¿Qué les das Lobezno? Dos series regulares miembro de los X-Men y de Los Vengadores (incluso llego a ser miembro de unos extraños 4 Fantásticos), apariciones múltiples en prácticamente todo el Universo Marvel...Casi como si de una cerveza San Miguel se tratarse, donde va triunfa, pero ¿qué se esconde detrás del éxito de Lobezno?
Peliaguda cuestión, la planteada en la introducción, que enlazaría con una reflexión que desde luego supera los limites de lo que pretende este post, como es el caso de, ¿qué es lo que convierte un personaje en un éxito, en un icono reconocido mundialmente?. Tal vez las claves para encontrar explicación al éxito de
Lobezno deban buscarse en sus mismos orígenes, claro que dudo mucho que cuando
Len Wein introdujo al personaje en
Hulk 180-181 USA (Octubre-Noviembre de 1974), pensará siquiera en el éxito que el personaje iba a alcanzar, es más ni siquiera su inclusión en la pronto exitosa
Nueva Patrulla X garantizaba nada y es que
Claremont y Cokrum, parecían más interesados en el desarrollo de otros personajes como
Rondador Nocturno, Coloso o Tormenta, quedando
Lobi relegado a un secundario bocazas y desagradable. No, desde luego las raíces del éxito del canadiense de las garras y el esqueleto de adamantium, se deben buscar en otra parte, y esa parte tiene nombre y apellidos:
John Byrne, el autor canadiense de origen británico tal vez
“solidarizado” con su compatriota
Lobezno, tal vez por
“hacer suyo” a alguno de los personajes de la serie, tal vez por ambas cosas, convirtió a
Logan (nombre que conoceríamos durante su etapa con un lacónico
“nunca nos dijiste que te llamabas Logan”, “nunca preguntasteis”) en una autentica estrella. En el recuerdo de todo buen aficionado a los mutantes todavía permanece la mítica escena en las alcantarillas del
Club del Fuego Infernal, su sangre fría respecto a los guardianes en la
Tierra Salvaje (a los que no duda ni un momento en matar sin más) o la fuerza y carisma que transmitía en cada página dibujada por
Byrne.
Es en esta etapa donde empezamos a ver alguno de los principales elementos que más tarde le harían triunfar. Una personalidad fuerte y arrolladora, que no duda no solo en cuestionar las ordenes del sempiterno líder
Cíclope, si no que incluso en ir más allá y tratar de arrebatarle su también sempiterna novia. Un pasado oscuro y tormentoso que le lleva a conocer a medio
Universo Marvel y a haber formado parte de la génesis del súper grupo canadiense
Alpha Fligth. Un lado oscuro y un
“desapasionamiento” ante la muerte más propio del
Punisher que de un superhéroe de tomo y lomo, miembro además de uno de los más emblemáticos grupos de Marvel. Sin embargo y pese a todo esto aun quedaban una serie de puntos para configurar definitivamente al
Lobezno que todos conocemos (y algunos) amamos y esos puntos no llegarían de manos de
Byrne si no de su compañero de fatigas
Chris Claremont. Y es que si en algo tuvo éxito el bueno de
John fue en convencer a
Chris del infinito potencial que un personaje como
Lobezno albergaba. Aun así lo cierto es que la visión que ambos tenían del mismo eran bastante distinta, casi diametralmente distinta. Mientras que
Byrne veía a
Lobi, como una especia de animal que no duda en matar no solo cuando ha de hacerlo (es entonces cuando
Logan pasa a ser
“el mejor en lo que hago”), si no incluso cuando meramente es molestado. Así, según cuenta
Claremont, Byrne imaginaba al personaje desayunando tranquilamente cuando tras ser molestado por la algarabía de
Kitty Pryde la destripaba si más y continuaba desayunando.
Claremont por su lado veía que
Lobezno era ante todo un hombre en continua lucha con su lado animal, al que muchas veces en el pasado no había podido dominar. Un ser honorable, que aunque no dudara ni un minuto en
“hacer lo que se debe hacer”, trataba siempre de buscar una salida más allá de la violencia sin sentido. Como
Byrne se fue y
Claremont se quedo, sería su visión la que predominaría y terminaría de configurar al personaje.
