viernes, 29 de julio de 2011

¿Qué fue de Jorge Sanz?

La tan denostada ficción española, tiene pese a quien pese, productos realmente interesantes que merece la pena destacar, aunque es innegable que en el ámbito de la ficción televisiva (y la no televisiva), la mala fama y los prejuicios tienen por desgracia una base bien real, esto no debe impedir reconocer lo bueno cuando se tiene delante.

Concebida por David Trueba, guionista y director de los 6 episodios que componen esta miniserie emitida en nuestro país por Canal +, ¿Qué fue de Jorge Sanz? es una de las más agradables sorpresas que me he encontrado en lo que va de año (aunque la serie data del 2010).

Con tono de falso documental y con un magnifico Jorge Sanz interpretándose a si mismo, la miniserie se centra en la decadencia de un actor, autentico símbolo del cine español de su época y que ahora apenas si encuentra trabajo para salir adelante, encasillado permanentemente en el papel de sex symbol al que ni el mismo parece estar dispuesto a renunciar, todo mientras la vida no hace más que ponerle zancadillas, todos le recuerdan lo grande que era y lo poco que es ahora, y nada termina de salirle bien.

Aunque es obvio que nos encontramos antes una obra de ficción, si por algo destaca la serie es por su honradez, su cercanía, su verosimilitud, ayuda y mucho, la puesta en escena elegida por Trueba, documentalista, que dota al conjunto de una credibilidad apoyada tanto en el trabajo de Jorge Sanz, como en el de Eduardo Atuña, que interpreta a un representante recién llegado al mundo del espectáculo, que como un Sancho Panza moderno, trata de guiar a su “señor” por los mejores caminos con más buena voluntad que acierto.

Con un humor ácido, poniendo el dedo en la llaga, y con fuertes dosis de esa autocritica que a veces tanto se hecha de menos en el cine español, donde el culpable siempre esta fuera, ya sea los americanos, ya sean los malvados piratas, ¿Qué fue de Jorge Sanz?, es un análisis en clave de parodia, duro y certero, no ya de la figura de un ídolo caído, si no de toda nuestra industria fílmica, de sus vicios y estigmas, a la vez que una visión más global del mundo del cine y las fuerzas que lo mueven.

Se dice que la serie no es muy original, que esta muy influenciada por Larry David (que algún día tendré que ver), pero en todo caso no me parece demasiado relevante, primero claro, porque todo hace indicar que se trata de una buena influencia, y segundo por que la serie tiene la suficiente personalidad propia como para ser relevante en si misma, lo cual ya de por si habla muy bien del resultado final, notable resultado al que contribuye la excelente y simbólica banda sonora, compuesta por Darren Hayman y que tanto dice sobre la serie y lo que esta cuenta.

No creo que con esta miniserie vuelva a recuperar la esperanza en la ficción televisiva española, (perdida más o menos desde el final de 7 vidas, puede que incluso antes ya que esta serie termino por repetirse en exceso) pero si muestra a las claras que ahí fuera hay talento, hay ideas, que no siempre se ha de hacer lo mismo una y otra vez, que se puede hacer algo distinto, ahora solo falta que cunda el ejemplo.

miércoles, 27 de julio de 2011

Marvel, mis etapas preferidas y II.

Sigo con el repaso a mis etapas favoritas de los personajes más clásicas de lo que en su día fue la Casa de las Ideas, hoy con un repaso por el triunvirato de Vengadores por excelencia.


Thor: Después de Daredevil,  mi personaje preferido de todo el Universo Marvel, a lo largo de su dilatada trayectoria en el mismo hay muchas etapas que merece la pena recordar, desde la de Stan Lee y Jack Kirby, ya que no hay que olvidar que después de los 4 Fantásticos, fue Thor el personaje con el que Kirby más permaneció, llegando a crear también una etapa de desbordante imaginación de la que guardo con especial cariño los maravillosos Relatos de Asgard, y es que la faceta mítica de Thor siempre me pareció mucho más interesante que la terrenal.

Tampoco estuvo nada mal el trabajo de John Buscema acompañado a los guiones de Stan Lee, o sobre todo la mítica Saga de Los Celestiales, concebida por Roy Thomas, rematada por Ralph Machio y Mak Gruenwald y plasmada por Keith Pollard, aún hoy sigue siendo una muestra clara de quien es Thor y del potencial de grandeza que posee el personaje, épica a más no poder, llena de momentos dramáticos, la Saga de los Celestiales sigue siendo hoy uno de mis cómics de referencia de toda la historia del Universo Marvel.

Sin embargo por encima de todo esto, y volviendo una vez más a los gloriosos 80, mi etapa favorita de la historia de Thor sería sin duda la de Walter Simonson, primero en solitario, luego con Sal Buscema a los lápices, la etapa de Simonson es una suerte de Saga de los Celestiales continua, donde la épica y el drama se combinan para hacer una etapa marcada a fuego en todo seguidor de los cómics de superhéroes.


Capitán América: Desconociendo su etapa fundacional allá por los 40, y centrándome por tanto en su regreso a la “era Marvel”, hay en el Capitán América muchas etapas que merecen la pena, Stan Lee y Jack Kirby, Stan Lee y Gene Colan, la breve pero intensa colaboración entre Roger Stern y John Byrne, DeMatties y Zeck, las dos etapas de Mark Waid con Ron Garney y Andy Kubert o los primeros números de Gruenwald son claros ejemplos de ello, pero para mi hay dos etapas especialmente significativas en el héroe abanderado.

La colaboración entre un pletórico Steve Englehart y un sólido Sal Buscema sería la primera de ellas, sagas míticas como la del Capi de los 50, el Imperio Secreto, Nómada, las colaboración con el Halcón, el marcado cariz social y político de la serie, hacen de esta una de las etapas más interesantes no ya del personaje, si no de todo Marvel, Englehart fue uno de los guionistas más interesantes de los 70, no solo por su trabajo en esta serie (su labor en Batman o Los Vengadores es también sobresaliente), sin embargo sería aquí donde daría lo mejor de si mismo y donde sentaría las bases del Capi tal y como lo conocemos hoy en día.

