lunes, 18 de abril de 2016

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil noches oscuras.

Miniserie de 8 números publicada a caballo entre el 2013 y el 2014 que en España recopilo Panini en un solo tomo en formato 100% Marvel a la altura del verano del 2014.

Concebida con clara influencia de la mítica cabecera del hombre murciélago Legends of the Dark Knight, la miniserie se estructuro en torno a tres historias independientes con equipos creativos/autores y tonos muy diferentes entre si. Aunque en su momento se llego a rumorear que podía tratarse de una segunda cabecera del personaje finalmente quedo en estos 8 números que no han llegado a tener continuidad.


La colección la abre Lee Weeks, un veterano dibujante con un estilo a medio camino entre John Byrne y John Romita Jr. y que ya colaboro con Daredevil al final de la etapa Nocenti y durante los primeros números de Chichester. Aquí se ocupara tanto de guiones como del dibujo al completo trazando una historia de corte oscuro muy en el scope más puramente millerinao del personaje. Durante tres números Daredevil habrá de hacer frente a la peor tormenta de la historia de Nueva York para conseguir llevar un corazón sano a una niña a punto de morir a la espera del trasplante en un Hospital. A lo largo de la historia Weeks juega con la esencia del personaje a través de su inquebrantable fe en no rendirse nunca pase lo que pase a la vez que le pone retos morales por el camino ya que tendrá que elegir entre ayudar a personas que se encuentra en su peregrinaje o seguir adelante para llegar a tiempo de salvar a la niña. A esto se añadirá el que la virulencia de la tormenta embota sus sentidos, dejando su radar prácticamente inútil y el que físicamente no este al 100% tras sufrir un accidente el primer número. Una historia muy bien escrita y mejor dibujada donde Daredevil es puesto contra las cuerdas tanto física como moralmente y donde se ahonda en las raíces y contradicciones que le hacen ser quien es.


La segunda historia ocupara dos números de la colección y a cargo de ella estará, de nuevo tanto en guión como dibujo un solo autor, en este caso David Lapham, veterano autor que ganara merecida fama con su Balas Perdidas y que ya había trabajado con el hombre sin miedo en la miniserie que le enfrento al Punisher. Aquí traza un cómic que camina entre lo ridículo y lo significativo cuando en mitad de un Nueva York acosado por un monstruo gigante al que se oponen Los Vengadores, Daredevil vive su pequeño (nunca mejor dicho) drama cuando un inocente, acusado de un asesinato cometido por un capo de la mafia, es asesinado por orden de ese mismo capo por la acción involuntaria de una suerte de gnomo saltimbanqui de apenas 25 cm que se dispone ahora a vengarse del capo. Una situación que parece salida de los locos primeros números del Daredevil de Stan Lee. Aunque la historia pueda parecer absurda en su planteamiento, lo cierto es que esta llena de aciertos: la persecución loca de Daredevil al gnomo en un Nueva York al borde del caos mientras ha de rescatar gente por el camino o enfrentarse a villanos como el Conmocionador, la importante carga moral que conlleva el hecho de de que Daredevil tenga que proteger a un capo de la mafia de ser asesinado o en el irónico giro final de la historia que enlaza las diferentes tramas. A lo largo de los dos números Lapham despliega su innegable talento narrativo, sabe combinar drama, acción y caracterización de personajes y termina por ligar todo el conjunto de una trama absurda y enloquecida para al final construir una historia sólida y potente que funciona a la perfección con el personaje y su carácter.


La tercera historia de nuevo de tres números tiene un tono e intenciones radicalmente opuestas a las anteriores, con un estilo y concepto mucho más parecido a la de la etapa de Karl Kesel y Cary Nord en la colección o a la por entonces contemporánea etapa Mark Waid y Chris Samnee. Los guiones estarían a cargo de Jimmy Palmiotti, también conocedor del personajes no en vano fue el entintador de Quesada durante los primeros números de Daredevil en el sello Marvel Knights además de ser coeditor del sello junto al propio Quesada. En lo lápices tendríamos a Thony Silas, conocido por su trabajo en Veneno y con capacidad para dibujar mujeres de rotunda belleza algo que encajaría a la perfección con la historia. En esta se narra el viaje de Matt a Miami como abogado de un testigo protegido que acaba secuestrado en manos de un psicópata mafioso que se lo lleva a Cuba. Daredevil con la ayuda de Misty Knight (que tiene todo un pasado en común con el mafioso en cuestión) viajara a la isla caribeña con el objetivo de rescatar (o vengar, si estuviera muerto) al testigo. Más que por la trama en si la historia destaca por su dinamismo, con un desarrollo cargada de acción y por sus diálogos, en especial los que mantienen Matt y Misty, pareja entre la que habrá una evidente química (y por lo que se apunta al final también física). Una historia fresca, desenfadada y divertida, de eminente carga superheroica y que se disfruta de principio a fin.

Tres historias con enfoques enormemente diferentes entre si que muestran como el personaje puede ir mucho más allá de la innegable influencia milleriana sobre el mismo. De todas tal vez la mejor sea la de Weeks, sin duda la mejor dibujada y la que juega con los elementos más clásicos y reconocibles del personaje. La de Lapham por lo que tiene de locurón y pese a todo tomarse en serio a si misma, es sin duda la más original y sorprendente y por ello reivindicable. Quedando la de Palmiotti/Silas como la más divertida y desenfadada de la tres. En conjunto forman una miniserie que aunque intrascendente para el personaje si muestra la riqueza del mismo y conforman una más que agradable lectura.

sábado, 16 de abril de 2016

Kingpin de Bruce Jones, Sean Philips y Klaus Janson.

