Hace poco y aprovechando que no tenía comics atrasados que leer me dedique al innegable placer de la relectura, con dos objetivos fundamentales, Los 7 soldados de Morrison, y el Hellblazer de Mike Carey, obra esta última de la que guardaba un grato recuerdo, pero que comentarios recientes del amigo Etrigan (cuya opinión valoro muy mucho), me hicieron tener ganas de revisar.
La que por ahora es la última etapa de la serie más longeva de Vertigo publicada en España, se compone de los números 175 a 215 USA, en España ha sido publicada en su mayoría por Planeta, excepto el primer tomo que recopila los números 175 a 180 que fue editado por Norma en su día. Mike Carey es el guionista de todos ellos y su llegada a la colección supuso una nueva “britanización” del personaje, tras la etapa de Azzarello único escriba de origen no británico que hasta ese momento había guionizado la serie regular del personaje. Viejo conocido de la línea Vertigo, siendo el autor entre otras de Lucifer, el aclamado spin-off de Sandman, Carey ha adquirido a día de hoy gran fama en el cómic comercial americano gracias sobre todo a su labor en X-Men (ahora X-Men Legacy), donde está realizando una solida etapa ampliamente anclada en la continuidad de la franquicia, demostrando su buen hacer como guionista.
En lo que los lápices se refiere, a lo largo de los 41 números que componen la etapa, y como viene siendo muy habitual en la colección el número de dibujantes será muy amplio, destacando un fugaz Steve Dillon (viejo conocido del personaje ya desde la etapa Ennis), y sobre todo los argentinos Marcelo Frusin (dibujante “semiregular” de la colección hasta el número 200) y Leonardo Manco, sustituto del anterior. Frusin, alumno aventajado del gran Eduardo Risso, suprime su falta de regularidad con un dibujo muy expresivo y lleno de elegancia mientras que Manco, con un estilo muy personal y un gran dominio de los contrastes de luces y sombras realiza un trabajo que se adapta como un guante al personaje y al tipo de historias que maneja Carey.
La larga etapa del guionista al frente de la colección, aunque estructurada claramente en ciclos argumentales (pensados para su posterior recopilación tomo), narra una historia rió que terminara desembocando en el redondo número 200, uno de los momentos más bajos y tristes en la historia de un Constantine (y uno de los mejores, si no el mejor, número de la etapa), que por primera vez en mucho tiempo se verá desbordado por todos los frentes. Al igual que sucede en casi todas las obras de Carey (en este aspecto su etapa en X-Men sería paradigmática), este se muestra como un maestro en el uso de la continuidad, por lo que asumiendo en su plenitud el legado de la etapa Azzarello, consigue el objetivo fundamental marcado con su llegada a la colección: el retorno a las raíces del personaje, llevándolo de nuevo por lugares comunes (regreso a Gran Bretaña, adiós al drama carcelario, vuelta a la magia en todo su esplendor…) y haciendo que en cierta medida la etapa tenga algo de regresión al restaurar el estatus tradicional del personaje. Como decíamos antes, la etapa se inicia con el regreso de John a Gran Bretaña tras su accidentadísimo periplo americano, tan accidentado que todo el mundo piensa que John está muerto. Constantine, maestro del engaño, no tiene la menor intención de negar tal condición, pese a lo cual decide ir a visitar a su hermana solo para descubrir que esta atrapada en una suerte de casa encantada. La manera de liberarla, le conduce a una historia mucho más grande en la que está relacionado su sobrina Gema y en la que tendrá mucho que ver la llegada de una suerte de perro demoniaco (el único ser al que Adán no dio nombre en el Paraíso) que parece anunciar el (enésimo) Apocalipsis.
Carey maneja aquí muy bien la tensión, y mientas cuenta otras historias en primer plano, la llegada del perro, y sus consecuencias permanecen en un discreto segundo plano hasta que la situación estalla. Constantine pide ayuda a diversos magos para detener la llegada del Apocalipsis, solo para acabar vilmente engañado y provocando el advenimiento de este, el guionista de Lucifer juega con habilidad sus cartas, y una vez más el gran trilero es estafado, algo más común de lo que parece en un personaje que detrás de su cínica actitud, que parece mostrarlo de vuelta de todo, esconde muchos y muy peligrosos fracasos. Sentadas así las bases de la gran historia que Carey está concibiendo antes del magnífico 200 USA, Constantine tendrá que usar todos sus recursos para detener una amenaza que el contribuyo a crear, aquí Carey hace un poco de trampas y fuerza la suspensión de incredulidad al máximo ya que la forma de derrotar la amenaza (con una Cosa del Pantano en plan Deux Ex Machina) resulta cuando menos difícil de creer, sea como sea, Carey sienta aquí las bases de lo que será el gran arco argumental de su etapa, que abarcar del 200 al 213, y que se inicia con Constantine sin memoria, y que incluye pactos demoniacos, el día más largo de la vida de John, la llegada de ni más ni menos que tres hijos, el retorno de Nergal, un espelúznate y magníficamente llevado viaje al corazón del Infierno…y una nueva resolución Deux Ex Machina, que muestra que aunque la etapa de Carey está plagada de buenas ideas y grandes desarrollos, tiene por desgracia conclusiones que dejan mucho que desear, y es que Carey pone tan contra las cuerdas al personaje, que apenas si le deja vía de escape.
En fin sea como sea, y releida la etapa me reafirmo en mi conclusión inicial, el Hellblazer de Mike Carey es un buen comic, no carente de llamativos defectos, que nos presenta al Constantine más puramente icónico (cínico, tramposo, faltón, mentiroso y siempre dispuesto a salvar el día…aunque probablemente sea culpa suya que el día tenga que ser salvado) y que deja su sello de manera imborrable en la vida del personaje.
2 comentarios:
Primero agradecer tu valoración sobre mis humildes opiniones.
Como yo también valoro muy positivamente las tuyas, tengo que hacerme con esta etapa. Confieso que leí los primeros recopilatorios de Carey y no me atrapó, de hecho no compré los siguientes. Si dices que es un buen cómic tendré que recuperar esta etapa.
Hombre no se, si no te gustaron los primeros tomos..., a mi desde luego si me parece una etapa muy interesante, y el número 200 y el tomo "La tierra donde van los muertos" me parecen muy buenos, lastima de conclusión, pero bueno, aún así creo que merecen la pena.
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