La segunda gran etapa a la que quería hacer referencia es mucho más reciente, en realidad aún no na concluido, ya que se trata de la colaboración de de Brubaker con diversos artistas, sobre todo con Steve Epting, ya que desde el regreso de Steve Rogers, Bru parece que no termina de encontrar la tecla. La etapa que tiene una reconocida influencia del trabajo de Englehart fue una autentica montaña rusa desde su impactante inicio hasta el mentado regreso de Rogers, sin posibilidad de freno, Brubaker no dejaba títere con cabeza y los acontecimientos no paraban de sucederse sin que apenas hubiera tiempo de respirar, con las cosas muy claras, Bru supo aprovechar las injerencias editoriales con la “muerte” del Capitán América para, aún sin su personaje central hacer los que probablemente fueran los mejores números de una etapa ejemplar hasta ese momento. Sin duda el mejor cómic Marvel durante muchos años, que sin embargo, lleva ya demasiado tiempo estancado, esperemos que Brubaker consiga retomar el pulso y siga haciendo historia en una obra que va camino de entrar, si no lo ha hecho ya, entre las grandes de la editorial.


Iron Man: No tengo tantos cómcs de este personaje como de los otros dos, y es que más allá de la Biblioteca Marvel (que ya es mucho), sagas sueltas, lo de Busiek y los cómics más actuales (hasta hace bien poco, que Larroca ha terminado por “echarme” de la colección) no tengo una visión tan competa del mismo.

Así que de los cómics que he leído, me quedaría obviamente con la etapa de David Micheline/Bob Layton y John Romita Jr. (tercera vez que vemos a este por aquí tras Spider-man y Daredevil), una etapa quintaesencial sobre lo que es, lo que significa ser Iron Man, llena de acción trepidante y con elementos que ayudar a crecer y complejizar al personaje, no es la única etapa relevante claro, Bill Mantlo también hizo un buen trabajo con el mismo, lo poco que he leído de lo de Byrne con un pletórico Romita Jr. tiene muy buena pinta, los números de O´Neil que he visto no están mal, la labor de Kurt Busiek, Roger Stern y Sean Chen es bastante notable y el regreso de Micheline y Layton con (sobre todo) La Guerra de las Armaduras, merece mucho la pena, pero en conjunto, y recalco de lo que yo he leído, creo que en Iron Man la única etapa que puede mirar a los ojos a las grades de los personajes mentados hasta ahora, es la de David Micheline/Bob Layton y John Romita Jr.

lunes, 25 de julio de 2011

Historia de un hombre sin miedo especial: Cruces con Tierra de Sombras I.

Todo crossover que se precie de serlo cumple a día de hoy dos premisas: o implica a varias series regulares que se cruzan o genera toda una serie de derivados con mayor o menor grado de implicación con el mismo, Tierra de Sombras  pertenece a estos últimos.

Transformar el concepto de Daredevil al frente de La Mano en un mega-crossover sirvió a Marvel para relanzar/presentar una serie de héroes urbanos con los que Daredevil podía interactuar, dentro del primer grupo, de los personajes que se podían relanzar entraba de lleno El Caballero Luna, en el segundo lo hacía el nuevo Power Man.

El Caballero Luna creado en los 70 e inicialmente concebido como enemigo del hombre lobo marvelita se transformo pronto en un suerte de Batman marvelita que se diferenciaba sobre todo (además de por su origen mitológico, influenciado por el panteón egipcio) por sus múltiples personalidades que le situaban al borde de la esquizofrenia.

Más conocido sobre todo por ser el vehículo que permitió a Bill Sienkiewicz desarrollar su talento, pasando de ser un prometedor imitador de Neal Adams, a un revolucionario artista integral de marcada personalidad, el Caballero Luna ha conocido a lo largo de su ya extensa trayectoria no pocos relanzamientos y revisiones, precisamente tras Shadowland llegara un nuevo intento con Brian Michael Bendis y Alex Maleev al frente, un intento que tiene una suerte de prologo en la miniserie de tres números Shadowland: Moon Knight, recopilada en España por Panini en un tomo bajo el titulo de Tierra de Sombras: Caballero Luna.

Realizada por los casi desconocidos, Gregg Hurtwitz a los guiones (al parecer novelista del cierto éxito allende los mares) y Bong Dazo a los lápices, la miniserie, en la que Daredevil y todo el asunto de Shadowland tiene un papel relativamente marginal, sirve más que nada para cambiar el status quo del personaje, o mejor dicho para volver a un estatus anterior que permita jugar con más facilidad con el mismo de cara al futuro, así la claridad del objetivo con el que nace la miniserie y el control editorial que ello implica, no permiten mostrar si Hurtwitz tiene talento para esto o no, aunque si uno hubiera de juzgarlo solo por esta miniserie lo cierto es que cabrían serias dudas, no ayuda claro el trabajo de Dazo, que busca una espectacularidad de la que carece con una artificiosa planificación de página muy influida por lo peor de los 90.

Escasa caracterización de personajes, excusa argumental con bases poco solidas, dramatismo forzado, trucos de guión que se ven venir de lejos y dibujo no demasiado logrado, hacen que esta miniserie, lejos de cumplir su objetivo de generar interés de cara al futuro relanzamiento, consiga justo lo contrario, aunque claro, esta por ver la influencia real de esto en el trabajo de Bendis y Maleev, influencia que en todo caso intuimos como escasa, así que, y aún a riesgo de mourinhizarse en exceso solo cabe preguntarse el porque Marvel decidió lanzar una miniserie como esta.

Como escaso consuelo cabe destacar que la edición de Panini al menos incluye un número, el 13 del la primera cabecera del Caballero Luna, un encuentro entre este y Daredevil, en el que Doug Moech no hace su mejor trabajo, (un típica batalla entre héroes por una confusión, que acaba en alianza para derrotar al Bufón) pero que permite ver a Sienkiewicz en plena evolución, todavía bastante “normalizado”, pero ya con algunos apuntes de lo que hará luego, una pequeña joyita sin duda.

Más interés merece sin duda el proyecto dedicado a la presentación de un nuevo personaje, Power Man, claro que aquí las apuestas eran más seguras, ya que su guionista Fred Van Lente ya había demostrado su buen hacer en series como Hércules o Lobezno: Primera Clase, más desconocido es Mahmud Asar, dibujante de la miniserie, mucho más agradable a la vista que Dazo, con estilo más clásico y menos recargado.

