jueves, 31 de diciembre de 2015

De planes editoriales: Un mucho de Panini y un poco de ECC.


Antes solía escribir bastante a menudo por aquí sobre el mundillo editorial, hace tiempo que no lo hago (bueno hace tiempo que casi no escribo por aquí pero ese es otro tema). Los recientes planes editoriales de Panini y ECC y algunas cosas que he leído en el foro del Universo Marvel me han animado a escribir unas improvisadas líneas al respecto.

Si alguien ha seguido este blog de manera habitual sabrá que siempre he sido muy crítico con Panini. Varios son los temas que se han tocado por aquí al respecto: no se puede olvidar el desierto casi absoluto que a nivel de clásico siguió al fin de las Bibliotecas Marvel ni esa aberración posterioremente saldada que fueron los lamentables Best Of Marvel, tampoco la tomadura de pelo del preciosgate o la actitud mostrada con determinados formatos para luego adoptar las misma soluciones. Sin embargo desde hace ya un tiempo las cosas han cambiado mucho, muchísimo en realidad.

Digámoslo claro: a estas alturas Panini es sin duda la mejor editorial que ha publicado Marvel en España. Sin más, le ha costado mucho, pero al final ha conseguido superar y con claridad el recuerdo de al mítica Forum. A nivel de actualidad ya lo había hecho hace años donde salvo cosas totalmente extemporáneas y casi inexplicables (pienso en el formato Ultimate) Panini se había convertido en una editorial perfecta en lo que a este ámbito se refiere. Sabias que lo que salía en USA casi seguro que iba a salir aquí de un modo u otro (en comparación con Forum ha dejado muy poco material inédito) y además había reducido la distancia con los USA a 3-4 meses. Su previsibilidad es aquí una cualidad eminentemente positiva que da confianza en la editorial y lo que va a hacer en el futuro. Una previsibilidad eso sí, que como digo, la agrupación de las distintas series Ultimate en solo tomo casi rompe.

Sin embargo ha sido en su política de clásicos donde ha dado un salto cualitativo espectacular y lo ha hecho curiosamente “copiando” formatos e ideas a la demonizada Pda durante el tiempo que tuvo los derechos de DC, y es que siendo claros también, los tochales descomunales los inicio Pda con La Muerte de Superman y el formato CES es un calco al formato Universo DC, solo que en Pânini han sido muchos más inteligentes a la hora de manejar esos formatos (que además ha mejorado en términos de calidad enormemente) eligiendo muy bien los personajes y sabiendo alternarlos para conseguir no saturar el mercado. La actual política de clásicos de Panini es casi revolucionaria, hace no tantos años durante lo que podíamos llamar la era de las Biblioteca Marvel era casi impensable sacar a color y en su tamaño correspondiente todos esos cómics, se podían sacar sagas puntuales, momentos cumbre, pero sacar (por ejemplo) todos los 4F de Lee/Kirby era impensable. Hoy en día casi esta conseguido, además de los 300 primeros números de Los Vengadores o del Capitán América que se completaran este año. Negar que el que todo este material este editado a color y a tamaño original es un hito es estar ciego o ser un necio. Claro que evidentemente todo esto ha tenido un precio y ese precio ha sido el formato popular.

Analizando el plan editorial de clásicos de Panini uno aprecia por un lado un continuismo que se agradece, por otro lado un salto hacia delante claro con multiplicación de tomos y del tamaño de los mismo (¿todo el primer DD de Miller en solo tomo?, buff), ninguno de estos tomos se puede calificar de “barato” o si lo preferimos de “popular”. Las BM y los coleccionables de quiosco permitían por un precio realmente bajo hacerte con una enorme cantidad de material, permitían que nuevos lectores, jóvenes y con menor poder adquisitivo se acercasen y disfrutasen de estos cómics. A entre 20 y 40 € el tomo es difícil pensar en ese perfil de publico entrando en Marvel, está claro que el enfoque de este material ha cambiado de target y que el mercado y el público mismo ha cambiado mucho y Panini parece haberse adaptado muy bien.

En todo caso no sería justo decir que Panini ha descuidado por completo su vertiente popular, hay tenemos el primigenio (y por desgracia olvidado) coleccionable Marvel Heroes o el Coleccionable Ultimate (que me parece otro autentico hito de la historia editorial de Marvel en España) para demostrarlo. El enfoque es muy distinto al de los coleccionables originales, pero la idea de difusión masiva y precios relativamente populares siguen ahí. La única duda es lo que llegara en el futuro (si es que llega algo) tras el fin del Coleccionable Ultimate para que este no quede como canto del cisne de la editorial al respecto de su búsqueda de un público más allá de la librerías especializadas (refugio del formato más popular de todos: la grapa) con precios populares.

En contraste a todo esto el plan semestral de ECC….a ver hay cosas muy potentes ahí, pero ECC está claro que no tiene la más mínima intención de arriesgar y a nivel de DC está claro que no va salir de Batman-Superman-JLA-Moore-Miller y todo claro, salvo cosas muy puntuales, poscrisis no vaya a ser que saquen algo que no hayan sacado ya Zinco o Pda y se monte un lío. En fin entiendo que ECC es una editorial pequeña y que DC no tiene la implantación en España que tiene Marvel pero un poco más de riesgo y de aprovechar sinergias (¿no sería buena idea sacar a color y a tamaño USA cosas de Kirby en plan Cuarto Mundo o Kamandi aprovechando la paulatina recuperación que de cómics del rey está haciendo Panini?) estaría bien. Un ejemplo seria ampliar lo que han hecho con Hellblazer a otro material. Ahí hay un plan ambicioso (que personalmente no me gusta, han dejado tirados a la gente que como yo compro Hellblazer en PDA) pero limitado al emblema de Vertigo, sello en que si veo más riesgo e iniciativa que con DC donde el conservadurismo lo invade todo

Es todo un contraste ver la envergadura y ambición del plan de Panini y compararlo con el modesto avance de ECC, tal vez esa sea la diferencia real entre ambas editoriales pero DC es una licencia grande e importante y se merece algo más de fuerza…y de paso que no mezclen colecciones, claro (¿Ciborg, en serio?).

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Daredevil: La autobiografía de Matt Murdock.

Tras más de 50 números al frente del hombre sin miedo, en la que es ya sin duda una de las etapas más longevas de su historia, Mark Waid pone punto final a su estancia en Daredevil acompañado por el habitual Chris Samnee. Este tomo de Panini recopila los Daredevil Volumen 4 USA 11-18 más el especial 15.1.

Si de algo se podía acusar la primera fase de la larga etapa de Mark Waid era de falta de trascendencia, si eran cómics bien escritos, mejor dibujados y llenos de aventuras realmente entretenidas...pero apenas dejaban poso en el personaje más allá de un buen trabajo de caracterización. Tras la llegada de Samnee a los lápices la cosa cambio rápidamente: la enfermedad de Foggy, el “regreso” de Bullseye, la consolidación de la relación con Kirsten McDuffie o sobre todo la plena asunción del fin de su identidad secreta y su consiguiente marcha a San Francisco son hitos que quedaran para siempre en la historia del personaje y que en algunos casos han dado un vuelvo casi definitivo a su status quo más clásico.

