domingo, 21 de junio de 2020

Historia de un hombre sin miedo especial: El Daredevil de Charles Soule III.



Tras analizarla a nivel numérico/estadístico y tras centrar sus claves temáticas, cerramos la serie de post dedicados al Daredevil de Charles Soule con un breve resumen de su larga etapa en Daredevil.

Como viene siendo habitual desde los albores del siglo XXI, la estructura de las diferentes etapas de las colecciones superheroicas están enfocada en torno a arcos argumentales , de mayor o menor duración, para su posterior recuperación en tomos. La publicación en España de toda la etapa en tomos directamente, ha potenciado esa estructura. Son en total ocho tomos (mas uno en forma de epílogo ya sin Soule) los que recopilan la etapa completa y aunque no coinciden exactamente con los arcos argumentales (algunos muy cortos de dos o tres números) si sirve como clara guía de lo que será el conjunto de la etapa.

El primer tomo, Chinatown, sirve de presentación del nuevo estaus del personaje, con su traje oscuro, el retorno de su identidad secreta, su papel como fiscal o su regreso a Nueva York y de paso a asistimos a la presentación de Punto Ciego como particular sidekick de Daredevil. Soule intenta retornar el trasfondo social, tan querido a la strip, con el tema de la inmigración, con personas indefensas ante la explotación, por el estatus legal de su situación en el país. Hay buenas intenciones y el dibujo de Garney es fantástico, pero el conjunto termina siendo decepcionante al no conseguir implicar al lector en la situación que describe y presentar un villano de todo punto ridículo.

No supone un gran mejora el segundo tomo, El bluff del hombre ciego. Incluye dos arcos argumentales que exploran el nuevo estatus del personaje dejando claro que ni siquiera aliados (Spiderman) o antiguas amantes (Elektra) recuerdan la identidad secreta de Daredevil, mientras que el misterioso responsable de ese estatus se dedica a jugar con con el Matt, tratando de complicarle la vida. De nuevo Soule no consigue ninguna implicación emocional con el personaje y sus aliados y el secreto en torno a como a recuperado su identidad, empieza a ser más molesto que misterioso,.

Es el tercer arco, Arte Oscuro, de nuevo con Garney a plena potencia, cuando la etapa empieza a crecer y ganar interés, sobre todo al conseguir implicar por primera vez, emocionalmente, al lector con lo que le pasa a los personajes. Todo empieza con la creación de un espeluznante y psicopatico villano que hace entender a Punto Ciego el verdadero precio a pagar por se un héroe y que pone en cuestión todo lo que Daredevil estaba intentado hacer con él.

La buena racha sigue con Identidad, donde por fin se da a conocer el motivo tras la recuperación de la identidad secreta de Daredevil, en una historia construida con lógica, que sienta sus bases en la anterior etapa, la de Waid/Samnee y que ofrece respuestas más que satisfactorias para el nuevo estatus del personaje que ha de enfrentarse a si mismo para conseguir salir adelante, eso sí, más reforzado que nunca.

En la misma línea cabe situar el arco Supremo que da sentido a la labor de Matt como fiscal y que justifica con creces lo que se había venido construyendo desde el primer número de la etapa. Aquí Soule hace por fin honor a su faceta de abogado y sin perder nunca al lector, consigue crear un cambio sustancial en la estructura y el estatus jurídico del superhéroe dentro del Universo Marvel. Con los dos últimos arcos, Solule había conseguido dejar a las claras cual era su idea central tras la etapa, que estaba contando esta poco a poco pero sin perderse, faltandole quizá algo de pulso narrativo, pero siempre con el destino claro en el horizonte.

Acabados esos dos arcos, parece que lo que Soule quería contar ya estaba contado y entramos ahora en otra fase de la etapa que, plagada de ideas y conceptos interesantes, no termina de concluir y deja un poso de insatisfacción. En primer lugar tenemos Alcalde Fisk, donde, por temas que coleaban del asunto de Punto Ciego, y con La Mano de por medio, Daredevil ha de ausentarse de Nueva York durante meses y se encuentra a su regreso que Fisk a ganado la alcaldía de su ciudad.

La idea, con ecos de actualidad (hay evidentes paralelismos entre Fisk y Trump), será lo suficientemente potente como para que trascienda las páginas del Guardián de la Cocina del Infierno y afecto en pleno al Universo Marvel, en especial a Spiderman, lo que impide a que Soule deje cerrada esta trama al final de su etapa. Con todo, con lo que aquí Soule vuelve a jugar es, con la estrecha relación de odio que une a Fisk y Matt y como ambos desean controlarse mutuamente, uno ofreciendole ser su mano derecha en la alcaldía, para desactivar su posible labor en la fiscalía y de paso blanquear su imagen, otro aceptando para controlar a Fisk y tratar de desmontar su administración desde dentro.

Aunque Matt esta convencido de la imposibilidad de que Fisk ganara las elecciones limpiamente, la saga deja a la claras que es más que posible que así pasase...aunque también puede ser lo contrario, una ambigüedad que queda en nada cuando la Mano ataca brutalmente Nueva York en busca de Punto Ciego y Daredevil, y cuando con Fisk herido de muerte, Matt tiene que asumir la alcaldía en un arco (llamado explícitamente Alcalde Murdock,) plagado de acción y con Matt manteniendo un equilibrio delicado entre su identidad superheroica y su faceta pública, donde Foggy jugara un papel clave.

Queda el último arco, La muerte de Daredevil, donde lejos de aprovechar para cerrar tramas, Soule narra números muy locos, donde con los inhumanos de por medio (Soule fue el guionista principal del intento fallido de creación de una franquicia en torno a ellos y en toda su etapa en DD han tenido un protagonismo más o menos relevante) asistimos al sorprendente regreso de Mike Murdock, o donde Matt, sufre un accidente similar al que doto de sus poderes quedando al borde de la muerte. Lo curioso es que todo el arco juega con una idea, que hubiera puesto un broche de oro a la etapa...para tirarlo todo a la basura en el último minuto, lo que deja una cierta sensación de impotencia y desencanto en el lector.

De esto sale el epilogo a la saga, ya sin Soule, la miniserie a cargo de Erica Schultz y Marcio Takara, Daredevil: ¡El hombre sin miedo! (que si alguien en Marvel tuviera sentido común, hubiera llamado de otro modo, ya que ese es el titulo de la canónica miniserie noventera de Miller y Romita jr.) que básicamente trata del proceso de recuperación, física y mental de Daredevil y que sinceramente es perfectamente prescindible.

Nos queda pues, una etapa irregular, que empieza mal, mejora a medida que avanza llegado a tener tramos más que notables y que termina de manera muy decepcionante, sin cerrar tramas y con una sensación de que todo podía y debería de hecho (lo que casi pasa en el último arco, es la prueba) haber sido mucho mejor. Y es que, uno no puede evitar preguntarse si lo que esta a punto de pasar, es como realmente Soule quería cerrar su etapa (famoso es el caso de Englehart en los 4F cuando al final de su etapa se dedico a contar historias alternativas con aquello que realmente quería contar, pero la editorial no le dejo) pero la editorial no quería que se cerrasen determinadas tramas por su potencial. Pero esto es, claro, mera especulación.

No hay comentarios: