miércoles, 29 de octubre de 2008

Daredevil: Historia de un Hombre sin Miedo. Parte LXXXVII: Bullseye.

Después de Kingpin, Bullseye es sin lugar a dudas el peor enemigo al que jamás se ha enfrentado Daredevil, responsable de la muerte de las dos mujeres que más ha amado en su vida, con Bullseye (al contario que con Kingpin, cuyo enfrentamiento con DD parece en ocasiones una partida de ajedrez), encontramos la némesis física definitiva de Daredevil.

Creado por Marv Wolfman y John Romita Sr, y plasmado por primera vez en Daredevil 131 con lápices de Bob Brown, Bullseye apareció desde un principio como un villano dotado de una excepcional puntería capaz de convertir cualquier cosa que tocara en un arma, en un principio, y aunque como casi todos los villanos de Daredevil el personaje resultaba atractivo desde un punto de vista meramente visual, lo cierto es que no pasaba de ser un villano de opereta que incluso llega a lanzar a Daredevil desde un tirachinas gigante, aún así sus enfrentamientos con DD eran interesantes, ya que al ser dos personajes muy físicos y de parecidas capacidades, estas luchas eran intensos e igualados.

Con todo, y al igual que sucediera con Kingpin, el personaje no despegó hasta que se convirtió en uno de los puntos clave en los que se apoyo Miller en su etapa, haciendo suyo al personaje y transformándolo en un asesino psicópata y sin escrúpulos, Miller uso a Bullseye como catalizador del lado oscuro de Daredevil, siendo el personaje que le haría cruzar la línea a la que Matt nunca deseo ni acercarse.

Los primeros números de Miller en DD, nos muestran a un Bullseye totalmente obsesionado con sus continuas derrotas ante el héroe, un Bullseye que ve a DD en todas partes, y que cuando es capturado, queda libre de todo cargo, ya que se le encuentra un tumor cerebral, que justifica su psicopatía y le exonera de sus delitos, aquí Miller juega sus cartas con maestría, poniendo a Matt en un aprieto del que no puede salir indemne y que le hace cuestionarse la fuerza de su tan amada justicia, cuando Bullseye es derrotado, antes de ser operado, Matt le salva, sabe que es un asesino, un maniaco, pero es incapaz de no hacer nada cuando alguien va a morir, tras la operación observa como su preciada justicia deja libre a un asesino en masa, a partir de entonces cada muerte de Bullseye, será en cierta medida una muerte causada por Matt, el camino hacia la locura esta prendado de buenas intenciones, y cada acción tiene su consecuencia, algo que Matt aprenderá muy rápido y por la vía dura.

Bullseye, por supuesto vuelve a matar, y vuelve a ser detenido, y se vuelve a fugar, y es entonces cuando asesina, fría y salvajemente a Elektra, que muere en los brazos de un impotente Matt, consciente tal vez de que si en el pasado hubiera tomado otra decisión, todo sería distinto; Daredevil sale a la caza de Bullseye, y de nuevo su vida vuelve a estar en sus manos, pero en esta ocasión Matt le deja caer a una muerte segura, el que finalmente sobreviva no es relevante, Matt ha asesinado conscientemente a una persona, da igual que fuera un asesino, se ha convertido en lo que no quería ser, juez, jurado y verdugo, el descenso a la locura se ha consumado y solo la ordalía a la que será sometido en Born Again le permitirá recuperarse, pero antes de eso todavía queda un nuevo enfrentamiento que bien pudo ser el definitivo.

En el número 191 de Daredevil, Frank Miller, con la ayuda de Terry Austin y Lynn Varley, concibe una obra maestra en tan solo un número, en “Ruleta”, Daredevil juega a la ruleta rusa con un hospitalizado e inmovilizado Bullseye, se pregunta si combate la violencia o la enseña, se pregunta si realmente marca una diferencia, se cuestiona sobre si él y Bullseye no son en realidad dos caras de una misma moneda, y es que a la hora de la verdad cuando realmente puede hacer algo que signifique un cambio real, su pistola no tiene balas, ni real ni metafóricamente.

Un comic maravilloso que como es obvio no puso fin a la eterna lucha entre el hombre sin miedo y el hombre de la puntería perfecta (¡¡el espectáculo debe continuar!!), O´Neil sería el primero en recuperarlo, curando sus heridas y obteniendo incluso una columna vertebral de adamantiun, mucho más tarde Nocenti, lo pondría en el papel de Daredevil, le haría creerse realmente el hombre sin miedo, solo para ser vencido por el verdadero, años más tarde Kevin Smith utilizaría al personaje para volver a matar a un amor de Matt entre sus brazos, y Bendis haría que fuese humillantemente derrotado por DD.

Por el camino Bullseye se ha convertido en un personaje importante en el Universo Marvel, ha buscado el Disco de las Identidades, ha sido obligado a unirse a los Thunderbolts de Osborn y se ha enfrentado a Gambito, Elektra (de nuevo) o Punisher, incluso se han elaborado proyectos donde se trataba de bucear en sus orígenes (sin tener en cuenta que Bullseye es uno de esos personajes, que de cuanto menos se sepa mejor, un poco, salvando las distancias, como el Joker), pero lo cierto es que su historia fue contado con maestría por Miller, que incluso le dio un glorioso epilogo en Elektra Lives Again (que tal vez debió llamarse, Elektra Dies Again), lo que ha venido después tiene su interés, mayor o menor en función de los autores, pero todo lo que necesitas saber sobre Bullseye ya lo ha contado Miller…lo demás es accesorio.

martes, 28 de octubre de 2008

Universo DC un año despues: La JLA de Brad Meltzer y Ed Benes.

Dos de las grandes decepciones "comiqueriles" de este año han venido protagonizadas por el grupo bandera de DC, y es que tanto Justice (de la que hablare otro día) como esta JLA han estado muy por debajo de las expectativas generadas habida cuenta del nivel de los autores implicados.

La JLA, el grupo más icónico de todos los que existen en esto del mundo de los superhéroes, el grupo con mayor potencial y probablemente con mejores personajes a sus disposición, sin embargo, llevaba demasiado tiempo instalado en una etapa mediocre tras otra de la que parecía no salir, el esquema de enfrentarse cada vez a una amenaza más grande se antojaba caduco en una serie que superaba ya los cien números y el que tras la lamentable etapa de Kelly al frente de la colección, esta se convirtiese en una serie de miniseries, no parecía la solución para devolver la grandeza a un grupo que en el pasado la había encontrado tanto en la faceta desmitificadora (Giffen/DeMatties) como en la más puramente icónica (Morrison).

En estas se produjeron las Crisis Infinitas, con ellas la ruptura de la Trinidad (Batman, Superman y Wonder Woman), y el relanzamiento que supuso One Year Later, al igual que sucediera con Batman, la JLA pareció tener suerte pues su relanzamiento sería llevado por autores de la solvencia de Brad Meltzer y Ed Benes; el primero exitoso novelista (al menos en los USA),y fan irredento del Universo DC, cuenta entre sus aportaciones al mundo del comic con una gloriosa etapa en Green Arrow, y con el que probablemente sea el comic más influyente de lo que va de década, Crisis de Identidad, el cual inicio toda esta moda de los crossovers, la desconfianza entre los héroes y demás, su estilo más abocado al intimismo y las relaciones interpersonales, que a la acción, parecía hacer de él una elección acertada para buscar el nuevo enfoque que la JLA llevaba tanto tiempo demandando; Ed Benes por su parte, había dejado claro tras su paso por series como Birds of Prey o Supergirl, su gran habilidad para la espectacularidad y el dibujo de féminas de buen ver, aunque no se trata de gran narrador, su estilo visualmente y si no se profundiza demasiado, resulta muy atractivo.

Con estos autores, la etapa que pronto se confirmo sería de 13 números, parecía tener todo como para resultar un éxito, algo que desgraciadamente no ha sido así, tras un interesante número 0 muy a lo Meltzer, que se inicia con la reconciliación de la Trinidad y la elección de los miembros de la nueva encarnación de la JLA, se inicia la saga que marcara la etapa durante la friolera de 7 números (el último a modo de epilogo, y donde tras 6 números por fin se decidiría la formación definitiva de la nueva JLA), la saga de Tornado Rojo, personaje que a priori no podría importarme menos, y con el que lo único que consigue Meltzer tras 6 números es que caiga gordo, la angustia existencial de un hombre atrapado en el cuerpo de un robot, mezclado con la conspiración de un villano que por primera vez en su vida demuestra ser algo más que musculo (ni más ni menos que Salomon Grudy proniendo en jaque a toda la JLA), podría resultar interesante si estuviera contado con gracia y ritmo, pero a lo largo de la saga el llamado "decompressive storitelling" alcanza cotas no soñadas ni por Bendis, haciendo que su lectura se torne casi en tortura ante lo exasperantemente lento del ¿ritmo?, con que avanza todo, y es que ni si quiera la habilidad para los diálogos y las relaciones personales de la que habitualmente hace gala Meltzer, salvan una historia que convierte por comparación, en obra maestra la JLA de Kelly.

