Persepolis, una historia que merecía ser contada, un comic que merece ser leído.

Uno no sabe nunca hasta que punto la infancia marca los caminos que seguirá en un futuro, en mi caso los comics de superhéroes marcaron mi crecimiento y formación como persona y aún hoy siguen condicionando la inmensa mayoría de mis compras comiqueras, sin embargo de vez en cuando una busca cosas distintas que le llenen más que las eternas disputas de nuestros queridos héroes en leotardos, ahí entran comics como Persepolis que te demuestran la grandeza de este medio para trasmitir historias y sensaciones, con una fuerza que ningún otro medio consigue igualar.

Desde una perspectiva occidental, Irán se vende como un país de fanáticos religiosos y “casiterroristas” que se niegan aceptar las reglas del juego, reglas por supuesto escritas y defendidas casi en exclusiva por occidente, la imagen potenciada desde unos medios de comunicación que parecen haber perdido el espíritu critico habiéndose tornado en meros seguidistas de la versión oficial es fácilmente cuestionable por cualquiera que busque informarse por su cuenta más allá de lo que le dan, sin embargo aún así encontrarse con un comic como Persepolis, supone un soplo de aire fresco en un mundo en que la verdad oficial parece haberse convertido en la única verdad defendible.

Persepolis es un relato autobiográfico en el que la autora, Marjane Satrapi, nos narra sus vivencias en el Irán donde creció, un Irán revolucionario y dispuesto a luchar por la libertad que sin embargo acabo encerrado en una restrictiva república islámica que destrozo los sueños de democracia y libertad.

Persepolis no es solo la historia de Satrapi, si no también la historia del Irán de los últimos treinta años...o al menos la historia de un Irán, un Irán laico, un Irán con inquietudes intelectuales, un Irán en el que (como sucede antes o después en la mayoría de las dictaduras) el divorcio entre el poder establecido y la sociedad civil es total, en definitiva un Irán muy distinto al que nos tratan de vender y más hoy en día.

Tal vez uno de los elementos más interesantes de Persepolis, es que pese a todo, el ser humano es igual en todas partes, cuando se le reprime brutalmente trata de salir adelante de alguna forma, trata de buscar su propio espacio de libertad y de individualidad, y para ello no duda en caer en pequeñas (o grandes) mezquindades casi justificadas por el miedo a ser cogido haciendo algo que debería ser normal; ser libre, y es que en Persepolis pese a que podemos ver puntos de vista y actitudes muy distintas a lo que en occidente consideramos “normal” (esta es otra de las grandezas de un comic que como dice Lord debería ser de lectura recomendada en las escuelas), lo que se muestra ante todo es la voluntad del ser humano por sobrevivir, por salir adelante pese a todas las dificultades, siendo a mi entender este mensaje de esperanza y de lucha frente a los fanatismos uno de los elementos claves de una obra conmovedora a todos los niveles.

Uno de los elementos que más puede tirara para atrás en el comic es sin duda el dibujo, un dibujo simple y esquemático que parece haber sido realizado sin mucho esfuerzo, pero en el que tras el rechazo inicial uno puede encontrar un gran expresividad y elegancia, y no puede sino señalar que aunque tal vez hubiese sido mejor un dibujo un poco más elaborado, lo cierto es que el trazo se muestra más que adecuado para la historia que Satrapi nos esta contando.

En fin un comic que todos deberíamos leer en algún momento de nuestra vida, un canto a la tolerancia y una denuncia elegante y sincera de manipulaciones y fanatismos varios, así como una muestra más de cómo una hermosa revolución en busca de la libertad puede tornarse por contra en la peor de las pesadillas.