Y esto caracterización casi definitiva del personaje llego a través de una obras maestra en su género,
Lobezno: Honor. Con un
Claremont en estado de gracia y un
Miller rozando la perfección,
Lobezno: Honor se convirtió en una perfecta definición de quien era
Lobezno. Un
Lobezno para el que el honor estaba por encima de todo incluso de su propia vida. Un
Lobezno que sufre una autentica agonía solo para salir triunfante: el hombre ha vencido al animal. Se sientan así las bases de la futura colección regular además de alguno de los principales elementos que configuraran muchas historias de
Lobi. Pero sobre todo se sientan las bases de lo que sera el carácter y la esencia misma del personaje,
Con todos estos mimbres estaba claro que
Lobezno había trascendido el éxito de la
Patrulla X. Que
llegase una colección regular del personaje en solitario era solo cuestión de tiempo y así tras un serial en
Marvel Comics Presents a la altura de 1988 a cargo del propio
Chris Claremont y del mítico
John Buscema, tal cosa se produjo en noviembre de ese mismo año cuando salió a la calle el número uno de
Wolverine, a cuyo frente estaba el mismo equipo responsable del serial antes mencionado.
Claremont consciente del poco aprecio de
Buscema por los superhéroes y queriendo marcar claramente las diferencias con respecto a lo que estaba haciendo en
La Patrulla X, decidió escribir historias en las que situaba a
Lobi en el paradisíaco (a la vez que imaginario y corrupto) escenario de
Madripur, donde adoptaría la identidad de
Parche y donde viviría historias de todo tipo. Incluso se ahondaría en su extraño y confuso pasado. Un pasado que el propio personaje era incapaz de recordar y del que el lector solo tenía retazos, esto unido a que gracias a su factor de curación,
Logan podía haber vivido cientos de años, fueron alguna de las claves del éxito del personaje. Sin embargo y pese a esto lo cierto es que
Claremont tal vez desbordado por el trabajo no supo estar a la altura, y pronto tras unas breves etapas de
Peter David y el dúo
Godwing/Byrne, se produciría la llegada de
Larry Hama el cual regiría los destinos del personaje con bastante acierto durante muchos años acompañado de dibujantes de la talla de
Marc Silvestri o Adam Kubert.
Mientras todo esto sucedía y a la altura de 1991 se ponía en marcha un proyecto que al igual que
Lobezno: Honor pronto se convertiría en canónico para el personaje. El proyecto
Arma X, el autor
Barry Windsor Smith, el concepto, el verdadero origen de
Lobezno. Cuando se le introdujo el
adamantiun en su esqueleto, las torturas psicológicas y físicas que sufrió, conspiraciones y programas gubernamentales ultrasecretos etc. El resultado, años de historias y conceptos no solo para
Lobezno si no para el
Universo Marvel y es que A
rma X surgida al igual que la propia serie de
Lobezno de las modestas páginas de
Marvel Comics Presents, se convirtió en una obra fundamental tanto para su autor, al que consagro definitivamente como un maestro en esto del arte secuencial, como para el propio personaje ya que se convirtió en uno de los ejes fundamentales en torno a los cuales giraron tramas y subtramas durante años y años.
En estas y con el personaje convirtiéndose poco a poco en el segundo gran personaje Marvel en importancia (solo superado por
Spiderman), entramos de lleno en los 90...Los 90 años de personajes oscuros con los dientes apretados y pasados siniestros que no dudan en utilizar la violencia extrema como método para solucionar cualquier leve problema. Los 90 años en los que personajes de éxito ganaron un poder nuevo hasta entonces casi desconocido: el don de la ubicuidad. Un mismo personaje podía aparecer en un mismo mes en más de 10 series sin inmutarse. Estos y otros males afectaron y mucho a
Lobezno, ¿porque? Para empezar el que empezaran a pulular multitud de
“personajes oscuros con los dientes apretados y pasados siniestros” no hacía si no restar originalidad a
Lobezno y es que gran parte de su fuerza residía en que el era
“el mejor en lo que hacía”, el era el personaje oscuro y torturado con un lado animal difícil de controlar y un pasado del que no conseguía recordar más que apenas unos leves retazos que le torturaban sin parar. Si ahora estos personajes se multiplicaban cual moho en un queso caducado, ¿dónde dejaba esto a
Lobezno?, perdida su originalidad, ¿qué le quedaba como personaje?. Del segundo gran mal
Lobi fue uno de los principales damnificados, y es que junto con
Spiderman, Punisher y el Motorista Fantasma, se convirtió en cuasi omnipresente durante los 90. No había serie por la que no pasara como personaje invitado, no había grupo al que no perteneciera, no había personaje Marvel al que no conociera.
