domingo, 22 de junio de 2014

Tierra 2 de James Robinson y Nicola Scott.

Articulo originalmente publicado en Zona Negativa.

El legado en el Nuevo Universo DC.

El concepto de legado ha sido tradicionalmente una de las bases del Universo DC, así, por ejemplo, si Jay Garrick encontraba su relevo en Barry Allen este hacía lo propio con Wally West. En este aspecto, uno de los paradigmas de esta idea la representaba la JSA, el grupo que anticipo a la JLA y que le sirvió de ejemplo e inspiración. Con la llegada del Nuevo Universo DC (NUDC a partir de ahora) las reglas cambiaron: no había ningún Jay Garrick que inspirara a Barry Allen, tampoco (al menos al principio) un Wally West que le sucediera y en lo que a nosotros nos importa, no había ninguna JSA que inspirara a la Liga de la Justicia. El primer supergrupo de la historia desaparecía de un plumazo dejando su lugar a una Liga de superestrellas reunida ahora para combatir una amenaza que ninguno podía superar por separado. El legado, la tradición, el pasado mismo no parecían tener sitio en este nuevo y remodelado Universo DC.

Esto no quita sin embargo la necesidad de presentar a la JSA en el contexto del NUDC, al fin y al cabo la JSA cuenta con personajes interesantes, tiene detrás un grupo de lectores si no muy numeroso si sólido y en cualquier caso es un grupo conocido e importante. Pero, si la JSA no fue el primer supregrupo, si no inspiraron a la JLA y a toda una nueva generación de héroes, ¿cual es realmente su papel en el contexto actual? La respuesta llego con Tierra 2.

La llegada de Tierra 2: Los autores.

James Robinson es uno de los guionistas más importantes de DC desde finales del siglo XX. Escriba tras la magnifica Starman y pluma de la canónica JSA: La Edad de Oro, Robinson había cimentado su muy bien ganado prestigio sobre las bases mismas del Universo DC: legado, tradición, respeto al pasado pero siempre mirando al futuro. Robinson fue además la clave del exitoso relanzamiento de la JSA a finales del siglo pasado y sin duda parecía lógico que se encargara de presentar el concepto para este NUDC. Su compañera en esta aventura sería Nicola Scott, una artista cumplidora y de sólida narrativa que aunque lejos de la espectacularidad de un Jim Lee sabe hacer sus cómic visualmente atractivos.

El concepto tras el cual surge Tierra 2 resulta realmente curioso: una Tierra paralela a la tierra principal del NUDC sufre la misma invasión de Apokolips que en aquella produjo la llegada de la Liga de la Justicia. Sin embargo en Tierra 2 las cosas son muy distintas, la invasión es repelida solo tras muchos sacrificios y muertes y solo cuando los tres principales héroes (llamados maravillas aquí) de la Tierra se sacrifican de manera, al menos en apariencia, definitiva. Superman, Batman y Wonder Woman mueren para derrotar a Apokolips. Se acaba una era de maravillas...y empieza otra.

No es la JSA pero se le parece mucho: los personajes.

Decíamos antes que era curioso el concepto tras Tierra 2, y es que si en el Universo DC postcrisis, la JSA inspiro y transmitió su legado a un montón de héroes, en el NUDC será la “muerte” de la trinidad original la que inspire y transmita su legado a una nueva generación de maravillas. En un juego metatextual, Robinson sigue recurriendo a la idea de legado y tradición y lo hace para darle la vuelta al concepto de la JSA que el mismo uso de manera brillante en el DC post Crisis, enlazándolo de paso con el DC precrisis donde Batman o Superman fueron los primeros en inspirar a toda la legión de superhéroes que pueblan hoy la cultura popular.