Tras tan lamentable arco argumental, la cosa solo podía mejorar, y mejoro claro, los siguientes tres números (del 8 al 10) formarían parte de un crossover con la JSA, un crossover que trae de vuelta a Wally West en el papel de Flash, y de paso recupera a la Legión clásica, una buena historia que tiene mucho más de Johns que de Meltzer que da paso a un premiado número 11, en el que con dibujos de un mucho más intimista Gene Ha, se nos narra como Vixen y Red Arrow están a punto de morir sepultados, mostrando sus reacciones ante su inminente muerte, y la alegría de finalmente ser salvados, un número muy a lo Meltzer, que realmente se agradecería como interludio, si el resto de la etapa hubiera estado plagada de movimiento y ritmo, algo que por desgracia no es así, queda el doceavo y último número, donde Meltzer repite el truco del número 0, analizando a todos los miembros del grupo desde el punto de vista de los dos grandes ausentes en el mismo, el Detective Marciano y Aquaman, (por cierto, que listos estos de Planeta, en este último número de Meltzer, y tratando de paliar una posible deserción masiva, meten el primer número de MacDuffie, para tratar de enganchar a la gente con el inicio del nuevo arco argumental).

En definitiva 13 números donde dos se repiten (el 0 y el 12), uno resulta redundante (el 7, ¿no se supone que el grupo ya estaba hecho?). 6 son aburridos de narices, 3 forman parte de un croosover y no son por tanto, sólidos en sí mismos, y otro que quedaría bien como interludio (el 11), se torna en tomadura de pelo ante tanta medianía, en fin una autentica lastima, y una nueva oportunidad perdida (y van...).

viernes, 24 de octubre de 2008

Universo DC un año después: el Batman de Paul Dini y Don Kramer.

Siguiendo con el repaso a los equipos creativos salidos de OYL, ahora le toca el turno a Detective Comics, la veterana serie dedicada al “mejor detective del mundo” (algo que Loeb se encarga de desmentir cada vez que guioniza al personaje), que fue a parar a manos de Paul Dini y Don Kramer.

Cuando Paul Dini (cocreador de esa maravilla que es Batman TAS) se hizo con los guiones de Detective Comics, tenía muy claro lo que quería hacer, en una época en la que el decompressive storytelling esta más de moda que nunca, y en la que la recopilación en tomo (y con ella el enfoque de las historias hacía ese tomo)se torna en algo casi obligatorio, Dini decidió afrontar su serie desde una perspectiva totalmente opuesta, cada grapa (o cada dos grapas a lo sumo), se contaría una historia, cada comic tendría valor por si mismo, si, seguiría formando parte de un todo mayor y habría argumentos secundarios y demás, pero la idea era recuperar el espíritu que los comics de superhéroes nunca debieron perder, cuando tu pagas x cantidad por un comic esperas que este comic te cuente algo, vale puede ser una parte de una historia mayor, pero cada comic ha de tener algo por si mismo que justifique su compra..

Con este enfoque en mente y tras un número inicial en el que colaboraría con el magnifico John H. Willians III, Dini contó con los lápices de Don Kramer, un artista de marcado tono realista y gran narrador, cuya falta de espectacularidad y de un estilo más llamativo han impedido que se convierta en toda una estrella, pese a la gran solidez de su trabajo, la idea de la serie partía de que en cada comic se contara una historia de marcado carácter detectivesco, donde Batman demostrase que si era el mejor detective del mundo.

Una idea ambiciosa, valiente y atrayente, un guionista hábil, inteligente y capaz, un dibujante, competente, buen narrador y fiable, Detective Comics tenia todo para ser un gran comic, e incluso con suerte para iniciar una nueva “moda” en el comic americano que recuperase el valor de las grapas de por si, sin embargo.....sin embargo, sin llegar a calificar como fallida, la experiencia no ha sido todo lo positiva que cabría esperar, sobre todo por dos factores, para empezar de los 17 números que de Detective Comics se han publicado hasta ahora en España, 6 han sido fill-ins realizados por autores variopintos, con historias a veces entretenidas, pero eso no es la cuestión, el problema es que la propuesta planteada inicialmente, para tener credibilidad ha de tener estabilidad, cuando un tercio de tus comics, no lo haces tu, parte de esa credibilidad se pierde; siendo este asunto importante, el gran problema de Detective Comics es que Dini no ha sabido solventar el principal riesgo de su propuesta, esto no ha sabido evitar que el comic se vuelva repetitivo, si, esta bien eso de contar una historia claustrofobica con el Joker y Robin encerrados en un coche a toda velocidad, el problema es cuando sacas al Joker una y otra vez y haces que este se sobreexponga demasiado, haciendo que su amenaza parezca menor que la que un personaje así debería dar, si, esta muy bien que narres una historia detectivesca, el problema esta cuando repites el esquema una y otra y otra vez, haciendo que la sorpresa se torne en aburrimiento, en fin que si bien la serie tiene sus hallazgos (el nuevo status de un Enigma rehabilitado como “el mejor detective de Gotham”, o el nuevo Scarface, mejor dicho la nueva Scarface) y sus torpezas (el nuevo status de Harley Quinn, más desarrollado en Cuenta Atrás), el principal problema estriba en que Detective Comics es una serie mediocre , ni buena ni mala, si no todo lo contrario, lo que resulta una autentica lastima para el potencial del planteamiento inicial.

Para acabar, solo queda ya dar unas breves pinceladas sobre la edición española de la colección, Pda opto por una grapa mensual (¡¡¡bien!!!) doble, en la que en un principio se incluiría un número de Batman y uno de Detective, hasta aquí bien..hasta que se les ocurrió la idea de primero dar sagas completas de Batman y luego números con solo Detective, o hasta que decidieron sacar un grapa de cuatro números (que cosa mas extraña), por aquello del aniversario o hasta que....en fin que la edición es un tanto caótica y uno no sabe muy bien a que atenerse cuando va a comprar su ración mensual de Batman, se agradece la grapa, pero se agradecería también un poco de seriedad.

jueves, 23 de octubre de 2008

BM: Un homenaje a la mejor línea editorial de la historia de Marvel en España: La Cosa.

Segunda Biblioteca Marvel de Panini, en este caso dedicada a una de las colecciones bandera de la Marvel de los 70, Marvel Two in One, serie que contaba con La Cosa y un héroe distinto cada mes (más o menos) como protagonistas.

Con motivo del estreno de la primera película de los 4 Fantásticos, Panini decidió lanzarse a la piscina y al por entonces preceptivo coleccionable (con una lamentable elección de materiales), se unió esta BM: La Cosa, que en principio tenía la intención de recopilar los 100 números de la colección Marvel Team Up, y si el asunto petaba también los 36 números de la colección del personaje en solitario que sucedió a Marvel Two in One, el tema no debió ir demasiado bien porque la colección de La Cosa no fue incluida contribuyendo a dejar la colección incompleta, sensación que se vio aumentado por la ausencia por ejemplo del Marvel Two in One 99 (inédito en España todavía hoy), que por cuestiones de derechos (el coprotagonista era Rom, personaje del que Marvel ya no tiene los derechos), no fue incluido en la colección.

Dejando aparte esto, los cierto es que la BM: La Cosa, como suele suceder con todos los Team Up , es una colección irregular, el que obligatoriamente La Cosa, cada número o cada pocos números hubiera de compartir protagonismo con un héroe distinto hace que a veces las historias queden un tanto artificiales y muchos guionistas no sean capaces de meterse del todo en el concepto, a esto se une el continuo baile de artistas que este tipo de colecciones suelen tener, haciendo que queden un poco en segunda fila sin ser realmente relevantes, aún y con esas, tanto esta como Marvel Team Up (con Spidey> y un compañero) son dos de la colecciones más emblemáticas del Marvel de los 70 y dos de las que más contribuyeron (por razones obvias) al concepto de universo compartido.

En lo que a Marvel Two in One respecta la colección empezó con un guionista de altura, Steve Gerber que acompañado por hasta tres dibujantes (Gil Kane, Sal Buscema y George Tuska), permaneció en la colección durante 8 convencionales números, plagados de acción y aventuras, pero lejos de la sátira política que el cocreador de Howard el pato desprendía en otras obras, la marcha de Gerber trajo como sustituto fundamental a Bill Mantlo, el chico para todo de Marvel en los 70 y los primeros 80, autor de excelentes etapas en colecciones como Hulk y Spectacular Spiderman, Mantlo, que se alteraría en los guiones con Roy Thomas, o un primerizo Chris Claremont, contaría en los lápices con gran variedad de artistas destacando sobre todo Ron Wilson o Bob Brown, estos números (hasta el Marvel Two in One 24), seguirían las estela de Gerber historias más o menos entretenidas, sin mayor trascendencia que hacía que la colección aun siendo buena no pasase en la mayoría de los casos de ser una mera anécdota dentro del Universo Marvel.

