miércoles, 21 de septiembre de 2011

Tom Strong y los robots de la muerte, recuperando el sentido de la maravilla.

Norma acaba de publicar el séptimo y por ahora último tomo de este cientiheroe pulp creado Alan Moore y Chris Sprouse. En el además del magnifico especial Los Mil Mundos de Telsa Strong se incluye miniserie de seis números Tom Strong and the robots of doom (última del personaje a día de hoy) con guiones de Peter Hogan y lápices del propio Sprouse.

De todas las creaciones de Alan Moore para línea ABC, Tom Strong probablemente sea la más “exportable”, y es que si resulta difícil imaginar a Promethea por ejemplo, en manos distintas a las del barbudo de Northampton no lo es tanto con Tom Strong aunque solo sea por el hecho de que manos tan capaces como las de de Ed Brubaker, Brian K. Vaughan o el mismo Peter Hogan así lo ha demostrado. Concebido como un personaje arquetipico que va a las raíces pulp de los superheroes, Tom Strong es capaz de funcionar en multitud de contextos e historias de toda índole y más si lo dibuja su creador gráfico un excelente Chris Sprouse del que cuesta entender que no sea ya una superestrella allende los mares y más cuando su principal defecto, un cierto estatismo en la composición de página va siendo subsanado a marchas forzadas.

Como decía antes, Peter Hogan, habitual colaborador de Moore ya había demostrado su buen hacer en obras tan interesantes como Terra Obscura donde partiendo de conceptos del guionista de V de Vendetta había creado una aventura digna de la mejor JSA. En esta miniserie apoyado por un Sprouse magnifico Hogan nos muestra el inmenso potencial que atesora el personaje y el mundo concebido por Moore, una aventura desenfadada no exenta sin embargo de tragedia que busca recuperar ese sentido de la maravilla tantas veces perdido en los últimos tiempos en los cómics de superhéroes ante la gravedad impostada con la que muchos parecen creerse más adultos.

Científicos locos, nazis, robots gigantes y de inmenso poder destructivo, el destino de la Tierra en juego, viajes en el tiempo, paradojas temporales o el miedo a lo desconocido son alguno de los elementos que podemos encontrar en Tom Strong y los robots de la muerte. Una miniserie que se lee en un suspiro y que deja una sonrisa al acabar, sabiendo que se ha disfrutado de una aventura bien escrita y mejor dibujada que revindica sin complejos la fantasía sin freno como motor que hace funcionar a los cómics de superhéroes. Y es que los clásicos siempre terminan funcionado y no hay nada como un mundo conquistado por los nazis para que el superhéroe de turno saque lo mejor de si mismo.

Resulta curioso observar como en los últimos tiempos son varios los cómics que revindican esta especie de vuelta a las esencias, que trata de recuperar el sentido de la maravilla y la aventura por la aventura, que buscan dejar atrás el cinismo y la visión posmoderna de los superhéroes heredada de obras como Authority y que ha campado a sus anchas en lo que va de siglo en cómics como Crisis de Identidad o Civil War. Aunque es cierto que esta visión parece seguir predominando aún en el genero, obras como All Star Superman, el Batman de Morrison, los 4F de Hickman o esta miniserie de Tom Strong revindican otra forma de hacer cómics de superhéroes, otra forma no solo perfectamente valida si no deseable ya que a base de buscar dobleces en los héroes lo que se esta consiguiendo es que estos dejen de ser tales.

En fin que me ha gustado mucho este cómic y que realmente este es el tipo de tebeos de superhéroes que me gustaría fueran el canon a seguir, obras como Authority, Ultimates o incluso Crisis de Identidad están bien para sacudir de vez en cuando el asunto pero convertirlas en la referencia a la hora de estructurar el género puede llevar a este a una desnaturalización que le haga entrar en un callejón sin salida.

2 comentarios:

Jero Piñeiro dijo...

Ese callejón sin salida fue la década de los 90, con los Spawns, Youngbloods, Castigadores y Lobeznos más desmadrados, fascistas y dementes que se recuerde...

Yo también creo que el canon superheroico debería ser más inocente y desenfadado, sobre todo para abordar a los grandes iconos de las majors (Superman, Flash, Spider-man, 4F). Por eso me gustó mucho en su momento la serie regular de Tom Strong (aunque los capítulos que no estaban escritos por Moore no acabaron de convencerme) y por eso mismo tengo ganas de echarle un ojo a este nuevo tomo...

En esa línea de recuperar el añejo sentido de la maravilla superheroico también me han sorprendido muy positivamente los "Wednesday Comics" de DC.

Fer1980 dijo...

Si ya había leído tu reseña y me llamo la atención, aunque es mucha pasta a ver si lo pillan en la biblioteca...