La miniserie Shadowland: Power Man, ahora de cuatro números y recopilada en España por Panini en el tomo Tierra de Sombras: Power Man, presenta un nuevo Power Man, que retoma el nombre que hace ya tiempo dejara Luke Cage (supongo que en todo esto el copyright del nombre habrá tenido algo que ver), y lo enlaza con este además al tratarse de un héroe de alquiler que cobra por el uso de sus poderes, retomando también el clásico Power Man & Iron Fist (pareja que se volvió mítica a finales de los 70 principios de los 80, con una colaboración que se acerco al centenar de números y que ha seguido con los años) ya que los poderes del nuevo personaje tendrán mucho que ver con los de Danny Rand, que a lo largo de la miniserie jugará un papel clave que le llevara a ser, o bien el mentor del nuevo Power Man, o bien su principal enemigo.

La miniserie tiene Shadowland apenas como telón de fondo, como la permanente amenaza de La Mano en La Cocina del Infierno como desencadenante de gran parte de la acción, en realidad Daredevil apenas si sale unas viñetas, sin embargo el origen y las motivaciones del nuevo personaje si tendrán sus raíces en lo sucedido en la etapa Diggle en el cuernecitos, en concreto en el especial que la abre, The List: Daredevil.

Van Lente realiza aquí un trabajo eficaz creando un nuevo personaje que toma sus bases tanto de Cage (sus orígenes sociales) como de Rand (sus poderes) y que se sitúa muy a pie de calle con un entorno de personajes bastante interesante y con mucho potencial, Van Lente aprovecha para recuperar multitud de enemigos del clásico dúo marvelita, que ahora parece que formarán parte de la galería de enemigos del nuevo personaje, queda por ver que tiene pensado Marvel para este, pero su presentación ha resultado bastante entretenida mostrando un personaje que puede dar jugo en el futuro, veremos.

viernes, 22 de julio de 2011

Más Holy Terror.

Aunque no me suele gustar hacer post tan cortitos con solo imagenes o videos, creo que la ocasión lo merece, y con creces.







Cinco páginas (sacadas de Zona Negativa) y un video (de Youtube), muestran más avances de una obra que visualmente se anticipa como espectacular, como todo habrá que leerlo, pero la cosa esta empezando a dejar de tener tan mala pinta para lucir como un trabajo en el que Miller (al menos desde el punto de vista visual) ha dado lo mejor de si mismo, eso si la influencia batmaniana en su personaje central es evidente, lo cual claro no molesta lo más minimo.



A cuenta de todo esto me han parecido muy interesantes los comentarios de este post del blog de Pepo Pérez, la comparación con Kirby y su evolución, así como su innegable influencia en Miller me ha parecido bastante interesante y no carente de razón.

miércoles, 20 de julio de 2011

Marvel, mis etapas preferidas y I.

Entre que uno lleva muchos años en esto y las maravillosas Bibliotecas Marvel, lo cierto es que se puede decir que he tenido acceso a gran parte de los cómics de los principales personajes de la antigua Casa de las Ideas, hoy toca un breve repaso por aquellas etapas que más me han interesado.


Spider-man: Con Amazing Spider-man estamos ante una colección muy especial, casi revolucionaria, autentico paradigma del “superhéroe con superproblemas” que sento las bases de Marvel, y partiendo del novedoso concepto de convertir al tradicional sidekick (compañero adolescente del héroe principal) en personaje central, Amazing Spider-man es una colección ejemplar desde sus inicios hasta más o menos la boda de Peter y Mary Jane mediados los 80.

Y lo es porque en todo ese tiempo, pese a los lógicos altibajos de 20 años de historias, Spider-man no dejo de crecer de evolucionar: del instituto a la universidad, de allí al mundo laboral, del nicho familiar a la independencia, de los escarceos amorosos al matrimonio, en continuo crecimiento y sin miedo al cambio, Spider-man encontró su freno con la boda y el temor editorial a abordar el siguiente paso lógico: la paternidad.

Teniendo en cuenta todo esto es natural que las mejores etapas del personaje se encuentren estos años, Lee-Ditko, Lee-Romita Sr., Conway-Kane-Romita Sr., sin embargo y supongo que como siempre en estos casos, los recuerdos de al infancia marcan a fuego, así mi etapa preferida de Spider-man, es la escrita por Roger Stern y dibujada fundamentalmente por John Romita Jr., el enfrentamiento con el Juggernaut, la independencia de Peter, la insondable amenaza del Duende y todo el misterio en torno a su identidad….

La etapa enmarcada en plenos 80, probablemente la mejor década de la historia del cómic de superhéroes, al ser allí cuando cristalizaron todos los avances de las décadas anteriores, y dieron un más tarde frenado paso a la madurez, tiene si acaso su reflejo 20 años más tarde en la excelente colaboración entre JMS y de nuevo Romita Jr., una etapa también magnifica que retoma la evolución y el crecimiento de Peter, y en la que JMS demostró que bien tratada la relación entre Peter y Mary Jane estaba lejos de ser un freno para el personaje.


Daredevil: Bueno no creo que vaya a ser demasiado original aquí, realmente y aunque en el Daredevil preMiller hay cosas grandiosas desde el punto de vista visual (Wally Wood, Romita Sr. Gene Colan), lo cierto es que si hay un personaje Marvel marcado hasta la medula por un autor este es Daredevil, el autor claro es Frank Miller.

Poco puedo decir que a estas alturas no haya dicho ya sobre el trabajo de Miller en Daredevil, en especial de Born Again el que bajo mi punto de vista es el mejor cómic Marvel jamás publicado (obviamente que yo haya leído claro), así que me limitare a señalar que en Daredevil hay vida más allá de Frank Miller, claro que la hay.

La etapa de Nocenti y Romita Jr. es un claro ejemplo de ello, Nocenti, supo encontrar su propia voz y usar al personaje como vehiculo de denuncia social sin por ello (más bien al contrario) traicionar su esencia y Romita Jr. realiza un trabajo que a estas alturas sigue siendo en mi opinión el mejor de su carrera.

