miércoles, 9 de enero de 2013

Un 2012 de cine.

Al igual que el año pasado voy a hacer un breve repaso por los estrenos cinematográficos que han caído con el transcurrir de los meses. Al final han sido más 30 películas las que he terminado viendo de las cuales (en orden descendente) las cinco que más me han gustado son las que ilustran este post.

Haciendo balance del año cinematográfico recién terminado la verdad es que tenia la sensación de que había sido bastante bueno, a la altura del anterior. Analizando un poco lo visto de cara a escribir este post lo cierto es que la impresión que tenía inicialmente ha cambiado. Si bien en general en el 2012 he visto bastantes buenas películas, creo que el año pasado fue mucho más especial en este aspecto. Tal es así que incluso dos de las mejores películas que he podido ver el año pasado son en realidad estrenos de finales de 2011: Drive y sobre todo la magistral El Topo.


He de decir en cualquier caso que el año empezó bastante bien, a parte de las dos obras ya mencionadas, la primera película propia del 2012 que vi este año fue la excelente Hugo de Martin Scorsese. Todo un canto al cine, con una primera parte prodigiosa y una segunda algo más tímida tal vez por la excesiva reverencia de Scorsese a George Méliés. Menos interesantes pero en todo caso de calidad incuestionables fueron los trabajos de dos pesos pesados: Clint Eastwood con J. Edgar y David Fincher con Millenium. La primera película un biopic nada convencional y poco complaciente del polémico creador del FBI no tenía el interés ni la fuerza de los últimos trabajos del director. Fincher por su parte hizo un muy buen trabajo con un material bastante deficiente como sucede con las novelas de Larsson. En cualquier caso a años luz de La Red Social por ejemplo.

Siguiendo con grandes directores que estrenaron el año pasado no podemos olvidarnos de Steven Spielberg y su técnicamente soberbia pero demasiado predecible y aburrida War Horse. Tampoco de la extraordinariamente polémica Prometheus donde Ridely Scott hace un magnifico trabajo con un guión que, plagado de ideas brillantes, tiene demasiados fallos de bulto como para que no fuera machacado sin piedad, lo que claro, ha terminado sucediendo. Aquí cabe también incluir a David Cronenberg y su inclasificable Cosmopolis, adaptación de Don DeLillo, sin duda una de las películas del año. Nada complaciente y difícil de digerir, resulta una demoledora representación de nuestros tiempos y de los hombres que en ellos han triunfado. En otro ámbito, pero con cierta relación es interesante también Los Idus de Marzo. Un despiadado análisis de los lideres de nuestra era donde George Clooney muestra su lado más cínico al retratar sin miedo las alcantarillas de una clase política donde se encuentran gran parte de los males que nos afligen hoy en día. También en el campo de la política destaca el tercer trabajo tras las cámaras de Ben Affleck con la potente Argo, que narra el surrealista rescate de seis americanos refugiados en la embajada de Canadá en el Irán de Jomeini. Affleck, al contrario de lo que le sucediera a Bryan Singer en Valkiria, sabe mantener la tensión en todo momento pese a que ya se conoce el resultado de la misión, realizando un trabajo dinámico e intenso que esta entre lo mejor del año.


Tim Burton ha estrenado dos películas este año, la injustamente despreciada Sombras tenebrosas, que combina con acierto terror y humor y que aunque lejos de alguna de sus mejores obras como Sleepy Hollow (con la que comparte espíritu), resulto mucho más interesante y completa que su mega éxito Alicia en el País de la Maravillas. Frankenweenie por otro lado resulta más decepcionante siendo el corto original mucho más interesante y poético que no esta película que apenas si aporta nada que no estuviera ya en aquel, alargando de manera innecesaria una idea muy interesante: una parodia/homenaje al Frankenstein de Mary Shelley en clave de niño incapaz de superar la perdida de su mejor amigo. En el mismo campo de la animación resulta bastante más interesante Brave, donde de nuevo Pixar realiza un trabajo prodigioso desde un punto de vista técnico para una historia que mucho acusan de demasiado convencional pero que a mi resulto divertida y entrañable.

Uno de los estrenos del año ha sido sin duda El Hobbit de Peter Jackson. Había bastantes dudas sobre la elefantiasis del proyecto. Sobre la necesidad de convertir un libro de 300 páginas en tres película de casi tres horas, pero lo cierto es que Jackson ha salido bastante airoso del asunto. Con una historia de mucho menor calado épico ha sabido dotar de energía una película que se pasa volando y que deja con ganas de más. Sorprendente ha resultado en este caso la reacción furibunda de gran parte de la critica profesional, que en general apoyo la trilogía de El Señor de los Anillos y que aquí (de nuevo en general) ha ido a degüello. Sea como sea el público ha respondido con creces y ahora no resulta tan difícil imaginar al menos otra película más con este material. La tercera sigo verla.


