Kingpin, así en estos números veremos pasar a personajes tan dispares como Turk, Los Forzadores, Gladiador o (sobre todo) Mr. Miedo, usando también personajes de nuevo cuño como Lilly Lucca (ya vista en “El diablo se da un paseo”), mujer que gracias a un perfume proporcionado por Mr. Miedo, hace sentir a los hombres que están cerca de ella, que es la mujer que más ha querido nuca, a Matt en concreto su olor le recuerda a Karen.
La primera sagas se inicia cuado Melvin Potter, el Gladiador, apunto ya de cumplir su condena y en apariencia rehabilitado, es acusado de asesinar con sus propias manos y a sangre fría a un par de presos en Ryker´s Island, todo esto mientras Matt trata de poner en orden su vida y de volver a establecer el control en una enloquecida Cocina del Infierno, y lo hace cual pollo sin cabeza, totalmente desbordado por la situación, sin apenas recursos más allá de una violencia no pocas veces excesiva, en fin, un personaje que desde luego tiene poco que ver con el que hasta ahora estábamos acostumbrados a ver en la serie.
Así, esta primera saga ya deja de manifiesto lo que Brubaker parece pensar de Matt, él y Melvin han pasado por un infierno juntos, varias veces, Matt ya se equivoco una vez con Melvin, pero desde entonces ha sido un aliado, un amigo y alguien en quien podía confiar, y ahora que esta en apuros ¿Becky tiene casi suplicar a Matt que le ayude?, no, realmente Brubaker no parece conocer (y apreciar) demasiado a Matt y su forma de comportarse.
Sea como sea, la saga nos permite recuperar de nuevo, aunque brevemente al Gladiador y su magnifico diseño como villano, y es que sin razón aparente, sin causa que lo justifique, Melvin sufre ataques irracionales de ira que le llevan primero a matar a unos guardas y después a fugarse, disfrazarse de nuevo y a estar a punto de matar a Milla, después Melvin, no parece recordar con claridad sus actos, es consciente de haber hecho algo malo, pero no parece saber exactamente que, y porqué, ¿se trata de que la mente de Melvin siempre inestable y frágil ha estallado por fin, o hay algo más, alguien detrás manipulándolo todo?.
Las respuestas se agolpan al final de la saga, Daredevil descubre que la existencia de una droga, llamada “sin miedo” que parece sumir a sus consumidores en un estado de euforia y carencia de limites que les hace hacer cosas que luego no parecen recordar, una droga que a través de Lily Lucca termina en el cuerpo de Milla quien en un ataque irracional de celos termina asesinado a un inocente viandante arrojándole a las vías del metro cuando trataba de matar a Lily, una droga que tiene detrás un hombre, Larry Cranston, alias Mr. Miedo, que ha vuelto para destrozar a Matt.
“Sin Miedo” será el titulo de la saga que Brubaker utilice para relanzar a Mr. Miedo y convertirlo en un villano supuestamente interesante para el Daredevil actual, sin embargo....Brubaker vuelve a errar el tiro, ni Miedo necesitaba un relanzamiento, ya que ya lo tuvo en un gran saga de Joe Kelly a finales del primer volumen, en la que puso contra las cuerdas a Matt (por cierto forzando un acusación de asesinato contra Karen, cuando menos curioso) y donde además descubrió su identidad secreta, aunque todo esto quedo casi olvidado con el cambio de volumen, ni el destino de Milla era necesario, y es que lo de las novias de Matt ya pasa de castaño oscuro, ni parece que transformar a Mr. Miedo en una suerte de Hombre Púrpura “a distancia”, sea un buen relanzamiento.
Los pasos e intenciones de Brubaker parecen estar claramente inspirados en el magnifico trabajo que Bendis realizará en la serie Alias con el Hombre Púrpura, un villano clásico de Daredevil bastante desaprovechado y en que en manos de Bendis se convirtió en terrorífico, sin embargo Mr. Miedo siempre había sido ya de por si una amenaza seria, si los guionistas no lo habían usado es porqué no habían querido, no porqué no fuera un personaje interesante, ya que Kelly por ejemplo demostró que si lo era; pero aún y con eso lo peor de esta saga no es el relanzamiento innecesario y la modificación de los poderes de Mr. Miedo, no, lo peor es, una vez más es el tratamiento que Brubaker da a Daredevil, un Daredevil incapaz de hacer nada contra los planes de Mr. Miedo, que recurre a la tortura más brutal para conseguir derrotar a sus enemigos, y que cuando se ve incapaz de curar a Milla de los efectos del gas de Miedo (no hay antídoto, pero él lo venció ¿cómo pudo hacerlo?, y rizando el rizó, Matt es un hombre de recursos es amigo de gente como Reed Richards, ¿no puede recurrir a él para intentar vencer los efectos del gas y crear un antídoto?), su única respuesta es la autocompasión (y eso que el mismo Brubaker había puesto en boca de Matt una frase bastante elocuente “hace tiempo que aprendí a echar la culpa a los malos”) y la violencia desenfrenada.