Tampoco es desdeñable la etapa de Bendis y Maleev, mucho más deudora en fondo y forma de la de Miller, condujeron al personaje por el nuevo milenio con acierto en una adecuada mezcla entre el noir y los superhéroes en lo que sigue siendo uno de los mejores trabajos de Bendis para Marvel.

Ya en otro nivel pero no menos interesantes cabria situar las etapas de Karl Kesel y Joe Kelly que supieron traer el optimismo al personaje cuando este más lo necesitaba.


Hulk: Con Hulk hay dos etapas que destacan claramente por encima del resto, por un lado el trabajo de Peter David ayudado por múltiples (casi siempre de calidad) dibujantes y por otro la menos conocida, pero tal vez más relevante etapa de Bill Mantlo a los guiones y Sal Buscema a los lápices.

Respecto a esta última, Mantlo supo hacer crecer al personaje y utilizar todos su transfondo para convertirlo en alguien mucho más interesante que cuando él llegó, su influencia se deja sentir claramente en el trabajo de Pak hoy en día (cuya labor también podría estar aquí), Mantlo escribió historias partiendo del Hulk clásico para ir llevándolo más lejos jugando con ideas con la separación entre Banner y Hulk o que el primero controlara por completo al segundo, todo ello aderezado con las preocupaciones filosóficas y sociales de uno de los guionistas de referencia de la casa en los 80.

David por su parte construyo un magnifico cómic que tal vez tenga hoy en día menos influencia sobre el personaje debido a que siempre fue más un “cómic de Peter David” que un “cómic de Hulk, aún y así estamos ante una etapa ejemplar no solo por la elevada calidad media de más de diez años de historias, si no por el compromiso del guionista con su obra, uno de los pocos cómics de los que, en lo peor de los 90, Marvel se podía sentir orgullosa de publicar.

lunes, 18 de julio de 2011

Cerebus y la política de la religión.

Lenta pero segura, la edición de Cerebus en España continúa avanzando, tras la publicación el año pasado de Alta Sociedad, este año y con algo de retraso sobre lo anunciado en un principio, ha salido ya al mercado el primer de los dos tomos que componen la saga conocida como Iglesia y Estado.

Precedido de gran expectación, la llegada de Cerebus a España fue un autentico hito, un cómic que parecía nunca iba a salir de las fronteras del mundo angloparlante, llegaba de la mano de Ponet Mon a nuestras estanterías. Lo hacía precedido de toda una leyenda detrás: primero como cómic clave de la autoedición y símbolo de los derechos de autor, y segundo por su calidad, al menos al principio incuestionable. Pero también lo hacía precedido de la polémica por el cambio ideológico y personal experimentado por su autor, Dave Sim a los largo de los más de 25 años que duro Cerebus, cambio que marcaría a fuego el devenir de su obra.

De momento los dos tomos publicados en España, Alta Sociedad e Iglesia y Estado justifican con creces el prestigio del Cerebus, Sim juega con las posibilidades que le ofrece el cómic y teniendo como único limite la página, explora todo tipo de soluciones narrativas que, con resultados no siempre exitosos, si nos muestra un autor ávido por hacer crecer el medio en el que trabaja y probar sus limites, la llegada de Gerhard (que pasaría a encargarse de los fondos) a mediados del segundo tomo, parece liberar aún más a Sim que, mucho más seguro de sus innegables habilidades nos regala números visualmente imponentes.

Desde un punto de vista argumental, Sim se muestra como un guionista inquieto, preocupado por el mundo en el que vive y que, claramente influenciado por su admirado Steve Gerber (en especial por su acido enfoque en Howard el Pato), realiza una disección tan llena de ironía y mala leche como certera sobre el funcionamiento de la política, la corrupción inherente al poder, el control de las masas o la relaciones con el poder religioso.

Por las páginas de Cerebus desfilan desde las más desmadradas (y divertidas) parodias superheroicas, hasta homenajes a personajes claves del género de la fantasía como Elric de Melnibone (brillantemente mezclado con el Gallo Claudio). Todo ello conformando un complejo tapiz de relaciones interpersonales y luchas por el poder (donde juega un papel clave un trasunto de Groucho Marx llamado Lord Julius, sin duda uno de los personajes más interesantes de la obra) en las que Cerebus se ve mezclado, no pocas veces sin saber muy bien como, y pudiendo recurrir, en muchas menos oportunidades de las que en realidad desea, a la violencia, que hasta entonces había sido su principal vía para la resolución de conflictos.

Cabe destacar también la compleja relación que Cerebus tiene ya en estos cómics con las mujeres, una relación que luego sería uno de los principales focos de polémica de la obra y que en estos tomos nos muestran a un personaje complejo, que por mucho que diga lo contrario en realidad lo último que desea es estar solo, que es como sin embargo, siempre parece destinado a estar. En definitiva, y al menos por los cómics que se han publicado en España, Cerebus es una excelente obra que esta justificando el elevado dispendio que supone acercarse a ella., no esta nada mal para un personaje que empezó como parodia/homenaje a Conan el Bárbaro.

viernes, 15 de julio de 2011

El ansía del coleccionista.


Para el coleccionista pocas cosas hay más placenteras que conseguir completar aquello que lleva tanto tiempo buscando, sin embargo ¿tiene algún sentido, alguna lógica ser coleccionista?, tal vez hay preguntas que a veces es mejor no hacerse.

Me ha costado un poco, pero al final he conseguido completar los 22 largometrajes de ficción de mi cineasta favorito, Martín Scorsese, y arriba esta la foto que lo atestigua; Scorsese autor de tres obras maestras absolutas (Taxi Driver, Toro Salvaje y Uno de los nuestros, esta última mi película de cabecera de todos los tiempos), de muchas grandes películas (Malas Calles, La edad de la inocencia, Casino, la fallida pero mágica Gangs of New York, Infiltrados, Jo, que noche....) y de muy escasas mediocridades (la lamentable Kundun, la, al menos voluntariosa El Aviador,  o la primeriza Boxcar Bertha) es, como todo gran autor, un director de obsesiones al que, encuentro ciertas similitudes con otro de mis autores favoritos, en este caso del mundo del cómic, Frank Miller, similitudes relacionadas sobre todo con el peso del catolicismo en sus obras y con el, el papel clave que juega el sacrificio dentro de las mismas.

