domingo, 31 de mayo de 2020

Historia de un hombre sin miedo especial: El Daredevil de Charles Soule II.



La etapa de Charles Soule en Daredevil, aunque larga es bastante fácil de estructurar dada su condición de historia río, y es que con sus muchos defectos, lo que no se puede negar al guionista de Milwaukee, es que tenía muy claro la historia que quería contar. Hoy vamos a analizar un poco las claves de la etapa y su estructura, para en el tercer y definitivo post quedará un breve resumen/crítica de los diferentes arcos de la etapa.

A la hora de afrontar la etapa Soule en Daredevil hay que tener en cuenta varios condicionantes previos que serán en si, los tres pilares sobre los que se apoyara su estancia en la guiones del hombre sin miedo. La exitosa y larga etapa de Mark Waid (pronto con Chris Samnee como dibujante regular) se había caracterizado, entre otras muchas cosas, por rebajar el tono hard boiled del personaje y revindicar en cierta medida su faceta más alegre y desenfada del personaje pre-Miller. Con este nuevo relanzamiento (enmarcado dentro de el enésimo movimiento publicitario de Marvel, ahora llamado All New, All Diferent) se pretendía, muy influenciados por la magnifica serie de televisión de Netflix, recuperar esas raíces más oscuras y sucias del personaje, acudiendo a un tono más milleriano.

Por otro lado, Soule, abogado de profesión, parecía un guionista ideal para poner en valor esa faceta del personaje, cosa que había conseguido en su celebrada etapa en Hulka con dibujos de Javier Pulido y cuyo protagonismo en la colección siempre había sido muy irregular. Por último y desde el final de la etapa Bendis/Maleev el personaje venía arrastrando el que su identidad secreta fuese pública, algo que había condicionado todas las etapas posteriores del personaje en una medida u otra, unos había lidiado muy bien con ello (Waid) otros muy mal (Brubaker), pero en cualquier caso era una losa que pesaba mucho sobre el personaje.

Con estos elementos como base del trabajo de Soule, tenemos en primer lugar un oscurecimiento del personaje que se nota ya en el traje diseñado por Ron Garney y el tono de las historias más detectivesco y con el noir como base. Partiendo también de la idea (muy discutible) de que Daredevil es el Batman de Marvel, Soule decide dotarle de un sidekick al más puro estilo Robín. Punto Ciego será el muchacho que con una especie de armadura (¡¡que va a pilas!!) creada por el mismo y que le da invisibilidad, usara su leve conocimiento de artes marciales para defender su comunidad de varios mafiosos..

La idea aunque algo ridícula, sirve a Soule para dar un toque social a la colección, algo que siempre a funcionado muy bien en Daredevil, Punto Ciego es un inmigrante ilegal chino y Daredevil le toma bajo su ala, consciente de que lo haga o no, el chico va a seguir defendiendo a los suyos, así al menos tendrá un entrenamiento decente que mejorara sus habilidades. Todo esto enlaza bastante con la etapa Nocenti/Romita Jr recordando el personaje de Punto Ciego a Tyrone. El que Daredevil ejerza de maestro cual Stick, traerá problemas y la carrera heroica de Punto Ciego tendrá múltiples consecuencias, sin embargo el tema social que era el enfoque que mejor parecía funcionar aquí, muy pronto dejara de tener importancia.

Respecto al tema de la abogacía, en principio pareciera que su importancia iba a ser relativa, ya que muy pronto pasa a segundo plazo, sin embargo la construcción de la etapa y el verla en su conjunto deja claro los planes a largo plazo que tenía Soule y como esta faceta será uno de los puntos culminantes de su etapa, con cambios muy importantes para el estatus legal de los superhéroes que deberían tener importantes repercusiones en todo el Universo Marvel. Con todo al principio de la etapa nos encontramos a Matt habiendo dejado la abogacía por libre y pasándose al “enemigo”, siendo así fiscal dentro del la ciudad de Nueva York y empezando realmente por lo más bajo, siendo su despacho un cubículo en lo que antes era el hueco del ascensor y teniendo varias dificultades en sus primeros casos.
En cuanto al tema de la identidad, fue una de la mayores polémicas con las que empezó la etapa. Si con Waid, Matt estaba en San Francisco, con pareja y habiendo asumido que su identidad secreta sería algo que nunca podría recuperar, la etapa Soule se inicia con Matt de regreso a Nueva York soltero y sin que nadie, absolutamente nadie, recuerde su identidad secreta. Sin explicaciones, la etapa empieza así y más de un lector puede tener la sensación de haber sido engañado, sin embargo, poco a poco, Soule va dejando pistas aquí y allí de lo que ha sucedido. El como, el porque y lo que esta dispuesto a hacer Matt para protegerlo, será el tema de fondo de por lo menos la mitad de la etapa hasta que, de manera sorprendentemente coherente y muy bien pensada todo tiene su explicación.