A partir de ahí Marvel Two in One viviría una de la mejores experiencias que puede vivir cualquier colección: la consolidación de un equipo creativo, en este caso el formado por Marv Wolfman a los guiones y Ron Wilson a los lápices, el cual (salvo alguna ausencia puntual del dibujante) se mantuvo en la colección hasta el número 37 de la misma, Wolfman supo dar una mayor continuidad a las historias, teniendo la sensación de que formaban parte de un todo y no eran meras aventuras en sueltas de La Cosa y otro tipo, tras esto volvió la inestabilidad y con ello la irregularidad, destacando si acaso el Marvel Two in One 50, con guion y dibujos de John Byrne (futuro guionista de la serie en solitario de La Cosa), en el que Ben viajaba a un mundo paralelo donde era Reed Richards el que se había transformado en la Cosa, un numero excelente tanto en guion como en dibujo y cuya trama sería retomada más adelante, a este número le sucedió otro comic clásico, un Team Up con los Vengadores escrito por Peter Gillis y dibujado ni más ni menos que por Frank Miller, la historia inicio las míticas timbas de poker protagonizadas por Grim y amigos.

De esta forma la colección seguía su rumbo sin nada relevante que aportar salvo números puntuales como estos 50 y 51, cuando sucedió lo inesperado, una gran historia surgió de Marvel Two in One, una de las más representativas de la Marvel de los 70 y que incluye al completo el número 8 de la BM: La Cosa, se trata de la saga de “El proyecto Pegaso”, que ocupa los Marvel Two in One 53-58, y contaría con guiones de Ralph Macchio y Mark Gruenwald, y dibujos de gente como George Pérez y John Byrne, una saga plagada de acción, misterio, buenos diálogos y situaciones conflictivas, la esencia de lo que todo comic de superhéroes debería tener esta aquí, haciendo de esta saga un comic muy entretenido y todo un símbolo para una colección que si no hubiera pasado sin pena ni gloria, salvo por episodios puntuales.

Gruenwald y Macchio, bien en solitario, bien colaborando seguirían al frente de la colección hasta el número 74 de la misma, contando de nuevo con gran variedad de dibujantes, destacando artistas como Ron Wilson (autor clave en la colección) o George Pérez, y firmando sagas importantes como la "Trilogía de Ella", con el Alto Evolucionador y Warlock de por medio, en general el nivel de la etapa fue muy alto y sin duda lo mejor visto en toda la colección, tras esta etapa seria Tom DeFalco, junto con (de nuevo) Ron Wilson los encargados de regir los destinos de la colección en una etapa interesante, aunque inferior a su predecesora, hasta que la colección alcanzara su fin en el número 100 realizado por John Byrne y Ron Wilson y donde se retoman elementos del número 50, Panini tuvo a bien incluir en el último de la colección, (el 16), diversos Marvel Fanfare, realizados por autores de la talla de Barry Windsor Smith o Jim Starlin, y protagonizados, obviamente por La Cosa.

En fin una colección irregular, aunque por lo general de buen nivel y que salvo excepciones puntuales se mostro superior a Marvel Team Up, la colección protagonizada por el arácnido y un invitado distinto cada mes, nada más salvo como siempre el, ¡A MI DAMDE BIBLIOTECA MARVEL!

martes, 21 de octubre de 2008

Actualización Comics Marvel Inéditos hasta 2004 XI.

Llevaba mucho tiempo sin actualizar esto de los comics inéditos, pero un mensaje de DareDevil el otro día me lo recordó y gracias a él he añadido;

-Hercules, Prince of Power: Full Circle, Novela Gráfica (1988)
-Punisher: The Kingdom Gone, Novela Gráfica (1990)
-Punisher: Intruder, Novela Gráfica (1991)

Además he actualizado los nombres de:

Marvel Graphic Novel 12:Dazzler,The Movie.
Marvel Graphic Novel 34: Power Pack & Cloak And Dagger, Shelter from the Storm.

ya que estaban algo incompletos en la lista y por último he eliminado:

- Picara 7-12 (recientemente publicados por Panini en un tomo).
- Ultimate X-Men ½ (incluido en el primer BoM, destinado a recuperar la colección).
- Star Wars, 82-95 (incluido en el volumen 6 de clásicos Star Wars).

Pues nada como siempre digo el objetivo es hacer la lista lo más completa posible, por lo que si alguien tiene datos que aportar (algo de las muchas cosas que faltan, o si acaso si sobrara algo ya publicado y que se me hubiera colado en la lista) le agradecería mucho que lo dejase en los comentarios.

Daredevil: Historia de un Hombre sin Miedo. Parte LXXXVI: Kingpin en Marvel Knights.

El villano por excelencia de Daredevil tuvo a finales de 2003 su propia serie regular que al final por aquello de las ventas termino convirtiéndose en una serie limitada de siete números.

En los inicios de esta década y antes de que Quesada se diera cuenta de la pasta que generaban los crossovers, Marvel vivió una época un tanto extraña, que desde cierto punto de vista podía calificarse de experimental, una etapa en la que conceptos como continuidad o universo compartido no solo no estaban en boga sino que incluso eran rechazados de forma vehemente (Elektra y Lobezno se encontraban “por primera vez”, y quien dijera que eso no, que eso ya había pasado con Larry Hama, era acusado de friki descerebrado, Thor llevaba a Asgard hasta Nueva York y nadie parecía darse cuenta, o en las páginas de los Vengadores, la Tierra era conquistada por Kang, sin que esto fuera reflejado, ni siquiera mínimamente, en otras series), y en la que se podía jugar con los héroes Marvel llevándoles por caminos no transitados, esta etapa por un lado tan dañina resulto para el Universo Marvel como concepto, produjo sin embargo comics interesantísimos como los X-Men de Morrison o los X-Force/X Statix de Milligan y Allred, pues bien en los estertores de esta etapa es donde conviene situar el proyecto de serie regular de Kingpin en el sello Marvel Knights.

La idea era contar la ascensión de Wilson Fisk hasta que convertirse en Kingpin y desde ese punto contar las andanzas de un malo malote sin ningún tipo de matiz, los encargados de llevar a buen puerto el proyecto fueron, Bruce Jones a los guiones, Sean Philips a los bocetos, y Klaus Janson a los acabados, empezando por el guionista, Jones se había tornado por aquel entonces en uno de los máximos representantes de esta etapa experimental que antes mencionábamos, desde las páginas de Hulk (donde firmaría una larga etapa de más de 40 números), Jones llevaría a cabo una etapa inspirada en la serie de televisión del personaje, con un Buce Banner en continua huida tratando de dejar atrás un misteriosa organización que quería su sangre, una etapa, sobre todo en sus inicios, más propia de un comic de espionaje que de Hulk, y que tuvo durante mucho tiempo como seña de identidad el que Hulk apenas si aparecía, esto pese a lo que pudiera parecer (y las críticas que recibió), le permitió convertirse rápidamente en una fan favourite (incluso sería nombrado por la revista Wizard como guionista relevación…demostrando el enorme desconocimiento de la revista que parecía haber olvidado que Jones ya había trabajado en Marvel en los 70 en series como Kazar), y tener varios proyectos de prestigio entre manos, entre los que en teoría estaba este Kingpin, tras el fin de su etapa en Hulk, su estrella se apago con una época (al parecer) lamentable en el Nithgwing de DC. En lo que respecta a Sean Philips estamos ante un excelente narrador, de trazo anguloso y estilo sucio que aunque poco adecuado para los comics de superhéroes puros (como se demostró en su paso por la Patrulla X), se muestra perfecto para los comics de espionaje o de género negro (donde ha firmado maravillas como Sleeper o Criminal ambas con Ed Brubaker), y por lo tanto una elección más que acertada para esta serie habida cuenta del tono que debía tener la misma, por último y en lo que a Klaus Janson respecta, estamos ante una autentica leyenda del comic americano, gracias sobre todo a su colaboración con Frank Miller, primero entintando y luego finalizando sus lápices en Daredevil, siendo también responsable de las tintas en DK, excelente entintador (aunque con demasiada “personalidad” llegando a tapar con su estilo los lápices de con quien colabora), mediocre dibujante, su estilo se complementa aquí a la perfección con el de Philips firmando un gran trabajo.

Entrando ya en la serie en sí, señalar que esta, publicada entre finales de 2003 y principios de 2004, todavía se encuentra inédita en España, y en principio sin muchas posibilidades de recuperación, y es que aunque nacida como serie regular, el que se cerrara en su número 7, habla a las claras de cuál fue el nivel de ventas que tuvo.

