Inicio con esta la serie de post dedicados a escribir un poco sobre los comics incluidos en mi top ten del 2008 y que todavía no cuentan con reseña en el blog.
Con dos volúmenes publicados ya en nuestro país (que incluyen los 10 primeros números y el primer anual de la colección), El inmortal Puño de Hierro se ha tornado en uno de los títulos más interesantes de la Marvel actual, una colección que no huye de sus raíces ni pretende ser lo que no es, y que cumple con creces la función principal de este tipo de comics: entretener.
Creado en plena moda de las artes marciales en los 70, Danny Rand el Puño de Hierro, vivió sus gloriosos 15 minutos de fama de la mano de unos primerizos Claremont y Byrne, que con ganas de comerse el mundo realizaron una serie de comics que son hoy un clásico del género, sin embargo los dos autores se marcharon en busca de metas mayores, y Danny sin caer nunca en el olvido, fue poco a poco decayendo pasando de ser un personaje fresco e interesante en el Universo Marvel, a ser casi un secundario de secundarios, su asociación con Lucke Cage, sus continuas miniseries, o su inclusión en grupos como Héroes de Alquiler (una colección magnifica, pero de muy escaso recorrido comercial), no terminaban por situar al bueno de Danny en un primer plano que por potencial, sin duda merecía, incluso cuando Bendis, guionista estrella de la editorial, recupero a su amigo Lucke Cage, Danny apenas si fue su sombra, teniendo poco protagonismo, y siendo en no pocas ocasiones muy mal tratado.
La situación cambio con la llegada de Ed Brubaker a Daredevil, guionista inteligente y capaz (sin duda el más interesante con el que cuenta Marvel hoy en día) y formado en esto de los superhéroes en la DC y su antigua tradición del legado de los héroes; Brubaker no tardo en darse cuenta del tremendo potencial del personaje, así en su interesante y prometedora primera saga en el hombre sin miedo, Brubaker hizo que Daredevil patrullara las calles de la Cocina del Infierno mientras Murdock estaba en la cárcel, ¿cómo era esto posible?; uno no sabe muy bien si fue por deseo del guionista o por la imposición editorial de tener un Daredevil en la Civil War sin interrumpir la trama que venía desarrollando Brubaker (heredada, por cierto, directamente de Bendis), pero lo cierto es que ese Daredevil resulto ser Danny Rand, disfrazado de demonio cumpliendo el contrato de un misterioso personaje.
La trama de quien estaba detrás de todo se resolvió en Daredevil, pero la presencia de Rand en sus páginas volvió a ponerlo a vista de todos y listo para el lanzamiento de una nueva colección, que además sería apoyada con la inclusión del personaje en al exitosa Nuevos Vengadores, donde de nuevo Bendis demuestra no saber qué hacer con él (si al menos Danny fuera el único…), dejando esto aparte, la nueva colección tendría como responsables creativos al propio Brubaker y a Matt Fraction (valor en alza en la Marvel de Quesada, aunque confieso que todavía no he llegado a averiguar el porqué) en las labores literarias, y al español David Aja en la parte artística, y tenía como planteamiento inicial un peregrino “artes marciales y pasta a raudales”, por aquello del que el amigo Rand tiene más duros que Beckham y Ronaldinho juntos, gracias a un imperio empresarial heredado de su padre.
La idea inicial, un tanto desconcertante a priori pronto demostró tener algo más detrás, y es que como decíamos antes Brubaker se formo en esto de los superhéroes en DC, y si tenemos en cuenta que Rand es el heredero de una fuerza milenaria procedente de la mítica ciudad perdida de K'un-L'un a la que solo se puede acceder una vez cada mucho tiempo, ¿por qué no introducir el concepto de legado en el personaje?, ¿por qué no hacer que Rand solo sea el último de una orgullosa casta de Puños de Hierro, que se ganaron por derecho propio ese poder?, una idea simple a la par que genial que se convierte en el motor de todo lo que hemos leído hasta ahora, y que dota de un transfondo mítico al personaje, que no solo no contradice nada de lo anterior, si no que lo enriquece y lo hace más interesante.
