Vamos terminado el repaso por los cómics que quedaron pendientes del top del año pasado, hoy con Asteryos Polyp de David Mazzuchelli obra que hace buena la mítica frase pronunciada por Ridley Scott a cuento de Blade Runner: “A veces en el diseño esta el mensaje”.
David Mazzucchelli, artista de brillante trayectoria en el género superhéroico (dibujante ni más ni menos que de Año Uno y Born Again, dos de las obras maestras del género) ejemplifica en si mismo la búsqueda de la independencia artística y creativa. Resulta evidente que Mazzuchelli podía haberse refugiado en su estatus de superestrella del genero, haberse quedado allí para buscar vivir de las rentas, no sería el primero en hacelo. Por contra, Mazzuchelli tomo el camino difícil, busco explorar el medio, hacer su propio trabajo sin más condicionantes que lo que él mismo quisiera ponerse. Su búsqueda culminada con éxito, le ha llevado a convertirse en uno de los autores independientes más respetados y admirados, aunque bien es cierto que su trabajo, demasiado dilatado en el tiempo le hacía correr el riesgo de caer en un olvido sin duda inmerecido. En este sentido Asteryos Polyp, su primera novela gráfica y trabajo que se presuponía monumental habida cuenta el tiempo que el artista llevaba en ello, era esperado con un mezcla de expectación y curiosidad ante lo que todo parecía indicar sería el trabajo más relevante de Mazzuchelli hasta la fecha.
Leído el cómic, y valorado con la perspectiva que da el año transcurrido desde su publicación, cabe constatar que pocas veces la forma condiciona y define tanto el fondo como en esta obra. Concebido para aprovechar al máximo los recursos del medio, Asteryos Polyp resulta en ocasiones excesiva. Excesiva en la forma que apabulla al lector con soluciones gráfica sorprendentes en su complejidad y excesiva sobre todo en el fondo, aunque por desgracia más por lo que pretende conseguir, que por lo que en realidad termina consiguiendo. Mazzuchelli narra en el obra, el auge, caída e intento de redención del personaje central, Asteryos Polyp a través del cual trasmite su forma de ver la vida e intenta en cierto sentido llegar a la VERDAD así en mayúsculas sobre el sentido de la misma.
Demasiado ambiciosa tal vez, casi nacida con la obligación de ser una obra maestra absoluta y por ello fallida en el fondo, lo cierto es que cabe agradecer la valentía con la que el dibujante de La Ciudad de Cristal afronta el reto auto impuesto. Un reto claro, imposible de conseguir pero que pese a todo trae consigo una obra visualmente brillante, en al que todo esta condicionado en función de su plasmación en el papel donde Mazzuchelli homenajea y extrae recursos de los más grandes del medio y donde la página aparece como vehículo narrativo sobre la que se aposenta la obra. Destaca también en este aspecto el color, convertido en el elemento narrativo de primer orden y que transmite en todo momento tanto el estado mental de su protagonista como el lugar físico en el que se haya.
Más allá del plano visual sin embargo es donde resulta fallida la obra: tratar temas universales, jugar con los mitos griegos en clave moderna, hablar de la dualidad del hombre y la vida (elemento este sin duda clave en el cómic) requiere ir mucho más lejos de lo que Mazzuchelli lo hace en esta obra. Una obra que si, es un espectáculo digno de contemplarse.....pero que al final resulta poco más que eso, y es que cuando el autor verbaliza lo que quiere contar, cuando la palabra trata de imponerse sobre el dibujo, es cuando el cómic parece perder fuerza y desinflarse, cayendo en no pocas ocasiones en el tópico, pecado nada venial para una obra concebida para ser rupturista. Y es que si como decíamos más arriba el ser ambicioso es algo digno de admirar, lo cierto es que si se quiere ir por los caminos que Mazzuchelli transita en esta obra tal vez fuera necesario ser aún más radical. En todo caso sigue siendo una de las obras visualmente más estimulantes que se ha visto en años, lo que sin duda le hace merecedora de los muchos parabienes recibidos a la par que la señalan como uno de los mejores cómics editados durante el pasado año.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo. Se trata de un cómic en el que la forma se impone al fondo, en el que la experimentación gráfica resulta lo más interesante. La historia me parece fallida y demasiado pretenciosa. En definitiva, un cómic que tiene su interés en lo gráfico (aunque no es el tipo de dibujo que me entusiasma) pero cuya lectura me deja muy frío.
Si, lo que pasa es que es tan chulo, tan abrumador desde un punto de vista visual que termina mereciendo la pena.
Publicar un comentario