lunes, 19 de septiembre de 2011

Releyendo a Morrison: Los Invisibles.

Uno de los mayores placeres de acercarse a un autor tan especial como Grant Morrison es la relectura, su obra llena de referencias y concebida en no pocas ocasiones en forma de puzzle es una de las que más aporta al lector que se acerca por segunda (o tercera o....) a la misma, y como no podía ser de otra manera este es el caso de su trabajo más personal hasta el momento: Los Invisibles.

Observando la trayectoria de Grant Morrison como guionista no deja de resultar curioso el que la mayoría de sus grandes obras son aquellas que se han configurado en torno a personajes y mundos ajenos, JLA, Batman, Animal Man, X-Men, Doom Patrol....Pareciera que el escoces es un autor capaz de ir a la esencia de alguno de los principales iconos de la industria, para desde allí dar su visión personal y llevarlos más lejos de lo que casi nunca hayan estado, sin embargo sus obras más personales, con su propio mundo y sus propios personajes son harina de otra costal.

Se ha comparado varias veces a Morrison con Jack Kirby, comparación que desde luego no se nos antoja gratuita, y es que dejando aparte que el de Glasgow ha sido el autor que mejor ha trabajado con los personajes y conceptos creados por el Rey, resulta interesante comprobar que Kirby produjo sus trabajos más unánimemente reconocidos cuando estuvo “atado” (por decirlo de algún modo) por Stan Lee que supo reconducir su desbordante imaginación por caminos menos complejos, por su parte Morrison ha realizado lo mejor de su producción “atado” a conceptos y personajes preexistentes a los que ha sabido volver en gran medida suyos. Así, si Kirby creo en solitario el fastuoso, desbordante y casi inmanejable Cuarto Mundo, Morrison hizo lo propio con Los Invisibles, a los que estos calificativos también le vendrían de perlas.

Decíamos antes que Los Invisibles es la obra más personal de Morrison, y esto lejos de ser una opinión es una realidad confirmada por el mismísimo autor. Extraordinariamente ambiciosa, esta obra muestra a las claras el mundo del autor de All Star Superman como casi ninguna otra lo había hecho antes. Planificada al milímetro y partiendo de una base tan conocida como multireferenciada en la ficción contemporánea (nuestra realidad no es como creemos que es, hay dos fuerzas en colisión de cuyo conflicto depende el destino de la humanidad: la libertad absoluta contra el control absoluto), Los Invisibles es con todo una obra fallida, y lo es por muchos aspectos, no todos responsabilidad del autor.

Aunque enmarcada dentro del sello Vertigo, antaño quintaesencia del cómic adulto dentro del mainstream, lo cierto es que guste o no Vertigo pertenece a DC y DC lo que busca (o buscaba en esos momentos al menos) es vender cómics, Morrison podía estructurar su trabajo en tres volúmenes de 25 números destinados a finalizar en Diciembre de 1999, pero si el primero de ellos no obtenía los resultados esperados desde punto de vista comercial la cosa estaba cruda. Así pese a la gran calidad que atesora el primer volumen (con diferencia el mejor de los tres), ante las bajas ventas de la colección, el autor de Arkhan Asylum se vio pronto obligado a cambiar sus planes, el segundo volumen tendría mucha más acción y sería más reducido, mientras que el tercero contaría con apenas 12 números, acabaría bien entrado el 2000 y sería bastante más criptico de lo aconsejable. A esto se añadió (y aquí cabría distribuir las responsabilidades entre el guionista y la editorial) que la multitud de dibujantes con los que contó la colección rara vez estuvo a la altura de lo planteado en los guiones de Morrison (que por su parte nunca pareció tener en cuenta quien iba a dibujar el cómic del mes), unos por falta de calidad y todos en general por un planteamiento visual excesivamente convencional para lo que necesitaba una obra que era todo menos eso.

Pero también el propio Morrison tuvo responsabilidad en que Los Invisibles estuviera lejos de de los resultado que él mismo ambicionaba, primero claro, por lo desmedido de esas ambiciones, nada más y nada menos que cambiar la percepción de la realidad de sus lectores y en segundo lugar por que ante el giro que se vio obligado a dar tras el fin del primer volumen, nunca consiguió recuperar el control de una obra que apuntaba a maestra tras los primeros 25 números. Consciente de la falta de espacio, Morrison en lugar de avanzar pareció en no pocas ocasiones entretenerse en ideas secundarias que no aportaban nada al conjunto, y de nuevo como le paso a Kirby en el Cuarto Mundo, desechaba ideas y conceptos que probablemente merecían más desarrollo.

Con todo y aunque a muchos niveles Los Invisibles es como decíamos fallida, no deja de ser todo un ejemplo a seguir, un autor ambicioso, que cree firmemente en lo que hace y que trata de romper las barreras del convencionalismo, nunca ha de ser menospreciado, Los Invisibles no es con toda probabilidad el mejor cómic de Morrison, pero su valentía y sus intenciones si merecen ese aura especial que rodea a un cómic de culto que además aporta nuevos matices en cada relectura. Solo por eso Los Invisibles ya ha pasado a la historia de los cómics, y lo único que cabe preguntarse es que podría haber conseguido el autor sin cortapisas editoriales y con un dibujante adecuado, seguro que estaríamos ante una de las obras cumbre del medio, ya que aún con todo en contra estuvo muy cerca de serlo.

4 comentarios:

jose maria dijo...

me falta por leer el 3º volumen de los invisibles así que no puedo opinar como se debiera pero esta es una gran obra que rebosa imaginación por todos los costados y presenta un montón de conceptos sorprendentes por numero, el mayor defecto que le veo es que aveces Morrison se pasaba con las drogas y no hay manera de entender que nos queria decir

Fer1980 dijo...

Si bueno lo de las drogas forma parte de la obra como reconoció el propio autor, supongo que Los Invisibles es ese tipo de cómic en el que no hay que entenderlo todo si no tener una visión de conjunto, si no es imposible.

guevillos dijo...

si quereis ver a alguien que se pasó con las drongas leed a baranko cuando hacia el emperador oceano, en serio, Morrison le llamó para preguntarle donde conseguia su mierda...

Fer1980 dijo...

No he leido nada de Baranko por lo que dices no se si atreverme, xd.