domingo, 12 de enero de 2020

“Mis Comis” de 2019.

Cerramos los tops del año pasado con el quizá más importante de todos, el de cómics. Desde hace dos/tres años estando como estoy envuelto en la recuperación de material clásico de Marvel, mis compras de cosas actuales se han reducido un poco, lo que ha hecho que este año no haya habido tantas novedades como otros que me hayan llamado la atención, lo cual no ha impedido que un puñado de cómics se cayeran finalmente en un top cinco más mainstream que nunca.



5.- God Country de Donny Cates y Geoff Shaw. (Panini/Image): Emmett Quinlan un anciano atacado por el alzheimer, enfermedad que poco a poco esa alienando a su familia, ve como con la posesión de una misteriosa espada viva (la encarnación misma de todas las espadas) y con personalidad propia sus males desaparecen. La espada claro es codiciada por seres muy poderosos y su posesión traerá consigo más de un quebradero de cabeza. El cómic que lanzo al estrellato a su guionista y que más allá de actitudes, frases y conceptos “molones”, tiene su corazón en conceptos como lealtad, legado, familia (para lo bueno y lo malo) y honor. El dibujo de Shaw potencia el conjunto para un cómic que es una autentica gozada de leer.



4.- Saga de Brian K. Vaughan y Fionna Staples. (Planeta/Image): Saga es una colección que ha mantenido un nivel ta alto, durante tanto tiempo que al igual que sucedió con Walking Dead durante tanto tiempo, parece que ya estamos acostumbrados, que no tiene sentido seguir hablando de lo buena que es. Sin embargo sigue siendo una colección tremendamente valiente, con un gran dibujo (si Staples dibujara fondos ya sería la hostia) y en la que en cada número pasan cosas que no te esperas. Y es que justo ahora que los autores han decidido tomase un respiro de un año, el final de este tomo 9, en realidad todo lo que sucede en el, es más impactante y demoledor que nunca, un cambio brutal en el estatus de la colección cuyas repercusiones tardaremos por desgracia en ver.



3.- Mis héroes siempre han sido yonkis de Ed Brubaker y Sean Philips. (Panini/Image): A estas alturas de la película decir que el dúo Brubaker/Philips es sinónimo de calidad es como decir que el cielo es azul, es algo demasiado evidente como para que tener que decirlo, sin embargo en esta pequeña novela gráfica ambientada en el mundo de Criminal lo han vuelto a hacer. Una historia una vez de genero negro puro, con una cruel vuelta de tuerca al concepto de mujer fatal, donde el crimen, las lealtad (entendida de manera muy torticera), las mentiras y la nostalgia se dan de la mano en una obra en la que Philips esta especialmente afortunado, ayudado por un color (de su hijo Jacob Phillips) que lleva la historia por otros caminos muy diferentes de los habituales.



2.- Green Lantern de Grant Morrison y Liam Sharp (ECC/DC): Aprovechando la grapa en toda su gloria y con un concepto que meza lo superheróico con la ciencia ficción más loca al estilo 2000 A.D, Morrison y Sharp hacen tabula rasa con el personaje y sin negar nada de lo anterior empiezan casi desde cero con historias muchas veces autoconclusivas, otras de dos episodios en la que que Hal Jordan es más policía que nunca , mientras se retoman y actualizan conceptos de la Edad de Oro, se tira mucho del multiverso morrisoniano y se apuesta sin miedo por la ciencia ficción tan en el scope del personaje. El dibujo de Sharp, aunque algo confuso en ocasiones, funciona genial con su toque oscuro, grotesco a veces para la grapa que, esta si, esta concebida claramente para ser disfrutada mes a mes.