Completar mi “colección Scorsese me ha hecho reflexionar un poco sobre mis ansias coleccionistas, ya que varias de las pelis son ediciones bastante malas, sin formato o sin subtítulos en español, pero como no hay otras ediciones me ha tocado apechugar, sin embargo ¿por qué he decido apechugar?.

Este ansía completista que muchos padecemos, en mi caso sin duda heredado del cómic de superhéroes y su estructura folletenisca, creo que a veces nos (me) hace caer en el absurdo de comprar cosas cuya calidad, (ya sea de edición, ya intrínseca a la obra), no lo merece.

Y es que en el fondo pienso que el coleccionismo, más que una sana afición, puede llegar a ser un problema, no tanto por los pasta que uno se pueda gastar, si no por el mensaje que se manda, esto es especialmente claro en el mundo de los cómics de supertipos, las editoriales saben que cuentan con una base, no muy numerosa, pero si quizá suficiente como para que de igual que Marvel borre el matrimonio de Mary Jane o DC se cargue media continuidad porque si, siempre va a haber gente que compre Spider-man, o Batman o lo que sea, y las editoriales cuentan con ello.

El mensaje que mandamos (que mando) es tan simple como negativo, “da igual lo que hagas, yo lo voy a comprar de todos modos”, y es que si uno lo analiza con un mínimo de seriedad el coleccionismo no tiene ningún sentido racional, y sin embargo....

No voy a negarlo, estoy muy contento de tener todas las pelis de Scorsese, como lo estoy de tener Daredevil entera, o Uncanny X-Men, o casi todo Hulk o Thor... a estas alturas ni siquiera me planteo la posibilidad de dejar (por ejemplo) los mutantes, ¿dejar Uncanny después de tener más de 500 números, anuales y todas la pesca?, imposible y eso que, salvo crossovers lleva años dando pena, es una locura si, pero supongo que el coleccionismo tiene ese punto de locura, tan difícil de explicar como de entender, al menos desde fuera, pero es lo que hay, me ha hecho ilusión lo de Scorsese, como lo hizo y todavía lo hace lo de DD o lo de los X-Men, no es racional, no tiene mucho sentido, pero lo importante es que uno es feliz, tanto en la búsqueda (quizá lo más placentero de todo) como cuando se consigue el objetivo, y a fin de cuentas quizá eso sea lo más importante.

miércoles, 13 de julio de 2011

Marvel y DC, mis portadas preferidas.

Hace un tiempo escribía por aquí sobre la importancia de las portadas, la necesidad de que en los tomos fueran colocadas en su sitio y que estuvieran acompañadas por toda la parafernalia con la que fueron concebidas y no solo mostradas como pin-ups, ya que esa, no era su función, allí mostraba mi intención de hacer un post con un top de mis portadas favoritas.

A la hora de intentar realizar este top, me he dado cuenta de lo compleja que resulta una tarea así, tantos cómics leídos y tantas portadas que por un motivo u otro me han impactado, hacían difícil la elección, así que en vez de ponerme a buscar portadas a saco e intentar hacer un top lo más completo posible he decidido acotarlo de dos formas, por un lado me centrare en Marvel y DC, grueso de mis lecturas y por otro he decidido elegir las cinco primeras portadas que me vinieron a la mente sin meditarlo demasiado, en fin sin más esta es mi selección:


Amazing Spider-man 122: John Romita Sr. en estado de gracia en una de las mejores etapas jamás vividas por el trepamuros, la portada es significativa más allá de por la innegable fuerza de la ilustración por todo lo que implica, creo que este es un claro ejemplo de portada a la que si le quitas lo textos, que acompañan el dibujo perdería gran parte de su fuerza. Supongo que en su momento la portada debió ser un impacto, “si claro, se van a cargar a Gwen pensaría más de uno, y luego…, una magnifica portada que cumple su principal función: crea interés por el cómic que hay en el interior.


The Mighty Thor 378: Walter Simonson en plena forma con una portada espectacular y llamativa que demuestra el poder de Thor a la par que enseña un nuevo traje la mar de chulo, aunque pudiera parecer que es más pin-up que otra cosa, como digo la portada anuncia un cambio en la vestimenta del héroe, lo que sin duda cumple con su función de llamar la atención, además de resultar representativa sobre el personaje central, un lujo de portada sin lugar a dudas.


X-Men 141: John Byrne y Terry Austin consiguen captar la atención del lector desde el principio, unos Lobezno y Kitty Pride envejecidos en postura defensiva contra la pared y rodeados de carteles con fotos de amigos muertos o desaparecidos, “¿qué coño estaba pasando?”, debió pesar más de uno. Lo que pasaba era el inicio de Días del Futuro Pasado, una de las más míticas e importantes sagas de la historia de los X-Men, su leyenda empezaba con esta magnifica portada.


JLA/Avengers 4: George Pérez, unos de los mejores portadistas de la historia consigue en esta portada mostrar toda la iconicidad y la fuerza del primero de todos los superhéroes, a la par que muestra el respeto de alguno de sus principales herederos (en este caso Thor y el Capitán América) que no dudan en dejar sus símbolos en manos de la última esperanza del universo ante una amenaza insondable. Todas las portadas de esta miniserie son un lujo, pero esta me parece especialmente gloriosa por toda la carga simbólica que implica.


Batman: The Dark Knight Returns, Tenth Anniversary edition: Única portada de un tomo recopilatorio que entra en mi top, se trata de una portada por la que tengo gran debilidad, no solo porque el trabajo de Frank Miller me parece fabuloso, si no porque lejos de ser un mero pin-up, esta portada tiene, al igual que la anterior una carga icónica espectacular a la par que anuncia el tono de la obra que vamos a leer, que grande Miller, que grande.

Y ya esta, esta ha sido mi elección, ya digo que es más pasional que meditada, pero en todo caso creo que así es más “honrada” por decirlo de alguna manera, en fin a ver si alguien se anima y me señala alguna portada que se me haya podido olvidar.

lunes, 11 de julio de 2011

Astro City: La Edad Oscura, el reflejo de una época.