El comic nos narra el ascenso de Wilson Fisk hasta tornarse en rey del crimen de Nueva York, por ello la serie nos muestra un Fisk joven y ambicioso que a través de diversos planes y contraplanes va poco minando el poder de las cinco grandes familias mafiosas de la ciudad hasta que en un golpe final se hace con el control de todos sus territorios, una historia de ambición y falta de escrúpulos que nos dibuja un Fisk que ya conocíamos (inteligente, manipulador, sin necesidad de mancharse las manos para obtener lo que quiere), solo que más joven y en plena escalada de poder, el comic, que nos enseña también los tejemanejes políticos de Fisk, mangoneando a los dos candidatos a la alcaldía y garantizando la elección de su favorito, cuenta sin embargo con un difícil encaje en la continuidad, más que nada por la presencia de un Spiderman que no aporta nada a la trama y cuyas apariciones parecen forzadas con el fallido objetivo de asegurar un buen volumen de ventas, esta artificialidad en las apariciones del héroe arácnido es tal vez lo más reprochable de un comic por lo demás bien escrito y bien dibujado, que sin embargo una vez narrada la ascensión de Fisk al poder tenía poco sentido seguir, ya que el tener una propia serie regular hubiera condicionado la presencia del villano en otras series, y lo hubiera sobreexpuesto.

En fin un comic interesante que estaría bien que se recuperara en España, lo que sin embargo se antoja como algo, cuando menos complicado.

jueves, 16 de octubre de 2008

Universo DC un año después: el Batman de Morrison y Kubert.

Voy a iniciar con este, una serie de post dedicados a varias de las series del Universo DC que sigo, y es que ahora que ha pasado ya más de un año del relanzamiento que supuso el fin de las Crisis Infinitas es hora de hacer balance sobre el éxito o el fracaso del mismo, hoy le toca el turno al Batman de Morrison y Andy Kubert.

Tenía muy buena pinta el UDC tras las Crisis, en Batman teníamos por un lado a Grant Morrison y Andy Kubert, y a Paul Dini y Don Kramer en Detective Comics, en Superman estaba Kurt Busiek y Carlos Pacheco, mientras que Geoff Johns, Richard Donner y Adam Kubert regían los destinos de Action Comics, la JLA tenía a Brad Meltzer y a Ed Benes mientras que la JSA contaba con Geoff Johns y Dale Englishman, el omnipresente Johns junto a Ivan Reis se ocupaban de Green Lantern mientras que Judd Winnick y Scott MacDaniel eran la pareja creativa de Green Arrow, en Catwoman contábamos con la excelente labor de Will Pheifer y David López y en Wonder Woman teníamos a Allan Heinberg y a Terry Dodson, tal vez Flash (con un enfoque pésimo y unos autores menores) y los Titanes (con un Johns menor y un equipo irreconocible), salieron perdiendo, pero en general el Universo DC parecía estar en manos de buenos autores y ni un solo nubarrón asomaba en el horizonte…hasta que empezaron a asomar, los continuos retrasos de los autores, la falta de compromiso de más de uno de ellos y los continuos fill-ins e historias inconclusas por meses y meses hicieron que el relanzamiento que tan buena pinta tenía a priori quedara pronto en aguas de borrajas…con sus excepciones claro está, excepciones entre las que desagradecidamente no se encuentra este Batman de Morrison y Kubert.

Grant Morrison es uno de los autores más interesantes que uno puede leer en el mercado americano actual, capaz de realizar maravillas tanto en el comic más comercial (no hay que olvidar sus excelentes etapas en la JLA o en los X-Men), como en comics más personales (Animal Man, Doom Patrol, Invisibles o El Asco son ejemplos de ello), su presencia en Batman aseguraba un plus de calidad y sobre todo de regularidad, ya que suele ser un autor que realiza etapas largas en aquellas series en las que trabaja, por su parte Andy Kubert se trata de toda una superestrella responsable de algunos de los proyectos más importantes de Marvel en los últimos años (Lobezno: Origen, el 1602 de Gaiman o las primeras sagas de Ultimate X-Men), su fichaje (junto al de su hermano Adam) por parte de DC supuso en su momento un autentico impacto y se antojaba como una jugada ganadora, procedente de toda una saga de dibujantes (su padre es el mítico Joe Kubert), Andy es habitualmente considerado como el peor de los tres, lo que no impide que la espectacularidad de su dibujo (muy deudora en tiempos de Jim Lee, hoy ya algo menos), unida a una narrativa cuando menos correcta, torne los comics dibujados por él en un espectáculo visual que pese a errores anatómicos o de composición, es digno de verse.

En fin, que Batman contaba con una pareja ganadora destinada a marcar época, ¿el resultado?, cuando menos desigual, la lentitud de Morrison a entregar los guiones, unida a la repentina “vaguería “de Kubert (no hay que olvidar que en Marvel este hombre dibujaba entre 10 y 12 números al año), han hecho que una etapa que se esperaba larga y fructífera haya quedado en apenas 7 números y varias portadas, y es que de los hasta ahora 15 números de Batman (la serie americana) que ha publicado Pda en España solo 11 llevan guión de Morrison y solo los 7 mencionados dibujo de Kubert, triste realmente triste.

Entrando ya en la etapa en si lo cierto es que por regla general Morrison suele empezar muy fuertes sus etapas para luego desinflarse un poco, algo que en el caso de Batman no ha sido así, la primera saga de Morrison al frente de la colección trajo el regreso de Talia a Ghul pero con sorpresa, ni más ni menos que un insoportable niñato llamado Damian que Talia aseguraba era hijo de Batman, habiendo sido educado siguiendo el código de la Liga de Asesinos, Talia quería completar su formación con la ayuda de Batman, una saga en cuatro números llena de Man-Bats ninja, asesinos peligrosos y un niñato estúpido al que tienes ganas de estrangular nada más verlo y que sirve para reintroducir en el mundo de Batman a los al Ghul antes de la esperada “El regreso de Ra´s al Ghul” que está ahora publicándose en España, tras esto y tras cuatro intrascendentes números a cargo de John Ostrander y Tom Mandrake (mítica pareja creativa detrás de El Espectro), Morrison vuelve con un extraño número en el que Andy Kubert solo colaboraría en la portada y que más que un comic es un relato ilustrado con un gran trabajo de John Van Fleet donde se nos narra un nuevo enfrentamiento con el Joker, después esperan ya los tres últimos números de Kubert como dibujante de la colección, unos números en los que Morrison primero enfrenta a Batman con una especie de versión gigante de si mismo que apunto esta de acabar con su vida, y luego en el especial Batman 666, nos muestra un posible futuro con Damian como Batman tratando de seguir el legado de su padre…a su manera.

Este número pone fin a la colaboración de ambos autores, quedan antes de iniciar “El regreso de Ra´s al Ghul”, tres números más donde Morrison acompañado por un genial J.H. Willians III (Promethea), recupera y actualiza un concepto de los 50 (década de cuyos comics Morrison se declara enamorado), los Batman de todas la Naciones (justicieros de diversos países que tratan de seguir los pasos de Batman), para concebir una historia detectivesca clásicas con una mansión, un asesinato y varios sospechosos.

En definitiva, una etapa que prácticamente ha quedado en nada, toda una lástima por el potencial que se le atisbaba, sea como sea al menos Morrison sigue al frete de la colección con dos grandes sagas que asoman en el horizonte, la ya mencionada “El regreso de Ra´s al Ghul” y la polémica “Batman Rip”.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Otra de lecturas pendientes: The Boys.

Tras JLE: Elite, otra de las lecturas que tenía pendientes y con la que me pude poner al día aprovechando las vacaciones fueros los dos tomos de The Boys que hasta ahora Norma ha sacado al mercado.

Me gusta bastante Garth Ennis, sin embargo, aunque me parece un guionista interesante que tiene obras de calidad, pareciera que siempre cuenta la misma historia sin apenas matices diferenciadores; esto no tiene en si nada de malo, el mismo Frank Miller siempre aborda la misma temática en su obras, el problema es que Ennis se repite en exceso, cuenta una y otra vez la misma historia sin molestarse en aportar nuevos matices o disfrazarla para que parezca distinta, y claro esto hace que gran parte de su obra sea repetitiva en exceso.

Pese a todo esto, Ennis es un buen escriba, con una tremenda capacidad para crear personajes carismáticos, y siendo como es un autentico maestro en los diálogos, cuando afrontas la lectura de un comic de Ennis sabes que cuando menos va a ser entretenido, con un humor negro y escatológico y situaciones tan enrevesadas como cargadas de segundas intenciones.

Así, si antes señalábamos que Ennis es un autor marcado por sus obsesiones, sin duda su odio a los superhéroes es una de ellas, y en este The Boys se toma su cumplida venganza sobre un género que detesta no en si mismo, sino más bien por su comportamiento voraz que dificulta enormemente la entrada exitosa de otros géneros en el mercado americano. The Boys es un grupo de tíos duros, relacionados por una serie de vivencias comunes que forjan una amistad casi indisoluble (otra de las obsesiones de Ennis), que hartos de los tejemanejes de los superhéroes, están dispuestos a pararles los pies y enseñarles quien manda de verdad, ya que los superhéroes que retrata Ennis, nos son los héroes de toda la vida, aquellos con los que tu y yo hemos crecido, no señor, se trata de un grupo de irresponsables adictos a las drogas, al sexo y a todo tipo de tropelías y a los que el bienestar del público les importa bastante menos que sus índices de popularidad y sus ganas de pasárselo bien.

