miércoles, 24 de marzo de 2010

Dexter 4ª temporada, recuperando el sendero.

Este año (aunque más bien habría que decir esta temporada 2009/2010) he visto (y estoy viendo, vaya) muchas series, pocas me han impactado tanto como la cuarta temporada de Dexter, hoy me apetece escribir un poco sobre el porqué.

Dexter es otra de esas series que justifican a las claras el tópico (que como todo tópico, encierra tanto de verdad como de mentira) de que el buen cine americano se esta haciendo a día de hoy en la televisión, llegando a alcanzar unas cotas de calidad realmente sorprendentes.

La primera temporada sirvió para presentar al personaje y a su entorno, en ella la trama se centró en la elección que tuvo que hacer Dexter entre sus raíces y el mundo que se había creado, la segunda tuvo momentos de una tensión casi asfixiante con Dexter puesto contra las cuerdas y al borde de ser detenido.

Juntas, las dos primeras temporadas mostraban algunas de las claves del excepcional momento por el que pasa la ficción televisiva americana: excelentes guiones, actores comprometidos y de contrastada calidad, cuidada factura técnica, planificación capitular brillante con continuaras impactantes y una idea clara de lo que se quiere contar.

La tercera temporada languideció sin embargo del que probablemente sea el mayor problema de no pocas series, esto es querer seguir más allá de donde la lógica parece dictar, abusar y sobre-explotar un proyecto que merecía un final digno; y es que la tercera temporada de la serie, centrada en la posibilidad de que Dexter pudiera tener un amigo resulto todo lo contrario que las dos anteriores, carente de ritmo, anodina, lenta con momentos realmente increíbles y con una resolución que rozo el ridículo, parecía dejar claro que la serie había tocado techo y que ahora empezaba el lento descenso hacía la cancelación forzada.

En estas llegó la cuarta temporada, que partiendo de una estructura argumental que recordaba a la primera y centrada en la idea de si era posible que Dexter tuviera una familia, no prometía a priori, ser gran cosa, y sin embargo probablemente haya sido la mejor de todas.

Tomando elementos de las tres primeras temporadas (el asesino psicópata que obsesiona a Dexter de la primera, la puesta en peligro de la identidad de Dexter de la segunda, y la posibilidad de encontrar alguien afín de la tercera), la cuarta temporada de Dexter ha sido un continuo sufrimiento en espera de la llegada del siguiente episodio, con una tensión contenida brutal, y unos giros de trama soberbios, la temporada que empezó lenta, pareciendo cumplir los peores pronósticos, poco a poco fue cogiendo ritmo hasta llegar a alcanzar momentos escalofriantes.

Dexter el hombre que no podía sentir, el hombre que fingía tener una vida para protegerse a si mismo, va a darse cuenta, que creer estar fingiendo algo, no significa que realmente lo estés fingiendo, que hay cosas que ningún muro puede frenar, y que por mucho que lo intentes, lo que realmente sientes dentro de ti, no aflora hasta que temes perderlo todo.

Una temporada soberbia, con un final que deja con ganas con muchas ganas de que llegue al quinta temporada, y es que, al menos de momento, parece que en Dexter hay muchas cosas que contar.

4 comentarios:

Paco Hernández dijo...

ahora el problema es mantener el nivel en la quinta, y si lo mejoran ya es el acabose O_O

fer1980 dijo...

Cierto, cierto, pero que ganas tenemos de ver si lo consiguen ¿no?.

Anónimo dijo...

Pues a mi la tercera temporada no me pareció tan mala. Miguel Prado me pareció un buen villano, y las maquinaciones que se traía con el despellejador me molaron. De hecho me gustó más ese clímax que el de la primera temporada, aunque el de la segunda me pareció insuperable. A ver que tal está esta cuarta pues yo todavía estoy por el comienzo y me ha parecido un poco lenta, pero ya me han avisado de que va a más conforme avanzan los capítulos.

Esperemos que haya Dexter por mucho tiempo, siempre y cuando mantenga el buen nivel.

fer1980 dijo...

No se, a mi no me convence nada de nada Prado, no me lo creo y todo me parece demasiado rocambolesco, pero bueno sobre gustos...