Si bien es cierto que Norma tardo en empezar a sacar esta colección, no lo es menos que una vez hecho ha ido cogiendo un buen ritmo que ha llevado a que se hayan publicado ya historias inéditas en España con los dos esperadísimos volúmenes de La Edad Oscura.

El que Marvels se convirtiera en un referente en los 90 tiene sin duda varias causas, que fuera un cómic que revindicaba la figura del superhéroe clásico en plena era de “los dientes apretados”, el impacto que causo el estilo de Alex Ross o el magnifico guión de Kurt Busiek, nostálgico y algo melodramático, pero sin llegar a caer en la búsqueda de la lágrima fácil, son algunas de esas causas, otra sin duda es su planteamiento.

Los superhéroes vistos desde al calle, desde las personas normales que se ven atrapados en conflictos que no comprenden, que ponen su fe o su más irracional odio en unos héroes o villanos que están quizá demasiado lejos, pero que afectan de lleno a sus vidas y sus mundos, de este planteamiento nacería Astro City, a Busiek y Ross se uniría Brent Anderson y juntos y desde el lejano 1995 han ido creando uno de los cómics más influyentes, premiados y aclamados del género en los últimos años.

Aunque como decía Marvels condicionó en gran medida el surgimiento y la idea detrás de Astro City, la serie no se centraría, o al menos no solo, en contar un mundo superheroico desde el punto de vista de la calle, esa sería la base si, pero el enfoque estaría más condicionado por ver a los superhéroes desde dentro, desde un punto de vista minimalista, donde las grandes amenazas, las invasiones extraterrestres y las grandes batallas son solo el telón de fondo de pequeñas/grandes historias que nos cuentan el día a día de los superhéroes cuando no están en combate, los tejemanejes políticos de una ciudad superpoblada de héroes y también claro esta, el impacto de todo esto en la gente de la calle.

Así, llegamos a La Edad Oscura, cuatro miniseries de cuatro números cada una que Norma Editorial acaba de recopilar en dos bonitos tomos, si ya desde el principio Astro City es un homenaje a los principales iconos del genero y tiene mucho de metahistoria, La Edad Oscura juega como ya hiciera Alan Moore en Supreme o El Día del Juicio a mostrarnos la evolución del género a través de historias narradas dentro del mismo, aunque la obra se desarrolla a lo largo de décadas, la clave de todo se narra a finales de los 70 principios de los 80, el cómic repasa momentos clave de la historia del género, y lo hace relacionándolos con las distintas etapas históricas por las que paso EEUU.

Punisher, el Daredevil de Miller, con Watchmen o Dark Knight en el horizonte, los cómics de superhéroes empezaron a volverse oscuros en esa época, la ambigüedad moral de unos héroes hasta entonces impolutos empezó a hacerse notar a medida que el género entro en una etapa mucho más adulta donde las cosas no eran tan sencillas, todo esto como reflejo de un país, primero desencantado por la derrota y los horrores del Vietnam, falto de su confianza en sus dirigentes tras la debacle de Nixon y confuso con su futuro, que después se aferraría con fuerza a la esperanza que representaba la llegada de Ronald Reagan al poder, el país crecía y crecía y se olvidaba el pesimismo, sin embargo toda ese optimismo, ocultaba un monstruo en su interior, la avaricia era buena, las desigualdades aumentaban y el ambiente de euforia no podía evitar que muchos pensaran que algo no iba bien.

Astro City: La Edad Oscura, sin duda la saga más larga y ambiciosa construida por Busiek, Ross y Anderson, trata, a través de la historia de dos hermanos, marcados por una cruel tragedia en la infancia y enfrentados por sus diversos caminos (uno policía, otro delincuente de poca monta) en el presente, de abarcar todo ese periodo de tiempo y reflejar tanto los cambios de su país como los que vivió el género en esos años claves.

Ardua tarea sin duda la que se auto imponen unos creadores que sin embargo consiguen salir bien parados del desafío, y es que La Edad Oscura, más allá del reflejo de una época, o el estudio de la evolución del genero, es ante todo un gran cómic de superhéroes que tiene todos los elementos que se le suponen a este y que añade temas tan queridos a Busiek (no olvidemos sus Thunderbolts) como la redención, todo ello aderezado con tintes de género negro mientras que intenta buscar algo de luz entre tanta oscuridad, sin duda merece la pena leer si lo terminan consiguiendo.

viernes, 8 de julio de 2011

Juego de Tronos, en la pequeña pantalla, la HBO en el Trono de Hierro.

Fan absoluto de la saga creada por George R.R. Martin, cuando se anuncio que la HBO iba a adaptar a la pequeña pantalla el primero de sus libros, la ilusión me desbordaba, pocas veces había tenido tantas ganas de ver una serie de televisión, tras el estimulante episodio piloto, toca ahora hacer un balance más global de la serie en su conjunto.

Ejemplos como El Resplandor muestran a las claras que la fidelidad no es ni mucho menos un camino seguro al éxito a la hora de adaptar una obra literaria a un medio audiovisual, muchas veces es de echo justo al contrario.

Personalmente las adaptaciones que más me suelen gustar son aquellas que saben tomar el material de partida como un punto de referencia para crear algo nuevo, distinto, dando una visión diferente, a veces complementaria a la que se daba en el material de base (El Resplandor o Blade Runner son ejemplos a bote pronto), sin embargo siempre hay excepciones (Sin City, me viene a la cabeza), y Juego de Tronos es una de ellas.

A la hora de adaptar el gigantesco y complejo mundo creado por George R.R. Martin en su aún inconclusa Canción de Hielo y Fuego la fidelidad a la fuente de partida ha sido una de las claves de su innegable éxito, una fidelidad primero casi reverencial, que no ha impedido que la serie haya añadido, más hacia el final sus propios (pero pequeños todavía) elementos propios.

La obra de Martin, ya muy visual en su origen literario, (o al menos para mi resultaba fácil y placentero imaginarme el mundo creado por el autor) encuentra en el virtuosismo técnico tan habitual en la HBO su cobijo natural, la serie no tiene la personalidad de las grandes obras de la casa, (The Wire o Los Soprano), tampoco lo pretende, ni me atrevería a decir lo necesita, Juego de Tronos se configura entorno al mundo creado por Martin y su fuerza, (y personalidad) radican en el creador literario de la obra.