Será Jay Garrick el primero de las nuevas maravillas que Robinson y Scott nos mostraran, heredero de los poderes del dios Mercurio (de nuevo el legado...), Jay será un poco el punto de vista del lector en la colección. Un chico normal, atrapado en una situación imposible con capacidad para maravillarse y ganas de hacer el bien, pero sin mucha idea de como hacerlo. Todo un contraste con el Jay, flemático, reflexivo y ante el que todos buscaban consejo del DC precrisis. Tras Jay asistiremos a la legada de Hawkgirl, una agresiva e inteligente Kendra Saunders que tomara a Jay bajo su ala e intentara enseñarle como funciona el mundo. Green Lantern será el tercero y dejando aparte las polémicas sobre su orientación sexual (tema tratado con elegancia y sentido común por Robinson), Alan Scott será el más reticente de esta nueva trinidad para con su papel como héroe a la vez que el más poderoso.

La historia hasta ahora...

Robinson se toma su tiempo para construir esta Tierra 2, el primer número sirve para presentar el contexto en el que se mueve este nuevo mundo así como para mostrar el sacrificio de Superman, Batman y Wonder Woman. A partir de ahí los siguientes va presentando a los “nuevos” personajes, dejando por el camino alguna subtrama (ese Mr. Terrific perdido, ese Terry Sloan “el hombre más listo del mundo”, presunto traidor a su gente y manipulador acostumbrado a salirse con la suya) para al final del cuarto número mostrar la nueva amenaza que puede acabar con la vida en la Tierra: Solomon Grundy, personaje muy querido al guionista.

La trama de Grundy sirve para mostrar al mundo las nuevas maravillas y a los lectores que esta Tierra 2 es mucho más paranoica y militarizada que la tierra principal del NUDC. La brutal batalla contra Darkseid y sus hordas y el enorme costo de la pírrica victoria ha llevado a la creación de un ejercito mundial que liderado por Amar Khan no esta dispuesto a tolerar la presencia de maravillas sin control. Para ello no dudara en recurrir a Atom (Al Pratt) y a Sandman (Wesley Dodds) y sus Sandmen con el objetivo de controlarlos. Así poco a poco la JSA clásica se despliega ante el elector aunque sin llegar a constituirse nunca como tal.

Tras el fin de la saga con Grundy, Robinson y Scott siguen presentado nuevos-viejos personajes en este nuevo contexto, así llegaran el Doctor Destino, enfrentado a su archienemigo Wotan o el Capitán Acero, en una trama que puede dar mucho juego y que no parece que Robinson vaya a cerrar. Todo ello mientras se deja entrever lo que la invasión de Apokolips dejo detrás. Steppenwolf controlando, primero en secreto, luego ya a plena vista, el país de Dherain, desde donde y con la ayuda de Furia, la hija de Wonder Woman, desatara un conflicto brutal contra el ejercito mundial que servirá de traca final para la etapa Robinson. Sin embargo, Apokolips no trajo solo muerte y destrucción, al menos Mr. Milagro y Big Barda así quieren demostrarlo si es que Furia se lo permite claro.

Por otro lado, cada vez se van dejando caer más pistas sobre que tal vez el destino de la trinidad original (o al menos de parte de sus miembros) no fue el que pensamos, una idea con la que Robnson jugara en estos números y que al parecer cobra cada vez más fuerza tras su marcha.

Conclusiones.

Robinson y Scott han construido un mundo interesante y plagado de potencial, un mundo donde personajes clásicos son barnizados de cara al siglo XXI y presentan diseños que rindiendo homenaje a sus raíces se ve más actuales y llamativos. Un mundo en definitiva que tal vez mereciera la pena seguir si Robinson no se hubiese ido a pastos más verdes tan pronto, y es que fuesen cuales fuesen los planes del guionista (que sin duda, vista la colección, los tenía) estos se han visto interrumpidos por su abrupta marcha en el número 16 americano (que es de prever se incluya en el quinto tomo español). Sin el guionista que imagino esta Tierra 2 y vistos los avances y portadas de lo que depara el futuro la verdad es que la cosa no pinta muy bien.