Este último tomo no hace más que profundizar en esa idea de trascendencia, primero revelando el gran villano detrás de todo lo que ha pasado desde que el personaje llegase a San Francisco, villano al que Waid transmite una dimensión trágica que lo hace más relevante. Por otro lado mostrando el papel del Búho en todo esto, personaje que también llevaba revoloteando desde el principio de este cuarto volumen. Por ultimo y más importante, dando una (enésima) vuelta de tuerca a la relación entre Murdock y Kingpin, algo que sin duda traerá consecuencias y demostrando lo que DD esta dispuesto a hacer para proteger a su gente. Waid deja claro aquí que ha sabido meterse completamente en la cabeza del personaje, algo que por ejemplo Brubaker nunca consiguió.

Con estos ingredientes y acompañado por un Samnee en estado de gracia (con un cambio temporal de traje del personaje, en uno de los diseños más arriesgados e interesantes vistos en años), Waid construye una despedida por todo lo alto en el que pone totalmente contra las cuerdas al personaje a la vez que muestra los tremendos recursos de este para salir de situaciones en apariencia irresolubles. Consigue además un final relativamente cerrado que deja las cosas fáciles a sus sucesores, dejando atrás el llamado “reto Daredevil cuando Bendis o Brubaker dejaron sus etapas sin cerrar como “regalo” (¿envenenado?) al equipo creativo posterior. Como siempre desde que Waid es el guionista de la colección, esta tiene un marcado tono superheroico que lo aleja del tono noir más tradicional en el cómic desde la etapa Miller. Este tono superheroico le sienta genial el trabajo de Samnee que se luce una vez más con el manejo de los supersentidos del personaje, en especial el sentido del radar y que coreografía un potentísimo combate con Ikari (como me gusta el diseño de este personaje).

Resulta curioso constatar como, a pesar de los aires renovadores, Waid al final ha recurrido a los principales villanos cumbre que Miller potencio en la colección: Bullseye y Kingpin, apenas si le ha quedado por profundizar en La Mano, cuya presencia tal vez estaba demasiado “quemada” tras los acontecimientos de Shadowland. Bien es cierto que el guionista de Kingdom Come ha sabido llevar ambos personajes a su terreno, y en el caso de Bullseye hacer algo completamente diferente a lo que normalmente se espera de este personaje. Todo lo cual, viene a ser una muestra de lo que ha sido esta etapa: llevar al personaje por terrenos conocidos, pero aportando un enfoque, una visión que durante muchos años estuvo casi vedada en las historias del hombre sin miedo (desde Miller apenas si podemos contar la etapa Kesel-Kelly y la pequeña historia escrita por Bob Gale ya bajo el sello de Marvel Knights). En fin, un final más que digno para una etapa que ha quedado grabada con letras de oro en la historial del personaje y que deja un reto muy complicado, pero a la vez muy bonito, a sus sucesores: el prometedor equipo formado por Charles Soule y Ron Garney.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Historia de un hombre sin miedo especial: Elektra de W. H. Blackman y Mike del Mundo.

Desde que en los fatídicos noventa D.G. Chicheter y Scott McDaniel decidieran traer de vuelta a Elektra durante las páginas de la saga de infausto recuerdo, Caída del Paraíso, tres han sido la serie regulares de las que ha “disfrutado” el personaje. Esta tercera y de momento última ha sido la más corta de las todas con tan solo once número en su haber, números recopilados en España por Panini en dos tomos de la línea 100% Marvel.

En una época en la que Elektra ha ido adquiriendo más protagonismo que nunca (desde su discutible papel en el evento Invasión Secreta, hasta su reciente paso por colecciones como Héroes de Alquiler o Thuderbolts con affair con el Punisher incluido) el que tuviera una nueva serie regular no es extraño, que la misma no haya llegado ni al año si puede llamar más la atención...a menos que se lean los cómics en cuestión, claro.

Y es que el trabajo de Blackman (Batwoman) a los guiones solo puede calificarse de rutinario y apenas si sirve para traer de vuelta a un personaje del que Mark Waid había sacado petroleo en su nuevo estatus dentro de la serie regular de Daredevil, pero que aquí vuelve a sus habituales andadas de nuevo con La Mano de por medio. No resulta en todo caso sorprendente que el trabajo de Blackman no haya servido para consolidar la serie regular de Elektra en el mercado ya que con la notable excepción de Greg Rucka (el único que intento hacer avanzar a Elektra con aquel “has tenido dos vidas y en ambas has sido una asesina, no crees que ha llegado la hora de cambiar”) ningún guionista (y los ha habido muy bueno, Peter Milligan, BM. Bendis, Robert Rodi...) ha terminado de pillar el truco al personaje que siempre ha acabado convertida en una suerte de antiheroina que quiere hacer el bien, banalizando (estereotipando más bien) al personaje creado por Frank Miller.

Así la historia que nos cuenta Blackman no ofrece nada nuevo dentro de este esquema. Elektra como asesina freelance acepta un encargo que se acaba enredando y le lleva a tener que proteger a dos personas mientras demuestra por el camino sus inmensas habilidades marciales. Ni siquiera la recuperación del olvidado Gremio de los Asesinos surgido en los X-Men noventeros de Jim Lee impide que el guionista caiga en lugares comunes como son La Mano o el enemigo final. Cabe mencionar si acaso el villano central de la primera saga (los primeros cinco números) tanto por lo escatológico de sus métodos, como (sobre todo) por su plasmación visual o la “imaginativa” manera en la que Elektra vence a una “hipervitaminda” Lady Bullseye.

Con todo, si por algo destaca este tercer volumen, si por algo merece la pena su existencia es sin duda por la labor de Mike del Mundo. Desde sus muy personales y llamativas portadas prodigio de composición, síntesis y variedad de estilos, hasta sus interiores, con clara influencia de Bill Sienkiewickz en un estilo pictórico que no pierde en ningún momento fuerza narrativa y que hacen de esta Elektra un prodigio visual y de del Mundo un dibujante a seguir allá donde vaya. El que además haya sido capaz de completar 9 de los 11 números que componen la colección (los otros dos a cargo de un Alex Sanchez que cumple pero que están muy lejos del trabajo del filipino) dan muestra de una profesionalidad y capacidad de trabajo no muy común en estos tiempos.

Lo que a grandes rasgos viene a demostrar este tercer volumen dedicado a Elektra son las tremendas dificultades que muchos guionista de gran talento encuentran para conseguir hacer brillar a un personaje que más allá de las manos de Frank Miller, no parece tener quien le escriba. Uno se pregunta si no hubiera sido mejor dejar a Elektra en ese limbo mítico de personajes cuya fuerza e influencia es mayor por su ausencia que no por su presencia, un limbo que en esto de los cómics de superheroes cada vez es menor, pero que sigue existiendo con personajes como Ben Parker, Jack Murdock, Gwen Stacy o Thomas y Martha Wayne. Un limbo en definitiva, del que, visto lo que se ha hecho con el personaje desde su regreso, Elektra nunca debió volver.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Daredevil: Pecado Original.