El tema de la identidad secreta y la recuperación de la misma, le sirven a Soule para ahondar en la esencia misma del personaje, sus motivaciones, su psique, por que hace lo que hace y sobre todo porque sigue haciéndolo y todo aquello a lo que ha de renunciar por el camino. Y es el que guionista de Inhumanos, lo que si deja claro es que comprende al personaje a la perfección y cuales son los mecanismos que le hacen funcionar. Identidad secreta, noir y mundo judicial serán por tanto los pilares en torno a los que se estructura una etapa que empezó mal, se desarrollo de manera magnifica con dos arcos espectaculares y concluyo de manera algo decepcionante. Pero esa queda ya para el próximo día.

viernes, 29 de mayo de 2020

Historia de un hombre sin miedo especial: El Daredevil de Charles Soule I.

La etapa completa más reciente del personaje ha estado plagado de claroscuros con una irregularidad evidente. El estar en medio de dos etapas unánimemente aplaudidas (la de Waid/Samnee y la recién iniciada de de Zdarsky/Checchetto) no le ha beneficiado. Como siempre al abordar estas grandes etapas, en este primer post vamos a dar un vistazo meramente numérico, para en los siguientes ya ir al fondo de la etapa.

Entroncada en medido del caos de volúmenes y numeraciones que Marvel, con su idea de estructura por temporadas, ha padecido en los últimos años, la etapa de Charles Soule se inicia como tal en el número uno del volumen V USA del personaje (hay un previo en un especial llamado All-New, All-Diferent Marvel Point One). Este volumen llego hasta el 28 tras el cual la colección recupero su numeración clásica a la altura del #595 tras sumar los diferentes volúmenes del personaje, llegando como tal su etapa hasta el Daredevil #612.

Son por lo tanto 46 números, lo que le convierte en el cuarto guionista que más cómics ha realizado en la historia de la colección regular del personaje, por detrás de Stan Lee con 50 y por delante de D.G Chichester con 44, a ello hay que añadir el Deadpool 13, una suerte de experimento del que Daredevil y Soule formaron parte con una especie de número 7.1, a lo que habría que añadir los dos anuales que el personaje ha tenido durante estos años, uno de los cuales contó con guiones del propio Soule. Se suman además dos miniseries, ambas de cuatro números y ambas escritas por Soule aunque con una relación más bien tangencial con lo que pasaba en la serie regular, la primera Daredevil/El Castigador, el séptimo circulo y la segunda La búsqueda de Lobezno: Arma Perdida.

En la parte artística la etapa empezó de forma muy prometedora, con un genio como Ron Garney al frente, el cual además había oscurecido y estilizado su estilo para adaptarse al enfoque que se quería dar al personaje. Sin embargo tras dibujar entero el primer arco argumental de cinco números (“Chinatown”) y la historia corta de presentación de la etapa , su presencia en la colección se fue diluyendo y, en un mal que afecta a casi todas las colecciones a día de hoy, la etapa careció como tal de un dibujante regular. Con todo Garney es el artista que más cómics ha realizado en este etapa, así a los números 1-5 ya mencionados, suma los de la tercera saga de la etapa (“Arte Oscuro”) del 10 al 14 y luego ya números sueltos como el 17-18, el 20, del 26 al 28 (de nuevo una saga completa, “En el país de los Ciegos”) y luego y para despedirse del 598 al 600 (número redondo que sin duda merecía dibujar). Son por tanto 19 de de los 46 números de la etapa, no llegando por ello ni siquiera a la mitad.

Después de Garney hay que tener en cuanta que los dos últimos arcos argumentales se encargaron de forma completa a dos dibujantes, el primero “Alcalde Murdock” de cinco números corrió a cargo de Mike Henderson el segundo, “La Muerte de Daredevil” de siete números contó con el excelente trabajo de Phil Noto. De los 15 números que quedan Goran Zudzuka dibujo seis (8 y 9, una pequeña historia llamada “El Bluff del hombre ciego”, 15 y 16 otro pequeño arco llamado el “El Séptimo Día”, y los 21 y 22 que formaban parte del arco “Supremo”). Matteo Buffagni dibujo los números 6 y 7, un pequeño arco con Elektra de por medio y c on el explicito titulo de “Conexión Eléktrica”. Marc Lanning aporto su trabajo el #19 que formaba parte de la fundamental saga “Púrpura”. Alec Morgan dibujo los números 23 al 25 del arco “Supremo”, mientras que Stefano Landini realizo los números 595 al 597.

A esto habría que sumar a Rod Reiss y Mike Perkins, los cuales dibujaron respectivamente dos historias secundarias de los número 595 y 600, con guiones de Christos Cage y Robbie Tompson. No conviene cerrar este caos de hasta ocho dibujantes para cuarenta y seis números sin mencionar la figura del colorista Matt Milla, el cual aportaría cierta coherencia visual a la etapa (y más ahora cuando el papel del colorista, ante la paulatina desaparición del entintador, ha ido adquiriendo más relevancia) ya que se ocupo del color de todos los cómics excepto los siete de Phil Noto que se colorearía el mismo. Destacar también dentro de este repaso numérico la excelente calidad de las portadas de la colección, con autores del nivel de Bill Sienkiewicz (autor de una poderosa e icónica portada con Elektra y Daredevil en el centro), Dan Panosian o Mike Deonato Jr.

A modo de resumen/conclusión, lo que este repaso numérico deja a las claras es uno de los principales problemas no sólo de Marvel, si no también de DC en los últimos años, esto es las casi imposibilidad de establecer un equipo creativo sólido y estable durante un largo periodo de tiempo. En el caso de Daredevil es más sangrante después de venir de etapas ejemplares en ese aspecto (Bedis/Maleev, Burbaker/Lark o Waid/Samnee). La imposición de una periodicidad quincenal, los plazos de entrega imposibles, cada vez con estándares de calidad más altos, o la política de continuos relanzamientos/temporadas con lo que ello implica de movimientos artísticos para llamar la atención, esta provocando que si bien si hay etapas más o menos largas de guionistas, estos rara vez están acompañados por un mismo artista (con alguna, pero escasa sustitución) a lo largo de las misma.

miércoles, 27 de mayo de 2020

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil en La Guerra de los Reinos.

Como ya hemos mencionado múltiples veces por aquí, en cuanto a grandes eventos y demás, Daredevil, con su carácter eminente urbano y su condición casi de outsider dentro de la primera línea marvelita, suele quedar fuera de los mismo o si acaso participar de manera muy tangencial. No ha sido el caso de esta Guerra de los Reinos donde el hombre sin miedo ha jugado un papel muy relevante por empeño de su principal artífice, el guionista Jason Aaron.

Resumido muy brevemente, La Guerra de los Reinos es el punto culminante de la larga y brillante etapa de Jason Aaron en Thor, una idea que se empezó a concebir hace años y que habida cuenta de su repercusión en todo el Universo Marvel, la editorial decidió sacar de la colección del Dios del Trueno y transformar en el evento de la temporada. La historia es fundamentalmente la batalla final contra Malekith y sus hordas que tras saquear (o aliarse) con los restante nuevo mundos de la mitología asdgardiana se dispone a arrasar con el décimo: Midgard, esto es la Tierra y aquí sus héroes tendrán mucho que decir al respecto.

El papel de Daredevil en el evento parte del mismo primer número de la miniserie central, cuando se ve obligado a combatir las hordas invasoras de Malekith en plena Cocina del Infierno, sería sin embargo en el tercer número cuando su protagonismo aumente al hacerse, previa petición de un cegado Haimdall con la espada Hofund lo que le convierte en guardián del Bifrost, el Puente del Arco Iris que conecta los diez mundos entre sí y en casi un dios por derecho propio.

