Sigo por aquí con el repaso a las distintas etapas que sobre la colección emblema de Vertigo va publicando Pda, en este caso le toca el turno a la recién finalizada etapa escrita por el actual guionista de Daredevil, Andy Diggle y dibujada por el ya habitual Leonardo Manco.
Recopilada aquí en tres tomos la etapa de Andy Diggle y Leonardo Manco al frente de John Constatine ha sido al final más corta de lo que seria deseable, habida cuenta de lo interesante de lo planteado en estos apenas 18 números.
Empezando por el dibujante viejo conocido de la colección desde los tiempos de Carey, como siempre su estilo, siniestro, lleno de luces y sombras, se adapta como un guante al personaje y al entorno en el que este se mueve, Diggle por su parte, ha conseguido abrirse camino en el comic comercial americano, primero con Los Perdedores, serie de 32 números también para el sello Vertigo y que Planeta, aprovechando su llegada al cine va a recopilar en un solo tomo (tomaco más bien), después con diversos proyectos en el Universo DC (Green Arrow: Año Uno, Adam Strange con el gran Pascual Ferry o la primera saga de Batman Confidencial), para luego pasar a Marvel, donde tras una breve pero intensa etapa en los Thunderbolts, ha pasado a ganar cada vez más peso en la editorial siendo el actual guionista de Daredevil.
El Hellblazer de Andy Diggle recuerda bastante al de Warren Ellis, primero por la brevedad de una etapa que en un principio se antojaba mucho más larga, segundo por el excelente dominio del personaje, con una caracterización magnifica que le hacía parecer el guionista ideal para Constantine, dominio que además extiende a su entorno con un Londres que una vez más es otro personaje en la serie, recuerda también a Ellis por lo escatológico y violento de su planteamiento, donde la magia juega una vez más un papel clave, pero una magia que tiene muy poco de mística y si mucho de física, con un mago caníbal que adquiere el poder de aquellos magos a los que devora y un poderoso político en busca de la vida eterna, que asume la vida de los demás como propia para realizar toda aquella depravación que quepa en su retorcida imaginación sin temor alguno a las consecuencias.
Atrapado entre dos fuegos, Constantine tratara de enfrentar entre si a sus dos enemigos, poniendo por el camino a su entorno en peligro (algo ya bastante habitual en la serie), pero saliéndole el tiro por la culata, todo para acabar, sin embargo en una resolución demasiado fácil y hasta precipitada, que sin embargo permite a Diggle llegar al punto que andaba buscando desde que inicio su etapa.
El Constantine que Diggle se encuentra ha de ser por fuerza distinto al que deja con su marcha, y es que Diggle se hace una pregunta clave ¿cómo es que Constantine siempre esta metido en problemas?, ¿por qué su entorno siempre pierde haga lo que él haga?, ¿por qué la casualidad parece rodear su vida?, la respuesta que da Diggle a todo esto resulte tal vez poco satisfactoria, al fin y al cabo parece venir a exculpar a Constantine de gran parte de los errores, de las cosas que han ido mal en su vida, pero al menos permite un punto de partida totalmente distinto para el personaje, con un Constantine por fin solo, completo y responsable único de su destino; esto ya quedará en manos de Peter Milligan, un guionista algo irregular, capaz de lo mejor en obras como Blanco Humano o X-Statix, pero también de lo peor en comics como Elektra o X-Men, veremos que cara nos ofrece en Hellblazer.
6 comentarios:
Yo tengo una gran fe en Diggle, me parece un tipo que apunta maneras muy portentosas, controla el ritmo, la atmosfera y los diálogos con mucha maña, y tiene muy buenas ideas. De lo mejorcito que hay nuevo por ahi junto a Fred Van Lente y Aaron. Su Hellblazer me dejó turulato, el último número de su etapa podría funcionar perfectamente como fin de la serie.
No sé, ¿no te parece que justificar las cosas que le pasa a Constatine acudiendo a algo externo es demasiado facilón?, a mí al menos si me lo pareció.
Creo que Hellblazer es un personaje tremendamente adaptable a sus escritores, de hecho las etapas no se basan en sus historias sino en sus directores de orquesta y se pueden leeer casi en cualquier orden porque no es que tenga una historia muy lineal. Al principio quizás sí pero a partir de Ennis es algo que se pierde (por cierto para mí este último es de los mejores que ha tenido junto a Azzarello).
Me gustaría saber que tal es ese tomo que hablas de Los Perdedores, ¿de qué trata?
Sobre Los Perdedores la presentación de la serie reza tal que así "Una compañía de hombres dados por muertos están preparados para las misiones más suicidas. Los Perdedores son un grupo de guerrilleros que están dispuestos a lograr sus objetivos con el uso de la violencia y la alta tecnología. Y cuando estás muerto, no te queda nada que perder.", parece interesante.
Me olía un poco mál al principio, pero Diggle supo jugar del modo correcto enrevesando y encajando las revelaciones externas del modo apropiado con el tono y con el personaje. Precisamente me sorprendió por como algo que a priori me parecía horrible y propio de un mal imitador de Alan Moore me acababa gustando tanto al reirse un poco, en su transcurso, precisamente de ese rollo "elegido", "Mago o "Fuerza natural" en el que acaban derivando muchas series perdidas desde La Cosa del Pantano.
Si el requiebro sobre el rollo del “El elegido” está bien buscado e incluso sorprende, pero responsabilizar a un agente externo de las cosas malas que le han pasado a Constantine, en lugar de que la responsabilidad recaiga en el propio Constantine, no me termina de convencer en absoluto.
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