Dexter, ¿incapaz de sentir?

Aprovechando su estreno español y en abierto, me apetece hablar de Dexter, serie cuyas dos primeras (y de momento únicas) temporadas acabo de terminar, y que sin duda ha sido una de las grandes sorpresas de los últimos tiempos.

Decir que Dexter es un forense especializado en sangre que esconde un lado oscuro que hace que asesine a aquellos que consiguen escapar del sistema judicial, es decir de que va Dexter....pero también es ser un poco injusto, y es que Dexter es más, mucho más.

Había oído hablar muy bien de esta serie y como me apetecía ver algo nuevo y diferente me decido a verla, lo cierto es que al principio no me pareció gran cosa ya que en los primeros capítulos parecía que estábamos ante una serie formula, Dexter descubre que un asesino escapa al sistema judicial, Dexter investiga para asegurarse que el culpable realmente lo es, Dexter lo captura, Dexter lo mata de una forma particularmente horrible, todo esto mientras hace su labor como poli y trata de asegurarse de que no lo cojan.

Al principio los tiros parecían ir por ahí y la verdad es que aunque el nivel de los actores era muy bueno y la idea interesante, uno ya empieza a estar harto de este tipo de “formulas” tan repetitivas, sin embargo muy pronto la cosa cambio, y Dexter se torno en algo muy distinto, poco a poco empezamos a conocer más al personaje y a su entorno, su hermana fuerte y segura de si misma, pero que depende en gran medida de la estabilidad y seguridad que le supone su hermano al que como una especie de pilar al que agarrase, su novia una mujer maltratada a la que Dexter aporta estabilidad y le ayuda a volver a creer en si misma y a sacar a delante a sus dos hijos que el adoran, sus compañeros de trabajo, que ven en Dexter un profesional cualificado e incluso un amigo, todos ellos personajes sólidos bien construidos y bien interpretados que contribuyen a hacer de la serie lo que es, sin embargo y pese a este excepcional elenco de secundarios la serie es ante todo Dexter.

Interpretado magníficamente por Michael C. Hall, uno de los protagonistas de la interesante A dos metros bajo tierra, Dexter tiene un monstruo interior, un monstruo que solo puede ser satisfecho con el asesinato, tras una tragedia infantil de la que en un principio no recuerda nada, Dexter es adoptado por el policía que le rescato, Harry, el cual desde un principio vio el monstruo que crecía en su interior, un monstruo que sabía no podía ser detenido, y que si no se encauzaba sabía que acabaría con Dexter en la silla eléctrica, a parir de ahí enseño a Dexter “el código de Harry”, un código que ha configurado la vida de Dexter desde ese momento, solo mataras asesinos y solo tras asegurarse fehacientemente de que lo sean, lo harás bien para que no te cojan, has de fingir llevar una vida normal para no llamar la atención etc.

Dexter se aferra a este código como elemento clave para su supervivencia, afirma que es incapaz de sentir, que no puede amar, ni odiar, que solo siente algo cuando mata, a medida que avanza la serie, a medida que descubrimos más de Dexter y como a llegado a ser quien es, más nos damos cuenta de que el gran engaño de Dexter no es para con lo demás, para con su supuesta “vida fingida”, si no para consigo mismo, Dexter si es capaz de sentir, ama y protege a sus novia y sus hijos, quiere a su hermana y le gusta su trabajo, solo que esta enfermo muy enfermo, una enfermedad que solo puede curarse matando, pero aunque Dexter sea un monstruo, uno no puede evitar sentir cierta simpatía por alguien que aporta estabilidad, amor y respeto a una mujer maltratada y a sus hijos, que esta dispuesto a sacrificar gran parte de si mismo y de lo que realmente cree que ser solo por proteger a una hermana por la que dice no sentir nada, y que en fin al menos “solo” mata a los “malos”, siendo este uno de las grandes virtudes de la serie, que consigan que te caiga bien un psicópata asesino bastante cruel, y es que el rollo empático con el protagonista suele ser uno de los objetivos de toda serie que busca el éxito, no se trata tanto de que te identifiques con el protagonista como si de que te caiga más o menos bien o al menos comprendas sus acciones, en el caso de Dexter comprender lo que hace, o mejor dicho por que lo hace es casi imposible, pero si consiguen (contra todo pronostico) que el personaje caiga bien, pese a lo censurable de sus acciones.

En definitiva que Dexter es un personaje muy complejo y lleno de matices, lo que tornan a esta serie en una de las más destacadas de los últimos tiempos (la mejor de las que se están emitiendo hoy en día junto con Lost, y claro esta en mi humilde opinión), haciendo que merezca la pena darle una oportunidad; ah y que nadie se preocupe si los dos o tres primeros episodios no le parecen gran cosa....el asunto mejora, y mejora mucho.