Aquí Aaron juega con múltiples ideas que dejan a las claras su conocimiento e interés en el personaje, por un lado las profundas raíces católicas de Daredevil, no terminan de estar a gusto en un mundo de presuntos dioses y en un conflicto que parece poner en un brete su fe, por otro lado que el guardián tradicional del Bifrost, el hombre que lo ve todo y lo vigila todo para proteger Asgard, se haya quedado ciego como consecuencia de las acciones de Malekith y elija a otro ciego como Daredevil para ser su sucesor no deja de ser paradójico. Por último, Aaron plantea la idea de dar a un personaje urbano, de poderes limitados, un poder inimaginable que eleva sus supersentidos hasta casi la omnisciencia, tornándolos en algo así como “omnisentidos”.

A lo largo de la miniserie, Daredevil será importante para guiar a Thor en su camino hacía la victoria y también dará a muestras de su coraje e incapacidad para rendirse aún con todo en contra enfrentándose a gigantes de hielo y demás monstruos aliados con Malekith. Pero donde de verdad tendrá protagonismo el cuernecitos será en el serial en tres partes que protagonizara dentro de la antología The War of the Realms: War Scrolls.

War Scrolls es una miniserie de tres números que complemente y amplifica lo que sucede el evento con tres historias cortas en cada grapa, la más importante de la cuales es sin duda la protagonizada por Daredevil, “The God Without Fear”, más que nada por estar escrita por el propio Jason Aaron y contar al dibujo con toda una estrella del cómic USA actual como es Andrea Sorrentino. En España la miniserie, junto a otras relacionadas con el evento fue recopilada en tres tomos de tapa blanda que bajo el nombre de Universo Marvel: La Guerra de los Reinos Extra, ofreció un material de interés y calidad muy desigual.

En lo que se refiere a “The God Without Fear”, Aaron empieza siempre con un flashback en el que nos muestra la incomodidad de DD con Thor y lo que este representa, su lado oscuro con su inmensa capacidad para la violencia y su entrenamiento como “dios” por parte de Heimdall que tiene ecos de Stick. En la historia Aaron nos muestra como Fisk es capaz de pactar con Malekith y no sólo salir airoso si no con ventaja o el pensamiento lateral del que muchas veces hace gala Daredevil, enfrentándose con Malekith mismo y su lugarteniente Kurse, para, sin poder impedir que se destruya el Puente del Arcoiris si haciéndole daño y dándole a conocer el miedo al fracaso, algo que hasta entonces ni siquiera había concebido. Pero por encima de todo donde más destaca la labor de Aaron es en mostrar, como aún omnisciente, la esencia de Daredevil esta en su faceta de guardián y protector de la Cocina del Infierno, simbolizada aquí en una pequeña iglesia a la que salva del ataque de hordas de gigantes de hielo.

Cada capitulo es de apenas de diez páginas, pero tanto Aaron como Sorrentino dejan con ganas de ver un Daredevil realizado por ellos de manera regular, Aaron por su conocimiento del personaje y lo bien que sabe captarlo, Sorrentino como sólido narrador , (aquí mucho más que en su celebrada etapa en Green Arrow) por lo bien que sabe “mover” al personaje y representar sus supersentidos y la forma en la que el personaje ve el mundo. Estamos pues ante una pequeña joya, que esta entre lo mejor del evento y que por desgracia se hace muy corta.

Queda una adenda en forma de una grapa, La Guerra de los Reinos: Omega, una suerte de epílogo/prologo a todas las historias surgidas alrededor del evento y sus consecuencias de cara al futuro, que de nuevo con guiones de Aaron y en este caso dibujo de Ron Garney (cuyo Daredevil es, como siempre excepcional) nos muestra en apenas siete páginas como Daredevil devuelve a espada, reflexiona sobre sus dudas por su papel en la Guerra y afianza su amistad con Heimdall, que exalta su figura como clave en la victoria final y le regala unos bastones hechos con fragmentos de Yggdrasil, el árbol del mundo, cuyo peso e importancia para el personaje de momento esta por ver.