Dentro de la ola de series canceladas que últimamente se ha vivido en los USA ha estado Blanco Humano, adaptación del personaje de DC comics y que solo ha durado dos temporadas en la pequeña pantalla.
Inicialmente concebido como un detective privado y guardaespaldas especializado en disfrazarse de su cliente para, convirtiéndose en un autentico “blanco humano” salvar su vida y averiguar quien deseaba arrebatársela, Christopher Chance, se convirtió en manos de Peter Milligan en más, mucho más.
Peter Milligan, como casi todos los grandes escritores (y Milligan, aunque lleve demasiado tiempo de capa caída, lo es), es un autor plagado de obsesiones, la mayor de las cuales probablemente sea la de la identidad, ¿qué configura la esencia de una persona?, ¿se puede cambiar de personalidad como de camisa?, ¿hasta que punto el yo, esta configurado por el entorno, la experiencia?, todas esas preguntas plagan las mejores obras de Milligan y hace que Christopher Chance, aunque creado en los 70 por Len Wein y Carmine Infantino (ni más, ni menos), parezca un personaje concebido por y para Milligan.
A lo largo de una miniserie, una novela gráfica y una serie regular de 21 números y bajo la libertad que otorgaba el sello Vertigo, Milligan convirtió Blanco Humano en toda una reflexión sobre la identidad y sus limites, con un Christopher Chance incapaz no pocas veces de dejar atrás las identidades que asumía, todo esto aderezado por adrenalíticas dosis de acción y plasmado por algunos de los mejores talentos (el desgraciadamente fallecido, Edvin Biuković, el español Javier Pulido o Cliff Chiang son algunos ejemplos) que han pasado por el sello para adultos de DC.
Con estos mimbres, Blanco Humano se convirtió en un comic de culto, sin ser un éxito arrollador, ni alcanzar la aureola de prestigio y fama de las grandes del sello, el Blanco Humano de Milligan era un cómic especial que una vez leído no podía dejarte indiferente.
Con estos mimbres cuando se anuncio el lanzamiento de una serie de televisión sobre Christopher Chance, uno tenia la esperanza que se basara más en la obra de Milligan que no en la fallida serie noventera o en el enfoque más conservador de los demás comics del personaje.
El problema estaba en que por su propia esencia Blanco Humano se prestaba como pocos al esquema de serie formula en plan “esta semana me disfrazo de.....y salvo la vida a....”, una tentación que si la serie quería triunfar debía de evitar a toda costa.
Los resultados, con la serie cancelada con apenas dos temporadas, muestra a las claras el enfoque elegido por la productora: episodios cargados de acción que buscan emular a 24, aunque sin una de las claves del éxito de esta, sus devastadores continuaras (24 es una serie de temporadas formulas) que obligan al espectador a esperar con ansiedad la llegada del siguiente episodio.
Blanco Humano con sus episodios autocontenidos, y su formula, tan obvia como repetitiva, termina convirtiéndose (por mucho que se quiera crear todo un trasfondo detrás, sobre el pasado de Chance, que no termina de funcionar) en una serie absolutamente convencional abocada al fracaso desde el principio.
Lo peor de todo es que teniendo el material de Milligan delante, uno no deja de preguntarse porque los creadores de la serie, no fueron más valientes, porque no se arriesgaron y trataron de ir un paso más allá.
Falta de ambición, falta de talento, estrechez de miras o simple elección de enfoque, lo cierto es que esta adaptación televisiva de Blanco Humano suena más a oportunidad perdida que a otra cosa.
2 comentarios:
Vi la primera temporada y me parecio entretenida, de menos a más, pero sobre todo por los secundarios. Pero tras conocer que la segunda es cortada y cancelada creo que me quedaré ahí.
Como dices, una lástima.
Demasiada formula para mi, cada episodio era igual, no me parece que acertaran con el enfoque.
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