lunes, 30 de julio de 2018

Historia de un hombre sin miedo especial: Estos no son Los Defensores de tus padres.

Apenas diez números, nueve en España, ha durando una colección nacida al albur de la serie de Netflix y que apuntaba a llegar muchos más lejos, Sin embargo que haya durado menos de un año no significa ni mucho menos que la colección carezca de interés.

Se ha hablado mucho y más en los últimos tiempos de como el cine y la TV han influido e incluso condicionado mucho de los argumentos o ideas que se han visto en los cómics del Universo Marvel, ahí esta el ejemplo del hijo negro de Nick Furia, para atestiguarlo. Sin embargo poner estos Defensores como otro ejemplo de ello es un error. Si, el nombre esta tomado claramente de la serie de Netflix que Jessica Jones, Luke Cage, Danny Rand y Daredevil compartieron, pero la esencia de todos esto esta en la cabeza de su escriba y durante tantos años arquitecto del Universo Marvel del siglo XXI: Brian Michael Bendis.

Desde las páginas de Alias y Daredevil primero y más adelante en las de Los Nuevos Vengadores, el de Cleveland fue creado un “Bendisverso” de héroes urbanos, con clara influencia del concepto de Héroes de Alquiler y donde Jessica, Danny, Luke y menor medida Matt (siempre tan solitario, casi alérgico a los grupos) se fueron consolidando como una suerte de no-grupo (aquí si enlazamos con el concepto clave de los Defensores clásicos del cómic) que lo mismo estaban en los Vengadores, lo mismo realizaban una intervención para convencer a Matt que la idea de autoproclamarse rey de la Cocina del Infierno no era buena.

Así las cosas, que aprovechando las sinergias transmedia se usase la unión más o menos temporal de estos cuatro para juntarles en un grupo llamado Defensores no podía ser más natural, y más si al frente de los guiones estaba el ínclito Bendis acompañado para la ocasión por una habitual compañero de armas, el excelente dibujante David Marquez. La marcha (por mucho que marvelitas de pro hablen de forma un tanto despectiva de fuga) del guionista a DC ha provocado que la colección se haya quedado de proyecto a largo plazo en maxiserie de 10 números, ya que Marvel en un raro ejercicio de coherencia ha optado por cancelar el cómic al dejar de contar con el alma mater del mismo.

¿Y que tal estén estos 10 números?, pues muy bien gracias, un mero apunte del potencial que tenía la colección en el que se nota que los autores han disfrutado y han querido hacer disfrutar a los lectores. En todo ello ha sido clave, claro, el desempeño al dibujo de David Marquez, uno de los mejores dibujantes actuales de la antigua Casa de las Ideas que uno sospecha no tiene el reconocimiento que merece su excelsa labor y que realiza en estos Defensores su mejor trabajo hasta la fecha, con la dificultad adicional que implica trabajar en una serie de grupo.

Si por algo destacan estos Defensores de Bendis/Marquez es por lo tremendamente desenfadados que resultan, si, se esa contando una historia muy seria, con vidas en juego y peligros por doquier, pero la espontaneidad, la química (aquí si) que trasmiten los personajes, lo dinámico de la acción y el tono en general es el de unos amigos que se juntan para conseguir detener una amenaza para su ciudad pero que pueden pasarlo bien por el camino. La trama se desarrolla con un Wilson Fisk dejando (una vez más y van...) de ser Kingpin y con ella la aparición de toda una serie de aspirantes al trono que traerán el caos a las calles.

De entre los presuntos herederos destacaran tres, Iguana, venido del pasado del Luke Cage y aparentemente muerto, regresa ahora más poderoso que nunca y con conexiones y apoyas difíciles de explicar. Será la principal amenaza durante estos 10 cómics y tendrá momentos de autentico impacto disparado a quemarropa a Jessica Jones, envenenando a Luke Cage y en apariencia rompiendo la espalda (en un escena muy en plan Bane) a Danny Rand. En segundo lugar estarán la Gata Negra y su lugarteniente Cabeza de Martillo que vivirán un enorme cambio de estatus y que están atrapados entre dos fuegos. Por ultimo y casi a modo de epilogo tendremos a Parker Robbins, alias El Encapuchado, uno de los villanos fetiches de Bendis y que descubrirá que si él tiene muchos conexiones con los villanos, estos Defensores las tienen con los héroes. Por supuesto el propio Fisk tendrá también un papel destacado en la sombra, como marionetista supremo.

