Como hoy no tengo demasiado tiempo aprovecho para recuperar una reseña que hice para comixaría de uno de los comics que con más ganas esperaba este año, Los Leones de Bagdad que recientemente a publicado Pda en un bonito formato.
Año 2003 durante el bombardeo de Irak, cuatro leones escapan del zoo de Bagdad, este hecho en principio no demasiado relevante es usado por Brian K Vaughan y Niko Henrichon, para plantear una interesante propuesta en torno a los limites y el concepto de la libertad así como sobre las formas de obtenerla, en una nada disimulada referencia a la situación de Irak.
Vaughan, que ya ha demostrado su enorme capacidad para introducir tramas políticas en su comics (ahí están obras del calado de Y, The last Man o Ex Machina), recurre al tradicional formato de la fabula para a través de unos animales (en este caso leones) humanizados, mostrarnos los diferentes planteamientos que en torno la libertad recién obtenida surgen, así las diferentes posturas irán desde el temor de la más veterana que añora la seguridad del zoo y recela del nuevo mundo que se abre ante ellos, a las ansias y ganas de libertad de la leona más joven que si acaso duda de una libertad que no han obtenido ellos mismos si no que ha sido otorgada a la fuerza, todo ello pasando por la expectante atención del macho de la manada y la excitación del cachorro para el que todo es nuevo y maravilloso, un panorama de puntos de vista que sin duda abre todo un abanico de posibilidades en torno al ya de por si interesante planteamiento de la obra.
El comic bien escrito y manejado, peca de algo que en otro tipo de relato tal vez sería virtud pero que en lo que se supone pretende ser una fabula se convierte en un claro defecto que limita el potencial de un tebeo que a priori contaba con todos los visos (por planteamiento y autores) de convertirse en una obra maestra, y es que Vaughan, no se moja en ningún momento, se limita a plantear las cosas sin conducir la situación hacia ningún lado y la “moraleja” final, no puede ser más desordenada y confusa, las fabulas son ante todo cuentos moralizantes, con una moraleja clara y diáfana que por muy discutible que pueda ser nunca ha de mostrarse ambigua, Vaughan al utilizar en forma y fondo la estructura de una fabula clásica y por contra mostrarse ambiguo y timorato en la conclusión falla estrepitosamente a la hora de plantear un comic que por potencial podía haber ido mucho más allá.
No se puede decir lo mismo de Niko Henrichon, autor poco prolífico, pero que en este comic realiza un trabajo sensacional en todos los aspectos, inspirado en esa magnifica película de la Disney que es El Rey León, Henrichon, convierte el comic en un espectáculo visual que ya de por si justifica la existencia de esta obra, una lastima que el guión no esta a la altura de su trabajo ya que si no estaríamos ante una autentica maravilla con cotas de calidad difíciles de alcanzar.
Como conclusión, solo cabría decir que si bien Los leones de Bagdad, es una obra magníficamente dibujada y con un planteamiento con infinitas posibilidades, la “cobardía” de su autor y su misma indefinición, la transforman en una obra si no mediocre si muy lejos de lo que cabría esperar, una lastima, y una de las más grandes decepciones del año, y es que realmente el comic lo tenía todo para ser mucho más de lo que finalmente a resultado ser.
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