Un adecuado casting, una prodigiosa ambientación, una cuidada y clásica puesta escena y el carisma de la historia y el mundo creado por Martin, hacen de Juego de Tronos una de las series más relevantes del panorama televisivo actual, y saldan con buena nota la prodigiosa y casi mastodontica tarea, de llevar a la pequeña pantalla la obra maestra del de New Jersey.

Pese a todo, Juego de Tronos también presenta sus sombras, relacionadas más que nada con el enfoque dado a algunas escenas o pasajes concretos (pienso por ejemplo en el “renacimiento” de Daenerys) que requerían de una espectacularidad que la serie no aborda, queda saber si es por falta de ambición o por el contrario nos encontramos ante limitaciones presupuestarias.

En el primer caso, algo perfectamente factible, habida cuenta de que el respeto total a la fuente de partida puede limitar un poco la independencia creativa de la serie, el problema tiene fácil solución, el éxito de la primera temporada (a la que previsiblemente acompañe el éxito de su comercialización en formato domestico) y el consiguiente crecimiento de la misma, traerá consigo soluciones más valientes para los retos que propongan la novelas, en el segundo caso, estaríamos por el contrario ante un grave problema, las novelas no hacen si no que crecer en espectacularidad a medida que las batallas se multiplican, y sin un presupuesto adecuando para resolver esto la serie podría perder gran parte de su encanto, en tanto que se convertiría en un reflejo demasiado descafeinado de la saga.

Sea como sea la respuesta estará en las siguientes temporadas (la segunda, al menos ya esta confirmada) que realmente espero con ansía, y es que con Juego de Tronos estamos ante un éxito mayúsculo que esperemos solo haga que crecer y crecer.

miércoles, 6 de julio de 2011

Flash y la teoría del tiempo.

Geoff Johns, autor de una de las más memorables etapas de Flash en su historia, regresa ahora al personaje que le lanzó la fama en el Universo DC, y lo hace no como un autor que poco a poco se va abriendo paso, si no como una estrella consagrada, que se ha permitido el lujo de quitarse de en medio los más de 20 años de Wally West como Flash para recuperar a su añorado Barry Allen, ¿merecerá la pena su regreso?

Los viajes en el tiempo son una constante de la ciencia ficción, las enormes posibilidades que ofrece la oportunidad de alterar el tiempo o los intentos por cambiar la historia son una permanente fuente de inspiración en múltiples medios, el cómic de superhéroes, como género de géneros que es, (su capacidad de absorción e imitación es una de sus señas de identidad) no es ajeno a esta circunstancia.

Así el viaje en el tiempo ha estado presente desde muy temprano en el género, poco a poco y a medida que las historias fueron tomando consistencia empezaron a fijarse una serie de reglas que fundamentalmente se centraban en que aunque viajar en el tiempo fuera posible no lo era modificar el pasado, si esto se intentaba lo único que se conseguía era crear una realidad divergente de la que se provenía que alteraba ese echo, pero la realidad de la que tu habías surgido permanecía igual, sin embargo como sucede con casi todas las reglas dentro del género, esta tenía sus excepciones, Legión en La Era de Apocalipsis, el Doctor Muerte y sus anclas temporales en el Factor X de Peter David o en el caso que nos ocupa el Profesor Zoom, el Flash Reverso, elemento clave sobre el que parece pivotar la nueva etapa de Johns en Flash.

Planeta de Agostini, de nuevo con el sobreprecio al que últimamente nos tiene acostumbrados, ha sacado recopilados en un tomo los 8 primeros números de las andanzas del renacido Barry Allen, con guiones de Geoff Johns y lápices de Francis Manupal, la saga aquí incluida, previa a la polémica Flashpoint recupera en gran medida lo mejor de la excelente etapa que el propio Johns compartiera fundamentalmente con Scott Kollins (que también colabora en este tomo) y Howard Potter.

El tomo narra como Barry intenta recomponer su vida tras su regreso, la reacción de los Villanos ante esto...y los intentos e imposibilidades de alterar el tiempo, salvo para el ya mentado Profesor Zoom, aunque se deja caer que no tiene por que ser así.

Johns recupera el pulso que parecía perdido en la mediocre Flash Renacimiento y se le nota especialmente a gusto con los Villanos, personajes a los que hizo suyos en su anterior etapa en la colección, buena caracterización de personajes, sólidos diálogos y una historia que se nota pensada a largo plazo son los ingredientes de un guionista que cuenta con la labor de un Manupal que se muestra como un excelente narrador y un espectacular dibujante, al que acompaña y exalta un excelente coloreado de Brian Buccelato.

Con todo lo más interesante de la obra es lo que apunta sobre las intenciones de Barry, las semillas que se siembran en su mente, ¿es realmente imposible para él alterar el tiempo?, la semilla de Flashpoint, y con el, la del megarelanzamiento del Universo DC se siembran aquí y de momento, al menos en lo que a la historia que quiere contar Johns la cosa no pinta mal, otra tema claro serán las consecuencia de todo esto, para eso todavía tendremos que esperar un tiempo.

lunes, 4 de julio de 2011

A vueltas con la novela gráfica.

Ha bastado con que un autor de bien ganado prestigio, y referente de los que creen que la novela gráfica es mucho más que un formato, hablase de manera bastante informal sobre lo que ha visto o dejado de ver sobre el debate en España, para que la chispa saltase y la cosa haya llegado al borde del incendio total.

No quisiera ahondar en la herida que esperemos que termine cerrándose para bien, pero resulta curioso observar como en esta blogosfera patria de la cosa del tebeo, (como diría el sin par Ismael) los nervios están a flor de piel y es casi imposible plantear un debate sobre algo tan importante como lo que es y lo que significa la novela gráfica, sin montar la de San Quintin.

Entre los que se ofenden por cualquier cosa y los que se refugian en el humor como excusa para cualquier comportamiento, el espectáculo que se ha dado en los comentarios de las últimas entradas de Entrecomics ha sido bastante triste, y lo peor es que esto no es nuevo, ni mucho menos.

