Tras un largo tiempo de espera y con un número más del previsto, (algo que se esta convirtiendo en costumbre en los cómics estrellas de las majors) por fin ha concluido en España el esperado retorno, (con todos los matices que se quiera) de Frank Miller al particular Universo DC que el mismo concibiera con su ya lejano El regreso del Caballero Oscuro.
Jugando tal vez más un papel de inspirador que de creador, el DK III es, claro, el menos milleriano de los DK, pero no por ello deja de ser estimable. Brian Azzarello un excelente guionista (obras tan importantes como 100 Balas lo atestiguan), consigue aquí imitar la voz del autor de Ronin sin perder la suya propia mientras que Andy Kubert adapta su estilo al del maestro muy ayudado por las tintas de Klaus Janson. Con todo leyendo DK III uno tiene la sensación de estar ante algo muy distinto a lo construido en los anteriores DK.
Es curioso porqué el número uno parece tirar por un camino que no seguirá luego la miniserie, en este primer número volvemos a ver una Gotham totalmente corrupta con una policía en la que nadie confía y en la que de nuevo Batman aparece como fuerza moral que se niega a rendirse a la evidencia de una ciudad que parece insalvable. De nuevo la policía persigue a Batman y esta vez consigue detenerle solo para mostrar que no es Bruce Wayne quien esta tras la mascara...
Sin embargo la trama no ira por ahí y de nuevo al igual que sucedía en DK II el cómic se torna pronto más en una historia de la JLA con Superman como figura central casi por encima de Batman. Destacan aquí las nada disimuladas referencias a una de las obsesiones de Miller en los últimos años cuando un grupo de fanáticos religiosos superpoderosos ponen en jaque al mundo cometiendo por el camino actos de terrorismo suicida (el paralelismo es evidente) y que encontraran en Batman casi la única oposición real ante un mundo que parece dispuesto a claudicar.
Hay en DK III también un papel clave para el concepto de legado, tan descuidado en el DC últimamente pero tan clave en su esencia, por un lado estará Lara la hija de Superman y Wonder Woman presentada en DK II y que aquí, con un padre ausente al principio dudara de su identidad, poniendo en solfa el amor por la humanidad de su padre y enfrentándose físicamente tanto a su padre como a su madre. Por otro lado tenemos a Carrie Kelly que se convertirá en el corazón de la obra y en el fondo en el foco sobre la que esta pivota.
Resulta interesante ver como Carrie ha ido cobrando cada vez más fuerza y protagonismo en cada DK y más teniendo en cuenta que su creación fue casi una casualidad, no hay que olvidar que Miller no quería a Robín en su primer DK y que fue John Byrne quien le convención de la necesidad de incluirla. Además en su primer DK los diálogos de Carrie estaría escritos por Lynn Varley para buscar más autenticidad en el personaje. De nuevo y como viene siendo habitual en los DK, el final es optimista y esperanzador de cara al futuro con una imagen muy incónica en la que Carrie ocupa el papel central que sin duda se ha ganado.
Cabria señalar que aunque DK III es un sin duda un excelente tebeo que se sitúa sin duda entre lo mejor que se ha podido leer este año en el terreno superheroico esa lejos de ser lo revolucionaria e influyente que fue el primer DK y más lejos aun de lo anticipada en el tiempo, atrevida y desafiante que fue el DK II. Un buen tebeo sin duda pero lejos de lo que supone que ha de ser un DK.
Capítulo aparte merecen los minicómics que acompañan la historia principal, son tebeos en formato reducido de unas 12 páginas que dan trasfondo a la trama mostrando mostrando la situación de varios personajes del UDC frente a lo que esta pasando en la historia principal. De los nueve, Miller dibuja en siete (y los co-guioniza siempre con Brian Azzarello) con ese estilo tan feista y tendente a la abstracción pero plagado de fuerza y dinamismo que le acompaña últimamente y que tanto rechazo parece haber generado. Personalmente creo que alguno de estos minicómics son pequeñas joyas que muestran la vigencia y fuerza de un autor que por suerte aun tiene mucho que contar.
5 comentarios:
Al final entre pitos y flautas,,,,dejé pasar este serie. Imagino que lo publicarán en volúmenes el próximo año.
Un saludo
Imagino que si. Con extras y tal. A mi me vale esta edición.
la portada me gusta bastante eh... y es un ícono ya la firma de Miller...
La portada es muy chula si.
concuerdo la portada esta de huevos
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