Séptimo tomo de la etapa de Mark Waid en Daredevil, a uno solo del final de la misma que recopila en este caso los Daredevil volumen IV 6 a 10 USA. Acompañan al guionista los habituales Javier Rodríguez (autor de los lápices de los dos primeros números) y Chris Samnee (los tres siguientes).

Aunque el evento Pecado Original ha sido uno de los más flojos de los últimos años en Marvel, su premisa (muchos de los secretos del Universo Marvel salen de repente a la luz, queriendo reflejar en cierta medida el escándalo de la NSA destapado por Edward Snowden) ha permitido a muchos guionistas ahondar en el pasado de los personajes contestado a preguntas que habían estado largo tiempo sin respuesta.

Tal es el caso de Daredevil y de los dos primeros cómics incluidos en este tomo, donde Waid afronta de manera directa una de las grandes preguntas sin respuesta del personaje: el motivo que llevo a su madre a abandonarlo siendo apenas un bebe. Aunque parezca mentira y más allá de insinuaciones aquí y allí esta pregunta no había tenido nunca hasta ahora una respuesta clara como la que se ofrece en este díptico. Waid afronta la tarea con inteligencia y misterio, jugando a la ambigüedad con respecto al papel del padre en todo el asunto a la par que, siendo como es eta etapa, ahonda en el carácter superheroico de la misma llevando a Daredevil a Wakanda donde tendrá un enfrentamiento con la nueva Pantera Negra para rescatar a su madre. La solución de la trama, plenamente satisfactoria, deja a las claras que la retrocontinuidad bien empleada es un arma excelente que permite enriquecer el background de los personajes.

La historia dibujada por Rodríguez cuenta con planchas realmente espectaculares como la del descenso en paracaídas de Daredevil en plena selva wakandesa, o el combate entre este y Pantera Negra a modo de baile entre dos magníficos guerreros. Destacan también las excelentes composiciones de página ambientadas en el pasado donde las viñetas imitan el sentido del radar del protagonista (hay que ver la de juego que ha dado esto a todos los dibujantes que han pasado por esta etapa) o se fragmentan en multitud de pequeñas viñetas en el momento de la revelación final para plasmar el caos y el impacto de la misma. Una elección narrativa elegante e inteligente.

La segunda historia del tomo ya con Samnee a los lápices (desde luego el nivel gráfico de esta etapa es espectacular ya desde sus mismos inicios) supone el regreso de El Hombre Purpura, personaje que Brian Michael Bendis transformara de apenas un chiste recurrente a psicópata violador en serie y amenaza a tener muy en cuenta. La trama ahonda precisamente en su faceta más tenebrosa cuando Zebediah Killgrave decide recuperar a los hijos que ha ido dejando abandonados a lo largo de los años con el fin de extender y prolongar su siniestro legado.

La historia juega con el terror con unos niños que cuando están todos juntos parecen extraídos de El Pueblo de los Malditos y muestran una vez el prodigio narrativo y de creación de atmósferas de Samnee, que consigue crear una sensación de miedo e indefensión difícil de transmitir en un cómic. A esto se añade además el hecho de que la monstruosidad de Killgrave lleve a Daredevil a tener que enfrentarse a unos niños (que pese a todo siguen siendo eso, niños) que son capaces de llevarle al limite y poner delante del sus peores miedos. Lo que hace que el personaje parezca encontrar la horma de su zapato poniendo en peligro la estabilidad y equilibrio (conseguido a base de pura fuerza de voluntad) que Matt había alcanzado en esta etapa. Por suerte para él, Kirsten McDuffie estará cerca para recordarle que no esta solo, dando así un paso adelante en una relación que no hace más que crecer número a número y que se esta revelando como uno de los grandes aciertos del trabajo de Waid. Etapa, la suya que al borde ya del final va a quedar como una de las más relevantes e influyentes (así como largas) de la historia del personaje.

domingo, 26 de abril de 2015

Historia de un hombre sin miedo especial: el diablo en la pequeña pantalla II. La serie.

Los principales elementos que definen la serie se puede ver casi desde los primeros planos de la misma: una fotografía naturalista, alejada de estridencias, un marcado tono dramático y realista empezando por el accidente que dotaría a Matt Murdock de sus poderes y un ambiente eminente urbano como hábitat clave del show. La serie apuesta muy pronto por mostrar las circunstancias que definen al personaje principal: su catolicismo expresado en forma de dudas sobre lo que hace y un permanente sentimiento de culpa. El contraste que supone que el que el brillante abogado “diurno” Matt Murdock, se torne en el justiciero autonombrándose juez y jurado de noche. La innegable influencia de su padre tanto en la idea de siempre levantarse sea cual sea el golpe recibido, como en el hecho de que Matt cree estar siempre decepcionándole debido a que su padre nunca quiso una vida de violencia para él, camino que sin embargo Matt ve como único posible para proteger su amada Hell's Kitchen. Todas las contradicciones que hacen tan especial al personaje en el cómic captadas a la perfección en la televisión en apenas un par de episodios.

Así la cuidada caracterización tanto de Matt como del resto de personajes sera una de las principales cualidades de la serie. Cada uno estará construido con un trasfondo y un cuidado tal que en ningún caso estaremos ante estereotipos o personajes de cartón piedra. Foggy Nelson como mejor amigo de Matt sera (al igual que en los cómics) su referente moral y ancla que tratara de impedir que vaya demasiado lejos. Papel similar que el que gozara Ben Urich, baluarte de un modo de hacer periodismo que ya no se estila, con Karen Page, tal vez uno de los personajes más cambiados con respecto a su origen en papel pero cuyo relevancia como catalizador de la trama y su crecimiento durante la serie serán especialmente significativos. Otro ejemplo es el de Wilson Fisk, cuya complejidad y matices la serie consigue trasmitir casi desde el principio. Una autentica bestia inmoral encerrada en el cuerpo de un gigante, que se cree con derecho a elegir el destino de los demás aunque para ello tenga que matarlos y que tendrá como principal punto débil su amada Vanessa, relación que la serie construye con mimo siendo uno de sus principales aciertos. Destaca también la figura de James Wesley confidente, amigo y representante de los intereses de Fisk, sus buenos modales ocultaran también a un monstruo dispuesto a lo que sea para satisfacer las necesidades de su jefe.

Más allá de los personajes, toda la serie esta construida en torno a la lucha de poder que sostienen dos hombres: Wilson Fisk y Mat Murdock, una lucha que se presenta en múltiples frentes y en la que ninguno de los dos es conocido aún por sus alias (Kingpin y Daredevil). Lo que subyace es la lucha entre un mal que cree sin embargo estar haciendo el bien, aunque para ello haya de pagarse un elevado precio en forma de vidas humanas y un bien que empieza a dudar de sus actos y que llega a creer que siguiendo el camino fácil (el camino de su enemigo), podrá encontrar la victoria. Una lucha de poder compleja y peligrosas que tiene el alma de Hell's Kitchen como premio. Y precisamente el escenario y la ambientación son otros de los puntos fuertes de la serie. Los callejones oscuros y angostos, los bares decrépitos pero con encanto, los edificios antiguos pero llenos de vida, serán el escenario en los que mueva la acción. Todo esto contrastara con el lujoso palacio de cristal en el que vive Fisk, palacio desde el que pretende cambiar no solo formalmente si no es su misma esencia Hell's Kitchen, convirtiéndola en un reflejo de su retorcido modo de ver la vida.

