Voy a iniciar con este, una serie de post dedicados a varias de las series del Universo DC que sigo, y es que ahora que ha pasado ya más de un año del relanzamiento que supuso el fin de las Crisis Infinitas es hora de hacer balance sobre el éxito o el fracaso del mismo, hoy le toca el turno al Batman de Morrison y Andy Kubert.
Tenía muy buena pinta el UDC tras las Crisis, en Batman teníamos por un lado a Grant Morrison y Andy Kubert, y a Paul Dini y Don Kramer en Detective Comics, en Superman estaba Kurt Busiek y Carlos Pacheco, mientras que Geoff Johns, Richard Donner y Adam Kubert regían los destinos de Action Comics, la JLA tenía a Brad Meltzer y a Ed Benes mientras que la JSA contaba con Geoff Johns y Dale Englishman, el omnipresente Johns junto a Ivan Reis se ocupaban de Green Lantern mientras que Judd Winnick y Scott MacDaniel eran la pareja creativa de Green Arrow, en Catwoman contábamos con la excelente labor de Will Pheifer y David López y en Wonder Woman teníamos a Allan Heinberg y a Terry Dodson, tal vez Flash (con un enfoque pésimo y unos autores menores) y los Titanes (con un Johns menor y un equipo irreconocible), salieron perdiendo, pero en general el Universo DC parecía estar en manos de buenos autores y ni un solo nubarrón asomaba en el horizonte…hasta que empezaron a asomar, los continuos retrasos de los autores, la falta de compromiso de más de uno de ellos y los continuos fill-ins e historias inconclusas por meses y meses hicieron que el relanzamiento que tan buena pinta tenía a priori quedara pronto en aguas de borrajas…con sus excepciones claro está, excepciones entre las que desagradecidamente no se encuentra este Batman de Morrison y Kubert.
Grant Morrison es uno de los autores más interesantes que uno puede leer en el mercado americano actual, capaz de realizar maravillas tanto en el comic más comercial (no hay que olvidar sus excelentes etapas en la JLA o en los X-Men), como en comics más personales (Animal Man, Doom Patrol, Invisibles o El Asco son ejemplos de ello), su presencia en Batman aseguraba un plus de calidad y sobre todo de regularidad, ya que suele ser un autor que realiza etapas largas en aquellas series en las que trabaja, por su parte Andy Kubert se trata de toda una superestrella responsable de algunos de los proyectos más importantes de Marvel en los últimos años (Lobezno: Origen, el 1602 de Gaiman o las primeras sagas de Ultimate X-Men), su fichaje (junto al de su hermano Adam) por parte de DC supuso en su momento un autentico impacto y se antojaba como una jugada ganadora, procedente de toda una saga de dibujantes (su padre es el mítico Joe Kubert), Andy es habitualmente considerado como el peor de los tres, lo que no impide que la espectacularidad de su dibujo (muy deudora en tiempos de Jim Lee, hoy ya algo menos), unida a una narrativa cuando menos correcta, torne los comics dibujados por él en un espectáculo visual que pese a errores anatómicos o de composición, es digno de verse.
En fin, que Batman contaba con una pareja ganadora destinada a marcar época, ¿el resultado?, cuando menos desigual, la lentitud de Morrison a entregar los guiones, unida a la repentina “vaguería “de Kubert (no hay que olvidar que en Marvel este hombre dibujaba entre 10 y 12 números al año), han hecho que una etapa que se esperaba larga y fructífera haya quedado en apenas 7 números y varias portadas, y es que de los hasta ahora 15 números de Batman (la serie americana) que ha publicado Pda en España solo 11 llevan guión de Morrison y solo los 7 mencionados dibujo de Kubert, triste realmente triste.
Entrando ya en la etapa en si lo cierto es que por regla general Morrison suele empezar muy fuertes sus etapas para luego desinflarse un poco, algo que en el caso de Batman no ha sido así, la primera saga de Morrison al frente de la colección trajo el regreso de Talia a Ghul pero con sorpresa, ni más ni menos que un insoportable niñato llamado Damian que Talia aseguraba era hijo de Batman, habiendo sido educado siguiendo el código de la Liga de Asesinos, Talia quería completar su formación con la ayuda de Batman, una saga en cuatro números llena de Man-Bats ninja, asesinos peligrosos y un niñato estúpido al que tienes ganas de estrangular nada más verlo y que sirve para reintroducir en el mundo de Batman a los al Ghul antes de la esperada “El regreso de Ra´s al Ghul” que está ahora publicándose en España, tras esto y tras cuatro intrascendentes números a cargo de John Ostrander y Tom Mandrake (mítica pareja creativa detrás de El Espectro), Morrison vuelve con un extraño número en el que Andy Kubert solo colaboraría en la portada y que más que un comic es un relato ilustrado con un gran trabajo de John Van Fleet donde se nos narra un nuevo enfrentamiento con el Joker, después esperan ya los tres últimos números de Kubert como dibujante de la colección, unos números en los que Morrison primero enfrenta a Batman con una especie de versión gigante de si mismo que apunto esta de acabar con su vida, y luego en el especial Batman 666, nos muestra un posible futuro con Damian como Batman tratando de seguir el legado de su padre…a su manera.
Este número pone fin a la colaboración de ambos autores, quedan antes de iniciar “El regreso de Ra´s al Ghul”, tres números más donde Morrison acompañado por un genial J.H. Willians III (Promethea), recupera y actualiza un concepto de los 50 (década de cuyos comics Morrison se declara enamorado), los Batman de todas la Naciones (justicieros de diversos países que tratan de seguir los pasos de Batman), para concebir una historia detectivesca clásicas con una mansión, un asesinato y varios sospechosos.
En definitiva, una etapa que prácticamente ha quedado en nada, toda una lástima por el potencial que se le atisbaba, sea como sea al menos Morrison sigue al frete de la colección con dos grandes sagas que asoman en el horizonte, la ya mencionada “El regreso de Ra´s al Ghul” y la polémica “Batman Rip”.
2 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo contigo, fer.
Me compré la nueva colección de Batman en grapa cuando Planeta decidió sacarla alternando la etapa de Morrison con la de Dini y... digamos que me llevé una grandísima decepción.
Primero Dini me resultó algo insustancial, legible pero sus números me parecieron poco memorables. Pero en el caso de Morrison fue aún peor... Encontrarme con... con... eso. Lo de Damián, los Man-Bats ninja... El absurdo hecho realidad con un tono que no me gusta nada para Batman. Y lo que vino después no fue mucho mejor, solo salvaría la saga que recoge, en cierto modo, la historia general de los Diez Negritos de Agatha Christie con ese toque camp y punto.
¿Una etapa incomprendida? No lo sé, pero desde luego no está hecha para mí.
Del Batman de Dini y de la edición general de la serie por parte de Pda, escribire esta semana en principio, por lo demás, bastante de acuerdo, es que el Damian ese es insoportable.
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