Con este enfoque desmitificador y teniendo en cuenta las burradas que se comenten por número (además de que los supes de The Boys están claramente inspirados en los héroes clásicos de DC como la JLA o los Titanes), no es de extrañar que DC se sintiese un poco incomoda con la serie, y prefiera que esta fuera publicada por una editorial ajena antes que ver a una suerte de Batman obsesionado por el sexo y aun Superman manipulador y destructor de inocencias.

El planteamiento de Ennis no es excesivamente original, y si se rebusca un poco tiene sus fallos (vale The Boys controla que los supes no se desmadren ¿pero quién controla a The Boys?, al fin y al cabo ellos también tienen superpoderes), pero cuando menos estamos ante un comic entretenido en el que si te tomas a broma las burradas que salen en casi cada página, cuando menos te hará reír y pasar un buen rato, además el comic cuenta con los lápices de Darrick Robertson un dibujante más que competente, con un estilo clásico pero funcional y cocreador de esa maravilla que es Transmetropolitan.

Señalar por último, lo mucho que me ha llamado la atención algunos comentarios que he leído sobre el tebeo en plan “si los supes existiesen, se comportarían así”, que es lo mismo que mucha gente decía cuando salió Ultimates, o ya antes y a otro nivel cuando salió Watchmen, un tema interesante este, abordado desde hace muchos años en el género (es curioso que pese al odio que Ennis tiene a los supes, este The Boys, pese a su intención desmitificadora, encaje en ese género, e incluso Predicador-con su malo maloso, su organización secreta, su protagonista carismático y con superpoderes, su amigo también con poderes que le termina traicionando, para después redimirse etc,- desde cierto punto de vista también), por infinidad de autores, la respuesta es compleja y difícil de visualizar, pero lo que si yo tengo claro, es que me sitúo mucho más cerca de la visión de Moore y sus Dr. Manhattan o Miracleman (seres tan por encima de la humanidad, que está casi les es ajena) que de esta visión más gamberra y llena de mala baba de un Ennis, que bajo mi punto de vista no tiene más pretensión que pasárselo bien y hacérselo pasar bien a los demás, lo que por otro lado no tiene nada de malo si no más bien al contrario.

lunes, 13 de octubre de 2008

BM: Un homenaje a la mejor línea editorial de la historia de Marvel en España: Iron Man.

Primera de las BM publicadas por Panini en solitario en España, y tal vez la única cuya publicación y cierre pueden ser calificadas de lógicas, algo bastante complicado para una editorial cuya trabajo en el campo de los clásicos solo puede calificarse de desastroso.

Cuando Panini decidió editar directamente los comics Marvel en España en lugar de vender los derechos a Pda fueron muchos los lectores que temieron por la línea clásica, los mensajes además no eran tranquilizadores, que si no vendía tanto como se decía, que si ya veríamos, que si la línea clásica se la podía quedar Pda, en fin que la cosa no estaba muy segura, por eso cuando en Enero del 2005 en los quioscos y librerías especializadas vimos que Doctor Extraño, Hulk y Spiderman seguían adelante sin mayores problemas (salvo el cambio a mensual de estas dos últimas), la tranquilidad fue generalizada, y más cuando se anuncio que en Febrero por fin iba a llegar la esperadísima BM: Iron Man.

Sobre Iron Man había empezado a surgir una especie de leyenda negra, desde 1999, y cuando quedo claro que el formato BM era un éxito , la petición de una BM dedicada al Hombre de Hierro era continua, su llegada se iba posponiendo, y parecía que nunca sería su turno, hasta que cinco años después del surgimiento de la línea y de la mano de Panini por fin llego la BM: Iron Man.

La salida al mercado de esta colección parecía mostrar que Panini quería ganarse la confianza del lector español (¡ que ingenuos éramos entonces!)y que apostaba por la continuidad con la labor de su antecesora que había alcanzado cotas de calidad muy elevadas, sin embargo muy pronto se puso en evidencia el porque del retraso de esta colección, lejos de tonterías tales como que Viturtia le tenía manía al personaje (la BM vio la luz cuando este todavía no había sido contratado por Panini), el problema residía en la popularidad del personaje y sobre todo en la calidad de sus historias, Iron Man no era un personaje (no como ahora) excesivamente popular en España, sin embargo esto también había pasado con el Capi, y eso no impidió que su BM fuera un éxito, dada la calidad de sus comics, por otro lado los primeros números de Thor eran infumables, y sin embargo eso no impidió su éxito dada su pronta mejoría, sin embargo Iron Man....el problema con Iron Man era bien distinto, pese a contar con autores de la talla de Stan Lee, Gene Colan o Archie Goodwing, la calidad de la serie no solo no aumentaba si no que parecía decrecer a pasos agigantados, lo que se veía aumentado por el mediocre trabajo de autores como Don Heck (gran retratista, pésimo dibujante de acción) o George Tuska, a esto se le unía un personaje mal construido (playboy millonario que se transforma en Iron Man por que.....¿si?), carente de claras motivaciones, excesivamente politizado (el superhéroe Marvel que más se embarco en la guerra fría contra la URSS) y que además se dedica a fabricar armas a tutiplén lo que hace que su carácter heroico sea cuando menos cuestionable.

Así las cosas la colección instalada en la mediocridad narrativa no empieza a mejorar (y solo ligeramente) hasta la llegada de Bil Mantlo a la colección lo que más o menos se produce a la altura del número 18 de la misma, demasiado tiempo para esperar la mejora de una colección que esta permanente a la deriva y sin rumbo fijo, Mantlo al menos trata de centrar al personaje darle una motivación más concreta y desarrollar los personajes secundarios, no es su mejor trabajo pero se deja leer, sin embargo el definitivo despegue de la colección no llegaría hasta el número 23, con la llegada de David Micheline/Bob Layton a los guiones y John Romita Jr./Bob Layton a los lápices/tintas, una etapa que tendrá como elemento cumbre la primera crisis alcohólica de Tony Stark (en la saga conocida como “El demonio en una botella”), y que sirve para dotar al personaje de una etapa definitoria referente para futuros trabajos, y para entender la manera de ser pensar y actuar de Tony Stark, más de 150 números (22 volúmenes de BM) hicieron falta para esto, no esta mal no señor, a partir de ahí la colección culmino en el número 28, después de 6 tomos finales magníficos, entremedias la colección paso de mensual a bimestral (antesala de la cancelación), dejo de distribuirse a quiosco (su hábitat natural) y se llego incluso a temer por que se llegara hasta el fin de la primera etapa Micheline/Layton, por suerte por una vez Panini cumplió lo que prometió y la colección alcanzo un final lógico.

Con todo lo dicho ¿recomendaría la BM: Iron Man?, pues más allá del interés arqueológico, salvo los últimos seis números, la colección no merece mucho la pena, auque ahora que Iron Man esta tan de moda con el tema de la Civil War y demás tal vez esta BM cobre relevancia para poder conocer de primera mano los orígenes del personaje, en fin sea como sea y como digo siempre ¡A MI DADME BIBLIOTECA MARVEL!

Daredevil: Historia de un Hombre sin Miedo. Parte LXXXV: Kingpin.

Si la grandeza de un héroe se ha de medir en gran medida por el poder de sus villanos, Daredevil es un héroe muy grande, ya que pocos villanos tienen el aura de poder y sobre todo de intocabilidad que posee Wilson Fisk, alias Kingpin.

Creado por Stan Lee y John Romita Sr. a la altura del Amazing Spiderm-Man 50 USA, el personaje pese a ser el favorito de todos los villanos con los que trabajo Romita no paso de ser un mafiosillo influyente, que además de pelearse con gente como Cabeza de Martillo o Cabello de Plata por el control de los bajos fondos neoyorquinos, no dudaba en enfrentarse físicamente a Spiderman cada vez que la ocasión lo propiciaba (y eso que, por mucho que su tamaño fuera por “los músculos, no por la grasa” y que su “rapidez fuera enorme para su tamaño”, Kingpin carecía de cualquier tipo de superpoder),

Este Kingpin primigenio, aunque visualmente ya tenía el aspecto que perdura hasta hoy en día (no en vano hablamos de un diseño de Romita Sr.), estaba muy lejos todavía del personaje que se convertiría en la némesis (cuando menos intelectual) definitiva de Matt Murdock, elemento este que no llegaría hasta que Frank Miller se hiciese cargo de la colección del hombre sin miedo.

