Escribía el otro día sobre alguna de las principales características que ha tenido la década recién finalizada en el comic de superhéroes, dejaba para el final una breve referencia a la importancia que en estos años ha tenido la figura del héroe descreído, hoy toca retomar el tema.
A la hora de hablar de influencias hay que tener muy claro que el concepto dista mucho del de calidad, una obra un autor puede haber sido muy influyente en una determinada época, sin que su calidad sea ni mucho menos algo incuestionable, así tenemos el ejemplo de Rob Liefeld uno de los autores más influyentes de principios de los 90 cuya calidad ha sido casi siempre muy cuestionada, por otro lado la influencia de un autor o de una obra suele ser algo más objetivo, o mejor dicho, más fácilmente demostrable que su calidad, que siempre depende más bien de gustos personales (aunque personalmente creo que hay obras cuyas calidad es incuestionable, independientemente de que a ti particularmente te gusten o no), volviendo al ejemplo de Liefeld, su influencia en esos años es clara, y en cuanto a su calidad aún hoy existe mucha gente que defiende su trabajo con fervor.
Partiendo de esta base, esta década como todas ha tenido una serie de obras representativas, cuya presencia ha influido y configurado de una manera u otra el devenir del género, puede que haya más, pero hoy nos centraremos en dos: The Authority y Crisis de Identidad.
The Authority, creada por Warren Ellis y Brian Hitch, llevo el concepto sobre el que se asentó la etapa de Morrison en la JLA a su enésima potencia, seres superpoderosos enfrentados a amenazas cada vez más grande en un tour de force sin aparente fin, pero si la base era semejante, el desarrollo era bien distinto, The Authority eran héroes prácticamente antisistema, que no aceptaban ordenes de nadie, que bebían, fumaban y se drogaban cuando les venia en gana, que usaban sus poderes para acabar con sus enemigos sin apenas escrúpulos, que no eran ni pretendían ser un ejemplo para nadie, que estaban dispuestos a hacer lo que creían que debía hacerse sin pensar en nada más y que desde luego no iban a esperar a que el villano de turno actuase, iban a por él antes de pudiera hacerlo, eran héroes posmodernos y descreídos que se comportaban acordes a su esencia: dioses en la Tierra con debilidades muy humanas; todas estas características ya presentes en Ellis, se elevaron a la enésima potencia cuando Mark Millar se hizo con los guiones de la serie, con el escocés al frente de al colección los niveles de violencia y la amoralidad de los protagonistas de la serie llegaron a poner nerviosos a los jefes de la DC que tras cancelar la colección, la relanzaron con una oportuna suavización de los personajes y entornos, lo que no hizo si no que convencionalizar el concepto.
Es curioso observar como en The Authority ya encontramos algunas de la claves de la década como el decompressive storytelling (aunque lejos de los niveles que llegaría a alcanzar), el arco argumental destinado a sus posterior recopilación en tomo o la actitud chulesca y prepotente de sus protagonistas, todos más chulos que un ocho y con diálogos “molones” como bandera, pero es aún más curioso observar como, algo que en una colección de universo tan joven como el de Wildstorm, y que podía tener sentido allí, fue poco a poco exportado a los universos Marvel y DC, sin llegar nunca a los niveles de The Authority, la proactividad, la violencia excesiva y sobre todo, el cuestionamiento de al figura del héroe, y de su propia moralidad llego al corazón del comic de superhéroes.
Y así llegamos a Crisis de Identidad, cuya influencia es aún si cabe mayor que la de The Authority, la obra de Brad Meltzer y Rag Morales, surgida a mediados de la década, fue un autentico exitazo (o lo fue a los niveles en los que se ha movido la industria estos años), y su importancia radica tanto en que volvió poner de moda los crossovers o en poner de nuevo de relieve la identidad secreta de los superhéroes como pieza clave de su existencia (en definitiva la Civil War viene de todo esto) como en que termino de cerrar el camino ahondado por la obra de Ellis y Hitch, así Crisis de Identidad supuso el cuestionamiento definitivo de la figura del héroe de cara al nuevo milenio, solo que en este caso lo hacía no con héroes creados casi ex profeso con apenas bagaje detrás, lo hacía con Flash, lo hacía con Green Arrow, lo hacía con Zatanna, héroes de toda la vida, que ahora lo parecían menos, el envilecimiento de la figura del superhéroe, en su afán por volverlos aún más humanos, permitió justificar que personajes que como Superboy Prime, que en Crisis en Tierras Infinitas, lo había sacrificado todo por permitir la existencia de una nueva Tierra, se volviera un autentico psicópata 20 años después, permitió que el Capitán América e Iron Man se enfrentaran a muerte por una diferencia de criterio y permitió al fin que a un asesino confeso como Norman Osborn se le entregaran las llaves del reino como si tal cosa.
