lunes, 26 de diciembre de 2011

Fabulas después de La Gran Guerra.

Ya han pasado más de 30 números desde el fin de la guerra entre el Imperio y las fabulas exiliadas y la cosa sigue sin arrancar, a falta de un objetivo claro que encamine la serie Willingham parece limitarse a tirar hacia delante sin saber muy bien que hacer.

Una de las características fundamentales del sello Vertigo es que casi todas sus series tienen un principio y un final, en ese casi apenas si entraría Hellblazer colección concebida en todo caso como compartimentos estanco del guionista de turno y estructurada de tal forma que cada etapa se puede leer independientemente una de la otra, ahora Fabulas parece entrar también en ese casi. Cuando a principios de siglo surgió Fabulas su final parecía claro, creada en torno a la idea de que unas pocas fabulas legendarias habían escapado del mundo de fantasía en el que vivían para ocultarse en el nuestro de la garras de un malvado y todopoderoso Imperio, el esquema de la historia parecía que llegaría a su fin cuando las fuerzas del Imperio chocaran definitivamente con la Fabulas en el exilio. El choque se produjo en el tomo adecuadamente llamado La gran guerra, pero contrariamente a lo que pudiera parecer no supuso el fin de la serie.

Bill Willingham, guionista y creador del invento quería explorar que pasaba después de la batalla, quería saber como se iba a gestionar la posguerra y desde luego no estaba dispuesto a poner fin a una serie que tanto prestigio le había generado. El problema estribaba en que Fabulas, nacida con un enfoque muy claro, desde que dejo atrás ese punto de partida viene arrastrando una indefinición que no hace más que perjudicarla. Esa falta de scope queda ejemplificado en el número 100 americano de la colección. Se supone que un número simbólico de esta índole debía marcar un antes y un después y así parecía que iba a ser, así se vendía en los números previos de hecho. La gran amena surgida tras la guerra, el Señor Oscuro, El Hombre del Saco encarnado que había sido liberado accidentalmente por la batalla se disponía a arrasar con todo. En los números previos habíamos asistido a la larga preparación de los supervivientes para la batalla generándose unas expectativas truncadas por un número irrelevante en el que no pasa nada realmente significativo y en el que al final todo queda como estaba.

En el último tomo publicado en España, El supergrupo, Willingham juega con la idea de crear un grupo superheróico arquetípico (con momentos, todo hay que decirlo bastante graciosos), para al final cerrar la trama del Señor Oscuro de una forma un tanto chabacana y como poco anticlimática. Lo que por otra parte recuerda al cierre del ciclo fundacional de la colección con La Gran Guerra, una historia mucha más fría e impersonal de lo que cabría esperar para algo de semejante calado y al no menos anticlimático número 100 antes mencionado, y es que Willingham parece saber como generar expectativas pero rara vez esta a la altura de las mismas.

Fabulas empezó como serie fresca divertida, épica por momentos con un enfoque nuevo sobre las fabulas clásicas a las que conseguía dar una vuelta de tuerca. Ni siquiera la ideología militarista y derechizante del guionista (que no dudaba en plasmar en el papel a la menor oportunidad) impedían que estuviéramos ante una serie muy disfrutable que por méritos propios se había convertido en un símbolo del sello (naciendo dentro del mismo) como fueran Predicador o 100 Balas. Desde el final de La Gran Guerra, la ausencia de un enfoque claro y la convencionalización a la que esta siendo sometida la serie hacen que lejos de resultar interesante Fabulas parezca una de esas series televisivas de gran impacto al principio a la que por motivos comerciales se les alarga la vida artificialmente para acabar siendo un desastre. Aún hay tiempo de rectificar pero antes que nada es necesario saber que es lo que se quiere contar, y el señor Willingham no parece tenerlo claro

5 comentarios:

Pablo G. Naranjo dijo...

Me bajé después de la Gran Guerra. Guardo muy buen recuerdo de los números anteriores pero no me dolió dejar la serie entonces. Lo que se suele decir: de menos a más.

Anónimo dijo...

Por favor, explica lo de ideología derechizante y militarista de willingham... no es q dude de ello, es q no he leído Fábulas y me sorprende muchísimo, ¿puedes poner algún ejemplo de dónde se ve eso en la trama? GRACIAS!!

Fer1980 dijo...

Ternin, si sin duda fue un buen momento para dejarlo visto lo visto, además creo que en ese punto se consigue claramente una idea de obra cerrada.

Anónimo, bueno, el propio autor ha hablado en multitud de entrevistas sobre su amor por todo lo que tiene que ver con el mundo militar y sus ideas sobre la eutanasia, Irak etc, etc. El mundo militar del que además tiene amplios conocimientos tiene gran importancia en la planificación de La Gran Guerra que resolvió la trama central. En Fabulas además de en cosas como esa, esto se refleja también en que todo aquel que busca una salida diplomática o es un corrupto, un pusilánime o peor aún esconde aviesas intenciones. Famosas son también las diatribas que puso en boca de Feroz cuando expreso su admiración por Israel y su política militar. Son detalles como esos, de los que el cómic esta lleno (por no hablar cuando en Batman, para hacer un alegato contra la eutanasia destruyo al personaje de Leslie Thompkins poniendo por encima del personaje y su trayectoria, la idea que quería transmitir) lo que hacen que sus ideas se filtren en su obra. Lo que no impide como digo disfrutarla enormemente en sus primeros 75 números USA.

Anónimo dijo...

Soy el anónimo q preguntó... Me ha quedado clarísimo y me has dejado sorprendido, no me esperaba esas referencias en Fábulas para nada, MUCHAS GRACIAS!!!!

Fer1980 dijo...

De nada, aunque ya te digo que no perjudica la lectura, solo son detalles que aparecen de vez en cuando.