Cuando Miller llego a las paginas de Daredevil, se encontró con un personaje que aunque lleno de potencial no había conseguido encontrar su propio camino, su propia identidad, elemento este que podía hacerse extensible a su galería de villanos que hasta ahora había causado más risa que otra cosa, Miller estaba dispuesto a solucionar todo esto, y tras convertir a Bullseye en una autentica amenaza (tal vez la definitiva némesis física de Daredevil), y crear a Elektra introduciendo el conflicto moral de tratar de detener a la persona a la que amaba, Miller quería ir un paso más allá, quería crear un enemigo intocable, un hombre que bajo la apariencia de negocios honestos fuese el autentico rey del crimen de la ciudad, por sugerencia de John Byrne, Miller decidió retomar y hacer suyo un personaje que ya existía y que llevaba un tiempo olvidado, el elegido no podía ser otro que Kingpin.

Cuando Miller decide retomar al personaje. este llevaba unos años alejado de la acción, retirado en Japón para cuidar de su mujer (Vanesa Fisk, su único punto débil), había decidido dejar atrás el mundo del crimen por la petición expresa de esta, con cargos pendientes en los USA, Vanessa convence a Fisk para que regrese y colabore con la justicia americana para de esta forma dejar limpio su nombre, su regreso se salda con un atentado contra su vida que presuntamente termina con la vida de su mujer, sin ningún tipo de freno y dispuesto a vengarse, Fisk se va haciendo poco a poco con el control de hampa neoyorquina, recuperando su papel de Kingpin, contando para ello con la ayuda de Daredevil, al cual manipula para que entregue a la policía unos archivos que llevaran a la cárcel a gran parte de los jefes mafiosos rivales.

Se inicia así el tipo de relación que ambos tendrán a lo lago de esta primera etapa de Miller en la colección, Daredevil no solo será incapaz de acercarse a Fisk y vencerlo, si no que incluso se verá obligado a colaborar con él para conseguir victorias menores, esta imposibilidad de derrotar a su enemigo, contribuirá al paulatino desequilibrio que el personaje irá demostrando a lo largo de toda la etapa, incluso cuando consiga propinar alguna derrota importante, será con métodos mezquinos e impropios de un héroe como él, tal es el caso de Winston Cherry, candidato a la alcaldía comprado por Kingpin, que solo es retirado de la carrera cuando Matt encuentra viva a Vanessa y amenaza a Kingpin con no entregársela si Wiston no dice la verdad, esta mezquina victoria desencadenara además los acontecimientos que acabaran con la muerte de Elektra y con el desequilibrio casi definitivo de Matt, que ve como solo usando los métodos de su enemigo es capaz de hacerle algo de daño,

Tras la marcha de Miller, Fisk se torna de nuevo en un personaje un tanto convencional que vuelve a recurrir a la fuerza física como mecanismo de obtención de victorias y que sin llegar a perder su aura de intocable si deja de ser esa amenaza casi inalcanzable que vigila su mudo desde la más alta de la atalayas, esta sensación volvería a recuperarse con el regreso de Miller y con la mejor historia jamás escrita en las páginas del hombre sin miedo, “Born Again” que supuso la consagración definitiva de Kingpin como villano intocable y manipulador, a la vez que trajo su mayor derrota.

Tras averiguar la identidad secreta de Daredevil, y con apenas un par de llamadas, Fisk pone patas arriba la vida del Matt, este pierde su casa, su licencia de abogado, su integridad es puesta en tela de juicio y lo poco que le queda de cordura es destruido por un Fisk que incluso lo derrota físicamente en el interior de su propia fortaleza, tras esto solo queda matar a su enemigo, sin embargo no hay cadáver y Murdock se empieza a convertir en una obsesión para Fisk, ¿cómo ha podido sobrevivir ub hombre al que le ha quitado todo?, ¿de donde saca las fuerzas para seguir luchando?, lo que Fisk no llega a comprender es que Matt no se rinde, nunca lo ha hecho y nunca lo hará, al haberle quitado todo solo lo ha hecho libre, y al haberlo hecho libre lo ha hecho más fuerte, Matt solo necesitaba tiempo para comprenderlo, Fisk se da cuenta entonces de que si bien él puede ser intocable incluso invencible, su enemigo no lo es menos, le ha quitado todo lo que tenía y solo ha hecho más fuerte, nunca jamás había recibido una derrota tan total y completa, podía haber sido un buen final, pero como ya hemos dicho otras veces el espectáculo debía continuar.

Tras la marcha de Miller y al contrario de lo que sucediera antes, Kingpin siguió siendo un personaje temible, una amenaza intocable dispuesta a todo para acabar con nuestro héroe, de la mano de Ann Nocenti y John Romita Jr. vimos un nuevo Kingpin, distinto, pero a la vez muy parecido al concebido por Miller, un Kingpin que incapaz de aceptar su imposibilidad de derrotar a Murdock, busco la explicación a su derrota en el amor de Karen Page, había sido el amor y no otra cosa lo que había salvado a Murdock cuando no lo quedaba nada, y sería el amor y no otra cosa lo que acabaría con él, es entonces cuando María Tifoidea entra en escena y se suceden los acontecimientos ya ampliamente narrados por aquí, de nuevo Kingpin creía haber obtenido una victoria, de nuevo solo conseguía herir a un Daredevil que volvería a resurgir más fuerte que nunca, parecía un ciclo interminable, la lucha de dos titanes incapaces de vencerse mutuamente....pero las apariencias engañan y DG. Chichester y Lee Weeks se encargaría de demostrarlo,

Cuando Chichester se hizo cargo de la serie recibió el encargo de imbricarla más en el Universo Marvel y dejar atrás el perfil bajo llamando la atención sobre la serie, decidido a conseguir ambos objetivos , Chichester lleno la serie de personajes invitados a la par que empezó a tejer una trama que culminaría el mítico número 300, Chichester que venía de escribir comics de Nick Furia, concibió una historia en la cual Hydra intentaba hacerse con el control del imperio de Fisk, como donde esta Hydra esta SHIELD, y donde esta Fisk esta Daredevil, Furia pidió ayuda a Daredevil para desmantelar la trama, algo a lo que Matt accedió con el objetivo de cobrarse la cabeza de Fisk por el camino, la historia conocida adecuadamente como La Caída de Kingpin, culmino en los números 296-300, donde Matt con los recursos de SHIELD a sus disposición derrotaba casi definidamente a Fisk, arrebatándole su imperio y dejándole en la misma indigencia, prófugo de la justicia, y perseguido también por sus antaño aliados a los que tantos años había manejado.

La historia que se antojaba como una especia de respuesta a “Born Again” (claro que el Matt de Born Again no hubiera necesitado nada de esto, pero eso es otro tema), permitía de paso iniciar desde la nada el lento pero seguro camino hacía la restauración del status quo, con un Fisk que poco a poco iba escalando posiciones en los bajos fondos, destruyendo las pruebas en su contra y recuperando su imperio, lo que culminaría en el infumable, “El Regreso de Kingpin”, saga en la que un Chichester bajo seudónimo dejaba a Fisk libre de cargos y en plena disposición a recuperar su poder.

Tras esto el personaje (tal vez demasiado sobreexpuesto) se tomo un descanso y sin contar breves apariciones (casi cameos) no volveríamos a ver a Kingpin en la paginas de Daredevil hasta la saga escrita por David Mack y dibujada por Joe Quesada ya bajo el sello Marvel Knights, la historia que en cierta medida viene a ser un año uno de Kingpin, nos narra de manera un tanto convencional los “orígenes” del personaje y como este fue paulatinamente escalando posiciones en la mafia hasta convertirse en el gran Kingpin, la saga culmina con un Fisk cegado al perder sus ojos a manos de Eco, su pupila a la que había lanzado con engaños y manipulaciones contra Daredevil, la siguiente aparición del personaje la veríamos ya en plena etapa Bendis, etapa en cierta medida deudora de la de Chichester, y donde asistiríamos a una nueva Caída y vuelta del personaje.

Bendis
dispuesto a iniciar su etapa con fuerza traza una traición con tintes shakespereanos, en la que el hijo de Fisk (Richard Fisk, antaño La Rosa) juega un papel fundamental y que termina con Fisk apuñalada hasta lo que parece su muerte, en un extraño giro de los acontecimientos, Vanessa Fisk harta del ciclo de violencia que ha punto ha estado de costarle la vida a su marido, decide tomar cartas en asunto tornándose en una fuerza vengadora que incluso se lleva a su hijo por delante, un faceta de su personalidad hasta ahora desconocida, y que traerá cola en al etapa de Brubaker, aunque eso es otro tema, así las cosas y mientras la vida de Matt se derrumba poco a poco ante el descubrimiento de su identidad secreta (algo que también pasaría en la etapa de Chichester), se produce el regreso de Fisk, que recuperado de sus heridas tras una larga estancia en Europa (no se que piensan los americanos que pasa en Europa, pero todo el mundo se cura aquí, Norman, Osborn, Harry Osborn, Kingpin....), regresa con más fuerza que nunca para recuperar su imperio, sin embargo es derrotado por Daredevil antes de que pueda hacerlo y acaba en la cárcel desde donde y en colaboración con los federales trazara un exitoso plan que dará con los huesos de Matt entre rejas.

