La inmensa calidad de la Tierra X (una de los mejores comics de la historia de Marvel) hacía presagiar que de la pareja formada por Alex Ross y Jim Krueger solo podía salir oro puro, la enorme decepción que supuso Justicia vino a demostrar que una buena obra (una magnifica obra) no significa que los mismos autores vayan a hacer más, aun así me acerque con ganas a este Vengadores/Invasores, (recopilado aquí por Panini en dos tomos) ya que la historia prometia.
En los tiempos que corren en la Marvel actual, donde a los villanos se les dan las riendas del poder como si tal cosa, donde criminales confesos como Osborn tienen las llaves del reino, donde nada tiene sentido y donde los héroes parecen más preocupados por perseguirse con saña entre si mientras consienten que los villanos hagan lo que les place; comics como Vengadores/Invasores adquieren más fuerza que nunca.
Y es que con Vengadores/Invasores nos encontramos ante todo con un comic de superhéroes que no se acompleja de serlo, un comic con una estructura clásica (demasiado clásica, tal vez) con mucha acción, con conflictos morales, con caracterización de personajes, con héroes que aunque primero se enfrentan entre si tras los malentendidos iniciales luego luchan contra villanos, en fin un comic clásico en todos los aspectos posibles, con todo lo que ello tiene de bueno, de malo...y de atrevido en el contexto actual.
El dúo Ross/Krueger (acompañados aquí por un mediocre pero cumplidor Steve Sadowski) han demostrado con creces que es el tipo de obras que les gustan y que como tal revindican y crean, tanto en la trilogía X como en Justice muestran la versión más icónica de los personajes, buscan ir a las raíces misma del genero, y eso es lo que hacen aquí, en una obra que por desgracia es mucho más cercana a la segunda que no a la primera.
El proyecto impulsado por Ross y al contrario que en otras ocasiones integrado plenamente en la continuidad del Universo Marvel actual, se sitúa poco después de la Civil War, con el Capi ya muerto y con Bucky habiendo asumido su papel, la historia juega con un clásico de la casa: los viajes en el tiempo, y enfrenta a los Invasores (el grupo creado en los 70 por Roy Thomas, quien en un genial ejercicio de retrocontinuidad hizo que el Capi, Bucky, Namor,la Antorcha Humana original y su ayudante Toro se aliaran para combatir al Eje durante la II Guerra Mundial) con los Vengadores actuales, divididos en dos bandos por la antes mencionada Civil War, la llegada de los Invasores al siglo XXI permite jugar con la idea de enfrentar el Namor antiguo con el nuevo, de que Bucky se vea a si mismo convertido en el Capi o de que este observe como ha ido el mundo tras la victoria aliada en la II GM.
Desde un primer momento el conflicto esta servido, y es que en una inteligente maniobra de Ross y Krueger los Invasores llegan cuando los Nuevos Thunderbolts persiguen a Spiderman sin preocuparse por las victimas que dejan por el camino, mientras que este trata de huir salvando vidas por el camino ¿quién creerías tu que es el héroe?, pues eso, a partir de ahí el conflicto se desencadena y la historia, estructurada claramente en tres partes con la presencia de dos villanos clásicos de los Vengadores, y con el Cubo Cósmico (objeto de tremendo poder capaz de hacer realidad los sueños de su portador) de por medio poniendo a prueba la moralidad de unos héroes que por una vez se comportan como tales, la historia además deja abierta puertas para el futuro para un miembro de los Invasores.
Como digo la estructura del comic es clásica a más no poder, tal vez demasiado, pero aún así por todo lo que supone de reivindicación de una determinada forma de hacer comics de superhéroes, merece mucho la pena, evidentemente no estamos ante otro All Star Superman, no todo el mundo puede ser Morrison y Quitely, pero el comic es entretenido, bien llevado y recuerda con fuerza a una manera de hacer comics que desde la salida de Busiek de la Marvel (y con excepciones como Hercules, Nova, X-Force o X-Factor) simplemente ya no se contemplan en la antigua Casa de las Ideas.
2 comentarios:
Pues me lo he acabado de leer hace escasamente una hora y la verdad es que no me ha gustado demasiado. Creo que doce números son demasiados para lo que ha contado.
Puede ser, pero me ha gustado su regusto clásico.
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