Sea como sea y en cuanto al concepto en si de la serie, no deja de resultar llamativo como DC tropieza una y otra vez en la misma piedra. Si tras las Crisis en Tierra Infinitas, La Legión de Superhéroes creo no pocos problemas de continuidad y quebraderos de cabeza, en el NUDC ha sido la JSA la que ha quedado en una posición cuando menos complicada. Desplazarla a una Tierra paralela y alejarla de sus esencias, supone, por muy buen trabajo que hayan hecho Robinson y Scott hacerla de menos y dejar a las claras que, al menos para la DC actual, la JSA no es tan importante como su historia y su legado vienen a demostrar. Una lastima, movimientos como este alejan a DC de su esencia y de lo que le diferencia como uno de los universo de ficción más grandes e interesantes jamas creado.

domingo, 15 de junio de 2014

Daredevil, el hombre con miedo, el paulatino regreso a la oscuridad.

Articulo publicado originalmente en Zona Negativa.

Nos vamos acercando cada vez más al final del volumen III USA del personaje con este tomo que recopila los Daredevil USA vol III 22 al 30. Con ese final en el horizonte, parece que el tono de la colección cada vez se va oscureciendo más. Con Daredevil de por medio parece inevitable.

Desde que Frank Miller marcara a fuego su sello en el personaje, la antaño naturaleza optimista de Daredevil había quedado atrás y salvo momentos muy puntuales (la reivindicable etapa de Karl Kesel a los guiones con Cary Nord a los lápices) apenas si se había separado de ese camino. Sin embargo en los últimos años la cosa había ido demasiado lejos. En su excelente y definitoria etapa Brian Michael Bendis y Alex Maleev habían puesto al personaje contra las cuerdas haciendo pública su identidad. Ed Brubaker (que nunca entendió al personaje) y Michael Lark lo habían transformado en alguien irreconocible y dejado en una situación de difícil resolución pero de infinitas posibilidades, ni más menos que como líder de La Mano. Fue Andy Diggle el que acompañado por dibujantes como Roberto de la Torre o Billy Tan permitió al personaje salir del pozo y dejarlo en cierta manera limpio para un cambio de enfoque. Despreciando eso si todo lo que el nuevo estatus del personaje podía dar de si. Con todo, parecía claro que Daredevil llevaba demasiado tiempo viviendo en la oscuridad. Cada vez era más evidente que había llegado la hora de dejar entrar de nuevo la luz.

Con este enfoque el prestigioso guionista Mark Waid inicio un nuevo volumen de la colección del hombre sin miedo. Con los inmejorables lápices de Paolo Rivera y Marcos Martín, que dotaron a la serie de un empaque visual sin apenas parangón en el mainstream actual, el Daredevil de Waid, sin renunciar al eminente carácter urbano del personaje, contó desde un principio con un tono más marcadamente superheróico, frente al noir predominante en los últimos años. Este tono y esa fuerza visual convenció a la critica, lo que se reflejo en los múltiples y prestigiosos premios ganados por la colección. Sin embargo y siendo sinceros el Daredevil de Waid, era en sus primeros números un tebeo sin duda bien escrito y entretenido, un tebeo cuya lectura se tornaba en algo tan agradable...como decididamente olvidable. Si no fuera por su belleza visual, por la arriesgada (para el mainstream) concepción de página de Martin o Rivera, la colección apenas si destacaría por algo. Waid, entiende al personaje y su enorme fuerza de voluntad (no estamos ante el pusilánime que mostró Brubaker), pero sus guiones carecían de toda fuerza dramática. Cómics entretenidos, primorosamente dibujado pero a años luz de las mejores etapas del cuernecitos. Al menos hasta ahora.

Y es que en el último tomo publicado en España por Panini, Daredevil: El hombre con miedo, la cosa empieza a cambiar de manera lenta pero segura. Ya sea porque Chris Samee, aunque un excelente artista, no tiene el nivel ni de Martín ni de Rivera, lo que obliga al guionista a ir más allá, ya que ahora la mediocridad de sus guiones no quedara tapada por al fuerza visual del cómic. Ya sea porque Waid es cada vez más consciente de que, aunque es cierto que Daredevil necesitaba un cambio de rumbo, no lo es menos que la esencia del personaje es la que es y el drama, la oscuridad, han de estar presentes antes o después si realmente quiere dejar huella en la strip; lo cierto es que este tomo supone un cambio bastante claro en las hasta ahora poco trascendentes andanzas del Daredevil de Waid. Sin renunciar al estilo más superheróico, especialidad del guionista , el tono dramático sube en esta historia varios decibelios.