De toda la etapa de Bendis, tal vez lo más interesante que se puede sacar sobre Kingpin, es cuando este explica por que no había hecho publica la identidad secreta de Murdock, y es que tras tantos años de enfrentamientos, Fisk ha llegado a conocer a Murdock, sabe que si se hiciese publica su identidad, Matt por pura fuerza de voluntad saldría adelante como siempre hace, por eso es mucho más poderosa la amenaza de poder hacer pública la identidad, que el hacerla, una explicación lógica y que ayuda a definir al relación entre dos antagónicos personajes.

A día de hoy Fisk continua en la cárcel tras un frustrado intento de fuga (en la primera saga de Brubaker al frente de la colección), y desde donde ha organizado el intento de asesinato de Peter Parker después de que este hiciese pública su identidad en Civil War, sea como sea, parece que antes o después volveremos a ver a Fisk en acción, aunque será difícil que, después de todo lo que ha pasado vuelva a tener ese estatus de villano inalcanzable que tuvo con Frank Miller.

miércoles, 8 de octubre de 2008

De vergüenza.

Con más incredulidad que otra cosa he estado esperando que esto no fuese así que se tratase de un error, una broma o algo, incluso mi librero me decía que no podía ser que todavía debería salir otro número, pero no, no ha sido así, y la noticia parece confirmarse definitivamente, la serie regular de Hellbalzer ha cerrado definitivamente en su número 32.

¿Y que tiene esto de partícula?, pues que cierra en mitad de una saga de tres partes que deja inconclusa, lo lamentable es que había infinidad de soluciones, con un solo número más se hubiera completado la saga y la colección hubiera tenido un cierre lógico, con un número menos (añadiendo si acaso al ultimo número el Hellbalzer 63, número autoconclusivo), idem de idem, pero ¿así?, una autentica vergüenza, ¿qué van a hacer ahora?, si siguen la serie en tomos ¿volverán a publicar el Hellbalzer 64 obligando a pagar dos veces por un número?, ¿se saltaran la saga dejando la trama sin cerrar?, si no siguen en tomos, ¿dejaran tirados a los seguidores de la serie con una trama inconclusa?, lo más grave es que la noticia es de Junio, es decir que lo han hecho con alevosía y a sabiendas de que cortaban en mitad de una saga, yo esperaba que este número 32 incluyese el 63 USA y si acaso algún número especial fuera de colección o algo así, cuando lo leí me quede de piedra, el pregunte a mi librero, y le dije lo de la nota de la web, y me dijo que hombre en principio esperaba que saliera otro número, así que deje pasar el tema esperando que se anunciara algo al respecto, hoy ya (cuatro meses después de la noticia, tres después del Hellblazer 32) en vista de que la editorial no dice nada al respecto creo que ya es hora de señalar que esto es una vergüenza.

Lo peor de todo es que en Vertigo llueve sobre mojado, primero con la brutal subida de precio de Doom Patrol cuando estaba a punto de acabar, luego con la cancelación de Sandman, para “relanzarla en un formato que esperemos sea el definitivo”, esto último, además me parece especialmente vergonzoso, ¿que pasa con aquellos que compraron religiosamente los 18 números regulares de la colección?, ¿ni siquiera van a poder completarla en tomos en rústica (económicos) y se van a tener que comer los más de 60 € que han pagado?, es que es lamentable, y lo que más me extraña es que esto parece haber pasado desapercibido, se critica a Pda por tonterías autenticas y esto que realmente es una putada del quince parece que a nadie le importa, bueno pues a mi si, y aunque no puedo hacer nada al respecto al menos ejerzo mi derecho al pataleo, de vergüenza, señores, de autentica vergüenza.

JLA: Elite, la justicia infiltrada.

Hace tiempo que tenía pendiente la lectura de este comic, pero entre unas cosas y otras parecía que iba a ser uno de esos comics de “algún día tengo que pillarlo”, para luego no pillarlo nunca, sin embargo aprovechando que hace poco Pda lo redistribuyo (¡vivan las redistribuciones!) por fin me hice con los seis números dobles que componen la miniserie, y aprovechando el tiempo que tuve en vacaciones, por fin pude leérmelos de un tirón.

Todo empezó en Action Comics 775, en plena “moda Authority”, Joe Kelly se torno en un hombre con una misión, en una era en la que la desnaturalización del superhéroe estaba en boga, y en la que los héroes de toda la vida parecían tornarse en aburridos frente a los nuevos héroes muchos más audaces, moralmente cuestionables y sobre todo violentos mucho más violentos, Superman se antojaba como el ejemplo supremo de héroe supuestamente “aburrido”, eterno boyscaout, preocupado para salvar la vida a los “chicos malos” (que tampoco eran realmente los verdaderos malos, esos a los que se enfrentaba Authority), siendo siempre reactivo, y defensor del status quo, Superman era el símbolo de todos aquellos héroes clásicos que ya parecían superados, esto que en cierta medida ya había pasado a principios de los 90 contaba ahora con la diferencia de que Authority era un buen comic, bien escrito y bien dibujado, su éxito más allá de su espectacularidad (que la tenía y mucha) se debía a su calidad, lo cual sin duda podía resultar más “preocupante” para los héroes de todas la vida, que la moda noventera, moda que se fue tan rápido como vino ante lo vacuo de sus discurso.

Decíamos que Joe Kelly era un hombre con una misión, y no hay hombre más peligroso que ese, decidido a demostrar la validez de los héroes de toda la vida, en Action Comics 775 busco un enfrentamiento entre Superman y una suerte de Authority venida a menos, liderados por un supuestamente carismático Manchester Black, pero claro cuando un hombre tiene una misión y quiere demostrar algo que ya de por si considera obvio no puede dejar que al realidad estropee su discurso y por eso la Elite (nombre del grupillo en cuestión), se parecía mucho en forma a Authority, pero nada en fondo, ya que mientras los héroes de Wildstorn son ante todo héroes, con sus mezquindades errores y demás, pero héroes que se preocupan por la gente, la Elite de Kelly era un grupo de maniacos a los que “los daños colaterales” causados por sus acciones no podían importarles menos, claro para demostrar que Superman mola y garantizar sus supuesta superioridad moral no es lo mismo enfrentarlo a unos héroes de tomo y lomo, solo que mucho más expeditivos y dispuestos a alterar el status quo, que hacerlo a unos asesinos descuidados que pretenden ejercer de héroes, no vaya a ser que por el camino la idea que se defiende no se sostenga por ningún lado, así que en estas Superman se enfrenta a la Elite, demuestra su estupidez intrínseca y deja a un Manchester llorando e impotente que ante su innata inferioridad no puede más que suicidarse (Superman no mata, pero claro como en las películas de Disney el malo debe morir).

Tan lamentable comic alcanzó sin embargo prestigio y popularidad e hizo que mucha gente dijese “si, Superman mola”, como si el que el personaje tuviera 70 años de vida y siguiera al pie del cañon no fuera prueba suficiente de que “mola”, pero de paso ocurrió otra cosa tal vez inesperada, le gente quería saber de la Elite, el grupo había llamado la atención, esto, que es un claro ejemplo de tiro salido por la culata, llevo a Kelly a rechazar tal posibilidad alegando que ya había grupos así y que no hacía falta uno nuevo, sin embargo ante la insistencia público y editores, Kelly termino cediendo y preparo el regreso de la Elite.

Tal acontecimiento se produjo en JLA 100, donde de nuevo con Doug Mahnke (cuyo estilo sucio, pero bueno narrativamente era más que adecuado para lo que se quería contar), Kelly retomo el concepto, aunque eso si, para no contradecirse a si mismo, suavizándolo en extremo y mostrando un grupo arrepentido y dispuesto a redimirse, liderados en esta ocasión por Vera Black, hermana de Manchester y dispuesta a redimir los pecados de su hermano, el comic acabo con la propuesta de crear una suerte de JLA clandestina que se mostrase proactiva en lugar de reactiva, y que operase en las sombras con al ayuda de diversas agencias de inteligencia, pese a los recelos de varios miembros de la JLA el proyecto salió adelante, incorporándose a la Elite, gente como Green Arrow o Flash (que uno no sabe muy bien que pinta aquí, por que si bien Ollie tiene un cierto grado de ambigüedad, Flash es un héroe de tomo y lomo, pero vaya, será por aquello del contraste).

Así por fin llegamos a JLA: Elite, maxiserie de 12 números que Pda público en seis grapas dobles en nuestro país, los autores como no, serían Joe Kelly y Doug Mahnke, y aunque el origen y motivaciones del grupo recordaban un poco a los Outsiders de Judd Winick, el hecho de llevar lo de JLA en el titulo le daba cierto plus de trascendencia.

Dejando aparte las valoraciones sobre su ciertamente cuestionable origen, lo cierto es que JLA: Elite es un comic de superhéroes entretenido, bien dibujado y que aunque pierde fuelle a mediada que avanza la trama, cuando menos se antoja como una lectura interesante muy superior en todo a la lamentable etapa de Kelly al frente de la colección regular de la JLA.

