100 Balas, de Brian Azarrello y Eduardo Risso.

Hace ya unas semanas había venido realizando un repaso por la series de Vertigo que sigo hoy en día y me había quedado pendiente un breve repaso a 100 Balas entre unas cosas y otras el asunto se ha ido aplazando así que ya va siendo hora de completar es asunto.

Tu vida esta destrozada, no sabes muy bien como ni por que, pero algo ha debido ir mal, cuando creías que todo iba bien que las cosas por fin marchaban, algo paso, algo torció tu camino, ahora con un trabajo de miseria y sin futuro y atrapado en tu propia autocomplacencia, todo eso ha quedado atrás te limitas a sobrevivir como buenamente puedes, un día sin embargo entra en tu vida un misterioso personaje y te ofrece un maletín que si no cambiar tu vida si te ofrece al menos la esperaza de obtener retribución, el maletín contiene 100 balas irrastreables y pruebas inequívocas de que no fue el destino quien torció tu camino, el responsable tiene nombres y apellidos, y tal vez ha llegado la hora de ajustar cuentas.

Con este extraño a la par que sugerente planteamiento se iniciaba hace ya casi 10 años 100 Balas, la serie que por meritos propios se ha convertido en el estandarte actual de Vertigo, esas 100 balas no son sin embargo más que la mera excusa argumental con la que se inicia una colección donde el género negro más clásico encuentra su acomodo entre los sórdidos callejones de las ciudad y las altas esferas de las familias más poderosas del mundo, en una compleja trama de conspiraciones y contraconspiraciones en la que de momento las preguntas son mucho mayores que las respuestas

Y es que como ocurre en toda casi toda obra de Azzarello que se precie de serlo, 100 Balas destaca más por su cuidada y brillante ambientación, por la genial caracterización de los personajes (perdedores que quieren dejar de serlo, ganadores que aspiran a seguir siéndolo), y por lo magnifico de sus diálogos, que por su historia, historia que por otra parte se muestra en ocasiones como difícil de seguir, obligando casi a leer el comic con un bloc de notas al lado para poder tomar nota de todas las pistas que Azzarello va dejando caer.

Esto no quiere decir sin embargo que la trama de 100 Balas no sea interesante, todo lo contrario más bien, solo es compleja y requiere un mayor esfuerzo por parte del lector lo que siempre es de agradecer, haciendo un muy esquemático resumen, 100 Balas, narra la existencia de una organización empresarial/mafiosa compuesta por trece familias (agrupadas bajo el sobrenombre de “Trust”) que después de años de leal e imprescindible servicio deja en las estacada a su grupo de elite de soldados conocidos como los “milicianos” , uno de ellos el agente Graves esta dispuesto a tomar medidas, y se encargar de repartir maletines con 100 Balas, con objetivos bastante difusos, serán precisamente las motivaciones y secretos que rodean a Graves los que configuren gran parte de la trama que con tanta firmeza conduce Azzarello.

Capitulo aparte merece el dibujo de Eduardo Risso, y es que 100 Balas no sería lo mismo sin la brillante labor del dibujante argentino , de lo mejor que ahora mismo se puede ver en los USA, su limpia narratividad, sus sensuales mujeres, sus “intrahistorias” (Risso dibuja historias dentro de las historias, uno no sabe si por decisión propia o por deseos de Azzarello), y su magnifica composición de página, hacen de 100 Balas un producto visualmente demoledor (lo que se acompañado por la magnificas portadas de Dave Johnson), y contradicen la habitual tendencia de Vertigo hacia el dibujo mediocre, y es que pocos comics se pueden encontrar hoy en día mejor dibujados que 100 Balas.

En fin, que 100 Balas es una magnifico comic de serie negra, excepcionalmente dibujado y que proporciona momentos de lectura vibrantes que en cierta medida recuerdan al mejor Frank Miller ya que al igual que en sus mejores comics, 100 Balas te agarra del cuello y no te suelta hasta que has acabado de leer.