martes, 8 de septiembre de 2020

Superman Año Uno de Frank Miller y John Romita Jr.

Miniserie de tres números sacada en España por ECC en formato de lujo (ultracara) que, como siempre pasa con cualquier cosa que hace últimamente Miller (y Romita Jr.) ha causado un gran división de opiniones. 

Desde que en Dark Knight, Miller retratara a Superman como una especie de títere del gobierno americano (aunque en realidad el asunto es muucho más complicado), este siempre ha declarado sentirse en “deuda” con el personaje, añadiendo que el motivo de sacarlo así tenía más que ver con el contraste buscado con la representación de Batman como outsider que no con una su visión como tal del último hijo de Krypton

Deseoso de tener en su particular comicgrafia un tomo con la gran S en el lomo y recuperado de sus problemas de salud, Miller, tras el ensayo que supuso DKIII regresa a su peculiar Universo DC con control completo en los guiones y al igual que hiciera en el excelente One-Shot, La última cruzada , lo hace acompañado de Romita Jr., con quien en los 90 pergeñara una de las grandes obras maestras del genero: Daredevil, el hombre sin miedo

Siendo innegable que Romita Jr ha conocido épocas mejores, no lo es menos que conserva su fuerza que tanto recuerda a Jack Kirby y que permite que sus cómics tengan una energía arrolladora que disimula sus defectos en cuanto a anatomía y proporciones. Miller por su parte ha firmado (y muy recientemente además) trabajos francamente mejores que este Año Uno de Superman, pero su estilo es netamente inconfundible al igual que lo que desea contar. 

Cada uno de los tres libros esta ambientado en tres situaciones bien distintas, pero siempre entrelazadas de la vida de Superman, cada una dejando claro desde el principio como es el Superman que ve Miller: alguien que no soporta a los abusones, que actúa siempre en favor de lo que considera que es justo, posicionándose siempre del lado del más débil y que pese a ser criado como humano sigue sintiéndose algo alienado y ajeno en el mundo. 

El primer libro, sin duda el mejor de todos, narra la vida de Clark en Smallville y como hacer frente a unos abusones sin hacer un uso desmedido de su poder, Miller deja claro que ante un problema complejo no caben soluciones fáciles. No es es la especialidad de Romita Jr dibujar niños pero si consigue recrear el aspecto presuntamente bucólico de un pequeño pueblo americano...que también esconde monstruos en su interior. En todo un rito iniciático de transición hacía la madurez, Miller se esfuerza en mostrar como Clark aprende de su entono mientras que trata (con éxito discutible) de encontrar soluciones no violentas.

El segundo libro parte de la idea de la necesidad de Superman de seguir aprendiendo, de seguir creciendo, lo que le lleva a alistarse al ejercito, decisión harto cuestionable de lo que el propio personaje se dará cuenta al ser incapaz de seguir ordenes, actuando en pos de aquello que cree necesario, el tomo, tal vez el más flojo de los tres, narra también una bizarra historia de amor submarino que parece concebida para hacer ver a Superman que el mundo es mucho más grande y maravilloso de lo que podía sospechar. 

En el tercer libro, llegamos por fin a Metrópolis con un Superman mucho más seguro de si mismo y sobre el que Miller deja una vez más clara su visión del persona. Clark Kent es una máscara, una herramienta que le permita hacer su trabajo. Un enfoque que choca bastante con la tradicional visión del personaje desde Byrne y que lo emparenta más con el famoso discurso de Bill en el Kill Bill de Tarantino, pero que dentro del peculiar universo milleriano tiene su sentido. En el cómic vemos también los primeros encuentros de Superman con Luthor, con Batman o con Wonder Woman, ampliando los horizontes del personaje por todo el Universo DC en su versión made in Frank Miller. 

Así tenemos al Batman chulito y pagado de si mismo de All Star, que no siente el más mínimo miedo (casi ni respeto) por Superman, o una Wonder Woman irremediablemente atraída por él y sin duda la más madura e inteligente de los tres. Luthor por su parte es mostrado como un poderoso empresario manipulador y con toques psicopáticos no muy distinto a su visión tradicional. 

El enfoque de Miller parte de una narración con perenne voz en off en la que la voz interior de Superman y sus puntos de vista son casi omnipresentes, resultando refrescante cuando se cambia el punto de vista, ya sea al de Luthor o la de Wonder Woman, Su idea de un Superman, con todo inocente y dispuesta a creer siempre en la bondad de la gente contrasta con la actitud cínica de Batman o la mucho más guerrera de Wonder Woman, 

Estamos pues ante una obra que se centra en el crecimiento de Superman, en la forja de su carácter y en los motivos que le llevan a usar sus vastos poderes sólo para ayudar, nunca para conquistar o imponer, un cómic que con sus problemas, deja claro que Superman siempre piensa en el bien mayor.

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