Lobezno se empezó a volver repetitivo, y detalles como la exageración de sus poderes hasta limites insospechados, regenerándose tras heridas inconcebibles, que le hacían parecer casi todopoderoso o trucos sacados de la manga, como cuando
Magneto le quito el cubrimiento de
adamantiun a su esqueleto, y resulto que claro, tenía garras de hueso, algo que contradecía muchas historias de su pasado, no hacían si no perder credibilidad al personaje y que este dejara de ser algo único y especial y pasase a ser un mero molde en torno al cual crear clones y más clones.
Los 90 pasaron y mientras que el éxito de personajes como
Punisher o el
Motorista Fantasma demostró ser una moda, no paso a si con
Lobezno que vio como su protagonismo no solo no disminuía si no que incluso aumentaba tras el éxito de la película de
X-Men (que algunos bautizaron no sin cierta sorna como
“Lobezno y sus amigos”). El personaje parecía preparado para vivir una nueva época dorada, algo que se podía percibir con el proyecto conocido como
Lobezno: Origen, por fin, y muy influido por el cine ya que el proyecto tuvo su génesis en el rumor de la realización de una peli sobre el
Lobi en la que se narraría su origen y claro Marvel no quería que nadie contase el origen del personaje antes de hacerlo ella misma, parecía que se iba a contar el secreto mejor guardado del personaje; su origen. El proyecto, que para muchos, entre ellos
Claremont era un error, ya que suponía “fijar” al personaje quitándole así parte de su encanto, tras muchos dimes y diretes fue a para a manos de
Paul Jenkins (
Civil War: Front Line) y
Andy Kubert (
Batman) y pese a toda la fanfarria publicitaría que le rodeo supuso una tremenda decepción. Narraba el origen del personaje de “esa manera” y sembraba más incógnitas de las que respondía, lo cual no esta mal, pero no deja de ser algo tramposo para lo que se vendió como “el origen definitivo del personaje”.
En estas y tras haber pasado por la pluma de varios autores hot (
Rucka, Millar),
Lobezno vuelve a encontrarse en una encrucijada, recordando ahora todo su pasado tras los acontecimientos de
House of M, y habiendo renunciado de esta forma a gran parte del atractivo del personaje,
Lobezno vuelve a contar con la omnipresencia entre sus innumerables dones. En una época como la actual tan parecida en muchos aspectos a los 90 (crossovers a tutiplén, personajes omnipresentes, el retorno al éxito del
Punisher o
El Motorista Fantasma, y artistas hot dirigiendo el cotarro...con la diferencia que ahora las estrellas son los guionistas y no los dibujantes por lo que cuando menos podemos leer buenos comics) en la que
Lobezno cuenta con dos series propia y es miembro de dos de los más importantes grupos de la casa de las ideas, el personaje ha de encontrar su propio camino y demostrar que el éxito no ha podido con él y aun quedan historias innovadoras e interesantes que hacer en torno a su figura. Y es que cuando se cumplen más de 30 años de su nacimiento,
Lobezno aparece como un personaje casi agotado por la sobreexplotación y que poco más puede aportar más allá de la repetición hasta la extenuación de clichés vistos ya demasiadas veces. El tiempo y los autores (sobre todo los autores) darán o quitaran razones, pero a día de hoy
Lobezno se antoja como un personaje muerto de éxito.