miércoles, 27 de mayo de 2020

Historia de un hombre sin miedo especial: Daredevil en La Guerra de los Reinos.

Como ya hemos mencionado múltiples veces por aquí, en cuanto a grandes eventos y demás, Daredevil, con su carácter eminente urbano y su condición casi de outsider dentro de la primera línea marvelita, suele quedar fuera de los mismo o si acaso participar de manera muy tangencial. No ha sido el caso de esta Guerra de los Reinos donde el hombre sin miedo ha jugado un papel muy relevante por empeño de su principal artífice, el guionista Jason Aaron.

Resumido muy brevemente, La Guerra de los Reinos es el punto culminante de la larga y brillante etapa de Jason Aaron en Thor, una idea que se empezó a concebir hace años y que habida cuenta de su repercusión en todo el Universo Marvel, la editorial decidió sacar de la colección del Dios del Trueno y transformar en el evento de la temporada. La historia es fundamentalmente la batalla final contra Malekith y sus hordas que tras saquear (o aliarse) con los restante nuevo mundos de la mitología asdgardiana se dispone a arrasar con el décimo: Midgard, esto es la Tierra y aquí sus héroes tendrán mucho que decir al respecto.

El papel de Daredevil en el evento parte del mismo primer número de la miniserie central, cuando se ve obligado a combatir las hordas invasoras de Malekith en plena Cocina del Infierno, sería sin embargo en el tercer número cuando su protagonismo aumente al hacerse, previa petición de un cegado Haimdall con la espada Hofund lo que le convierte en guardián del Bifrost, el Puente del Arco Iris que conecta los diez mundos entre sí y en casi un dios por derecho propio.

Aquí Aaron juega con múltiples ideas que dejan a las claras su conocimiento e interés en el personaje, por un lado las profundas raíces católicas de Daredevil, no terminan de estar a gusto en un mundo de presuntos dioses y en un conflicto que parece poner en un brete su fe, por otro lado que el guardián tradicional del Bifrost, el hombre que lo ve todo y lo vigila todo para proteger Asgard, se haya quedado ciego como consecuencia de las acciones de Malekith y elija a otro ciego como Daredevil para ser su sucesor no deja de ser paradójico. Por último, Aaron plantea la idea de dar a un personaje urbano, de poderes limitados, un poder inimaginable que eleva sus supersentidos hasta casi la omnisciencia, tornándolos en algo así como “omnisentidos”.

A lo largo de la miniserie, Daredevil será importante para guiar a Thor en su camino hacía la victoria y también dará a muestras de su coraje e incapacidad para rendirse aún con todo en contra enfrentándose a gigantes de hielo y demás monstruos aliados con Malekith. Pero donde de verdad tendrá protagonismo el cuernecitos será en el serial en tres partes que protagonizara dentro de la antología The War of the Realms: War Scrolls.

War Scrolls es una miniserie de tres números que complemente y amplifica lo que sucede el evento con tres historias cortas en cada grapa, la más importante de la cuales es sin duda la protagonizada por Daredevil, “The God Without Fear”, más que nada por estar escrita por el propio Jason Aaron y contar al dibujo con toda una estrella del cómic USA actual como es Andrea Sorrentino. En España la miniserie, junto a otras relacionadas con el evento fue recopilada en tres tomos de tapa blanda que bajo el nombre de Universo Marvel: La Guerra de los Reinos Extra, ofreció un material de interés y calidad muy desigual.

En lo que se refiere a “The God Without Fear”, Aaron empieza siempre con un flashback en el que nos muestra la incomodidad de DD con Thor y lo que este representa, su lado oscuro con su inmensa capacidad para la violencia y su entrenamiento como “dios” por parte de Heimdall que tiene ecos de Stick. En la historia Aaron nos muestra como Fisk es capaz de pactar con Malekith y no sólo salir airoso si no con ventaja o el pensamiento lateral del que muchas veces hace gala Daredevil, enfrentándose con Malekith mismo y su lugarteniente Kurse, para, sin poder impedir que se destruya el Puente del Arcoiris si haciéndole daño y dándole a conocer el miedo al fracaso, algo que hasta entonces ni siquiera había concebido. Pero por encima de todo donde más destaca la labor de Aaron es en mostrar, como aún omnisciente, la esencia de Daredevil esta en su faceta de guardián y protector de la Cocina del Infierno, simbolizada aquí en una pequeña iglesia a la que salva del ataque de hordas de gigantes de hielo.

Cada capitulo es de apenas de diez páginas, pero tanto Aaron como Sorrentino dejan con ganas de ver un Daredevil realizado por ellos de manera regular, Aaron por su conocimiento del personaje y lo bien que sabe captarlo, Sorrentino como sólido narrador , (aquí mucho más que en su celebrada etapa en Green Arrow) por lo bien que sabe “mover” al personaje y representar sus supersentidos y la forma en la que el personaje ve el mundo. Estamos pues ante una pequeña joya, que esta entre lo mejor del evento y que por desgracia se hace muy corta.

Queda una adenda en forma de una grapa, La Guerra de los Reinos: Omega, una suerte de epílogo/prologo a todas las historias surgidas alrededor del evento y sus consecuencias de cara al futuro, que de nuevo con guiones de Aaron y en este caso dibujo de Ron Garney (cuyo Daredevil es, como siempre excepcional) nos muestra en apenas siete páginas como Daredevil devuelve a espada, reflexiona sobre sus dudas por su papel en la Guerra y afianza su amistad con Heimdall, que exalta su figura como clave en la victoria final y le regala unos bastones hechos con fragmentos de Yggdrasil, el árbol del mundo, cuyo peso e importancia para el personaje de momento esta por ver.

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