Así el primer tomo se centra en la llegada de Orson Randall al vida de Danny, Orson es su antecesor como Puño de Hierro, lo cual plantea la duda de cómo es que Danny tiene el poder del puño si su antecesor no está muerto, planteado el conflicto, Orson le contara a Danny la verdad sobre sus orígenes y le advertirá sobre la existencia de una conspiración que acabo con la vida de su padre, Wendell Rand y que ahora va a por él, todo esto coincide además con el retorno de K'un-L'un, a la que Danny abra de representar en un torneo de artes marciales, argumento este que se desarrolla en el segundo tomo, a esto habría que sumar otra conspiración, en este caso para hacerse con el control de la empresa de Danny, así las cosas, El Inmortal Puño de Hierro aparece como un comic enormemente entretenido, muy bien escrito y excepcionalmente dibujado por un David Aja (que por desgracia no dibuja, ni de lejos todos los números), que con un gran dominio del juego de luces y sombras y con una asombrosa composición de página, consigue un comic muy bien narrado y de un aspecto visual impecable.
En fin en apenas diez números, se han abierto multitud de frentes, se ha reescrito y enriquecido de forma coherente el pasado del personaje, y se ha generado una compleja trama de conspiraciones (algo tan del gusto de Brubaker) que a falta de su resolución, no podían resultar más interesantes, todo ello mezclado con espectaculares combates de artes marciales, magníficamente coreografiados por un inspiradísimo David Aja, como matiz señalar si acaso que la edición de Panini es cuando menos innecesaria, un comic sin más pretensión que el entretenimiento (algo que consigue con creces) de aire marcadamente pulp, y de vocación claramente comercial, no necesita una edición de lujo que encarece el producto hasta extremos casi insostenibles, este tipo de ediciones se deberían reservar para reeditar obras maestras del género, no un comic nuevo editado por primera vez en España, y que probablemente vea limitado su potencial por una edición desmesuradamente cara, para nada acorde con el espíritu de su contenido.
4 comentarios:
Totalmente de acuerdo con lo que señalas en el último párrafo. A mí me gustó el primer tomo, me pareció muy entretenido e interesante, pero en el segundo la cosa decae, me parece que no desarrolla bien las ideas planteadas en el primero. Por otra parte creo que el papel de Brubaker es meramente anecdótico y David Aja en el segundo tomo baja bastante el nivel exhibido en los primeros números de la colección. En definitiva, se trata de una colección que me está defraudando.
Yo sólo he leído el primer tomo, el segundo aun no lo tengo. A mí personalmente me ha gustado bastante, me parece un tebeo bien hecho, sin pretensiones y muy entretenido, el problema está en su innecesario formato de lujo, coincido 100% con lo que dices al respecto, Fer.
Pues a mi me han gustado los dos tomos, pero igual algo mas el segundo. No se, sera que el tema del torneo de artes marciales y el ptencial que se intuye de los personajes participantes me atrae mas. David Aja me gusta mucho y me recuerda a veces a Maleev y Brubaker hace mejor trabajo aqui que en Daredevil. Y desde luego que lo de la edicion es una putada en toda regla (se ve que es cierto lo de que en cuanto hay artista español de por medio hay que sacar los cuartos al projimo)
Etrigan, no se que decirte la verdad, pienso que el papel de Bru es clave, las ideas, la ambientación...no se, me parecen muy de Bru, por lo demás, gustandome más el primer tomo, el segundo también esta bien.
Jaime, así es, lo peor sin duda es que es totalmente innecesario.
Yagoelmoreno, Aja se sale la lastima es que dibuje tan poco, sobre lo Bru, como le digo a Etrigan yo si veo claramente su mano por aqui.
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