De la mano de Panini, nos llega en un bonito a la par que caro tomo, la recopilación de la miniserie de cuatro números que en el sello para adultos de Marvel, Icon ha producido uno de los enfant terribles más interesantes a la par que enervantes del cómic americano actual: Mark Millar. Acompañado para la ocasión por una de sus habituales parejas de baile, Steve McNiven.
He de reconocer que me acerque al último trabajo de Mark Millar con ciertos prejuicios. Por un lado era una nueva colaboración con Steve McNiven dibujante de corte realista, algo abigarrado y estático para mi gusto y cuyas anteriores colaboraciones con Millar (Civil War y Old Man Logan) había resultado cuando menos discutibles. Por otro lado Millar, sin duda un interesante guionista, se había alejado hace tiempo de sus prometedores inicios, donde siguiendo la estela de su amigo Grant Morrison, se había mostrado como un guionista moderno e inteligente, que sabía ir a la esencia de los personajes con los que trabajaba a la vez que conseguía dejar marcado su sello.
El espectacular éxito de The Authority y su posterior irrupción en el Universo Ultimate marvelita tornaron a Millar en el amo del “comomolismo”, a saber: personajes sobrados de actitud, frases “molonas” y cortantes, villanos despiadados y héroes que parecían desconocer el significado de esa palabra, todo envuelto con el dibujo más espectacular posible del dibujante hot del momento con el objetivo de que su trabajo fuese algo que “había que leer”, lo de menos, claro, era que este fuera bueno o malo, lo importante era que “molara”. Esto, que funcionaba muy bien en las ya mencionadas The Authority o en la reescritura de los mitos marvelitas, se tornaba en problema cuando Millar lo convirtió en una especie de marca de fábrica que pasaba por encima de la historia o de los personajes con los que trabajaba, para el escoces lo importante era mantener el tono, lo demás era secundario.
Nemesis parecía entrar de lleno dentro de este lote, vendido con un “¿y si Batman fuera el Joker?” como si esa idea fuese original, y concebido con la adaptación cinematográfica en mente, como si ese fuera el fin y no el resultado de la calidad o el interés del cómic en si. Nemesis tenía toda las papeletas para ser otra barrabasada violenta sin sentido en la que Millar intentaba sin éxito emular la violencia salvaje y la incorrección política de Garth Ennis. Leído el cómic he de reconocer que me he llevado una grata sorpresa, con una obra que ha resultado estar mucho más cerca de la estimable Kick-Ass que no de la deleznable Wanted, y es que si bien en Nemesis vemos muchas frases molonas, muchas poses y mucha violencia desmedida, lo cierto es que el cómic lo necesita para trazar el relato que se esta contando, y eso es la clave de todo.
Millar tiene muy claro lo que quiere contar, y sabe quien es el dibujante con el que esta trabajando, el que Nemesis vista de impoluto blanco, el que el cómic apueste decididamente por la espectacularidad desenfrenada, con una composición de página que recuerda a la velocidad narrativa del manga, no es baladí. El guionista pretende embotar al lector con un planteamiento y enfoque en apariencia superficial, para disimular las enormes cargas de profundidad que contiene la obra. Bajo este prisma el espectacular pero vacuo trabajo de McNiven cumple con creces lo que demanda el cómic.
No hace mucho leía que que un alto ejecutivo tenía hasta cuatro veces más posibilidades de ser un psicópata que el resto de la sociedad. Visto como esta el panorama, y como es la gente la que esta(mos) pagando los desmanes de unos pocos, parece claro que, por desgracia en nuestro mundo es mucho más fácil creerse un Nemesis que un Bruce Wayne o un Tony Stark y con esta idea juega Millar. Así, si en Kick Ass ya había tocado la eterna pregunta del género superhéroico: ¿como sería un superhéroe en el mundo real?, en Nemesis da su visión de como sería un villano, y lo hace de formar que resulta bastante incontestable: en nuestro mundo, una persona que tuviese los recursos, el entrenamiento y la inteligencia de Bruce Wayne estaría mucho más cerca de ser un psicópata desalmado que no un bienintencionado aventurero. Leyendo estas dos obras en sus conjunto, Millar viene a decir que en nuestro mundo, alguien capaz de ponerse una mascara ocultando su identidad con el objetivo de combatir ya sea el crimen, ya sea el aburrimiento, ha de ser o un friki descerebrado (Kick Ass) o un perturbado sin corazón (Nemesis). Una lectura interesante y más de manos de un guionista que guste o no ha sido clave en el género en lo que llevamos de siglo.
5 comentarios:
Había leído alguna crítica por ahí que decía que este Némesis no era más que un monton chorradas y violencia gratuita, pero que no era ningún gran cómic. Sin embargo, leyendo tu crítica parece que aquella opinión no estaba completa, y que hay algo más detrás de esa violencia (lo de la violencia si que lo dice todo el mundo, debe ser bastante explícito me imagino).
En fin, que me has producido curiosidad. Tendré que ponerme con este cómic un dia de estos...
Excelente reseña, gracias por compartirla.
Puesa mi al revés, Wanted me mola y KA me parece una mierda. Que además yo no veo nada de un superhéroe en la realidad. Mi lectura fue que pasaría si en un mundo de fantasía un idiota y pringado adolescente quisiese ser un héroe imitando a los superhéroes sin caer que el no tiene poderes.
Tarambana, gracias a ti por comentar y si la violencia es bastante explicita, aunque creo que, para lo que esta contando el cómic, es necesaria.
Lord, a mi Wanted me pareció la quintaesencia del comomolismo y me resulto un cómic "antipático" por decirlo de alguna manera, en todo caso yo el mundo de KA no lo interprete como un mundo de fantasía, lo vi como un primer acercamiento de Millar a la eterna pregunta, ¿como sería los superhéroes en la realidad?, y veo Nemesis como un complemento a esa visión.
Nemesis es un trabajo impresionante.
Mcniven se deja ver sin tintas de otros, lo cual le hace un autor mas puro.
Si bien parece que como minimo el primer numero de la serie fue oscurecido desde sus lapices sin tinta en el acabado. Costumbre de algunos autores "sin tinta" que no termino de preferir.
La escena del avion presidencial y su entrada en el tunel no termina de estar clara, pues todo da a entender que no hay manera posible de que Nemesis ni nadie pudiera salir vivo de alli...lo cual ocurre.
O se resuelve el enigma en la futura entrega de esta trilogia de mini-series, o el asunto quedara como un imposible demasiado irreal para la posteridad.
En Septiembre prosigue la trilogia con su segunda mini-serie.
Y sabremos poco mas del informatico disfrazado de Blanco durante la reunion de ciertos jugadores que desean tomar el relevo.
Interesante.
C. Madarro
No sabía que era una trilogía, a ver como sigue pero de momento esta primera entrega me ha sorprendido bastante.
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