Aprovechando que este mes Panini publica en el formato 100% Marvel esta mini largamente inédita, recupero el post que en su día hice sobre ella. El villano por excelencia de Daredevil tuvo a finales de 2003 su propia serie regular que al final por aquello de las ventas termino convirtiéndose en una serie limitada de siete números.

En los inicios de esta década y antes de que Quesada se diera cuenta de la pasta que generaban los crossovers, Marvel vivió una época un tanto extraña, que desde cierto punto de vista podía calificarse de experimental, una etapa en la que conceptos como continuidad o universo compartido no solo no estaban en boga sino que incluso eran rechazados de forma vehemente. Así Elektra y Lobezno se encontraban “por primera vez”, y quien dijera que eso no, que eso ya había pasado con Larry Hama, era acusado de friki descerebrado, Thor llevaba a Asgard hasta Nueva York y nadie parecía darse cuenta, o en las páginas de los Vengadores, la Tierra era conquistada por Kang, sin que esto fuera reflejado, ni siquiera mínimamente, en otras series. Todo esto permitía jugar con los héroes Marvel llevándoles por caminos no transitados, esta etapa por un lado tan dañina resulto para el Universo Marvel como concepto, produjo sin embargo comics interesantísimos como los X-Men de Morrison o los X-Force/X Statix de Milligan y Allred, pues bien en los estertores de esta etapa es donde conviene situar el proyecto de serie regular de Kingpin en el sello Marvel Knights.

La idea era contar la ascensión de Wilson Fisk hasta que convertirse en Kingpin y desde ese punto contar las andanzas de un malo malote sin ningún tipo de matiz. Los encargados de llevar a buen puerto el proyecto fueron, Bruce Jones a los guiones, Sean Philips a los bocetos, y Klaus Janson a los acabados. Empezando por el guionista, Jones se había tornado por aquel entonces en uno de los máximos representantes de esta fase experimental que antes mencionábamos, desde las páginas de Hulk (donde firmaría una larga estancia de más de 40 números), Jones llevaría a cabo una etapa inspirada en la serie de televisión del personaje, con un Buce Banner en continua huida tratando de dejar atrás un misteriosa organización que quería su sangre, una etapa, sobre todo en sus inicios, más propia de un comic de espionaje que de Hulk, y que tuvo durante mucho tiempo como seña de identidad el que Hulk apenas si aparecía, esto pese a lo que pudiera parecer (y las críticas que recibió), le permitió convertirse rápidamente en una fan favourite (incluso sería nombrado por la revista Wizard como guionista relevación…demostrando el enorme desconocimiento de la revista que parecía haber olvidado que Jones ya había trabajado en Marvel en los 70 en series como Kazar), y tener varios proyectos de prestigio entre manos, entre los que en teoría estaba este Kingpin, tras el fin de su etapa en Hulk, su estrella se apago con una época (al parecer) lamentable en el Nithgwing de DC.

En lo que respecta a Sean Philips estamos ante un excelente narrador, de trazo anguloso y estilo sucio que aunque poco adecuado para los comics de superhéroes puros (como se demostró en su paso por la Patrulla X), se muestra perfecto para los comics de espionaje o de género negro (donde ha firmado maravillas como Sleeper o Criminal ambas con Ed Brubaker), y por lo tanto una elección más que acertada para esta serie habida cuenta del tono que debía tener la misma. Por último y en lo que a Klaus Janson respecta, estamos ante una autentica leyenda del comic americano, gracias sobre todo a su colaboración con Frank Miller, primero entintando y luego finalizando sus lápices en Daredevil, siendo también responsable de las tintas en DK. Excelente entintador (aunque con demasiada personalidad llegando a tapar con su estilo los lápices de con quien colabora), mediocre dibujante, su estilo se complementa aquí a la perfección con el de Philips firmando un gran trabajo.

Entrando ya en la serie en sí, señalar que, publicada entre finales de 2003 y principios de 2004, estuvo inédita en España hasta que este mismo año 2016 Panini a tenido a bien recopolarla en un único tomo. El comic nos narra el ascenso de Wilson Fisk hasta tornarse en rey del crimen de Nueva York, por ello la serie nos muestra un Fisk joven y ambicioso que a través de diversos planes y contraplanes va poco minando el poder de las cinco grandes familias mafiosas de la ciudad hasta que en un golpe final se hace con el control de todos sus territorios. Una historia de ambición y falta de escrúpulos que nos dibuja un Fisk que ya conocíamos (inteligente, manipulador, sin necesidad de mancharse las manos para obtener lo que quiere), solo que más joven y en plena escalada de poder, el comic, que muestra también los tejemanejes políticos de Fisk, mangoneando a los dos candidatos a la alcaldía y garantizando la elección de su favorito, cuenta sin embargo con un difícil encaje en la continuidad, más que nada por la presencia de un Spiderman que no aporta nada a la trama y cuyas apariciones parecen forzadas con el fallido objetivo de asegurar un buen volumen de ventas. Esta artificialidad en las apariciones del héroe arácnido es tal vez lo más reprochable de un comic por lo demás bien escrito y bien dibujado, que sin embargo una vez narrada la ascensión de Fisk al poder tenía poco sentido seguir, ya que el tener una propia serie regular hubiera condicionado la presencia del villano en otras series, y lo hubiera sobreexpuesto, problema que sin embargo acabo teniendo por su uso y abuso en series como Spiderman o Daredevil.

Una buena obra en definitiva de genero negro, a la que sin duda le sobran los toques superheroicos y de la que solo cabe añadir que merecía ser recuperada en España tanto por la valía de los autores como por el interés del propio personaje. En fin como se suele decir en estos casos más vale tarde que nunca.