Miller en la red.

El estreno de la adaptación cinematográfica de The Spirit ha vuelto a poner en la picota a Frank Miller, las criticas a su primera película como director han arreciado desde todos los frentes, y esta blogosfera nuestra no podía ser menos, sin embargo también ha habido gente que se ha acordado de quien es y que ha hecho Frank Miller, lo cual, ahora que hacer leña del árbol supuestamente caído, esta tan de moda, nunca esta demás.

El fuego lo abrió el amigo Bruce, quien se avino a traducir, este magnifico texto de Alan Moore, sobre los inicios de la primera etapa de Miller en Daredevil, esto sería complementado por Pepo en Con C de Arte, donde además dio una autentica lección acerca de lo que se supone que debe hacer un dibujante de comics, narrar una historia no dibujar bonito, la cosa culmino con el rescate por parte de Bruce de las primeras historias de Miller.

Empezando por el principio y leyendo el texto de Moore, es curioso observar que como señala Pepo, al principio de su carrera, Miller era ante todo un alumno aventajado de gente como Neal Adams, Jim Steranko o Will Eisner, aparte de ser un profundo conocedor del comic americano, su trabajo en Daredevil, la maestría narrativa que allí observamos es así un compendio de influencias de lo más variopinto, a las que pronto unirían las influencias del manga y en menor medida europeas, pero como de nuevo señala muy bien Pepo, este Daredevil con toda lo bueno que es, no es más que un trabajo primerizo de un genio que aprendía a pasos agigantados y que no dudaba en usar todo aquello que le pudiera servir para contar un buena historia.

Pero sin por algo se ha caracterizado Miller es por su necesidad de experimentar, de evolucionar de no quedarse estancado, Miller buscaba su propia voz, una voz que no terminaría de encontrar hasta Sin City, por el camino además de dejar obras maestras como DK, Born Again o Año Uno, Miller contó con dos obras capitales, Ronin y Elektra Lives Again, más allá de su calidad que la tienen y mucha, la importancia de estas dos obras viene dada por el paso adelante que suponen, en Ronin, Miller venía de hacer un Daredevil, que aunque novedoso, inteligente y visualmente poderoso, resultaba en muchos aspectos un trabajo bastante clásico, con Ronin, Miller iba un paso más allá, además de incorporar definitivamente elementos del manga cuando este era apenas conocido en los USA (algo que con lo que, en menor medida, y con mucho menor atrevimiento ya hizo en algunos comics durante su primera etapa marvelita), incorporo elementos del comic europeo (la presencia de Moebius es clara en toda la obra), realizando así una amalgama, un tanto extraña, que no impiden que Ronin (pese a ser una clara obra de transición en la trayectoria del artista), sea un comic reeditado continuamente y una de las obras más interesante de los magníficos 80, tras Ronin llegaría DK y muchos comics antes mencionado, en la mayoría de los cuales ejercería “simplemente” como guionista, su trabajo como autor completo no puede decirse que se estancase, ni mucho menos, pero si pareció carecer de avances tan significativos como en Ronin, o al menos así fue hasta , Elektra Lives Again, obra que supone el paso previo que lleva a Sin City, buscando una narrativa que acelerase lo que habitualmente se veía en el comic americano a la par que frenase la excesiva velocidad con la que transcurre el manga, Miller uso Elektra Lives Again, como una especie de rito de transición para llegar a lo que parecía ser lo que llevaba años buscando.

Y así llegamos a Sin City, su obra más personal, y también uno de sus trabajos más discutidos, y es que si bien nadie duda de la calidad de “El largo adiós” (nombre, que por cierto adquiría años más tarde), o “Ese cobarde bastardo", lo cierto es que su trabajo en la Ciudad del Pecado ha dejado que desear en muchas ocasiones, pero ¿cuál ha sido el problema?, bueno, bajo mi punto de vista es múltiple, por un lado, cuando Miller consiguió por fin encontrar aquello que llevaba, tantos tiempo buscando, se estanco un poco, y se volvió repetitivo, tras “El largo adiós”, y a lo largo de todo Sin City, apenas si encontramos innovaciones narrativas (aunque haberlas haylas), salvo un profundización en los hallazgos ya encontrados, esto no debería suponer un problema, de hecho no es un problema en “Ese cobarde bastardo”, si no fuera por que casi por primera vez en su carrera, Miller se preocupa excesivamente de al forma, y olvida el fondo, tanto en Ronin como en Elektra Lives Again, pese a su carácter de obras de transición, pese a experimentar con nuevas ideas visuales, encontramos dos magníficos comics en todos los aspectos, hay una historia que contar y Miller la cuenta, con garra, con nervio, con fuerza, como cuenta Miller las cosas, sin embargo en Sin City...la obra se torna en demasiadas ocasiones en un mero ejercicio de estilo, pero su mensaje queda disuelto ante las virguerías narrativas del autor, que muchas veces no parece preocupado por contar una historia, si no por como cuenta esa historia, da igual que en realidad no haya nada que contar, y ese es el problema, si uno mira 300, vera que es también un ejercicio de estilo, un experimento con el formato y la composición de página, sin embargo allí Miller, además de por como cuenta la historia se preocupa por la historia en si, y así de nuevo en 300 tenemos un comic magnifico, esto por desgracia no ocurre en muchos Sin Citys.

Habiendo alcanzado su culmen narrativo en Sin City, Miller parecía haberse estancado, sin embargo un autor caracterizado, por su innovación, por su experimentación, por buscar siempre nuevos caminos, no podía permanecer mucho tiempo quieto, y tras jugar durante años con la hallazgos de la Ciudad del Pecado, Miller realizo DK2, obra que ante la intromisión del cine todavía esta por ver si marca un antes y un después en la trayectoria del artista.

DK2, es probablemente una de las obras más polémicas de Miller, continuación de la que muchos consideran su obra maestra (DK), al contrario que en aquella, Miller busca rescatar los héroes coloridos de su infancia, con una historia que a primera vista puede alejar a más de uno: la estética, el color, la planificación de la pagina, todo en DK2, es distinto, es complejo..y puede tirar a más de uno para atrás, no voy a hablar de la narrativa en la obra, puesto que Pepo (que sabe mucho más que yo de estas cosas) ya lo hizo magníficamente, tampoco voy hablar en si de la obra por que eso ya lo hice hace un tiempo, solo quiero dejar constancia, que DK2 (pese a que un principio no me gusto nada, y es que los cambios siempre cuestan), es un paso adelante más en la carrera de Miller, un hallazgo narrativo de primer orden, y un comic que si no fuera por su conclusión un tanto precipitada, debería figurar en el Olimpo de los comics junto a su antecesora.

Después de DK2, Miller solo ha realizado All Star Barman y Robin (y solo como guionista), obra que a falta de leerla, se antoja a priori como un mero divertimento como en su día lo fueron el Spawn/Batman, o su número en la colección regular del engendro creado por Todd McFalane, queda por ver por tanto, la influencia de DK en la obra de Miller, cosa que se ha retrasado habida cuenta de la irrupción del mundo del cine en su vida, pero sea como sea, Miller, ha sido, es y probablemente será un genio...solo que los genios también se equivocan, pero de eso hablaremos la semana que viene.