Decíamos antes que Samee, era peor dibujante que Rivera o Martin y la afirmación resulta tal vez, un tanto injusta, ya que potenciado por la excelente labor en el color de Javier Rodriguez (el cual dibuja con enorme acierto dos de los episodios contenidos en el tomo) su factura visual, claramente influencia por David Mazzuchelli no solo resulta perfecta para la colección si no que muestra un dominio de la narrativa a la altura de los más grandes. Sin embargo ni su composición de página, clásica y eficaz, ni su visualización de aspectos como el radar son tan poderosos como lo eran en las manos de Rivera y sobre todo de Martín. Pese a todo resulta innegable que desde un punto de vista artístico Daredevil esta en buenas manos (como lleva estándolo muchos años) con una pareja llamada a figurar entre las más relevantes de la historia del personaje.

A nivel argumental, el tomo esta estructurado entorno a dos facetas bien diferenciadas que terminaran inexorablemente por cruzarse y podrán a prueba el calado moral del personaje. Por un lado, el aspecto más personal, tal vez el punto fuerte del tomo y donde Waid demuestra lo bien que comprende al personaje. Foggy recibirá una terrible noticia. Victima de una devastadora enfermedad frente a la que su amigo del alma se verá impotente. Waid no cae en sensiblerías baratas, pero si sabe tratar con delicadeza un drama humano por desgracia demasiado real. Poniendo por encima de todo la relación existente entre Matt y Foggy, por primera vez en mucho tiempo ahora será Matt quien habrá de apoyar a su amigo, el que habrá de darle fuerzas ante una situación muy difícil intentado hacerle reír y olvidarse, aunque solo sea unos segundos, de una jugada cruel del destino ante la que solo queda luchar y confiar en la medicina. Un papel que desde tiempos inmemoriales había asumido Foggy con respecto a Matt, y que ahora este asume no sin dificultados, pero si con plena entereza. Destaca en este aspecto una situación en concreto, no son más que una pocas páginas, pero demuestra el talento de Waid para conjugar la vertiente más superheróica (los poderes de Matt) con la mas humana (la situación de Foggy). En un momento dado Matt, rodeado de los olores del hospital y de los derivados del tratamiento que recibe Foggy (potenciados al máximo por sus supersentidos), apenas si puede aguantar el vomito, sin embargo sabe que su amigo lo necesita, sabe que él siempre estuvo cuando lo necesito, no va a dejarle solo, no va a rendirse, ni va a caer en el fango de la autocompasión. Sin duda Brubaker debería tomar nota para aprender quien es y como se comporta Daredevil.

La segunda faceta en la que los números contenidos en el tomo centra su atención es, no podía ser de otra forma, la más puramente superheroica.. Bajo este punto de vista asistiremos a los maquiavelicos planes de un misterioso enemigo dispuesto a destrozar la vida de nuestro héroe una vez más. La identidad de este enemigo, una de las sorpresas del tomo, y una más de las genialidades de Waid, sera una de las claves de la historia, pero ni mucho menos la única. Por un lado recuperamos a una de las mejores aportaciones de Brubaker a la mitológica del personaje (a ver si se recupera también a Dakota North), Lady Bullseye y por otro asistimos a la creación de un nuevo villano: Ikari. Un personaje con un diseño fantástico (a medido camino entre un ninja de La Mano y el traje clásico de Daredevil) que tendrá los mismos poderes que nuestro héroe pero digamos...mejorados y que sin duda tiene mucho que decir en el futuro y más visto ese combate, maravillosamente coreografiado por Samee que centra el número 25 USA. Esta trama permitirá ahondar en los orígenes del cuernecitos, en como funcionan realmente sus poderes y en que le hacer ser especial, en contraste con alguien que tiene sus mismas ventajas pero potenciadas, Daredevil deberá dar un paso adelante. La forma de actuar de Daredevil, entroncara en cierta medida con el discurso de Morrsion en El Retorno de Bruce de Wayne. Si allí el genio escoces dejaba claro que Batman no se hizo solo, que tanto en sus orígenes, como ahora, necesitaba la ayuda de sus amigos y aliados, aquí Waid (amigo personal del guionista de Los Invisibles) retoma la idea con Daredevil. Sus aliados, sus amigos sin poderes no tiene porque quedar desprotegidos cuando por fin se decida a actuar contra la misteriosa amenaza que le acosa casi desde el principio de la colección.