La serie siguiendo el patrón ya visto en Arrow (pero resuelto aquí con mucha más elegancia) se estructura en torno a flashbacks que narran aspectos del pasado de los personajes ayudando a entender y dar profundidad a su situación actual. Son flashbacks que siempre guardan relación con el episodio en curso destacando especialmente los que se centran en el pasado de Fisk, en la figura de Stick (magníficamente caracterizado también) o en la relación entre Foggy y Matt. Por otro lado su marcado tono oscuro, casi siniestro y la enorme violencia que se palpa casi en cada plano, hacen de Daredevil, como no podía ser de otra manera, una serie muy física, difícil de imaginar en un canal convencional con las restricciones que ello implicaría. Todo esto se plasma especialmente en un combates coreografiados de forma cruda pero con elegancia, donde Matt recurre tanto a las artes marciales como al boxeo y donde los golpes y las heridas tiene consecuencia reales.

Plagada de guiños y referencias al cómic en la serie vemos desfilar anticipos de lo que será La Mano, a Turk el “entrañable” matón creador por Frank Miller o al Aplastador Creel (como boxeador rival del ultimo combate de Jack “Batallador” Murdock, el padre de Matt) que enlaza la serie con Agents of S.H.I.E.L.D, donde Creel aparece ya siendo El hombre absorbente. Con resoluciones formales realmente brillantes (el plano secuencia que cierra el segundo episodio, por ejemplo) si de algo peca Daredevil tal vez sea de una cierta precipitación en el cierre que hace que todo se resuelva demasiado rápido teniendo en cuenta la complejidad de la trama que se estaba construyendo. Con todo tras su estreno la serie supo estar a la altura de las enormes expectativas creadas y ya tiene garantizada una segunda temporada que promete tanto o más que este excelente primer asalto del hombre sin miedo en la pequeña pantalla.

Historia de un hombre sin miedo especial: el diablo en la pequeña pantalla . Antecedentes y origenes.

Antecedentes.

Reforzando su condición de outsider dentro de la antigua Casa de la Ideas, Daredevil no había tenido mucha suerte en el plano audiovisual. El primer intento de llevarlo a la pequeña pantalla en los 70, compartiendo protagonismo con La Viuda Negra había quedado en nada, al igual que la serie de animación que en plena etapa Miller en el personaje resultaba tal vez demasiado oscura para los estándares de la época. Así la presencia en los mass media del personaje quedaría apenas reducida a su participación en un telefilme del Hulk de Bill Bixby y Lou Ferrigno, con un traje, por cierto, muy similar al usado por Miller y Romita Jr. en la miniserie El hombre sin miedo y que ahora ha sido recuperado en la serie de Netflix y su aparición como invitado especial en diversas series de animación, sobre todo de Spider-man.

Habría que esperar al año 2003 en los albores de esta edad de oro superheróica en pantalla grande para ver a Daredevil protagonizar un filme de alto presupuesto. Filme que aunque generaría un spin-off de infausto recuerdo (Elektra 2005) no ha quedado en la retina de los aficionados como algo a rescatar. Y eso pese a contar con muchas condiciones a su favor: correcta ambientación y tono, un traje espectacular, un reparto en principio solvente y un director fan del personaje. Aun así la película resulto un rotundo fracaso tanto a la hora de captar la esencia del personaje como a la de conseguir una obra minimamente entretenida, aspecto este que si mejora algo en la versión extendida del filme comercializada en formato domestico y que corrige alguno de los errores más flagrantes de estructura, atenuado la sensación de beat`em up que el montaje mostrado en las salas trasmitía en su climax final.

Los derechos del personaje, por entonces en manos de la Fox (producto de la desaforada venta de derechos a los que condujo la bancarrota marvelita de los 90 y de la que ahora tanto se arrepienten en Marvel Studios) habrían de pasar practicante una década en el limbo antes de que regresaran a Marvel. Tras el rotundo fracaso comercial de Elektra y el frió recibimiento de Daredevil (aunque en taquilla no fue mal del todo) la Fox pareció más interesada en sacar adelante sus proyectos con mutantes y 4 Fantásticos que no en relanzar una franquicia de potencial pero que ya había fracasado una vez, entre otras cosas por la propia ceguera de la Fox.

Así y a la altura del 2012 cumplidos 10 años sin estrenar películas del personaje Daredevil volvía a casa. Lo hacía eso si en medio de rumores que aseguraban que la Fox estaba planificando un proyecto para relanzarlo cinematograficamente. Proyecto que de la mano de Joe Carnahan, pretendía narrar una película ambientada en los años 70 y con marcado tono oscuro muy basado en las ideas de Miller. El asunto quedo en nada por falta de tiempo pese al supuesto ofrecimiento de la Fox a Marvel (dadnos a Daredevil y nosotros os damos a Galactus). Daredevil volvía al hogar y lo hacía en el mejor momento posible.

Regreso al hogar.

Muchas cosas habían cambiado en Marvel en esos 10 años que había pasado desde el estreno de Daredevil en 2003 hasta el momento que recupera sus derechos en 2012. No solo había dejado atrás la bancarrota noventera si no que se había convertido en un estudio cinematográfico de éxito tras el estreno de Iron Man en 2008 siendo además adquirida por ese coloso del entretenimiento que es Disney en el año 2009. Daredevil  regresaba a casa en el momento justo, con el cine de superhéroes más fuerte y exitoso que nunca y con la idea de universo compartido trasladada a la gran pantalla con un éxito tal que había transformado a Los Vengadores (2012) en la tercera película más taquillera de la historia. Parecía solo cuestión de tiempo que se anunciara una nueva película del hombre sin miedo producida por Marvel Studios...sin embargo las intenciones del estudio iban por otro lado.

El arrollador éxito de los superhéroes en la gran pantalla había encontrado (sigue encontrando, en realidad) también su reflejo en la pequeña pantalla donde series como Arrow contaban con un publico fiel y entregado. Marvel tras el pelotazo de Los Vengadores había lanzado su propia serie, Agents of S.H.I.E.L.D para la cadena generalista propiedad de Disney,  ABC, dejando claro el potencial del medio televisivo para expandir las fronteras de su creciente universo audiovisual. Así las cosas en el año 2013 Marvel lanzaba una noticia bomba: Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage iban a tener series propias a través del canal on-line Netflix con la idea posterior de juntarlos en un grupo llamado Los Defensores.

La noticia causo gran impacto y genero un hype tremendo, la idea tras el proyecto era obviamente distinta a la de Agents of S.H.I.E.L.D y es que Netflix, cadena detrás de series del prestigio de Orange is the new black o House of Card no era una cadena generalista como ABC, ni por lo tanto tenia sus restricciones morales en cuanto a temas de violencia o incluso sexo. Por otro lado estaríamos antes series cortas de 12-13 episodios que evitaban los mecanismos del consabido procedimental y obligaban a ir mucho más al grano, apostando por series maduras y complejas como lo eran los personajes elegidos como puntas de lanza en este desembarco televisivo.

