lunes, 2 de marzo de 2009

Los Muertos Vivientes: Creados para sufrir.

Octava entrega de la colección (en este caso con los números 43 a 48 USA en su interior), y como viene siendo habitual nueva reseña por estos lares de un comic que por meritos propios se está volviendo imprescindible.

Si en las últimas reseñas sobre Los Muertos Vivientes especulábamos con la posibilidad de que la colección hubiera acabado en su tomo 4 con ese estremecedor ¡Nosotros somos los muertos vivientes!, especulación sin duda alimentada por que, aún siendo interesantes, los tomos 5 a 7 se encontraban varios escalones por debajo de esos magníficos primeros tomos, lo cierto es que este octavo tomo ha servido para alegrarnos de que tal cosa no pasase al recuperar la colección el nivel de sus mejores días.

Dejábamos el tomo séptimo con el lobo las puertas, en forma del cruel y despótico gobernador, armado hasta los dientes y acompañado de casi todo su pueblo a las puertas de la cárcel, que con sus más y sus menos tanta seguridad y relativo bienestar habían aportado a Rick y los suyos, este octavo tomo se inicia explicándonos como sobrevivió el gobernador a su brutal encuentro como Michone, y narra una trama cargada de acción y violencia (de nuevo muy bien plasmada por un Adlard que mejora número a número) con importantes repercusiones morales y segundas lecturas.

El espectacular final del séptimo tomo ya anunciaba lo que estaba por venir, y Kirkman una vez más no ha defraudado a nadie, con un espectacular dominio del tiempo narrativo, y un vertiginoso suceder de acontecimientos, los seis números que componen “Creados para sufrir”, son un ejemplo de cómo agarrar a un lector por el cuello y no soltarlo hasta que termina la lectura; de nuevo y como suele suceder en esta colección los conflictos morales son lo que realmente hacen avanzar la trama, y de nuevo queda patente una vez más que la presencia de los zombis es apenas el contexto que usa Kirkman para poner al ser humano contra las cuerdas, así de nuevo su retrato de la humanidad es despiadado, en un mundo destruido y con apenas supervivientes, el hombre solo es capaz de destruirse a sí mismo con un afán difícil de entender, sin embargo y pese a todo, Kirkman da algunos atisbos a la esperanza, aún hay seres humanos dispuestos a sacrificarse para ayudar a los demás, personas que renuncian a su propia seguridad para ayudar a aquellos que han sido más que sus amigos,: su familia en un mundo desolado y triste….todo inútil al final frente a la capacidad destructiva de unos pocos, y la necesidad de seguir a un guía, por demente que este pueda ser del resto, Kirkman parece decir que en momentos de crisis de autentica desesperación, la capacidad crítica se anula y una persona carismática, sea cual sea su estado mental, puede convertirse en guía y líder para aquellos incapaces de enfrentarse a la realidad por sí mismos, la página final del comic, desoladora a más no poder, plantea un nuevo estatus quo lleno de potencial pero triste y tremendamente desesperanzador, con el fin de la seguridad tras los barrotes.

En fin una colección a seguir, en la que todavía hay mucho que contar, y en la que Robert Kirkman y Charlei Adlard realizan un trabajo de tal calado que cuando piensas que ya han alcanzado su techo te sorprenden con una nueva vuelta de tuerca, en fin una pequeña maravilla y un comic que después de casi 50 entregas, sigue sorprendiendo, emocionando e impactando como el primer día.

11 comentarios:

Osukaru dijo...

Mira!. Ja!. Ahora mismo lo acabo de leer y me he quedado a cuadros con todo lo sucedido!. Brutal!.

La pregunta: Y ahora qué?!.

Kirkman es un mamonazo creando cliffhangers...

Anónimo dijo...

deacuerdito contigo nen. brutal final el d este 8º tomo..la piel d gallina... q triste x dioss.. y esa viñeta... ella con la niña en el suelo...q se le ve la manita... ufff... muy dura tio... q grande es este cómic!!!!


saludos dsd alicantee

m an u .

Jaime Sirvent dijo...

Brutal y maravilloso al mismo tiempo, increíble, menudo tomo se ha marcado el Kirkman. Una serie magnífica de principio a fin, tanto en lo que se refiere al guión de Kirkman como a la parte gráfica en la que Charlie Adlard demuestra ser un narrador espléndido.

fer1980 dijo...

Pues si, es un pedazo de tomo que recupera el mejor tono de la serie, que había quedado un tanto atrás tras el cuarto tomo, un autentico lujazo de comic.

Neikos dijo...

Lo mejor de todo que tras este tomo tienes la sensación,ahora más que nunca, de que todo puede pasar, algo novedoso para los que estamos acostumbrados a esto de los supers.

fer1980 dijo...

Si la verdad es que nada parece sagrado en este comic, tal vez ni siquiera Rick.

Anónimo dijo...

A Rick se le toma cariño, como a algún que otro personaje más, pero sí que es verdad que nada parece sagrado en este cómic por lo que es difícil encariñarse con nadie.

Pedazo de guionista que es capaz de quitarse personajes principales de enmedio sin que le tiemble la mano. Asustaíto me tiene.

Y, aunque parezca barato este cómic, es de los más caros en comparación. ¡J*der, que me ha durado media hora! Lo he devorado tan rápido que ya estoy deseando que saquen el siguiente. Así no hay manera...

Pd. Kirkman, te odio. ;-)

J.Mismo.

fer1980 dijo...

Si, empiezas a leerlo y no puedes parar, en ese aspecto me recuerda a los mejores comics de Miller, que te agarran por el cuello y no te sueltan hasta que has acabado.

Anónimo dijo...

Aay, sr. Fer, barriendo para casa ¿eh? ;-)

Pd. Aunque totalmente de acuerdo, eso sí.

J.Mismo

Anónimo dijo...

Que grosa que es esta historia. Es de lo mejorcito en el mundo del comic hoy en dia. Tiene un dejo con el Eternauta, pero mucho mejor desarrollada.

http://tintadehistorieta.blogspot.com

fer1980 dijo...

J. Mismo, si jeje, hay que aprovechar la coyuntura.

Tinta de Historieta, si señor, uno de los comics más interesantes que se pueden leer hoy en día.