Esta actitud más decida, casi proactiva por momentos, será sin duda una de las cosas que más se agradecen de un tomo, que tras tanta intensidad finaliza con una simpática historia que retoma el tono más desenfadado de los primeros números de esta etapa. Una historia que también ahonda en el pasado del personaje, en concreto en aquel matón que en la infancia de Matt le puso el mote de Daredevil y que ahora regresa a su vida solo para demostrale que las cosas siempre tienen dos puntos de vista, y que los recuerdos pueden ser muchas veces muy traicioneros. Una historia que ademas responde a las dudas de, de donde sacan esas grandes organizaciones terroristas estilo Hydra, su carne de cañón. Algo que de nuevo enlaza con Morrison y con aquel mítico episodio de Los Invisibles narrado desde el punto de vista de uno de esos personajes. Queda para el final un número cuando menos extraño en el que el encuentro más aparentemente imposible se hace realidad: Silver Surfer y Daredevil colaboran para enfrentarse con una amenaza galáctica cuando menos...curiosa que permite ver a Daredevil pilotando la tabla de Estela en una doble plancha espectacular del dúo Samee/Rodriguez. Este extraño encuentro ahonda en otra de las intenciones que Waid ha mostrado desde que se hizo cargo de la colección: una mayor imbricación de Daredevil en el Universo Marvel. Esto enlaza con lo que Chichester hizo en los 90, solo que Waid con mayor talento que aquel, sabe utilizarlo con mayor interés. Así, si por las páginas de la colección hemos visto pasar al Capitán América, a la Gata Negra (¡¡con eróticos resultados!!) e incluso hemos tenido un crossover entre Daredevil, Punisher y Spiderman. En este tomo Superior Spiderman o Hank Pyn tendrán también un papel relevante.

domingo, 8 de junio de 2014

La Liga de la Justicia de Geoff Johns, Jim Lee, Ivan Reis y otros: el camino a Maldad Eterna.

Articulo originalmente publicado en Zona Negativa.


Estamos asistiendo ahora en España a la llegada del crossover más importante del Nuevo Universo DC desde que éste se constituyó: Maldad Eterna. No ha sido nada fácil el camino hacia este evento, con una colección central, La liga de la Justicia de Geoff Johns y Jim Lee, cuya trayectoria solo puede calificarse de irregular.

La Liga de la Justicia era sin duda el buque insignia de New 52, LA COLECCIÓN, así en mayúsculas que había que seguir en el recién relanzado Universo DC, la base misma sobre la que éste parecía edificarse. Con Geoff Johns como guionista y Jim Lee como dibujante y contando en su alineación con seis de los llamados siete grandes de la editorial (solo el Detective Marciano fue sustituido por Cyborg), todo hacía presagiar que estábamos ante un éxito seguro. Sin embargo la realidad fue bien distinta y es que si bien es cierto que las ventas sonrieron desde un principio a esta etapa, no lo es menos que las criticas fueron (también desde un principio) cuando menos poco generosas. En la Liga de Johns/Lee se pueden ver representados todos los males de New 52. Precipitación, mala planificación, personajes muy desdibujados y una dinámica de grupo muy deficiente nos mostraban a un Johns desconocido, que no parecía encontrar el punto a una colección que buscando emular el espíritu de la etapa Morrison se quedaba siempre a mitad de camino. No ayudaba en el proceso tampoco Jim Lee. La superestrella de los 90 y probablemente el mejor (o como mínimo el más espectacular e influyente) dibujante de la “generación Image” hace tiempo que muestra un estancamiento en su estilo que condiciona que si bien sus cómics sean visualmente llamativos, también son repetitivos, al abusar de soluciones gráficas mil veces vistas. En conjunto esto hace que su muy limitada capacidad narrativa resulte cada vez más molesta y da como resultado que su estilo deje de producir el impacto que tenía antaño, haciendo en definitiva que sus defectos pesen más que sus innegables virtudes.

