
La publicación del volumen I de la serie supuso en su momento un autentico impacto, uno nunca había visto unos Vengadores así, tan “modernos” , tan “realistas”, tan espectaculares, los guiones de Millar pese a estar llenos de clichés, sorprendían por lo diferente que eran respecto a otros comics Marvel de la época, los dibujos de Hitch, detallistas e impactantes se situaban por encima de le media, entre tanto espectáculo, The Ultimates parecían lo más de lo más....sin embargo el paso del tiempo y segundas y terceras lecturas demostraban que el comic era en realidad una sucesión de fuegos de artificio sin mucha sustancia, una película de acción de mucho presupuesto pero de poco fondo, que proporcionaba buenas sensaciones en una primera visión, ante la espectacularidad de la misma pero que se hace anodina, repetitiva y nada sorprendente en un segundo visionando, donde al haberlos visto ya antes los fuegos de artificio ya no camuflan sus múltiples defectos.
En estas y tras un tiempo más que prudencial llegó el volumen II de la serie, y llego repitiendo esquemas, de nuevo el primer arco se sustentaba en la lucha de Ultimates contra Ultimates, de nuevo los personajes eran más chulos que un ocho, de nuevo Millar se repetía como el ajo y convertía a todos sus personajes (con la posible excepción de Thor) en clichés con patas, de nuevo los diálogos contundentes y las frases chulas predominaban por doquier, Ultimates II era en un principio lo mismo que Ultimates I pero a la enésima potencia...lo que pasa es que ya ni sorprendía ni impactaba, todo sabía a ya leído, pero al menos era entretenido y teniendo en cuenta lo que Bendis estaba haciendo con los Vengadores de toda la vida, parecía que The Ultimates era lo más parecido a leer un comic de los Vengadores de toda la vida, sin embargo a medida que la serie iba avanzando, esta se iba torciendo cosa mala, primero presentando un “nuevo grupo de superhéroes”, Los Defensores, solo para reírse de ellos, para humillar con la ultimatización a personajes clásicos y a una serie ya mítica en Marvel, además se hacía un poco sin venir a cuento, como si Millar no supiese que hacer ese mes y dijese “vamos a reírnos un poco”, el problema es que a lo mejor solo se río el....
Por si esto fuera poco lo peor estaba por llegar, si ya muchos de los elementos del primer volumen resultaban cuestionables, en este segundo la actuación de los presuntos “héroes” bordeaba lo lamentable, no solo trabajan y dependían única y exclusivamente para un solo país, si no que además se dedicaban a invadir otros países (una suerte de Irak...que aquí si tenían armas de destrucción masiva) y a actuar como meros lacayos al servicio de la potencia mundial de turno, comportándose además como unos chulos, prepotentes a los que la vida humana les importaba más bien poco.
En este punto se puede discutir sobre si esta es la forma en al que se comportarían los superhéroes en la realidad o no, la verdad es que no lo se, pero desde luego ese comportamiento tiene poco que ver con el que se le presupone a un superhéroe, y es que este el problema fundamental de The Ultimates en su intento por acercarse tanto a la realidad, se carga en gran medida la baza fundamental del género: la suspensión de la incredulidad, y con ella además de producirse situaciones ridículas (como la de la fuga de Ojo de Halcón), trae consigo la perdida de la magia que significa leer las aventuras y desventuras de gente que pone la vida de los demás por encima de la suya, de gente que pretende marcar una diferencia y hacer un mundo mejor, con sus errores y sus aciertos, sus luces y sus sombras, no hay nada de eso en The Ultimates, no hay nada heroico en atacar un país saltándose las leyes del derecho internacional, no hay nada heroico en unos personajes que no dudan en matar a sangre fría a sus enemigos.
Lo más gracioso de todo es leer las declaraciones de Millar al respecto, frases como “lo único que hicimos fue mantenernos fieles a los personajes”, “una idea errónea que se tiene en torno a la línea Ultimate es que estamos intentado hacer historias del tipo “¿y si...?”, cuando es todo lo contrario...tenemos que recordarle a la gente por que (estos personajes) le gustaron en primer lugar” , solo provocan ganas de vomitar, ¿es ser fiel a Hulk transformarlo en un monstruo caníbal, un asesino sin conciencia?, ¿es ser fiel al Capi convertirlo en un asesino a sangre fría, en un ultraconservador?, ¿es ser fiel a la Viuda Negra, convertirla en una traidora, solo interesada en la venganza y el dinero?, ¿es ser fiel a los Defensores, reírse de ellos y humillarlos continuamente?, yo creo que no, más bien al contrario, esto solo envilece unos personajes con muchos años de historia a sus espaldas que ven sus esencias alteradas, solo por que queda más “cool”, todo esto no supondría un problema, son las versiones Ultimates de esos personajes y por lo tanto pueden ser todo lo distintos de los originales que se quiera...pero no me digas que te mantuviste fiel al personaje, por que has hecho todo lo contrario.
En definitiva, Ultimates es ante todo un colorido espectáculo de fuegos de artificio, que va en contra de las mismas bases del género y de los personajes de los que dice partir.
No es sin embargo esto algo único y exclusivo de The Ultimates, en los últimos tiempos estamos asistiendo a un paulatino envilecimiento del héroe y su concepto, lo que hace cuestionarse realmente su papel como tal, ahí esta el caso de Wonder Woman en Sacrificio (como dijo el gran Peter David la Diana que todos conocemos nunca habría hecho eso), de lo acaecido en Crisis de Identidad o de lo que parece avecinarse en Civil War, ciertamente no creo que esta sea el camino para el género, por desgracia parece que la influencia de The Autorihty ha llegado para quedarse, esperemos que la moda pase pronto.