Todo esto empezó en The Authority y se apuntalo en Crisis de Identidad, de esta fase parece que empezamos a salir ahora con la Edad Heroica marvelita y con al presumible influencia de Crisis Final en DC, pero durante esta década hemos tenido unos héroes que en ocasiones han estado más preocupados por pegarse entre sí, pactar con demonios o incluso matar a inocentes, que por ser héroes, personalmente creo que tanto The Authority como Crisis de Identidad son buenos comics, aunque en general he de decir que no me entusiasma su influencia a lo largo de esta década, en todo caso no es culpa suya haber tenido tanto éxito.
7 comentarios:
Es curioso que a mi me gustó mucho Authority (más con Millar), aunque no la he vuelto a releer, pero no me gustó nada CI. Creo que es por lo que dices, acepto el superhéroe posmoderno cuando es de nuevo cuño, pero no cuando es la remodelación de uno ya establecido.
Lo malo de todo esto es que todo es seguir modas y para qué? Han aumentado los seguidores de los universos? Si hubiéramos seguido enrocados en los 80, con las concesiones pertinentes a la posmodernidad, estaríamos peor?
A mí "Crisis de Identidad" fue el tebeo que me devolvió el interés en la continuidad DCera y, pese a parecerme mediocre, creo que es de lo más salvable de la producción super-heroica de los últimos años. Además, a mí personalmente no me importa que los personajes se vuelvan oscuros, viciosos o amorales siempre y cuando lo hagan en las páginas de un comic bien escrito y dibujado. Los códigos del género están ahí para ser respetados, combinados con otros, ignorados o simplemente dinamitados. El que se haga bien o mal no depende tanto del qué como del cómo (ahí entraría la eterna ejemplificación con "Miracleman" o "Watchmen", donde se lleva el concepto del super-héroe a terrenos inexplorados con gran acierto.)
Por otro lado, "The Authority" me parece una lectura resultona en la etapa Ellis-Hitch y una bomba de diversión y desenfreno en los números firmados por Millar y Quitely (¡cómo baja el listón cuando este dibujante se asuenta, por dios!). Sus "herederos" ya no me hacen tanta gracia, salvando "The Ultimates", que a mí sí me gusta bastante (ya sé que a ti no, Fer).
De todos modos, siempre he creído que no hace falta deconstruir un personaje y traicionar su esencia para hacer con él un buen comic: ahí tenemos "All-Star Superman" o "Red Son". Más icónicos y representativos de lo que siempre ha sido la gran S no podrían ser (y eso que no pertenecen a la continuidad oficial...).
Lord, bueno los 80 pasaron, coincido contigo en que fueron una edad de oro para el comic de superhéroes, pero ahora se debe mirar al futuro, el problema es que eso hasta ahora ha supuesto desnaturalizar el género lo que es algo que no me termina de gustar, a ver qué rumbo tomo la cosa en los próximos años.
Jero, a mi Crisis de Identidad me gusto mucho, más en su momento que ahora, y también creo que está bien romper las barraras del género, pero hacerlo en el corazón de UDC, y hacerlo así me parece peligroso (es curios los que mencionas de Otros Mundos, allí es más fácil), por que la tendencia que se crea es que el género vaya perdiendo sentido como tal, por otro lado Crisis de Identidad “inauguro” algo de lo que tanto DC como sobre todo Marvel abusaron mucho en esta década, los personajes se adaptan a la historia y no a la inversa, ¿qué hay que hacer que un personaje actué de manera contraria a su naturaleza y trayectoria vital para que encaje en la historia que se quiere contar?, se hace y punto, y eso me parece demasiado facilón, pero bueno, que si que Crisis de Identidad me gusto, no tanto su influencia.
Sí fer, si no digo que haya que volver a los 80. Lo que me refiero es que por hacer algo nuevo hemos acabado peor, que el cambio se debería haberse hecho con más tiento y no dejarse llevar por una moda. Las modas son pasajeras.
Si estoy de acuerdo contigo, creo que habría que hacer una reflexión sobre que tipo de comics de superhéroes se quieren hacer y que publico se quiere llegar, por este cada vez es menor.
No habia notado la importancia de la CI en el universo DC. Creo que esos siete numeritos son un bodrio de tomo y lomo. Es que no es más que volver a orbitar alrededor de lo que hizo Moore en Watchmen, hay un crimen como inicio, hay una suerte de violación en una viñeta ambigua,etc. Vamos matando personajes terciarios. En fin creo sinceramente que no se ha superado el listón marcado por Moore,Miller y compañia.Ni la re-construcción heroica de Morrison ni nadie, salvo Warren Ellis, que tiene el problema de ser desprolijo y desparramar ideas en varias obras como Black Summer, No hero y the authority. Sin embargo creo que donde Ellis la ha bordado es con Planetary y Global Frequency. En estas dos creo que si ha respondido a lo trazado sobretodo por Miller en sus DK.
saludos fer
Pablo, si la sombra de los 80 y de sus dos genios más representativos es muy alargada aún hoy en el género, pero bueno, independientemente de su calidad, Crisis de Identidad me parece objetivamente, uno de los comics más influyentes de la década pasada tanto en Marvel como en DC.
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