1.- Potencias de X/Dinastía de X de Jonathan Hickman, Pepe Larraz y R.B. Silva. (Panini/Marvel): Aunque sería injusto decir que desde Grant Morrison no ha habido buenos cómics mutantes (los ha habido y muchos) lo que si es cierto que una revolución de esa escala, ambición y calado si que no la han conocido los mutantes desde entonces. Tras años de arrastrase por el fango (al menos desde mediados de la etapa Bendis) y habiendo perdido el incuestionable liderazgo no ya de Marvel, si no de todo el cómic de superhéroes, los mutantes han encontrado un guionista no sólo que les entiende a la perfección si no que además no tiene miedo en llevarles allá donde nunca han ido antes. Aún inconclusa en España, las sensaciones producidas por este cómic, el devorar cada grapa como si no hubiera mañana y esperar la siguiente con desespero es algo que, independientemente de como acabe hace que este relanzamiento (este si de verdad), ya merezca la pena. Y es que Hickman, tras revolucionar los 4F y los Vengadores va ahora por los mutantes y es innegable que, de momento al menos, lo esta consiguiendo también. In Hickman we trust.

lunes, 6 de enero de 2020

2019: Un año de cine.

Un año más toca hacer balance de lo que ha supuesto para mí el año cinematográfico. Con multitud de películas interesantes y con la dificultad de hacer un top cinco, que en este caso esta representado como siempre por la fotos que adornan el post de la quinta a la primera peli del año.


Empezó el 2019 realmente interesante con dos películas muy diferentes entre si pero de enorme calidad ambas. Por un lado tenemos Glass donde Shyamalan completo su (muy sui generis) trilogía empezada con El Protegido y continuada por Múltiple. Una película donde el director del Sexto Sentido reflexiono sobre el superhéroe en un tiempo mucho más propicio para ello aunque sin la profundidad y la fuerza de El Protegido. La segunda película es El vicio del poder, donde Adam McKay profundiza en el discurso de La gran apuesta y muestra como el abuso de poder se torna en la clave que hizo del mundo un lugar mucho peor tras el 11S.

Green Book, triunfadora en los Oscar y gran “feel god movie” del año y primera película en solitario de Peter Farrelly es, pese a todos los prejuicios que se le asocian una divertida, tierna y con momentos realmente oscuros película, donde destacan las interpretaciones de Mahershala Ali y sobre todo de un magnifico Viggo Mortensen. Potentes interpretaciones tenemos también en La Favorita de Yorgos Lanthimos donde el trío protagonista (Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz) construye un triangulo, de poder, dominación, celos y deseo que hacen de la película un intenso tour de force interpretativo.


Pasando del terror a la ciencia ficción más loca, Feliz día de tu muerte 2 donde repite Christopher Landon y sabe reinventar el concepto sin resultar cansino, dándole un giro diferente y sin perder un ápice de entretenimiento. Como también entretenida y con imágenes de gran potencia visual tenemos en Alita de Robert Rodríguez, tal vez la primera película del año con clara vocación de blockbuster que sin llegar a serlo si consigue construir un filme lo suficientemente potente como para querer ver más de este mundo.

Entrando ya en el terreno del blockbuster conviene hablar como no de los superhéroes con varias (y muy distintas) películas estrenadas este año. Empezando con la muy decepcionante Capitana Marvel, donde unos buenos Brie Larssom y Samuel L. Jackson hacen lo que pueden para levantar una película meramente funcional en la que Anna Boden y Ryan Fleck no consiguen superar un guion realmente mediocre. Siguiendo con Marvel el estreno del año (no en vano ha sido la película más taquillera de la historia) ha sido sin duda Vengadores: End Game, un filme de los hermanos Russo que tras una primera hora realmente interesante, cae pronto en la autocomplacencia, el autohomenaje con una estructura demasiado similar a Infinity War resultando al final demasiado convencional, más de lo mismo, siendo por momentos indistinguible de otras pelis del MCU. No mucho mejor (aunque si superior a su horrible primera parte) resulto Spiderman, lejos de casa, donde Jon Watts vuelve a firmar un trabajo formulaico e impersonal y donde por lo menos se agradece el giro de guion final que deja abiertas puertas interesantes.


