Termino con este la serie de post que he dedicado a hablar de forma somera y breve de la historia de Marvel, le toca el turno ahora a la Marvel más actual, la capitaneada por Joe Quesada.
La Marvel de Quesada puede hasta este momento dividirse a grandes rasgos en dos fases muy bien diferenciadas, una primera en la que el por entonces presidente de la compañía Bill Jemas jugo un papel muy importante en el aspecto creativo de la editorial, y otra segunda a partir de la marcha de este. Analizando la primera fase y dejando de lado el Universo Ultimate (del que ya hable hace algunos posts), la principal labor que Jemas encargo a Quesada (cuya llegada al cargo ya relate en el anterior post de la historia de Marvel), fue la revitalización de las dos grandes franquicias de la casa que llevaban tiempo sin rumbo; Spiderman y los X-Men.
En el primer caso y pese a aire fresco que aporto la llegada de Paul Jenkins (MK: Inhumanos) a la serie de Spectacular Spiderman, llevaba ya muchos años de capa caída y las ventas de la serie principal (Amazing Spiderman) se habían reducido a poco más de 50.000 copias mensuales muy lejos sin duda del potencial del personaje, por ello se decidió apostar fuerte y junto con el eterno John Romita Jr, se trajo como guionista al televisivo, J Michael Straczynski, el cual había alcanzado gran prestigio en la tv gracias a la serie de ciencia-ficción Babylon 5, y que también había realizado obras más que interesante en el mundo de los comics, con Midnight Natíon o Rising Stars, ambas para Top Cow. El relanzamiento de la serie se hizo por todo lo alto y se le dio a JMS una amplia libertad creativa para hacer lo que quisiese, algo que este no dudo en utilizar, y es que con historias distintas, revelaciones impactantes y dibujos geniales, Amazing Spiderman consiguió levantar el vuelo y en pocos meses consiguió doblar sus ventas estabilizándose en torno a las 100.000 copias mensuales, generando unas expectativas en cuanto a la calidad de la etapa no vistas tal vez desde la de Roger Stern y el JrJr en los 80.
En el caso de los mutantes la situación era también compleja, el regreso de Claremont no había supuesto el esperado relanzamiento de una franquicia que pese a leves destellos (Alan Davis) hacía ya muchos años que estaba sumida en la mediocridad, era necesario un golpe de timos y eso fue lo que se hizo. Así tras una breve (y lamentable) transición a cargo del Scott Lobdell se planteo el tipo de publico al que podía llegar X-Men y se le estructuro en tres grupos, en primer lugar los fieles más clásicos encantados con Claremont a los que se les contento dando una serie a este en la que contaría con diversos X-Men relevantes (Picara o Tormenta), y al que se dejaría un poco ir a su bola, el dibujante asignado seria el español Salvador Larroca el cual como mínimo garantizaba estabilidad a al serie. Por otro lado se pensó que había un publico potencial al que los X-Men nunca habían llegado pero a los que se podía atraer con la formula adecuada, para ellos se contrató al excéntrico y genial guionista británico Grant Morrison el cual pese a su larga estancia en la JLA de la Distinguida Competencia, nunca nadie imagino en una serie de los X-Men. Sin embargo se consiguió que viniera y con el llegaron revolucionarios e innovadores conceptos en una etapa que pese a la irregularidad en el dibujo ha pasado a la historia como una de las más importantes de los hombres X. Por otro lado y para los lectores a medio camino entre la clásico (pero ya cansados de Claremont) y la innovación (pero no demasiado contentos con los cambios de Morrison) se dejo la cabecera principal Uncanny X-Men (que bajo mi punto de vista fue la que debió albergar la etapa de Morrison), en manos de Joe Casey e Ian Churchill. El primero que se había ganado un merecido prestigio durante su etapa en Cable, fue recibido como agua de mayo ya que su nombre siempre había sonado para la colección y eran muchos los que lo esperaban con ganas, el segundo duro solo tres números y pronto sería sustituido por un amplio abanico de dibujantes. A todo esto se le añadió un cambio en la estética de los X-Men muy influenciados por el éxito de la película se dejaron atrás los tarjes coloridos y se paso al cuero negro en plan Matrix. El relanzamiento se puede considerar un moderado éxito, rotundo en el caso de los X-Men, aceptable en el caso de los X-Treme X-Men (que pese a la mediocridad general de la serie siempre se mantuvo entre las 10-20 más vendidas), y nulo en el de Uncanny donde Casey decepciono y pronto seria sustituido por un Austen que protagonizo una etapa muy convulsa de la que en general salió bastante mal parado.
Relanzadas de esta forma las dos grandes franquicias y con el Universo Ultimate a pleno rendimiento toca ahora analizar como fue el funcionamiento general del Universo Marvel durante esta etapa Jemas-Quesada, funcionamiento que a grandes rasgos se puede analizar de la siguiente forma; fue una etapa en la que hubo grandes cómics en la que Marvel, innovo y probo cosas arriesgadas que la editorial nunca antes había hecho, unas veces con éxito (X-Force, X-Statix u Origen donde la editorial se atrevió a contar el origen del Lobezno tema tabú apenas unos años antes) otras acabaron en un rotundo fracaso (números finales de Thunderbolts). Se volvieron a intentar cómics para adultos (MAX) alejándose para ello del caduco código de censura del Code (código que Marvel abandono por completo en esta etapa), y se busco llegar a nuevos públicos, lectores no acostumbrados a los cómics de superhéroes y tal vez más aficionados a Vertigo, a lo que se trato de captar con obras y visiones de sus héroes totalmente distintas a lo habitual. Ahí están Cage, Banner, o Max: War Machine, también hubo un intento continuo de buscar la provocación, famosos son los casos de los comics de Dos Pistolas Kid (donde más que vender el cómic por su calidad se buscaron ventas desvelando que el protagonista era gay, bien ¿y que?), el evento Tu Decides (con Jemas, Quesada y Peter David tirándose los trastos a la cabeza en una clara estratagema publicitaria) o el intento fallido de sacar a una resucitada Lady Di en X-Statix (algo que parece ser contribuyo a acelerar la marcha de Jemas). Fue una época en la que Marvel pareció más preocupada por el show y por llamar la atención que por otra cosa, con un Quesada jugando a ser Stan Lee con declaraciones rimbombantes y presencia continua en los medios de comunicación especializados.
