lunes, 20 de junio de 2011

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil, de crisis en crisis.

Personaje siempre al filo, si por algo se ha caracterizado la trayectoria vital del hombre sin miedo, desde que Frank Miller cogiera las riendas del personaje, ha sido por sus casi permanentes ciclos de crisis/renacimiento que no parecen tener fin siendo Shadowland y la próxima Reborn el ultimo caso, hoy vamos a hacer un breve repaso por alguno de los ejemplos más destacados.

La originaria etapa de Miller, es en muchos aspectos la iniciadora de todo esto, Miller cambio para siempre el scope del personaje, transformándolo de un héroe en esencia optimista a un personaje torturado, que en su peor momento llego a arrojar a la muerte a su principal nemesis.


Miller se valió de dos piezas claves para transformar a Daredevil, por un lado Elektra, amor de juventud que regresaba ahora a su vida convertida en una mercenaria asesina, por definición debería ser enemiga natural de Murdock, pero este al ser incapaz de dejar de amarla se ve atrapado en una espiral de la que ya no podrá escapar, por otro lado Kingpin, enemigo implacable, que nunca se mancha las manos y que bajo una apariencia de respetabilidad controlaba con mano de hierro el crimen de Nueva York, Murdock incapaz de vencerlo, se ve en no pocas ocasiones obligado a aliarse con él cuando no a recurrir a sus mismas tácticas para asestarle derrotas más o menos menores.

La muerte de Elektra y el enfrentamiento definitivo con Bullseye, dejaban a Murdock derrotado y casi sin posibilidades de seguir adelante, la primera gran crisis del personaje había llegado, aunque en este momento no hubo renacimiento en sentido estricto, o no lo hubo hasta que Miller acompañado de Mazzuchelli regreso, en Born Again, saga que prácticamente se puede leer después de la primera etapa de Miller, de la que es continuadora espiritual ya que retoma al personaje tal y como el mismo lo dejo sin que fuese necesario sabe nada de lo que había pasado en medio.


Born Again, probablemente el mejor cómic que ha publicado Marvel en su historia, sienta las bases del futuro del personaje, cuando más bien debería haber puesto fin a su trayectoria, sometido a la mayor prueba de toda sus historia, Murdock es destrozado hasta su mismo esencia solo para levantarse más fuerte que nunca y mostrarse casi invencible, Miller dejo a Murdock completo, sin embargo la historia que debía haber puesto fin a la trayectoria del personaje (¿qué más se podía contar después de algo así), no hizo más que iniciar el ciclo de crisis/renacimiento en el que desde entonces esta metido el hombre sin miedo.


No habría que esperar demasiado para asistir al siguiente ejemplo, protagonizado en este caso por Ann Nocenti y John Romita Jr., Murdock volvería a ser puesto a prueba, de nuevo con Kingpin de por medio y con la dualidad María y Tifoidea como estilete, Daredevil, asistiría a una nueva derrota tanto física como espiritual, que encontraría su cura (renacimiento) gracias a un viaje por la América profunda que llevaría al personaje literalmente al infierno, para luego (ya con Lee Wecks a los lápices) encontrase a si mismo y aceptarse de nuevo con sus virtudes y defectos, la etapa, una de las más interesantes de la trayectoria del personaje, tuvo la virtud, de, pese a lo que pudiera parecer, encontrar sus propia voz y alejarse de la imponente sombra de Miller, aunque para ello (no podía ser de otra manera) tuviera que traicionar, al menos a nivel espiritual, las consecuencias de Born Again.

Nocenti sería sustituida por D.G. Chichester a los guiones, el cual iniciaría también su propio ciclo de crisis/renacimiento (aunque sin poder concluirlo) acompañado en este caso de Scott McDaniel.


No fue aquí Kingpin el desencadenante de la nueva crisis de Daredevil, al fin y al cabo, Chichester ya se había encargado de que este derrotara definitivamente (eso se decía entonces) a sus poderoso enemigo, no, en este caso el motor de la nueva caída en desgracia del personaje sería el descubrimiento de sus identidad secreta, que llevaría al personaje a fingir su propia muerte para proteger a sus seres queridos y a crearse una nueva identidad con la que empezar de cero, la idea que sustentaba todo era modernizar al personaje (de ahí el nuevo traje/armadura tan noventero el) y crear todo un nuevo entorno para él.