Fuera del MCU aunque también de Marvel, tenemos la que bien podría ser la coda de Fox con los X-Men, con X-Men: Fénix Oscura, dirigida por el productor Simon Kinberg la película tiene innegables aciertos en términos de tratamiento de Fenix y cuenta con un inicio realmente potente, pero pronto cae en la mediocridad de las últimas producciones mutantes de Fox, resultando reiterativa y no consiguiendo remontar el vuelo. Warner por su parte, sigue sin tener muy claro que hacer con el UDC en el cine, pero eso no ha impedido que este año haya estrenado dos películas tremendamente diferentes entre si. Por un lado ¡Shazam! de David F. Sandberg, donde un magnifico Zachary Levi consigue dotar de gran humanidad, desparpajo e inocencia a un personaje que sin ser un icono, si es tremendamente popular en los USA. Una película muy dinámica y entretenida aunque con un final demasiado convencional y poco estimulante. Por otro lado tenemos a Joker de Todd Philips, donde Joaquin Phoenix en casi un one man show realiza una de las interpretaciones del año, en una película polémica y con muchas aristas, pero tremendamente efectiva en aquello que desea contar.

Pero no solo de cómics viven los blockbuster, y así hemos tenido desde una magnifica Toy Story 4 dirigida por Josh Cooley, que consigue mantener el excelente nivel de la saga pero que tiene en su contra el ser la única película que a no ha mejorado a su predecesora. A finales de año hemos tenido el estreno de Star Wars: El ascenso de Skywalker con el regreso de J. J. Abrams a una saga que al final ha terminado por ser tremendamente decepcionante, sobre todo al constatar que la nueva trilogía estaba lejos de estar bien planificada y que la improvisación y cierto aire de chapuza a terminado rodeando el proyecto. También con vocación de taquillazo aunque no lo obtuviera tenemos la muy entretenida Godzilla: Rey de los monstruos de Michael Dougherty, una película honesta que da aquello que promete al espectador y que resulta tremendamente impactante y espectacular.

No se si a estas alturas se puede considerar la saga de John Wick una rompetaquillas, pero lo cierto es que cada una de sus entregas ha ido creciendo en presupuesto, duración y recaudación, la tercera parte Parabellum dirigida una vez más por Chad Stahelski no es una excepción, para una franquicia que esta complicando demasiado su mitología y haciendo de su personaje central casi un superhéroe imposible de vencer. Terminando con los superhéroes/adaptaciones del cómic no se debe olvidar el Hellboy de Neil Marshall que obviando la versión mutilada que llegó a España, resulta una película desenfadadamente gore, sin ningún complejo ni vergüenza y por ello muy divertida, pero que carece del carisma e interés de las pelis de Del Toro.

No siendo yo especialmente fan del terror, este año sin embargo han caído varias de ese genero, entre ellas tenemos dos adaptaciones de Stephen King, primero la muy decepcionante It 2 donde Andy Muschietti no es capaz de escapar de los tropos de la primera, resultando casi un remake “adulto” de aquella, con un concepto más de aventura que de terror, y la muy apreciable Doctor Sueño de un Mike Flanagan que no tiene miedo de tomar como referente El Resplandor de Kubrick para elaborar su propia película, con su propio discurso adaptado al siglo XXI. La atmosférica Midsommar del muy discutido Ari Aster, esta llena de puntos de interés, pero no es desde luego el tipo de peli con la que yo disfruto, así que puedo decir más que la sufí que no que la vi. No paso lo mismo con la muy estimulante Nosotros de Jordan Peele que con un potente discurso detrás no se olvida de los mecanismos que hacen funcionar el terror con una implacable y cruel persecución de una familia sin aparente escapatoria.

Entrenado en el cine español, tres han sido las películas que he visto este año y las tres están entre lo mejor del 2019, abrimos con Feedback con el debut de Pedro C. Alonso, una peli de tremenda actualidad en plena era de las imágenes, del culto al famoso y del me too. Una película con un mensaje de hondo calado moral, pero que también sostiene una brutal tensión a lo largo de su muy ajustado metraje. Como también tenemos tensión en Quien a hierro mata de Paco Plaza que aunque fuera del fantástico consigue un tono que le acerca a este en una película de venganza y consecuencias con un magnético Luis Tosar en la que la tensión se puede cortar con un cuchillo hasta que estalla en su brutal final. No menos genial aunque en un tono muy distinto es Dolor y gloria donde Pedro Almodovar reflexiona sobre la creación y el precio a pagar que supone todo acto artístico, aquí tenemos también una de las interpretaciones del año con un gran Antonio Banderas.

