lunes, 12 de noviembre de 2018

Historia de un hombre sin miedo especial: Elektra, corriendo con el diablo.

Proyecto de serie regular que por ventas quedo en miniserie de cinco números, esta Elektra que ahora recopila Panini en un solo tomo forma parte junto a Kingpin y Bullseye del fallido intento por expandir el universo del hombre sin miedo en los cómics al albur de la exitosa serie de Netflix y enlazando con ideas del actual guionista de Daredevil: Charles Soule.

¿Quien es realmente Elektra Natchhios? Cuando Frank Miller la creo en los albores de los años 80 nos la presento como una despiadada asesina con entrenamiento ninja con un solo punto débil: amaba a Matt Murdock y eso termino costándole la vida. En otras obras de Miller, como en Elektra Asesina, era mostrada como una mujer enigmática (casi ausente) y poderosa, con un pasado problemático y que se mostraba esquiva y lejos del alcance de cualquier hombre a los que sin embargo era capaz de manipular a su antojo.

Todo este enigma acabo en los 90 con su retorno de la mano de D.G. Chichester y Scott McDaniel, primero como estereotipo de mujer dura pero sexy de los 90 y luego ya como autentica bomba sexual de la mano de un extremadamente noventero Mike Deonato Jr en su primera (e infame) serie regular, donde Peter Milligan y sus sucesores la transformaron en una heroína de tres al cuarto sin personalidad, lo que sus sucesores no arreglaron ni mucho menos.

Seria en su segunda serie regular, ya en siglo XXI donde primero de la mano de Bendis, y luego (y sobre todo) de la de Greg Rucka se intentaría recuperar la visión de Miller del personaje e incluso hacerla evolucionar, siendo Rucka en este aspecto ejemplar. Su frase “has tenido dos vidas y en ambas has sido una asesina, ¿es eso todo lo que quieres ser?”, demuestra a las claras sus intenciones y su trabajo con ella...algo que sólo duro mientras que estuvo al frente del personaje, ya que en cuanto se fue, Elektra volvió a ser una asesina despiadada y dura...a la que nadie sabía realmente como tratar.

Apariciones aquí y allí, una película de por medio y una nueva serie regular, mostraban a las claras como Elektra caía cada vez más en el camino de convencionalización dejando claro que ningún guionista salvo su creador, y quizá Greg Rucka entendían y sabían que hacer realmente con el personaje. En estas llego la segunda temporada de Daredevil que nos mostraba una Elektra cercana a la que Miller reflejo en la miniserie El hombre sin miedo” (y sensiblemente distinta a la mostrada por él mismo años antes) y de la que, en cierta medida, surge esta nueva miniserie que acaba de publicar Panini.

Su relación con la serie de televisión se aprecia ya en la misma elección del (horrible) traje que luce la protagonista ya que es el mismo que esta lucio durante la segunda temporada de Daredevil, a esto se añade que el guionista, Matt Owens sale del mismo “universo Marflix” donde colaboraba en los guiones de la recientemente cancelada Luke Cage. A los lápices tenemos al español Juann Cabal, dotado de un estilo limpio y claro aunque con una particular aversión por los fondos, lo que no impide que sea lo más rescatable del cómic.

Entrando en la miniserie en si, esta adolece de lo mismo que casi todos los acercamientos al personaje desde su regreso en la ya lejana Caída del Paraíso, la nula visión de Elektra como un personaje complejo y con entidad propia. Aquí de nuevo la vemos como una reticente heroína que para mas inri en este caso carece de todo contexto mientras se enfrenta a un personaje tan fuera de su scope como es Arcade en una nueva versión de su Mundo Asesino en pleno Las Vegas y donde Elektra llega a vestir una suerte de armadura virtual (sic) para enfrentarse a un robotizado Arcade. Un despropósito que además se trata de enlazar ridículamente con todo este evento de “corriendo con el diablo” mencionando de pasada a Kingpin.

El problema de la miniserie (que si se medio salva es debido al dibujo) es que muestra a Elektra como un personaje más, lejos queda su misterio, su compleja personalidad, su capacidad manipuladora, su brillantez estratégica o la tragedia que siempre debería envolverla, que sea Elektra o cualquier otro personaje (masculino o femenino) el que protagonizara este cómic no marcaría diferencia alguna, seguiríamos estando ante una miniserie convencional y absolutamente olvidable a la que solo merece la pena acercarse como coleccionista ya que el material que hay dentro esta muy por debajo de la media (y ya es decir) de lo que se puede encontrar en la Marvel actual.