La discusión sobre que es y que significa la “novela gráfica”, (¿movimiento?, ¿moda?, ¿estrategia de marketing?) terminó convirtiendo ya antes, lo que podría ser un interesante debate que mostrase la riqueza de putos de vista ante el fenómeno, en un gallinero en el que pocos mostraban cintura alguna, y en el que más de uno puso su personaje en Internet por encima del sereno debate que requería la cuestión.


Que a todo el mundo le gusta ser vehemente, pero que pocos toleran que lo sean con uno mismo, esta muy claro y más en un medio como este en el que la ironía más hiriente o el humor sin mala intención, no siempre son tan fáciles de distinguir, pero lo cierto es que, aún con todo esto, el espectáculo dado ha sido poco gratificante.

En todo caso, el fondo de la cuestión es interesante, y de ahí han salido ideas y posturas que invitan a la reflexión y que tal vez si los ánimos se serenasen pudieran dar lugar a interesantes debates, hoy por hoy por desgracia parece que el tema se ha de convertir en tabú para evitar llegar a los extremos a los que se ha llegado.

En fin, por sacar algo de positivo de todo esto, me quedo con esta interesante reflexión del siempre estimable Octavio Beares, y es que aún a riesgo de caer en el buenísmo más obvio, creo que la critica no solo es fundamental para el crecimiento de un medio, si no que es clave en su madurez, leyendo criticas de gente, que ya sea por bagaje o por capacidad saben más que tú, es como aprendes a apreciar valores en determinadas obras que de otra manera se te habían escapado o incluso descubrir obras que antes se te habían pasado, además cuando alguien ajeno quiera acercarse al medio, la existencia de una sólida y rica labor critica facilitará sin duda su tarea, aparte de que la critica es en gran medida la cara pública de un medio, en el sentido de que a más visibilidad del mismo, más buscarán los medios generalistas críticos de prestigio a la hora de tratar con el.

Creo que en España hay gente de mucho nivel y bagaje en el mundo del cómic, gente que ayuda, con su esfuerzo a crecer y a difundir el medio en nuestro país, creo que incluso, el debate sobre la novela gráfica, no solo es necesario, si no que incluso es sano…o lo sería si no se entraran en barrizales por los que nunca habría que pasar, en todo caso, ahora parece difícil, tal vez falte algo de madurez, de tiempo o yo que se, pero espero que antes o después podamos leer en Internet un debate sereno y enriquecedor sobre un fenómeno que guste o no esta configurando el presente y quien sabe si el futuro de este medio que todos amamos, esperemos que sea así, a mi desde luego me encantaría leerlo.

viernes, 1 de julio de 2011

El Resplandor, una inquietante experiencia.

No es que sea precisamente un fan de Stephen King, en realidad como decía por aquí no hace tanto, no había leído ninguna novela del escritor de Maine, siempre al quite mi colega Int decidió pasarme uno de sus trabajos más conocidos, El Resplandor, y ya de paso revise la película de Kubrick y la miniserie de televisión que tenía como principal reclamo a Rebecca de Mornay.

Empezando por la novela he de decir que me gusto bastante, no se hasta que punto es representativa de la obra de King puesto que la desconozco en su mayoría, pero lo cierto es que leyéndola uno entiende el éxito del autor americano: empleando un lenguaje ágil y cercano, sin demasiadas descripciones, con muchos diálogos y reflexiones de los personajes, King consigue hacer que las 500 páginas de la obra se hagan fluidas, con una adecuada estructura capitular que facilita la lectura.

La obra comienza muy despacio, y se centra sobre todo en los personajes, King se toma su tiempo en describir la dinámica de la familia protagonista y en el motivo que les lleva a aceptar el encargo de cuidar un hotel de lujo durante los meses de invierno en los que permanecerá cerrado y pronto aislado por la nieve, el terror va construyéndose poco a poco, mientras que se crea una atmósfera de tensión, que se va haciendo irrespirable hasta el clímax final que esta muy bien llevado.

Por lo que he podido averiguar (según me ha contado el propio Int o en la Wikipedia), El Resplandor es una de las novelas más personales de King, un trabajo que en cierta forma le sirvió de exorcismo para sus propios demonios en forma de alcoholismo y agresividad, esto se plasma de forma clara en la novela a través de la figura de Jack Torrance, alter ego en cierta medida del autor y a través del cual muestra con fuerza las dificultades que plantea dejar atras el alcohol o los problemas para controlar la ira.

Tal vez esto justifique en gran medida el rechazo de King para la adaptación de su obra que firmara Stanley Kubrick, quien no dudo en llevar al material a su terreno y cambiar la obra de King de cabo a rabo, haciendo sin embargo con ello un magnifico trabajo.

Si decía que King se centra en sus personajes, Kubrick hace casi lo contrario, los ignora para narrarnos una historia casi vista desde fuera donde los personajes son meros comparsas en el juego estético que planea su director, si King usa los fantasmas y la casa encantada como catalizador de los problemas de una familia en un callejón sin salida, Kubrick traza más una obra sobre la locura humana que juega no pocas veces con la ambigüedad acerca de lo que pasa en el Overlook Hotel y consigue crear una irrefrenable angustia en el espectador no por lo que se cuenta si no por como se nos cuenta, cine en estado puro vaya.

Resulta curioso observar como de dos enfoques tan contrapuestos sobre un mismo punto de partida salen dos obras tan interesantes, una de las mejores novelas de un autor superventas y una película que ha pasado la historia y que es todo un referente.

Pese a todo y como decía antes, King no quedo satisfecho ni mucho menos, más bien al contrario, así años más tarde el mismo escribiría y haría de productor ejecutivo de una adaptación, en este caso en forma de miniserie televisiva de 3 episodios con unos noventa minutos de duración cada uno, la miniserie dirigida Mick Garris y con Rebecca de Mornay como actriz más conocida sería, desde un punto de vista formal mucho más fiel a la letra (más cuestionable sería al espíritu, debido a la superficialidad con la que se tratan algunos temas) de King, sin embargo carente de la personalidad visual de Kubrik y sin espacio para profundizar en la dinámica familiar o el alcoholismo como lo hacía la novela, la miniserie quedo un poco en terreno de nadie: ni era una adaptación remarcable que mereciera ser recordada, ni conseguía crear la tensión que llegaba a trasmitir la novela, dejando patente que las mejores adaptaciones no son siempre las que buscan ser más fieles al material de partida.