Hablando de interpretaciones y entrando ya en el cine estrenado directamente en casa (fundamentalmente en Netflix) si por algo destaca Historia de un matrimonio de Noah Baumbach es por el trabajo actoral de Adam Driver y Scarlett Johansson (con una también magnifica Laura Dern), que ponen todo su talento al servicio de una película un tanto desequilibrada pero no por ello carente de interés. También de Netflix, aunque en un registro más de TV Movie tenemos El Camino donde Vince Gilligan realiza un regalo (tal vez innecesario) a los fans de Breaking Bad con una despedida final de Jesse Pickman que, como personaje, tal vez si mereciera algo así. También de Netflix es la interesante y gamberra Velvet Buzzsaw donde el director de Nightcrawler, Dan Gilroy realiza un cruel análisis del mundo del arte, como maldición y fuerza destructiva de sus participantes. Muy menor en comparación resulto ser Polar de Jonas Åkerlund donde Mads Mikkelsen apenas consigue ser un John Wick de hacendado en una película, excesiva, lo que podría ser una buena señal, pero que al final resulta vacua y sin sentido. Cerramos Netflix, sin embargo con una de los filmes del año, El Irlandes, donde un Martin Scorsese en plena forma sigue ahondando en el mundo de la mafia, sus miserias, sus traiciones, el arrepentimiento y el significado de la amistad en ese mundo. Dirigida con pulso maestro, ni su duración ni su estreno fuera del ámbito cinematográfico (salvo una pocas salas) perjudican una obra crepuscular y llena de aciertos. Queda por señalar en este ámbito el díptico de Andrea Sorrentino, Silvio y los otros, estrenada en su montaje original en España por Movistar +. Si alguien esperaba un biopic al uso Silvio de Berlusconi se va a sentir muy decepcionado con una peli que va por otro camino, centrándose más en el componente estético (casi kistch) que rodean al mundo del exprimer ministro italiano, sus fiestas y sus mundo de exceso, bellas mujeres y negocios. Una película que si tiene algo de estudio moral del personaje y de la sociedad que le llevo al poder, pero que resulta por momentos demasiado frívola y no termina de completar el análisis de una figura si, compleja, pero no inaprensible.

Quedan todavía una pocas películas por reseñar, pero entre ellas están alguna de las mejores del año. Empezamos por Mula del Clint Eastwood, un filme que ahonda en el paso del tiempo, la vejez las oportunidades perdidas, las decepciones y la familia. Con un innegable tono melancólico Eastwood construye uno de sus mejores filmes de los últimos años alejándose del estudio del héroe americano que ha marcado sus últimos trabajos. No tan estimulante, pero con múltiples puntos de interés es el Yesterday de Danny Boyle que imaginando un mundo sin los Beatles termina haciendo un filme sobre el impacto de la cultura popular, el precio del éxito y las claves de la felicidad personal, en otra “feel god movie” al estilo de Green Book pero sin el interés de aquella.

Quedan para cerrar cuatro películas, abrimos con Ad Astra donde James Gray partiendo de una apócrifa adaptación de El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad realiza una inteligente reflexión sobre los traumas, la perdida, el amor y la paternidad. Con imágenes realmente potentes, tal vez sea el mayor espectáculo visual del año con un maravilloso Brad Pitt al frente de todo. También Brad Pitt (aquí junto con un gran Leonardo Di Caprio) realizara un portentoso trabajo en la fabula de Quentin Tarantino, Erase una vez en… Hollywood, una película que homenajea una época y que juega a imaginar lo que pudo, lo que debió haber sido, frente a la oscuridad de lo que realmente fue. Espinosa (por ser suaves) desde un punto de vista ideológico, y con problemas de montaje evidentes, la película, solo por la luz y brillantez que consigue cada vez que Margot Robbie/Sharon Tate sale en pantalla ya merecía la pena, pero es que es más, mucho más.