Si el “Diablo en la galería D” era la mejor saga de la etapa, esta “Sin miedo” es la peor con diferencia, Brubaker transforma a Matt en un ser mezquino, llorón, por momentos despreciable, y hace del un hombre sin recursos ante sus enemigos, además Milla que en manos de Bendis era un personaje fuerte, inteligente, seguro de si mismo y bastante atractivo, se transforma en manos de Brubaker en ser pusilánime, la típica damisela en apuros sin apenas personalidad, su destino, que vista la etapa en su conjunto entra dentro de la idea del guionista de aislar por completo a Matt, parecía en un principio más condicionado por que Brubaker no sabía que hacer con el personaje que por otra cosa.
Queda todavía por mencionar un número “Simpatía por el diablo”, que enlaza con los dos anteriores números fuera de saga que tuvo la etapa, y que en este caso se centra en Ben Urich, un Ben Urich que vuelve a ver caer a su amigo en un pozo sin fondo, y que se encuentra a si mismo comportándose como lo hacia Jameson, cortando historias solo para proteger a su amigo, de nuevo Brubaker muestra la influencia, negativa, siempre negativa desde su punto de vista, que Daredevil ejercer en su entorno.
Es esta fase, cuando una etapa que prometía tanto se tuerce de manera lamentable, Brubaker demuestra que ni entiende ni quiere al personaje, y que le importa mucho más contar lo que desea contar que los personajes con los que lo esta contando y su trayectoria, a esto se añade un excesivo abusa del decompressive, algo bastante habitual en el guionista, pero coincide aquí además con unos números carentes de todo ritmo, lo que ya no suele ser habitual, en fin, en los números que quedan para finaliza la etapa (14) la colección recuperara algo el pulso, pero eso queda ya para el próximo día.
3 comentarios:
Me has hecho ver más defectos de los que le tenía reconocidos a estos números. Creo que aquí se evidencia que Ed Brubaker no sabía muy bien en que dirección llevar al personajes. Los números, si los lees por encima, están bien contados pero si miras con más detenimiento son tediosos y llenos de inconcruencias. Lo que mejor sabe hacer Ed Brubaker en esta situación es tratar a villanos como Los Forzadores y sin que parezca ridículo. Pero lo demás es incluso repetitivo... el personaje está en un bucle en el que siempre acaba en algún bar pegando palizas para sacar información. Eso incluso lo hará después en su viaje a Francia (creo que era Francia) que ya tiene tela.
Es que además Brubaker tiene la mala suerte de suceder a un guionista que desprendía por cada diálogo que adoraba al personaje principal por encima de todo. Por eso el contraste es más bestia y duele mucho más, porque pasamos de un guionista que daba carisma a sus personajes de una manera natural a otro que es que parece que ni les importa.
Y sigo pensando que lo siguiente, tampoco es que sea mucho mejor. De hecho, me sorprende la falta de ritmo de los últimos números del Rey de la Cocina del Infierno. Aparte de que no logro verle la gracia a Lady Bullseye, pero eso lo dejamos para tu siguiente post.
Ah, por cierto, concuerdo contigo sobre lo de Mr. Miedo, Milla y sobre todo en lo de Matt.
Mythos, el problema con Bru es que creo que se le nota demasiado cuando un personaje/proyecto le gusta realmente, le ilusiona y cuando no, en Catwoman, Batman o en el Capi hizo (en el segundo esta haciendo, vaya), un gran trabajo, al menos a mi entender, aquí o en al Patrulla X, bufff, se nota que no le van, y eso que parecía el guionista ideal para DD.
Ovidio, tienes razón, Bendis adoraba al personaje y se le notaba mucho, para bien claro, sin embargo Bru..., sobre los próximos ya hablaremos, pero a mi la siguiente saga la que co-guionizo con Rucka si me gusto bastante, si.
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