A lo largo de estos 10 números Benids y Marquez no dudaran en usar a todo aquel personaje que pueda encajar en la serie y/o les apetezca tratar, así personajes como Masacre o el Punisher (que no sale nada bien parado en manos de Bendis) jugaran un papel de contrapunto cómico (si el Punisher también) y gente como Misty Knight o Elektra (brutal su combate con Danny, lastima que lleve el traje de la serie de TV) jugaran también su rol. El enfoque desenfado de la colección, al que se hacía alusión más arriba se puede ver también en como Bendis juega con la identidad nuevamente secreta de DD (que para disgusto de Luke resulta no ser Gary el boxeador) pese a que esta claro que el autor de Torso no se esta leyendo la etapa de Soule con el personaje y no sabe muy bien como debería funcionar el desenmascaramiento del mismo. También juega con el nombre del grupo aludiendo a que estos nos Los Defensores de la Gárgola...personaje que sin embargo terminará apareciendo en la colección en todo un homenaje al mítico grupo de los 70/80 de Marvel.

En definitiva, los Defensores es una colección fresca, que pese a que trata temas graves (drogas, delincuencia, guerra de bandas...) lo hace con un tono desenfadado a lo que contribuye un dibujo más luminoso de lo que cabría esperar, que se aleja de la sordidez y el tono más noir de, por ejemplo, la etapa de Bendis en DD y que muestra el potencial de un concepto y unos personajes para hacer algo divertido e interesante y que tal vez en algún momento pueda ser rescatado. Sea como sea estos 10 números han estado francamente bien y es una gran despedida/homenaje a los más de tres lustros el guionista lleva, de una forma un otra, trabajando con ellos.

miércoles, 11 de julio de 2018

Daredevil: Tribunal Supremo.

Panini por fin ha decido meter el acelerador a la edición de Daredevil en España y las distancias con los USA se van reduciendo. Este tomo recopila dos sagas, con 8 números USA de la colección del personaje, en concreto los 21 al 28 del volumen 5 del personaje.

A estas alturas de su etapa Soule ha conseguido dejar ya varias cosas claras, primero tiene un plan a largo plazo en el que las piezas van encajando poco a poco, segundo le encanta jugar con las expectativas del lector y con las ideas preconcebidas en torno a su etapa y tercero que el inicio haya sido flojo no significa que su etapa a nivel global este siendo así, ya que su crecimiento en fuerza e interés es innegable.

Cuando se supo que Soule iba a ser el guionista de Daredevil, siendo como es abogado (y ejercitante) se pensó que el tema legal iba a estar en primer plano y que la faceta como abogado de Matt iba a ser central. Las expectativas fueron desafiadas desde el principio cuando Soule hizo que Matt se pasase a la fiscalía de Nueva York y pronto esta nueva faceta del personaje quedo enterrada en un segundo plano mientras se iba desarrollando el misterio en torno al principal foco de atención de la primera parte de su etapa: como Daredevil había conseguido recuperar su identidad secreta.

Resuelto con acierto el gran misterio es ahora si, entrado el segundo año de su etapa, cuando Soule decide centrarse en la nueva vida de Matt como fiscal, lo hace una vez más desafiando las expectativas y creando una situación que potencialmente puede tener importantes repercusiones en todo el Universo Marvel. Lo hace además jugando con las reglas no escritas en torno a la “alegalidad” con la que operan los superhéroes en el UM siempre en esa fina línea que separar el vigilantismo de la colaboración ciudadana, Matt se marca un órdago a la grande (lo que también viene a mostrar el carácter del personaje) y lo hace además recuperando la relación con uno de los secundarios clave de la serie: Foggy Nelson. No será el único regreso, también lo hará el clásico (e insuperable, por muy chulo que sea el diseño de Garney) traje rojo de Daredevil cuando este ha de declarar ante el tribunal para conseguir un precedente histórico.

Varias cosas son interesantes en esta saga, para empezar la relación entre Matt y Foggy y la explicitación, por fin, del motivo de su enfrentamiento: Foggy no entiende como Matt ha dejado pasar la segunda oportunidad que ha recibido al recuperar su identidad secreta, como ha vuelto a ser Daredevil mintiendo a todo el mundo y como ha podido dejar a Kirsten sin más. Matt por su parte lo ha apostado todo a esta jugada y de la misma forma que si triunfa puede cambiarlo todo, si pierde habrá renunciado a su vida por nada. Por otro lado la saga consigue transmitir también,sin hacerse pesada o aburrida la fascinación del guionista por el sistema legal americano y la reverencia casi religiosa ante el Tribunal Supremo del mismo. Lo mejor es que también se deja a la claras las limitaciones del sistema y sus contradicciones y múltiples taras.

El tomo como decíamos arriba incluye también una segunda saga, de tres números en este caso. En ella regresa el supuesto dibujante regular de la colección, un magnifico Ron Garney que apenas si ha dibujado 1/3 de los cómics de esta etapa. En la saga, se recupera a la Mano y la Bestia y se reestablece la relación entre Daredevil y Punto Ciego tras lo acaecido en Arte Oscuro. La historia tiene en si mucho menos interés que la de Tribunal Supremo que da titulo al tomo (aunque esta mucho mejor dibujada), pero es importante para alejar a Matt de Nueva York el tiempo suficiente como para que no pueda hacer nada para evitar la bomba con la que se cierra el tomo y que ya apunta cosas muy interesantes para el siguiente.