Chichester no pudo, por diversos motivos que no vienen al caso concluir su trabajo, y sería Jean Marc DeMatties, acompañado fundamentalmente de Ron Wagner el encargado de narrar el nuevo renacimiento del héroe sin miedo, DeMatties, experto en el tratamiento psicológico de sus personajes, encontró en Murdock una autentica mina de oro, sus contradicciones (abogado-justiciero, católico que se disfraza de diablo), sus múltiples identidades (Matt Murdock, Daredevil, Mike Murdock. Jack) y su aislamiento de sus principales amigos terminaron hundir de nuevo al personaje (ni el mismo sabía ya quien era), el tratamiento de sock al que le sometería el guionista le permitía renacer otra vez limpio de polvo y paja y tal vez ya sin la necesidad de volver a recurrir a este esquema, de nuevo al personaje volvía a reconciliarse consigo mismo y a encontrar el apoyo de sus entorno.


No duraría mucho la cosa, el relanzamiento del personaje que supondría la llegada del sello Marvel Knights traería consigo al cineasta Kevin Smith a los guiones, que en un confeso homenaje a Born Again, vuelve a sumir a Daredevil en una profunda crisis, que le lleva a cuestionarse sus creencias y su misma esencia, y de la que de nuevo a base de fuerza de voluntad llegaría a salir no sin pagar un elevado precio con la muerte del verdadero amor de su vida: Karen Page.


El ciclo estaba de nuevo en marcha y sería la excelente etapa Bendis/Maleev la que seguiría por este camino, tomando elementos de la etapas de Miller (el tono fundamentalmente), Chichester (el descubrimiento de la identidad secreta del personaje) y Smith (el brutal impacto de la muerte de Karen), Bendis y Maleev construyeron una interesantísima historia-rió en la que el personaje era una y otra vez sometido a pruebas cada vez más duras, sin que (pese a reconocer que probablemente estuviera pasando por una crisis nerviosa) llegara nunca a doblar del todo la rodilla, siendo este tal vez el elemento clave de toda la etapa.


Muy distintas serían las cosas con Ed Brubaker y Michael Lark, si con Bendis, Daredevil estaba en permanente crisis siempre al borde del colapso total, pero manteniéndose de pie por pura fuerza de voluntad, el indomable espíritu de Murdock se quebraría bajo la dirección de Brubaker, que de nuevo volvió a recurrir a la eliminación de su pareja (en este caso no física, pero si mental) para iniciar una espiral de autodestrucción y aislamiento que al final le llevarían al frente de La Mano, donde ya con Diggle, Daredevil volvería a sufrir su enésima crisis que tendrá sus despertar en Reborn de cara a la llegada del nuevo equipo creativo, con Mark Waid, Marcos Martín y Paolo Rivera a la cabeza.

Este continuo e interminable ciclo de crisis/renacimiento parece que va encontrar un paréntesis en esta nueva etapa que se abre, o al menos esas son las intenciones de Waid, pero uno que ya ha leído demasiados comics sabe de sobra que solo es eso, un paréntesis antes de que Daredevil vuelva a caer para levantarse con más fuerza que nunca, algo que a estas alturas, y para bien o para mal, es una de las señas de identidad más relevantes del personaje

2 comentarios:

Ovi-One dijo...

Tu repaso expone una certeza incuestionable con DD: es un personaje de ciclos. Cosa que, por cierto, empiezo a ser extensible a cualquier superhéroe de más de cuarenta años, parece inevitable que posean cierto argumento que se repite constantemente, véase Thor o también Batman como ejemplos de ello.

En todo caso, con la etapa de Bendis o la de Nocenti se demuestra que, por mucho que el personaje pueda resultar un poco redundante por la repetición de esquemas, siempre puede haber algún guionista que ofrezca algo nuevo sobre lo ya escrito. La cosa es que DD puede ser depresivo o alegre, da igual, el caso es que se debe escribir bien.

Y eso es algo que nos ha dolido en la etapa Brubaker y en la aún más fallida etapa de Diggle.

Fer1980 dijo...

Esta claro que en personajes con tantos años de historia y sin apenas posibilidad real de evolución (en el sentido de que siempre han de tener la misma edad, un staus parecido etc, etc) los ciclos son constantes.

Pero bueno al final todo es cuestión de dos cosas: por un lado talento (hay un abismo entre el partido, casi nulo, que saco Chichester al tema de la identidad y el oro que de ahí extrajo Bendis) y por otro conocer a los personajes (de nuevo poniendo a Bendis de ejemplo, si, se las hizo pasar putas, pero DD nunca se rendía a base de fuerza de voluntad tiraba hacía delante, Brubaker también se las hizo pasar putas, pero convirtió al personaje en un pusilánime que no lo conocía ni la madre que lo parió).