La trama se inicia con la misión de la Elite de infiltrarse en un grupo de supuestos villanos que pretenden derribar una cruel dictadura en algún lugar dejado de la mano de DISO, aunque la cosa va más o menos bien el tema se complica cuando uno de lo miembros de la Elite se carga a sangre fría al dictador, de esta forma el descubrir quien es el asesino se convierte en uno de los motores de la historia, una historia tal vez algo ingenua (presentarse en el mundo del espionaje, el contraespionaje y demás, manteniendo las manos limpias de sangre, se antoja como algo cuando menos complejo), pero escrita con pulso, en la que destaca sobre todo la dinámica de un grupo que ya desde el principio parece destinado al fracaso, la historia tiene como protagonista central a Vera Black que trata en todo momento de enterrar el recuerdo y el legado de su hermano sin conseguirlo, ya que el retorno (bueno más o menos) de Manchester, será uno de los puntos fuertes del comic.

En fin espionaje, contra espionaje, moralidad ambigua (el conservador Kelly, no deja de aprovechar la ocasión para dejar a Green Arrow -héroe izquierdista por excelencia, o todo lo izquierdista que se puede ser en los USA vaya- a la altura del betún), relaciones personales o sacrificios heroicos, son alguno de los temas que nos podemos encontrar en un comic como ya digo interesante, aunque algo deficitario en lo que a su conclusión se refiere demasiado tópica tal ves, un comic pues recomendable ya que permite encontrar una historia distinta a la que uno normalmente espera ver asociadla nombre de la JLA.

jueves, 2 de octubre de 2008

World War Hulk: vaya somanta de palos….y algo más.

Enésimo crossover marvelita, en este caso con Hulk llegando a la Tierra y repartiendo mandobles a diestro y siniestro, por cierto curioso el titulo ¿no?, por que ni New York es el mundo ni lo que pasa en el comic es una guerra en sentido estricto, pero bueno como suena bien y tal lo dejaremos pasar.

Hay crossover estúpidos, que independientemente de su calidad, se hacen por que si, sin apenas razón aparente más allá de lo meramente comercial, y hay crossover que buenos o malos tienen un sentido y van en consonancia con lo que se venía narrando anteriormente siendo una evolución lógica de ello, WWH, pertenece sin duda a esta segunda categoría.

A la hora de planificar Civil War (que entraría de lleno en la primera categoría de crossover antes descritos), los jerifaltes marvelitas se dieron cuenta de que la presencia de Hulk en uno u otro bando alteraría drásticamente el equilibrio de poder que querían tener, ante esta situación podían haber optado por mantener a Hulk lejos del conflicto (un poco como el Doctor Extraño, que por cierto, todavía no se que pinta en los Nuevos Vengadores, pero ese es otro tema), pero en estas Quesada (como Martin Luther King, oigan), tuvo un sueño, un sueño en el que vio a Hulk vestido de Gladiador (que cosas más raras sueña Quesada), y claro, así se sentaron las bases de Planet Hulk, antecedente directo de WWH.

En Planet Hulk, los Illuminati (el grupo secreto, compuesto por Iron Man, Xavier, Namor, Rayo Negro, el Doctor Extraño y Red Richard, creado por Bendis en un ejercicio de retrocontinuidad escasamente creíble, y que lleva actuando en secreto desde el fin de la Guerra Kree-Skrull), tras el enésimo ataque de ira de Hulk decidieron que ya valía de tonterías y que había que exiliar a Hulk de la Tierra (¿por que ahora y no antes?) olvidándose que eso ya lo había hecho Extraño sin demasiado éxito durante la Encrucijada, tras estafarlo de mala manera, la idea era mandarle a un planeta pacifico sin vida inteligente para que por fin pudiese ser feliz y estar en paz, pero claro incluso los mejores planes se tuercen (como advirtió Namor, el único que se opuso al tema), y Hulk acabo en un Plantea guerrero, regido port un cruel emperador que pasaba el rato viendo como gladiadores de fuerza pareja a la de un Hulk poco enfadado se daban de piños hasta la muerte.

La llegada de Hulk, en plan Gladiartor revoluciona al personal, y como un Espartaco cualquiera pronto lidero una rebelión que acaba con el emperador y pone al Hulk al mando del planeta, por el camino además se lleva a la chica con la que incluso espera un hijo, ¿final feliz?, no, es obvio que no, Hulk tenía que volver, Hulk iba a volver, todos (menos Stark y compañía) lo sabían y claro, ¿que es lo que hizo que Hulk volviera?, pues que la nave que le llevo al planeta en cuestión tenía una bomba dentro, y que como suele pasar con estas cosas exploto, llevándose por delante a casi todo el plantea (chica incluida) y dejando a un Hulk más rabioso que nunca y con un puñado de escasos seguidores supervivientes dispuestos vengarse de los Illuminati a quienes culpaban de todo.

A grandes rasgos estos serían los antecedentes de WWH, saga en cinco números mucho más modesta y menos pretenciosa que Civil War y tal vez por eso con mejores resultados, vista desde lejos la historia de WWH es casi un videojuego tipo Final Fight, Hulk se va enfrentado en cada episodio a un “malote” de turno (Rayo Negro, Iron Man, el ejercito USA, el Doctor Extraño) hasta llegar al “malo final” (el Vigía) y finiquitar la historia, pero detrás de todo esto (espectacularmente dibujado por Romita Jr que sin realizar su mejor trabajo, si se muestra una elección más que acertada para este tipo de comic), hay algo más.

Para empezar Greg Park guionista del evento, consigue realizar con aquello que le dan (no hay que olvidar que Park no es si no un mero gregario, que cumple ordenes y escribe sobre lo que mandan, lo que no impide que lo haga bien) una historia de superhéroes entretenida, con acción, drama y conflictos morales, recordando WWH en cierta forma (y aunque de lejos) a La Guerra de los Sinestro Corps, en el sentido de que ambas sagas sin tratar de inventar la rueda, dan aquello que como mínimo se puede pedir a un comic de superhéroes, esto es, entretenimiento, conflicto, y buenos dibujos, luego cada uno tendrá sus gustos, preferirá una cosa u otra, pero tanto uno como otro crossover son una muestra de lo que este tipo de eventos deberían ser, por otro lado más allá de los mamporros en WWH se plantea un interesante debate, ¿quién es el malo?.

La pregunta que podría parecer superflua tiene sentido en un mundo generalmente tan maniqueo como el de los superhéroes, y el conflicto se plantea desde el momento en que Hulk llega a la Tierra y da un plazo de 24 horas para que los Illumati se entreguen, erigiéndose así en juez jurado y verdugo, actitud que a priori parece corroborar todo aquello de que Hulk es una amenaza, que si patatín que si patatan, pero claro ¿como se comportaron los Illuminati?, ¿no se erigieron ellos mismos en jueces, jurados y verdugos?, ¿no exiliaron a Hulk, engañándole, en lugar de entre todos tratar de buscar una cura a sus estado?, ¿quién ha muerto y les ha nombrado dioses?, dejando aparte de si ellos son los responsables de que la bomba estallara o no (aunque todos sospechamos desde el principio, que obviamente no lo son), su actitud es cuando menos cuestionable, incluso en el cómic, tanto Extraño (que convoca a un demonio que luego es incapaz de controlar, solo para vencer a Hulk), como Stark (que no duda en desencadenar a un desequilibrado Vígia contra Hulk, en una batalla que puede llegar a partir el mundo en dos), parecen aceptar que el fin justifica los medios; podemos pensar tal vez que el ojo por ojo no soluciona nada, cierto , pero no es menos cierto que un universo de ficción como es el UM, los conflictos tienden a resolverse (por su misma naturaleza) de forma violenta, además en nuestro entorno cada vez es más obvio que la ley del Talión sigue estando presente como mecanismo de resolución de conflictos (sin que nadie parezca darse cuenta que lo único que se consigue es generar más conflictos, entrando en una espiral sin fin, pero ese es otro tema), y es que la venganza (o la retribución), nos guste o no es uno de los motores que mueven al ser humano y aunque atemperada por la convivencia y la civilización sigue siendo algo que esta presente en nuestro mundo, así y aunque estas segundas lecturas en WWH no dejan de estar presentes de manera un tanto simplista, lo cierto es que cuando menos se plantean estos temas y se trata de profundizar en ellos (gran fallo de Civil War, que planteó cuestiones interesantes sin entrar luego en ellas en absoluto).

En fin que si bien en WWH la acción tiene una preeminencia clara, también aporta toda una serie de segundas lecturas que enriquecen el comic y hacen que este se torne en un buen ejemplo de como hacer un crossover, entretenido, relevante (al menos para Hulk), fácil de seguir e interesante, desde luego no estamos ante el mejor comic del año, pero si ante el mejor crossover que ha salido de las Casa de las Ideas probablemente desde el Guantelete del Infinito.