Todo esto trajo una serie de consecuencia muy claras en primer lugar, el intento de llegar a un publico nuevo y de no liar a este con la continuidad de personajes con cuarenta años a sus espaldas, hizo que por un lado se olvidara e incluso faltara al respeto al publico que había permanecido fiel a la editorial durante sus peores años, y que por otro lado el Universo Marvel perdiese una de sus grandes (si no su gran) virtud, esto es el ser un universo interrelacionado. Se decidió dejar atrás los grandes crossovers que tanto daño habían hecho en los 90 en aras a una menor complejidad y para conseguir que cada personaje siguiese su camino sin liar a los potenciales nuevos lectores, pero Marvel no se dio cuenta de que ni mucho menos son necesarios crossover para conseguir un universo interrelacionado, solo se debe dar la sensación de que todos los personajes comparten un mismo universo. En el “nuevo Universo Marvel” concebido por Jemas y Quesada cada personaje parecía ir a su bola nadie conocía a nadie y daba igual que sobre Nueva York se depositase Asgard en la serie de Thor, no ibas a encontrar ninguna referencia a ello más que en esa serie, daba igual que Kang invadiese y conquistase la Tierra esclavizando a todos los héroes en la serie de Los Vengadores, por que eso solo pasaba allí, es más mientras esto pasaba en los X.Treme X-Men asistíamos atónitos a otra invasión dimensional sin que por supuesto se tuviera noticia de ella en ninguna otra serie. La situación y la falta de respeto a la continuidad llego a ser tal que incluso se anunciaba a bombo y platillo que se iba a escribir una historia con el primer encuentro de Lobezno y Elektra y cuando alguien decía que eso ya estaba escrito se le acusaba de frikismo y se le decía ¡¡¡¡que se olvidase del anterior primer encuentro!!!! Si se escribían buenos cómics pero, ¿a que precio?, a esto se le añadía la enorme influencia que el cine empezaba a tener en la editorial (y no al revés como debía haber sido, es destacable el tema del origen de Lobi que se contó por que se rumoreaba que se iba a hacer una película de el en la que se contaría su origen y la editorial quiso adelantarse) y el que la editorial estuviera (en este caso sigue así) instalada en el “comomolismo” dejando escapar a autores de la talla de Pacheco o Busiek tal vez por ser demasiado “clásicos”.
Esta etapa se puede dar más o menos por finalizada con la marcha de Jemas a la altura de finales del 2003 las razones de su marcha son varias: desde el ya mencionado intento de resurrección de Lady Di, pasando por el injustificado despido y posterior readmisión de Mark Waid de la serie de Los 4F (serie a la que Jemas en vista de la próxima película pretendía dar un toque de comedia familiar aderezada con problemas económicos, algo que Waid estaba dispuesto hacer siempre y cuando se realizase tras un transición adecuada, a lo que Jemas se negaba ya que quería hacerlo ya, Waid se negó y fue despedido aunque después sería readmitido por Quesada), o el fracaso relativo de la línea Tsuami (que prendía llegar a los lectores del manga por su peculiar estilo de dibujo y de la que saldría pese a todo joyas como Runaways). Sea como sea su sustitución por Dan Buckley se hizo efectiva en Enero de 2004 y su marcha supuso la paralización del intento de renacimiento de la línea Epic.
A partir de aquí se inicia lo que podríamos llamar segunda gran fase de Quesada al frente de la editorial, caracterizada por el regreso al universo cohesionado, la interrelación en las series y los grandes crossover. Etapa que tiene su elemento clave la saga “Vengadores Desunidos” de BM Bendis, a partir de la cual surgirán, House of M y Civil War, grandes crossover de una Marvel que parece haber redescubierto el secreto de su éxito (aunque de nuevo por la vía más comercial ya que como he señalado antes los crossovers no son ni mucho menos necesarios interrelacionar un universo de ficción, pero bueno es lo hay). Para justificar este claro cambio de orientación con respecto al anterior, Quesada señala que tras los convulsos noventa los personajes necesitaban una etapa de “soledad” y de centrarse en si mismos pasada la cual es de nuevo necesaria la interrelación, aceptemos o no el argumento de Quesada lo que queda claro es que como casi todo en la vida el comic boock USA es cíclico y siempre termina volviendo a sus raíces. Señalar por ultimo que pese a la buena pinta que tiene la “nueva Marvel” que estamos empezando haber ahora en todo su esplendor en España, lo cierto es que todavía tiene muchas sombras, desde los errores de continuidad en “Pecados del pasado”, pasando por la problemática en torno al disco de las identidades o la múltiples y contradictorias apariciones de Hydra, Von Strucker o el Hombre Púrpura (Thunderbolts. Lobezno y Spiderman). La situación dista mucho de ser la ideal, aunque siempre y cuando se superen las dudas que plantea Civil War, apunta buenas maneras.
1 comentario:
Muy bueno el post. Pues yo creo que el futuro de Marvel paso por rentabilizar al máximo los eventos tipo Civil War ya que han encontrado de nuevo a la gallina de los huevos de oro.
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