Siguiendo con la serie de post que empecé el otro día, procedo ahora a analizar de manera sucinta una de las décadas más extrañas y curiosas a la par que fascinantes de la historia de Marvel, los 70. En todo caso conviene señalar que este post llegara más o menos hasta el Giant Size X-Men 1, cuando casi se puede dar por iniciada otra era. Era que cobraría carta de naturaleza con la llegada al poder de Jim Shooter a finales de los 70.
La década de los 70 fue vital dentro de la historia del Universo Marvel. Estos años supusieron la consolidación de la editorial y es que tras el boon creativo que supuso la primera década de Marvel, esta tenía ahora la misión de asentarse y demostrar que su estilo de hacer cómics no era una moda pasajera y que no iba a volver a pasar como en los 50 cuando casi todos los superhéroes desaparecieron del mercado o se convirtieron en parodias de si mismos. La Era Marvel de los cómics había llegado para quedarse, y la década de los 70 fue clave en este aspecto; y es que en estos años es cuando Stan Lee, agobiado por sus labores editoriales deja de lado los guiones de casi todas las series que escribía, lo que unido a que Kirby deja la editorial buscado mayor libertad creativa en la Distinguida Competencia y a la marcha de Ditko de mediados de los 60 de sus dos creaciones clave (Spiderman y el Doctor Extraño), hace que la editorial entre en la nueva década, sin el triunvirato responsable de la creación de la practica totalidad de sus personajes. Esto supuso que se consolidara el relevo generacional que ya se había iniciado de forma paulatina desde finales de los 60, relevo liderado por Roy Thomas y sus Vengadores, que con sagas como La Guerra Kree-Skrull, se convirtieron en le eje en torno al cual giraba el universo de ficción más grande jamás construido. Pero Thomas no estuvo solo guionistas como Steve Englehart (que le sucedería en Los Vengadores con también una gran etapa) y su Capitán América (con sagas como la del Imperio Secreto probablemente la más recordada de la historia del Capi), Len Wein y su larga etapa en Hulk, Gerry Conway que firmo junto a artistas como Romita Sr. o Gil Kane una de la etapas más definitorias (y sobresalientes) de la historia de Spiderman o un Jim Starlin autor de maravillas tales como Warlock o el Capitán Marvel. Un elemento fundamental para entender estos años radica en la compra de Marvel por Cadance Industries (empresa dedicada a productos químicos sobre todo) que contaba entre su conglomerado editorial con una distribuidora que acabo con las limitaciones al número de titulos mensuales que la editorial podía sacar.
Y es que, si bien es cierto que en al década de los 70 fueron muchos y buenos los comics que se publicaron a nivel de la línea de superhéroes tradicionales ( de los cuales solo he mencionado unos pocos) no lo es menos que esta década se ha convertido en un símbolo de la Marvel diversificada, ya sea a través de los Magazines Marvel (algo que ya se había intentado a fines de los 60 con los dos números del Spiderman Magazine y que se saldo con un relativo fracaso, sobre todo por problemas de distribución) de dedicados a diversos personajes de la casa como Hulk, Kazar o Thor, con materiales en blanco y negro y dirigidos en teoría a un público más adulto. Como de historias enmarcadas en el genero de terror de moda (gracias a revistas como Creepy o Warren) en aquellos años. Así la editorial contó con cómics de personajes como Drácula (donde Wolfman y Colan llevaron a cabo una obra maravillosa en The Tomb of Drácula), el Hombre Lobo ( Were Wolf by Nitgh) o Franskentein (en la serie homónima), con la peculiaridad de que todas ellas estaban plenamente integradas en el cosmos de ficción que es Marvel, con las dificultades que eso puede entrañar: Dentro de este ambito del terror se pueden incluir también series como Ghost Rider, Son of Satan o The Zombie, esta linea de terror también contará con diversos magazine sen blanco y negro.Si algo caracterizo a Marvel en los 70 fue sin duda el que supo mantenerse en todo momento pegado a las modas que surgían en la sociedad sin perder por ello su estilo, tal el es el caso de Shang Chi, creado por la moda de las artes marciales el personaje alcanzó con Moech y Gulacy cotas de calidad incuestionables, donde las artes marciales, el espionaje de altos vuelos y las relaciones familiares se entremezclaban, en una serie recordada por muchos como un clásico absoluto de la editorial. Destaca también la figura del irreverente Steve Gerber que a través de su más que curioso e irreverente Howard The Duck, cuestionaba y ponía en solfa, los valores tradicionales de la sociedad norteamericana, realizando un critica ácida y divertida a todos sus estamentos.
No se puede hablar Marvel en los 70 sin señalar, la labor de Thomas- Windsor Smith primero y Thomas-Buscema después en Conan, personaje de espada y brujería creado por Robert E. Howard y que alcanzó gran fama y calidad a través de unos cómics donde Thomas supo explotar al máximo las ideas de Howard. En un ámbito parecido (el de las licencias) cabría situar a Star Wars un autentico éxitazo de ventas que contribuyo a salvar la editorial en una época convulsa de profundos cambios económicos y sociales. Precisamente estos cambios, esta convulsión tuvieron su reflejo en unos cómics Marvel más pegados que nunca a la realidad, donde (con mayor o menor acierto) encontraron su hueco referencias explicitas al movimiento hippy, el racismo, el feminismo, la guerra de Vietnam o el escándalo del Watergate.
A grandes rasgos la década de los 70, fue una década a la vez de transición y consolidación para Marvel, donde apostó por toda una serie de cómics distintos de los habituales en la década anterior sin perder nunca de vista estos y sentó las bases de lo que serian los gloriosos años posteriores, probablemente los mejores de la historia de la editorial, a través de obras como La Patrulla X de Claremont y Byrne y el Daredevil de Miller. De esta forma doy a grandes rasgos esta época por finalizada, a la altura del 75-76 ( con el Giant Size X-men 1) y coincidiendo con el regreso de Kirby, y es que si el anterior post finalizó con su marcha que mejor que acabar el segundo con su regreso que se produjo en estos años. Aunque sin duda el cambio clave llego en 1978 con la llegada de Jim Shoter al puesto de editor en jefe. con él se acabaron los continuos vaivenes en el puesto y se cerró la posibilidad de que los guionistas fueran los editores de sus propias series. Se perdió libertad creativa pero se gano estabilidad, llegando como ya se ha mencionado una de las eras más brillantes de la editorial.
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