El caso de Daredevil es tal vez en más singular de los cuatro, por un lado en un personaje con serie propia e ininterrumpida desde 1964, lo que hace que, pese a su ya mencionado carácter de outsider, Daredevil sea una de las figuras más reconocibles de Marvel después de sus primeros espadas y desde luego esta por peso e importancia muy por encima de personajes como Jessica Jones, Iron Fist o Luke Cage. Todo esto hacía presagiar que Daredevil merecía una película propia y más cuando personajes mucho más secundarios en el Universo Marvel como Pantera Negra o el Doctor Extraño la iban a tener. Sin embargo eligiendo a Daredevil como piedra de toque de la ofensiva televisiva, Marvel se aseguraba el tener un personaje importante y reconocible al frente de su nuevo proyecto lo que sin duda facilitaría la aceptación y curiosidad por las series del resto de personajes incluidos en el proyecto. A todo se unía además, que Daredevil por su peculiaridades (no se necesitan enormes efectos especiales para adaptarlo) y entorno (mucho más urbano, su trabajo como abogado...) es uno de los mejores personajes de la casa de cara a funcionar en la pequeña pantalla.

Creando expectativas.

Desde el mismo momento del anuncio del “proyecto Defensores Daredevil fue la serie que más expectativas causo lo que no hizo si no aumentar cuando Drew Goddard fue elegido como showrunner. Goddard uno de los “Buffyboys” (esto es, miembro del grupo de colaboradores de Whedon en el Buffyverso) más importantes había sido director y co-guionista de esa maravilla que es La Cabaña en el bosque, lo que unido a su curriculum televisivo hacía de su elección todo un acierto...sin embargo las cosas pronto se torcieron. En pleno relanzamiento de la franquicia Spider-man, Sony había ofrecido a Goddard la posibilidad de dirigir Los 6 Siniestros, todo un caramelo (envenenado quizá) que Goddard no dejo escarpar, lo que trajo consigo que el showrunner dejase su puesto en mitad de la producción. La situación fue bastante dura e incluso Disney amenazo a Goddard con quitarle el crédito como creador, algo que finalmente no sucedió. Lo curioso es que ahora, tras el acuerdo entre Sony y Marvel sobre Spider-man, Goddard es uno de los directores que con más fuerza suena para dirigir la nueva película del personaje.

Sea como sea, la salida de Goddard propicio la llegada de Steven S. DeKnight, otro Buffyboy y creador de esa genialidad hemoglobinica que es Spartacus, lo que hizo que al final en cierta medida todo quedara en casa. Arreglado de manera más que solvente el apartado creativo (el resto del plantel de guionista/directores estaría dominado por gente con amplia experiencia televisiva casi siempre en series del máximo prestigio) en lo que al casting respecta lo cierto es que casi nadie salio decepcionado por la elección del principales papeles. Tal vez el más cuestionado al principio, fue el del propio protagonista Charlie Cox, pero su inmenso trabajo en Boardwalk Empire no hacia más que avalar su elección, lo mismo que la elección de Vincent D'Onofrio para el papel de Wilson Fisk. Tal vez la mayor decepción vino dada por la ausencia de Elektra y eso que se especulo mucho con que finalmente cayera en manos de la explosiva Rosario Dawson quien sin embargo interpretaría a la enfermera de noche, personaje que aunque creado en los 70 alcanzaría fama durante la etapa Bendis/Malev en Daredevil. Por lo demás tanto la elección de Elden Henson como Foggy Nelson y de Deborah Ann Woll como Karen Page se antojaban desde el principio como un acierto. En conjunto estábamos ante un casting potente y equilibrado, haciendo que todo tuviera una pinta estupenda.

Conocido el casting y anunciado y concluido el rodaje en al segunda mitad del 2014, se fijo la fecha de estreno de la serie para el 10 de Abril del 2015, que como siempre en el caso de Netflix se haría lanzado la serie entera del tirón dejando a la potestad del espectador el como visualizarla. Hasta la llegada de esa esperada fecha la cadena no hizo más que aumentar las expectativas con posters, teasers y trailers a cada cual más espectacular, apoyándose además en una potente campaña en la red. haciendo subir el hype por las nubes. Un arma de doble filo que películas como Prometheus pueden acreditar. Con todo cuando llego el 10 de abril, la serie ya solo podía valerse por si misma, atrás quedaron campañas marketing, trailers, castings y demás. Ahora estaban frente a frente serie y espectador y por fin era este quien tenia la última palabra.

viernes, 20 de febrero de 2015

Martha Washington Dies de Frank Miller y Dave Gibbons.

Vivimos una época bastante interesante en lo que a recuperación de material inédito en España se refiere. Así a los esfuerzos de Panini por recuperar series mutantes de los 90 que en su momento quedaron a medias, podemos añadir la publicación por Planeta del esperadisimo Black Dossier o de Aleta con el Robocop vs Terminator. Dentro de este ámbito cabria enmarcar este Martha Wasingthon dies de Norma editorial.

Martha Washington, creada por Frank Miller y Dave Gibbons a principios de los 90 para Dark Horse en la excelente Give Me Liberty (1990), era un vehículo del pensamiento político de Miller en aquellos años y de sus dudas tanto de la “dureza” republicana como de las “buenas intenciones” de los demócratas. Se enmarcaba dentro de las colaboraciones que el creador de Elektra realizó durante esa década con autores del talento de Geoff Darrow (Hard Boiled, Big Guy and Rusty de boy robot) o Simon Bisley (Bad Boy) y contaba con un Gibbons cuya solida narrativa y estilo realista le iba como anillo al dedo a la historia que se estaba contando. El éxito de la miniserie provoco dos secuelas (también publicada en España por Norma) con el mismo equipo creativo y que bajo el titulo de Martha Washington Goes To the War (1994) y Martha Washington Saves The World (1998) seguían la trayectoria del personaje principal de Give Me Liberty con mucho menos interés y acierto.

Por el camino, en 1995, se había publicado un par de especiales, Happy Birthay, Martha Washington y Martha Washington, Stranded In Space que en España no habían llegado a ver la luz tal vez por su carácter anecdótico, tal vez porque su escaso número de páginas dificultaban su inclusión en un tomo. Cuando a la altura de 2007 se publico el especial Martha Washington Dies que venia a poner fin a la trayectoria del personaje, se especulo con la posibilidad de que por fin Norma se decidiera a publicar todo lo que había quedado inédito. Sin embargo no fue así y han tenido que pasar 8 años para ver por fin publicado este material en España. El tomo de estética idéntica a los otros tres del personaje esta excelentemente editado, con las portadas delante de cada cómic y buen papel, pero claro 15€ por 80 páginas de tebeo se antoja a todas luces excesivo.

Dejando aparte la odisea editorial que ha culminado con la publicación de este cómic y entrando en material en si mismo, resulta claro que, como decíamos más arriba tanto Happy Birthay, Martha Washington como Martha Washington, Stranded In Space son meros divertimentos tanto para Miller como para Gibbons; lo que no impide que dentro de las historias cortas que componen los especiales haya elementos de interés. Así en Stranded In Space encontramos un curioso y entretenido crossover con Big Guy el robot creado por Miller y Darrow para Big Guy and Rusty, the boy robot, en una historia que pone en contraste el luminoso y limpio mundo de Big Guy con el sucio y oscuro de Martha a la par que ahonda en su carácter sacrificial, irredento y en cierto sentido optimista. En al segunda historia del especial Miller ironiza con bastante mala leche con el polémico final de Watchmen. El que Gibbons sea el dibujante no hace si no darle más gracia al asunto.