Tremendamente divertida, desenfadada, con interpretaciones magnificas, con un guion gamberro e inteligente a partes iguales y con alguno de los personajes del año (esa Ana de Armas como Marta Cabrera…) la película de Rian Johnson, Puñales por la espalda es de lo que más he disfrutado en cine este año, un whodunit de manual, con giros y contragiros que consiguen tenerte pegado a la pantalla en sus más de dos horas de duración. Cerramos con Parásitos de Bong Joon-ho una película especialmente brillante en su transición de la comedia más desenfadada al terror más escalofriante y que es un torpedo en plena línea de flotación del capitalismo, sus miserias y sus brutales desequilibrios.

Capitulo aparte merece Matrix de las hermanas Wachowski, un filme que de no ser un reestreno sería, con diferencia, la película del año, y es que en pleno 2019 sigue conservando intactas su impacto visual, su trasfondo filosófico y su capacidad para asombrar. Toda una gozada poder volver a verla en pantalla grande.

sábado, 4 de enero de 2020

Mis series de 2019

Como viene siendo habitual, acabado el año toca hacer balance de lo mejor que ha dado a nivel de ocio en las tres principales facetas que ocupan mi tiempo a este respecto: cine, cómics y lo que hoy toca series de TV. A este respecto el año ha sido muy intenso, con una recta final realmente potente y muchas miniseries de gran nivel. La selección no ha sido fácil y más eligiendo sólo cinco, pero al final la cosa ha quedado así:


5.- Sex Education: Estrenado a principios de años por Netflix, la serie destaca por sus magníficos personajes, su humor inteligente y las relaciones que se construyen con el sexo siempre como elemento de fondo, y a veces como obsesión para una panda de adolescentes que se van abriendo paso en la vida, mientras descubren que los adultos están lejos de tener las cosas bajo control. Tierna y tremendamente divertida, espero con ganas la segunda temporada que llega ya este mismo mes de Enero.


4.- Watchmen: Intentar continuar una obra maestra incontestable y con un aura tan especial con el Watchmen de Moore y Gibbons parecía una locura e incluso tenía un punto de herejía, sin embargo que HBO y Damon Lindelof estuvieran detrás otorgaba un margen de confianza que al final se ha demostrado lógico. Tremendamente respetuoso con el original, sabe tanto continuar lo planteado por Moore y Gibbons con coherencia y sentido como construir su camino contando su propia historia. Una pequeña gran sorpresa que no creo que deba tener 2ª temporada al haber quedado perfecta tal y como esta.


3.- Chernóbil: Una de las grandes sorpresas del año que ni siquiera HBO esperaba, Chernóbil se convirtió en un autentico fenómeno al poco de acabar la esperada (y decepcionante) temporada final de Juego de Tronos. Con un tono marcadamente documentalista, la miniserie narra con crudeza el brutal desastre de Chernóbil, sus causas (con un brillante episodio final), sus consecuencias y los desesperados intentos por contenerlo. Con episodios de terror puro y con un toque humano que no cae en el sentimentalismo barato, su visionado deja un escalofrío en el cuerpo del que no es fácil librarse.


2.- Fleabag: Dramedia que podemos encontrar en Amazon Prime y que cuenta con un guion tan excepcional en estructura y desarrollo que por momentos parece increíble que se haya podido escribir algo tan bueno. Phoebe Waller-Bridge, guionista, alma mater y protagonista de la serie, da un cierre perfecto con una segunda temporada brillante, en la que las rupturas de la cuarta pared, el sentimiento de culpa, el amor (y el sexo) o la lealtad forman el núcleo central de una serie que es un autentico diamante que brilla de forma cegadora.


1.- The Boys: De nuevo en Amazon Prime, encontramos lo que para mi es la serie del año. Tremendamente superior al cómic del que parte, la serie al igual que este parte de la idea de la existencia de superhéroes corporativos que, al servicio de una gran multinacional, están muy lejos de ser los héroes que aparentan ser. Enfrente encontramos a Los Chicos, un grupo que por diferentes motivos odian a los superhéroes y están dispuestos a todo para acabar con ellos. Tremendamente violenta (escatológica por momentos), los secretos, las mentiras y la oscuridad que envuelve la serie esta tremendamente conseguida, mientras que vamos descubriendo que nada es lo que realmente parece.