Así las cosas y tras apenas 10 números Lee fue sustituido, primero por el mediocre Tony S. Daniel, el cual no ayudó a mejorar la colección precisamente y luego ya por el dibujante brasileño Ivan Reis con el que la cosa empezó a ir en la buena dirección. Tan espectacular como el dibujante hot por excelencia pero mucho mejor narrador, la llegada de Reis pareció liberar a Johns que empezó a encontrase mucho más agusto con un grupo con cuya iconicidad es sin duda complejo trabajar. Introduciendo nuevos personajes (Firestorm, Átomo y Element Woman), a los que podía desarrollar más, Johns fue trazando un plan a largo plazo que culminó con La Guerra de la Trinidad, un título ambiguo que podía hacer referencia tanto a un conflicto entre las tres Ligas de la Justicia, (La Liga de la Justicia Oscura de Constantine, la Liga de la Justicia de Superman y la Liga de la Justicia de América Amanda Waller) como a un enfrentamiento entre los tres principales iconos de la casa (Superman, Batman y Wonder Woman). Incluso podría narrar una guerra con la llamada Trinidad del Pecado (Pandora, The Question y El Fantasma Errante), que tanta relevancia estaban alcanzando en el Universo DC en el centro… también podía por otro lado, ser algo muy diferente. Las expectativas casi por primera vez desde el decepcionante inicio, eran altas y con La Guerra de la Trinidad, Johns no defrauda. Al guionista se le nota cómodo, en su terreno, dominando la colección y los personajes como ya hizo durante su estancia en la JSA sabiendo crear un clima de tensión e incertidumbre que en continuo in crescendo culmina con el megacrossover más importante de la editorial desde Flashpoint: Maldad Eterna.

Antes de eso en La Guerra de la Trinidad las semillas plantadas empiezan a germinar y son muchos los enigmas que se resuelven, sirviendo así como punto de arranque a todo lo que está por venir. En este “minievento” se aclaran desde el papel de Pandora, con su correspondiente caja, en este Nuevo Universo DC (lejos de la función de Franklin Richards en Heroes Reborn con el que muchos especulábamos), pasando por las intenciones del líder de la misteriosa Sociedad Secreta que empezamos a conocer en las páginas de la Liga de la Justicia de América, también escrita en sus primeros números por Johns, hasta el conflicto entre ésta y la Liga de la Justicia, grupo que nacieron para controlar y cuyo enfrentamiento parecía inevitable. El choque se inicia de la manera más absurda posible con Shazam intentando hacer una buena acción que degenera en conflicto diplomático en el que termina involucrándose La Liga de la Justicia y con ella a la Liga de Waller. La situación estalla con un brutal y sorprendente asesinato que todo parece indicar comete Superman y se ve culminando con una de las sorpresas del año que además de otorgar pleno sentido al titulo da lugar a un evento que se antoja realmente interesante. Aunque a estas alturas parece innegable que New 52 ha sido un “experimento” fallido (los últimos datos de ventas USA sitúan a DC a años luz de Marvel, no mucho mejor desde luego que antes del relanzamiento) pésimamente coordinado, mal ejecutado y plagado de polémica, todo ello no quita que, la que debía ser su colección emblema ha conseguido recuperar el pulso perdido y afronta su tercer año de existencia con las expectativas más altas que nunca. Como bien señala el dicho, más vale tarde que nunca.