Happy Birthay por su parte, además de contar con una breve historia sobre lo absurdo de la guerra y lo mucho en común que suelen tener los soldados, usados como carne de cañón, de ambos bandos tiene especial interés por la historia centrada en una suerte de sosias del Capitán América, que superado por los acontecimientos del oscuro y frío mundo en el que vive esta dispuesto conseguir que su ultima batalla signifique algo. La historia además sirve para dar un paso más en el crecimiento personal de Martha. Dies es otra cosa, el pensamiento político de Miller, mucho más conservador en 2007 que en 1990 a la vez que menos optimista, lo que se traduce en un guion cargado de simbolismos religiosos (siempre presentes en su obra, aquí, sin embargo mucho más obvios) dibujados por Gibbons con su habitual oficio, en los que Martha en los últimos estertores de su vida y convertida en una suerte de monja con un pequeño grupo de seguidores, observa como su mundo sigue siendo frío y cruel sin que haya podido marcar una autentica diferencia real en el mismo. Un final un tanto oscuro y negativo para un personaje que tras un excelente inicio en Give Me Liberty fue perdiendo fuerza en sus siguientes apariciones. Con todo un final que merece la pena ser leído.

domingo, 15 de febrero de 2015

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil, guerrero en la carretera.

No son muchos los one-shots que uno puede encontrar a lo largo de la vida editorial de Daredevil, sin embargo en la actual etapa, con Mark Waid al frente de los guiones ya van dos: el especial 50 aniversario y el que hoy nos ocupa, lo que viene a demostrar que si bien a nivel de ventas no esta siendo una etapa especialmente gloriosa, su prestigio le permite ampliar su influencia más allá de la serie regular.

Daredevil: Road Warrior fue originalmente concebida como una miniserie digital de cuatro relatos cortos, que cubriría el hueco entre el cierre del volumen III del personaje con la salida del mismo de Nueva York y el inicio del volumen IV con su llegada a San Francisco. Con guiones del propio Mark Waid y dibujos de Peter Krause (colaborador habitual de Waid en su proyecto independiente Irredeemable publicado en España por Norma Editorial) las diferentes partes que compusieron el experimento fueron recopiladas por Marvel en papel en un one-shot (con portada de los habituales Chris Samnee y Javier Rodríguez) que Panini ha tenido a bien incluir en el tomo Daredevil: El diablo en la bahía que recopila además los cinco primeros números de la nueva serie del personaje, serie con la que especial enlaza más claramente al ser considerado el número 0.1 del actual volumen del personaje.

El especial, que al final viene a tener una duración más o menos equivalente a lo que serian dos números de la serie regular, narra el accidentado viaje de Nueva York a San Francisco de Matt Murdock y su “más que amiga” Kirsten McDuffie y sirve tanto para poner en antecedentes a los potenciales nuevos lectores sobre el actual status del personaje y el motivo de su marcha a San Francisco, como para narrar una historia plagada de acción que se abre con un enfrentamiento con un villano tan clásico de la era premiller como olvidado después (El Toro) y que continua con la aparición de un misterioso personaje de identidad desconocida que llevara a Matt a meterse en peligrosos problemas con el Pensador Loco (enemigo clásico de Los 4 Fantásticos) de por medio. Una historia, en definitiva funcional, entretenida y sin demasiadas pretensiones.

Con todo el cómic cumple a la perfección sus objetivos, y es que aunque el dibujo de Krause esta lejos en cuanto a calidad del de Samnee, si resulta dinámico y solido, contribuyendo a que Waid configure un especial que además de servir de transición, permita al potencial nuevo lector captar el tono de su Daredevil, mucho más aventurero y superheróico de lo que había venido siendo habitual en los últimos años. Además Waid muestra los recursos del personaje y su habilidad para el pensamiento lateral consiguiendo encontrar soluciones imaginativas a situaciones complejas y de muy difícil salida, construyendo un personaje menos dado a resolver todo con los puños, en la medida en que esto es posible en un cómic de superhéroes, claro. Tal vez lo peor del especial, aunque inevitable teniendo en cuenta las intenciones del mismo, es la enésima descripción de los poderes de Daredevil y el funcionamiento de su sentido radar que en todo caso están bastante bien visualizados por Krause. Queda así configurando así un cómic interesante tanto para el lector nuevo que se acerque al mismo para catar una serie de prestigio y multipremiada, como al seguidor habitual que encontrara sensaciones muy parecidas a las que trasmite la serie regular.

domingo, 8 de febrero de 2015

Sin City 2: Una dama por la que matar.

Sin estreno previsto en España y con salida en DVD con fecha aún desconocida, Sin City 2 ha sido uno de los fracasos más sonados de critica y público del pasado año ahondando en la mala racha creativa que atraviesa Frank Miller.

Corría el año 2005 cuando tras lustros huyendo de Hollywood ante el esperpento sufrido por su guiones para Robocop 2 y 3, Frank Miller se tornaba en toda una estrella cinematográfica gracias al estreno de Sin City dirigida por Robert Rodriguez. Su estética, su extrema fidelidad al cómic, su plantel de actores, todo en general contribuyo a que Sin City se convirtiera en un éxito de critica y público y llevara a Frank Miller a convertirse en al nueva niña bonita de La Meca del cine algo que no hizo si no incrementarse tras la magnifica 300 de Zack Snyder dos años después.

A la altura de 2014 la situación de Frank Miller había cambiado radicalmente. El fracaso de The Spirit puso en duda sus habilidades como director y sus últimas obras en cómic (All Star Batman & Robin y Holy Terror) han sido en general masacradas por la critica a lo que ha contribuido la exacerbación de su (muy derechista) discurso político. En estas y en una situación que podría verse desde determinado punto de vista como un run for cover en toda regla el año recién finalizado supuso en estreno de las segundas partes de las dos películas que le lanzaron a la gloria. De 300 2 ya hemos hablado por aquí y lo mejor que se puede decir de ella es que fue recibida con indiferencia, de Sin City 2...

Todo el proceso que ha llevado a la elaboración de Sin City 2 resulta cuando menos complicado, es extraño que una película del éxito de Sin City tarde casi una década en tener secuela, es extraño todo el proceso de rumores (desde el casting, hasta el presunto distanciamiento entre en Miller y Rodrigurez) que rodeo la producción y es extraño todos los anuncios y cancelaciones de fechas de estreno...en fin que Sin City 2 ya desde su misma concepción parecía maldita, algo que su estreno no ha venido más que a confirmar.