Este año también ha sido el año de las franquicias, ya sean intentos de iniciarlas, como la fallida y tremendamente aburrida Blancanieves y la leyenda del cazador, continuarlas como la simpática aunque redundante Men in Black III o reflotarlas como la trepidante y bastante entretenida Underworld: El despertar. En este mismo ámbito cabría señalar la también fallida El legado de Bourne, que pese a contar con un actor protagonista que a mi modo de ver es bastante mejor que Matt Damon y tener una historia que no desentona con las anteriores, no ha terminado de funcionar. Tal vez porque el público guarda un buen recuerdo de la trilogía original y esta quedo bastante cerrada, tal vez porque no terminen de aceptar la ausencia de Damon, lo cierto es que la película da más de lo mismo y no termina de tener la suficiente entidad propia como para valerse por si misma. Y es que la peli a mi entender más que a Damon a quien ha echado de menos es a Paul Greengrass.

Secuela también han tenido este año tanto el Sherlock Holmes de Guy Ritchie como el Taken de Luc Besson (que de nuevo ejerce de guionista). La de Ritchie tan desenfada y simpática como la primera, resulta un tanto más pretenciosa y menos impactante de lo que lo fue aquella. En todo caso un espectáculo digno de verse. Taken 2, dirigida ahora por Olivier Megaton  repite los esquemas que tanto éxito dieron a su predecesora. Cortita y al pie la peli va al grano como un Liam Nesson en modo “destroyer” y ofrece todo aquello que promete.


En el campo del cine más independiente o con vocación no tan netamente comercial este año ha habido hallazgos bastante interesantes. Red State es un cambio de registro radical de Kevin Smith que consigue dotar a su trabajo de un tono apocalíptico muy conseguido y que estaría bien que pudiera seguir explorando, cosa que de momento parece que no va a hacer ya que tras Clerks III ha anunciado que dejara el cine, veremos si es verdad. Mátalos Suavemente es una película que avanza a golpe de diálogos cortantes, puro noir posmoderno muy influenciado por los Coen y que ha sido otra de la películas que más me ha gustado este año. Al igual que Looper donde Rian Johnson director de la excelente Brick, construye un complejo relato de ciencia-ficción mezclado con el genero negro más descarnado. Con una idea de partida brillante de por si, Johnson va aún más lejos de lo que cabría esperar tomando siempre el camino más difícil y saliendo, siempre también, victorioso. Más difícil tanto de ver como de disfrutar resulta la extravagante Holy Motors de Leo Carax. A ratos brillante, a ratos tomadura de pelo, es probablemente la película que he visto este año que más claramente requiere un revisionado para poder evaluarla en su justa medida.

Comedias como tal he terminado viendo dos: El Dictador donde Sacha Baron Cohen tan irreverente y políticamente incorrecto como siempre protagoniza un filme tremendamente divertido y con una critica bastante ácida al mundo occidental en general y los EEUU en particular. Y Ted debut en el cine de Seth MacFarlane creador de Padre de Familia, que con un punto de partida bastante interesante termina dirigiendo una convencional comedia romántica y de amistad con diálogos y situaciones, eso si bastante divertidas. No calificaría de comedia ni mucho menos a La cabaña en el bosque. Bajo un guión de Joss Whedon y con dirección de Drew Goddard, la película, incomprensiblemente alejada de las carteleras en España, es una escalofriante reflexión sobre los mecanismos que hacen funcionar al terror y la esencia misma del Mal en el cine. Del cine español este año solo ha caído Luces Rojas de Rodrigo Cortés, que si tenemos en cuenta su reparto es española de esa manera. En todo caso se trata de un interesante thriller con sorpresa final en el que destaca sobre todo la labor de un gran Cillian Murphy.


Entrando en el campo de las adaptaciones comiqueras el año ha sido casi inmejorable. Si quitamos la decepcionante y aburrida The Amazing Spiderman tenemos por un lado Dredd. Una violentísima película de acción inmensamente superior a la de Stallone y que por desgracia ha fracasado en taquilla. Chronicle aunque no una adaptación de ningún cómic, si esta obviamente muy influenciada por los cómics de superhéroes en especial en su tramo final por el Miracleman de Alan Moore. Suelo recelar bastante de las pelis “cámara en mano” por aquello de las inverosímiles excusas que se sacan de la manga para estar siempre grabando, pero aquí el tema esta resulto con bastante inteligencia. La película me sorprendió mucho desde su inicio y es magnifico ver como va evolucionando y cambiando de tono a medida que avanza su metraje. Con esto llegamos a los dos joyas de la corona, dos de las mejores películas de superhéroes que se han hecho nunca: Los Vengadores y Dark Knight Rises. En la primera Joss Whedon apela con maestría a lado más lúdico y aventurero de los superhéroes, a ese sentido de la maravilla que impregna los mejores cómics de Los Vengadores y que el creador de Buffy Cazavampiros plasma a la perfección haciendo de la película todo un espectáculo y un regalo para los fans. DKR es totalmente distinta, Christopher Nolan esta más interesando en mostrarnos la esencia del héroe, aquello que le hacer ser como es, aquello que le lleva a luchar hasta más allá del limite de sus fuerzas. DKR no es una película perfecta, en realidad en inferior al Caballero Oscuro. Demasiado ambiciosa a Nolan parece que en ocasiones se le va de las manos. Pero es precisamente esa ambición, esas ganas de hacer la película de superhéroes más grande de al historia lo que termina haciendo de DKR un filme especial, un filme que será recordado y revindicado.

2 comentarios:

Txema SG dijo...


La primera Los Vengadores, como debe ser ^^

Fer1980 dijo...

No podía ser de otra manera.