La película, repite en general el casting de la primera parte, salvo el cambio de Clive Owen sustituido por Josh Brolin, e incorpora actores tan interesantes como Eva Green, en el papel de Ava, el prototipo de mujer fatal milleriano que en principio estaba destinado a Angelina Jolie o Joseph Gordon-Levitt que interpreta a un personaje nuevo creado expresamente para la película. La estructura también es idéntica, un breve prologo en este caso protagonizado por Marv (Mike Rourke) y tres historias que se van narrando de forma paralela. La estética por supuesto, tanto visual como sonora también es la misma que en la primera parte, si acaso aún más exagerada.

Con estos mimbres cabria esperar que, si bien era casi imposible repetir el fenómeno que fue Sin City, si al menos podíamos esta ante una película rentable y satisfactoria. Por desgracia no es así y es que varios son los problemas de los que adolece la película: el primero y más obvio, nueve años son muchos, el cine, el publico ha cambiado, la estética, muy imitada desde entonces ya no sorprende en absoluto y la frágil memoria del público ya esta en otras cosas. En segundo lugar las mejores historia de Sin City ya se habían rodado en la primera parte y para esta segunda como historia realmente potente solo quedaba la que da nombre a la película, Una dama por la que matar, que es precisamente la que mejor se sostiene gracias sobre todo a un magnifico trabajo de la magnética Eva Green (que curiosamente es casi lo único salvable también de 300 2), pero las otras dos historias....

Creadas específicamente para el filme las otras dos tramas que componen Sin City 2 son un desastre sin paliativos. Una, protagonizada por Joseph Gordon-Levitt que con todo da dignidad a su papel y que narra las vivencias de un trilero que desafía al todopoderoso senador Roark (Powers Boothe), carece de todo sentido dramático e intereses. Otra, protagonizado por Nancy Callahan (Jessica Alba) y que narra su venganza contra Roark por la muerte de Hartigan (con un pequeño papel de Bruce Willis muy en plan El sexto sentido) es, además de totalmente incoherente desde todo punto de vista cronológico y de continuidad, un despropósito que cuestiona además la supuesta invulnerabilidad de Roark. Sin City 2 se torna así en una película profundamente desequilibrada, con una historia central que si recuerda los mejores momentos de la primera parte pese a carecer de la fuerza de Ese cobarde bastardo o El largo adiós y unas historias adyacentes carentes de todo interés y que uno no sabe muy bien que pintan en la película. En definitiva una lastima que parece cerrar además la puerta a cualquier otra adaptación del cómic y quien sabe si a Frank Miller en el mundo del cine.

domingo, 18 de enero de 2015

Mis series de 2014.

Culmino el repaso de lo mejor que ha dado el 2014 en lo que a ocio se refiere con el top de las series que más me han gustado del año.


5.- Utopia: Miniserie del Channel 4 británico (los de Black Mirror), Utopía fue una de las series más desconcertantes a la par que fascinantes de 2013. Basada en la existencia de un cómic (Los Experimentos de Utopía) que encierra tras de si una compleja conspiración, su peculiar paleta de colores (saturada de claridad con especial presencia del amarillo) y su puesta en escena le daba un empaque visual diferente, lo que unido a su despiadada violencia y a su incorrección política hizo de Utopia una delas series más interesantes de ese año. Llegado 2014, la segunda temporada, de nuevo de solo 6 episodios, reinventa desde un punto de vista visual la serie (la paleta de colores es mucho más fría con predominio del azul) pero mantiene su violencia e incorrección a la vez que ahonda en la conspiración sobre la que gira toda la serie. Menos compleja que la primera (donde al final termina quedando clara la base y objetivos de la conspiración) y más centrada en los personajes, Utopia sigue siendo igual de dura y fascinante dejando con ganas de más.


4.- Boardwalk Empire: La excepcional serie de Martin Scorsese y Terence Winter alcanzaba este año su final con un esplendida y corta (solo 8 episodios) quinta temporada. El que esta no sea su mejor temporada demuestra el enorme nivel de una serie que uno no puede dejar de pensar que ha pasado algo desapercibida entre la inmensa cantidad de series de calidad actuales. Contada en tres tiempos narrativos, la quinta temporada narra a modo de flashback los pauperrimos inicios de Nucky Thompson y su paulatino ascenso al poder a la par que nos muestra como su mundo se va desmoronando. El final, excelente, deja un sabor amargo, pero permite completar una serie maravillosa que ha de figurar por méritos propios entre las grandes no solo de la HBO si no de las series en general.


3.- Juego de Tronos: Adaptando libremente gran parte del mejor libro de la saga hasta ahora (Tormenta de Espadas) no es de extrañar que esta temporada, Juego de Tronos haya brillado con especial fuerza. Desde su impactante inicio hasta su sangriento final, la serie ha sabido captar el tono e intención de Martin y aún pese a los cambios introducidos mantiene la fuerza y el interés de la propuesta original. Con un aparatare técnico de primer nivel, las complejas conspiraciones políticas del libro encuentran adecuada respuesta en una pequeña pantalla que hace ya tiempo que demuestra que puede ser grande. Queda por ver como conseguirán sacar adelante un libro más de transición como Festín de Cuervos, pero de momento esta cuarta temporada ha sido magnifica.


2.- Fargo: Captando el espíritu e intenciones de la excepcional película de los hermanos Coen, Fargo ha sido una de las series del año. La miserias humanas y los personajes tan estúpidos como extremos que nos mostraron los Coen en la gran pantalla encuentran sus reflejo en una serie trufada de grandes interpretaciones y que además sabe conectar de manera inteligente y sutil con su referente espiritual.



1.- Sons of Anarchy: La cualidad shakesperiana de Sons of Anarchy se vuelve más evidente que nunca en esta última temporada. Traiciones familiares, dobles juegos, la tragedia en definitiva, que como un destino ineludible se dibuja en el camino, alcanzara una resolución final que se antoja como la única posible, tras los acontecimientos de la anterior (y también sobresaliente) temporada. Ineludible si, pero que no por ello menos impactante. Sons of Anarchy una de las grandes olvidadas por los premios allende los mares demuestra no necesitarlos para tornarse como una de la series más interesantes e importantes de esta actual edad de oro de la ficción televisiva.

sábado, 10 de enero de 2015

Un 2014 de cine.

Potente año cinematográfico el recién concluido. Muchas y muy buenas han sido las propuestas que han llegado a la gran pantalla y aunque no he terminado viendo todo lo que quería ver si que he visto mucho. De todo ello estas son las cinco que más me han gustado.


5.- Capitán América 2: El Soldado de Inverno.- Hasta este año, practicante la totalidad de la películas marvel excepto Los Vengadores parecían más una suerte de capitulo piloto o mero entremés en espera de la llegada del plato fuerte (los ya mentados Vengadores). Películas siempre bien hechas, más o menos entretenidas pero en general escasamente ambiciosas y con muy poca personalidad y repercusiones. Capitán América 2 ha cambiado todo esto, bien hecha si, entretenida también, pero ambiciosa y con enormes repercusiones en el universo marvel cinematográfico. La película de los hermanos Russo marca un antes y un después en un universo cinemático en el que no todo deberá estar ya en función de Los Vengadores y sus secuelas.


4.- La isla mínima.- Años 80, con la democracia recién estrenada dos policías contrapuestos habrá de investiga en la marismas del Guadalquivir la desaparición de dos jóvenes en extrañas circunstancias. Con este argumento, en apariencia tan manido (mezcla de thriller y buddy movie) el director Albero Rodríguez construye una película sostenida por el excepcional trabajo de Raúl Arevalo y (sobre todo) Javier Gutierrez, en el que la podredumbre moral y casi física del entorno se extiende por una sociedad que tiene demasiados esqueletos en el armario. Tensa, dura y directa, La isla mínima es la enésima muestra del que el cine español si quiere, puede.


3.- Boyhood (Momentos de una vida).- Ya solo por lo que tiene de experiencia cinematográfica, la película de Richard Linklater merece la pena, (rodada a lo largo de 12 años, creciendo así a la par que los personajes) pero más allá de eso, la grandeza de Boyhood es que sabe trasmitir, desde su primer fotograma eso tan difícil de captar en el cine que es la vida. A la par que los distintos personajes de la película crecen, el espectador crece con ellos, siente sus alegrías y sus penas, asistiendo a una de esas obras cinematográficas que consigue que salgas con una sonrisa del cine, sitiéndote mejor, algo que en los tiempos que corren siempre es de agradecer.


2.- Perdida.- Fincher dirige con maestría y solidez, alejado cada vez más de sus antiguas pirotecnias visuales, esta despiadada sátira de nuestra sociedad que jugando con un argumento propia de telefilme de sobremesa de antena 3, consigue poner el dedo en la llaga tanto del tipo de periodismo que tenemos en nuestra sociedad (solo hay que ver las noticias de los últimos días con los telediarios cebándose en mostrar una y otra vez el asesinato a sangre fría de un policía), como de la relaciones de pareja y los mundos ficticios que en muchas ocasiones se construyen en torno a ellas. La película consigue además mantener en tensión al espectador en todo momento mientras juega con sus expectativas y cuenta con uno de los personajes más fascinantes y temibles de los últimos tiempos, Amy Dunne interpretada magistralmente por Rosamund Pike.


1.- El lobo de Wall Street.- Excesiva en todos sus aspectos, El lobo de Wall Street, al igual que Perdida en cierto sentido, nos muestra aspectos de nuestro mundo que no queremos ver, pero que están allí, a la par que señala la verdadera cara y talante de los responsables de la brutal crisis económica que todavía padecemos. Scorsese aquí se aleja sin embargo de la sobriedad de la película de Fincher y recupera su tradicional estilo nervioso y dinámico a mayor gloria de un DiCaprio que devora la pantalla. El lobo de Wall Street serie una excelente comedia, si no fuera por que lo que cuenta es demasiado real y expone a la claras el funcionamiento podrido hasta al médula del sistema que rige nuestra vidas. Sin embargo tiene el inmenso acierto (al contrario de lo que pasa con otras películas de Scorsese, pienso en Infiltrados) de no juzgar, se limita a enseñar un mundo de opulencia y podredumbre y deja que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones.

sábado, 3 de enero de 2015

“Mis comis” de 2014.

Un año más voy con mis preferencias de las novedades del año. Este 2014 ha sido muy interesante tanto en novedades como en reediciones y todo apunta a que el 2015 seguirá el mismo camino. Como el año pasado, este haré solo el top cinco en lugar del antaño habitual top diez.


5.- Locke & Key de Joe Hill y Gabriel Rodríguez (Panini/IdwPublishing): La historia de fantasía y horror que ha tanto ha dado que hablar y tantos premios ha obtenido llegaba a mediados de año a su gran final. Un final a la altura de una historia disfrutable a muchos niveles (misterio, horror, relaciones familiares, legados malditos, mentiras y secretos...) y donde la evolución gráfica de Rodríguez ha sido espectacular. El panorama del cómic mainstream americano ha cambiado mucho en los últimos años y Locke & Key se ha convertido en uno de los emblemas de un cambio que muestra que hay mucho más que superhéroes en el cómic comercial de allende los mares.


4.- Fear Agent de Rick Remender, Tony Moore y Jerome Opeña. (Norma/Image Comics): Dentro del cambio en el mainstream americano al que nos referíamos antes, Image Comics se ha convertido en la cabeza más visible del mismo. Este Fear Agent es un claro ejemplo de ello, el cómic nos narra las andanzas de Health Huston un alcohólico, malencarado y depresivo exterminador de plagas especiales que con un oscuro pasado que le atormenta ve ahora la oportunidad de arreglar los errores del mismo. Tomando elementos clásicos de la ciencia ficción (invasiones especiales, viajes en el tiempo, variopintas razas extraterrestres...), Remender, Moore y Opeña trazan un relato, divertido y triste por momentos, con un personaje carismático y una historia que no por clásica resulta menos interesante.


3.- Battling Boy de Paul Pope y Hillary Sycamore (Random House/DeFirst Second): En un mundo asediado por terrible monstruos que acaba de perder a su mayor héroe, Battling Boy hijo de los dioses aparece como salvador y esperanza de un mañana mejor. El que Battilng Boy sea apenas un adolescente, que no sabe realmente lo que esta haciendo y que haya acabado en ese mundo contra sus deseos, siguiendo las ordenes de su padre para pasar un peculiar rito de transición hacia la edad adulta, es mejor que no lo sepan sus nuevos protegidos, y menos aún sus enemigos. Paul Pope uno de los mayores talentos del cómic americano de los últimos años traza un relato que pretende recuperar la esencia de una forma de hacer cómics de superhéroes que parece olvidada por Marvel y DC. Cómics dirigidos a los adolescentes que llenan las salas de cine pero que hace tiempo que dejaron atrás a unos personajes creados hace más de 50 años a los que han sustituido, en el mejor de los casos por el manga. Pope apela a esos lectores imitando en forma (y en menor medida en fondo) esa estética y lo hace con una historia rebosante de imaginación que se disfruta de principio a fin y que deja con ganas de más.


2.- The League of Extraordinay Gentlemen: Black Dossier de Alan Moore y Kevin O´Neill (Planeta/Wilsdstorm-DC Comics): Inédito en estos lares por problemas de derechos, este volumen que supone un transición entre el volumen II (todavía mucho más aventurero y de tono más clásico) y el III (mucho más desenfrenado y experimental) se trata de un extraordinaria cómic en el que Moore y O´Neill tratan de unificar toda la ficción universal en un mismo mundo a la vez que presentan al magnifico Orlando y ahondan en el pasado de la liga y sus predecesores. Cargado de mala leche y con el mejor O´Neill hasta la fecha, Black Dossier era desde sus anuncio una de las novedades del año y desde luego no ha defraudado.


1.- Robocop vs Terminator de Frank Miller y Walter Simonson (Aleta/Dark Horse Comics): Juntar a dos autores míticos en uno de los mejores momentos de sus carreras con dos iconos cinematográficos en un tiempo donde estaban muy en boga parecía sin duda una muy buena idea, y los resultados de esta miniserie así lo demostró. Todo esto no ha impedido que el cómic haya estado inédito durante más de 20 años en España. Aleta ha terminado este año por fin con una situación realmente incomprensible y lo ha hecho con una edición más que digna para un material que no necesita lujos innecesarios, solo ganas de pasar un buen rato con dos grandes autores a los que se le nota que lo pasaron muy bien con este cómic.